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19 de diciembre de 2007

Una crisis de subsistencias en Guadalajara

 Manifiesto de la Junta Revolucionaria de Málaga, septiembre de 1868 (Archivo La Alcarria Obrera)

En septiembre de 1868 el pronunciamiento en Cádiz del almirante Juan Bautista Topete, inspirado por el general Juan Prim, puso fin al reinado de Isabel II, que estaba derivando hacia una dictadura; así se abría un período, el Sexenio Revolucionario, que consolidó definitivamente el poder político, económico y social de la burguesía. Al evidente colapso institucional que vivía España en ese momento, causa última de la caída de Isabel II, se unió una grave crisis de subsistencias que se dejaba sentir desde meses atrás. Las clases populares acogieron con satisfacción la Revolución Gloriosa que propiciaba un cambio de régimen que pondría fin a tanta penuria. El gobierno de Isabel II había sido insensible a la hambruna que amenazaba a los trabajadores y sus familias, como se pone de manifiesto en esta carta que el gobernador civil remitió al alcalde de Guadalajara, Román Atienza, el 1 de marzo de 1868 y en que antepone los intereses de los propietarios agrarios sobre las necesidades de la clase obrera.

Muy Sr. mío y amigo: Por efecto de la escasa recolección de cereales del año anterior y la crudeza de la estación que ya termina, se ha hecho sentir algún tanto en varias provincias la carestía o alza de precio en algunos artículos de primera necesidad. No es esta provincia afortunadamente la que más ha sentido ese mal, pero como uno de mis preferentes deberes sea procurar el bienestar de las clases todas, en cuanto sea posible y con preferencia en las actuales circunstancias de las clases pobres y menos acomodadas, además de creer oportuno reiterar a V. cuanto conviene tenga presente lo dispuesto por la circular publicada en Boletín extraordinario del 18 de Enero último, he creído necesario llamar la atención de V. acerca del particular interés con que debe V. procurar lo siguiente.
1º Ya por medio de su influencia particular con sus amigos y administrados, ya celebrando alguna sesión invitando a los mayores contribuyentes y a todos los individuos del municipio, ya de ambas maneras, deberá V. procurar que se recauden donativos voluntarios para proporcionar a la clase trabajadora el pan al menor precio posible, y del mismo modo si conviniese también otros artículos, excitando los sentimientos de caridad y patriotismo de las personas ricas y pudientes, las que por sus propios sentimientos cristianos deben conocer cuan dignas son de afecto y socorro las clases menesterosas.
2º Con los fondos que se reúnan de este modo o los que el Ayuntamiento pueda destinar legalmente al propio fin, deberá V. procurar que se fabrique pan barato para las clases pobres, aunque sea de una calidad un poco inferior a la que en la actualidad se consume, estableciendo si es posible tahonas donde dicha clase de pan se elabore, o bien disponiendo que los tahoneros establecidos lo amasen con dichas condiciones y a precio barato supliendo la diferencia que haya hasta el valor verdadero de dicho artículo, con el producto de las suscripciones o como se determinare.
3º Procurará V. también recomendar a las personas pudientes que inicien ya obras, ya arreglos y reparos que puedan necesitar sus fincas urbanas o rústicas, con el fin de que se promuevan en todas partes trabajos y puedan tener ocupados ya a pocos ya a muchos jornaleros, para lo cual le será a V. fácil persuadirlos con su posición y excitando los buenos sentimientos de las personas ricas que deben suponerse inspiradas de nobles y varoniles sentimientos.
4º Si por casualidad hubiere en esa localidad almacenistas de granos y cereales que no deseasen venderlos con alguna rebaja procurará V. manifestarles cuan conveniente, laudable y patriótico sería que espontánea y voluntariamente lo verificasen en precios baratos para que disminuyendo la carestía fuese menos calamitosa. El Ayuntamiento de Madrid ha almacenado para ocurrir a cualquier caso imprevisto 60.000 arrobas de harinas y 3.000 fanegas de trigo con el objeto de dar siempre pan barato a los pobres. Esta previsión sería también oportunísima en la localidad que V. tan dignamente administra.
5º Tan pronto como V. haya logrado obtener con su celo e influencia medios ya directos, ya indirectos, ya administrativos, ya persuasivos para facilitar no sólo trabajo a las clases proletarias, sino también baratura en el pan y los comestibles, convendrá que haga V. saber al público en que tahonas y tiendas se expende, haciendo de modo que todos comprendan que las actuales circunstancias son breves y transitorias, y que tanto por las benéficas lluvias que ya se han presentado en muchas provincias, como por la solicitud constante del Gobierno de S.M. y de todas las autoridades, la carestía se vencerá muy fácilmente. Esto es conveniente para sosegar los espíritus pusilánimes que abultan demasiado todos los sucesos.
6º Del mismo modo procurará V. por los medios que le sugiera su celo y su conocimiento del país, que estén siempre abastecidos los mercados, desvaneciendo los rumores exagerados de carestía, pues so color de ella podría haber alguna persona que anime a la alza de precios a los aldeanos y vendedores pretextando futuras calamidades que no han de suceder.
7º Si lo hasta aquí indicado hubiera sido ya hecho por V. o bien parte de ello, se servirá manifestármelo sin pérdida de momento, esperando que dará V. a estos servicios una especial importancia, estando dispuesto por mi parte a recomendar al Gobierno de S.M. cuanto en obsequio del bien público se haga en las actuales circunstancias, por los particulares y las autoridades que como V. se hallan al frente de una población importante.
Para su inteligencia y satisfacción diré a V. que en esta provincia se trabaja ya por cuenta del Estado en tres distintos puntos de la misma, en las carreteras de Torrejón del Rey y Masegoso a Sacedón, debiéndose principiar en estos días importantes trabajos en otras partes por disposición del Excmo. Sr. Ministro de Fomento. Si V. por su parte toma con verdadero empeño este asunto, entonces viéndose premiados los esfuerzos de los particulares, y los alcaldes y del Gobierno de S.M., la carestía se verá terminada fácilmente. Todo lo espera de su celo e influencia en la localidad su atento y S.S.

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