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21 de enero de 2010

Carta de Farga Pellicer a Bakunin

Incendio en el Registro de la Propiedad, Barcelona, 1870, La Ilustración de Madrid, 27 de abril de 1870

La difusión del ideario anárquico y el desarrollo de la Internacional obrera en España no fueron fáciles. Sobre el sustrato receptivo de las Sociedades de Socorros Mutuos y del conocimiento de las obras de Pierre-Joseph Proudhon traducidas por Francisco Pi y Margall, germinó la semilla de Giuseppe Fanelli. En repetidas ocasiones se ha hecho notar la rapidez con que la Primera Internacional se extendió por toda la geografía hispana, hasta el punto de que treinta meses después de la llegada de Fanelli se celebró en Barcelona un congreso obrero en el que estaban representados alrededor de cincuenta mil adherentes, entre los que se encontraban las federaciones de Brihuega y Guadalajara. Sin embargo, los primeros pasos no fueron fáciles, como nos demuestra la siguiente carta remitida por Rafael Farga Pellicer, uno de los internacionalistas de primera hora, a Mijaíl Bakunin.

Barcelona, 1 de agosto de 1869
Mi querido Bokounine:
Con inmensa satisfacción he recibido vuestra carta. En seguida la leí al Centro Federal de las Sociedades Obreras, como secretario general que soy de él, y enterado de su contenido ha acordado enviar a Bâle uno o más (no ha determinado todavía el número) de representantes de las Sociedades obreras de Cataluña.
Mas es preciso hacer aquí algunas explicaciones, para que vos comprendáis la manera como deberán representar a España los obreros que envía al Congreso nuestro Centro Federal.
Aquí el socialismo no está tan desarrollado como fuera de desear; así que el Centro Federal no ha decidido nada clara y terminantemente respecto a este punto tan interesante. Hasta ahora sólo se ha ocupado de organizar asociaciones obreras de todos los oficios y artes y propagar para que la federación entre todos se haya efectuado, y para que la República federal triunfe en la gran lucha que sostenemos con los monárquicos y demás conservadores de todas las demás tiranías.
No obstante, he de participaros con placer que la gran mayoría de los obreros son susceptibles de ser decididamente socialistas, puesto que van ya comprendiendo esas grandes ideas que llevan en sí nuestra inmediata y radical emancipación. Gracias a los esfuerzos que hacemos algunos amigos en pro de esta propaganda dentro de las varias profesiones y oficios asociados y dentro del mismo Centro Federal, yo tengo la seguridad de que dentro de poco tiempo formaremos parte los obreros de España de la grande Asociación Internacional de los Trabajadores; porque procuramos algunos amigos hacer los Reglamentos de las Clases y del Centro basados en el espíritu y tendencia de la Asociación Internacional de los Trabajadores. De manera que, insensible y convencidamente, se encontrarán dentro de L’Internationale.
Vos, querido amigo y correligionario, comprenderéis con cuánto cuidado y cuánta prudencia ha de hacerse esta importante propaganda, para evitar futuras escisiones que retardarían más el triunfo de nuestra causa.
Mucho influirá, estimado amigo, a que los obreros españoles ingresen cuanto antes en la Asociación nuestra, si ahora, como sucederá (si es posible) tienen representantes propios en Bâle, pues éstos les explicarán de una manera gráfica y concreta el mecanismo, las ideas y desarrollo de nuestra grande Asociación.
Contestad, amigo, a vuelta de correo, si nuestro Centro Federal puede tomar parte en el Congreso de Bâle, no obstante no declararse ser de la Internacional. Es de suma importancia y necesidad que a pesar de no ser ahora de la Asociación, pueda este Centro concurrir al Congreso de Bâle, precisamente para acelerar más el que ingrese cuanto antes a ella. Espero, pues, que haréis lo posible para que puedan venir a Bâle los representantes delegados de España, con las circunstancias expresadas. Espero pronta contestación: Al Centro Federal de las Sociedades Obreras. Rafael Farga Pellicer, secretario. Calle de Mercaders, 42. Barcelona.
Por el correo os envío un número del periódico La Federación, órgano del Centro, que de una manera prudente defenderá el socialismo. En España ha habido entre la clase obrera algunos individualistas que ahora van batiéndose en retirada. La Federación trabajará activamente para acabar de despreocupar a unos y para convencer a todos de la grande necesidad de ser nacionales, socialistas y republicano-federales. Le llamo la atención sobre la R del título y sobre el prospecto que yo he escrito como director que unánimemente me ha nombrado el Centro Federal. He procurado y alcanzado que todo el Consejo de Redacción sea, como es, socialista.
Espero que vos me autoricéis para que publique vuestros escritos de Le Progrès, y hasta me atreveré a rogaros que escribáis y remitáis –si podéis hacerlo- unos artículos originales vuestros, hechos directamente para nuestro periódico La Federación, como, por ejemplo, tratando de la abolición del Estado, la abolición de la propiedad hereditaria y de la renta, etc.
Distingamos, yo soy también secretario de la sección de Barcelona de la Asociación Internacional de los Trabajadores, que fundamos alentados y dirigidos por nuestro caro amigo Fanelli.
Las continuas preocupaciones políticas que tenemos nos han privado de propagar más la Asociación; pero próximamente nos reuniremos los de la Internacional (que hay tres o cuatro que son presidentes de Sociedades federadas en el Centro Federal) para tratar de vuestra carta; mas yo desconfío que enviemos nadie a Bâle, porque somos pocos y pobres. Ya le contestaremos. De todos modos, como internacionales, enviaremos a Londres nuestra cotización de 1’10 francos por miembro, que todavía no lo hemos hecho.
Ya he escrito a Rubau, diciéndole que conteste a vuestra carta.
En la sesión del domingo próximo comunicaré a mis amigos de L’Internationale (sección de Barcelona) vuestra carta y vuestro deseo, que los más demócratas, socialistas y radicales formen parte de la Alianza. Por lo que a mí toca, acepto completamente todo lo consignado en el librito que me ha enviado.
Hasta otro día. Espero con impaciencia vuestra carta, que no importa sea francesa, pero de buena letra.
Tened la seguridad, amigo y hermano mío, que siempre trabajaré con todas mis fuerzas y por el camino más corto para obtener la redención social, la emancipación completa de las clases trabajadoras, la muerte de todo privilegio y monopolio.
Expresiones a Fanelli.
Vuestro amigo y hermano.
Rafael Farga Pellicer.

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