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16 de abril de 2010

La verdad sobre la USO de Guadalajara

Pegatina de USO, 1978 (Archivo La Alcarria Obrera)

La historia de la Transición es la historia de una derrota: la de la clase trabajadora. Puede discutirse si podía haberse escrito otro final para el franquismo, pueden establecerse comparaciones ventajosas para las libertades ciudadanas o señalar los avances de los derechos humanos antes y después de la Transición. Pero los derechos sociales, las ventajas conseguidas por la clase trabajadora en años de dura lucha y forzada clandestinidad se evaporaron poco a poco, sacrificadas en el altar de la conveniencia política, de la crisis económica, de la negociación entre clases. ¿Cómo es posible que la clase obrera fuese capaz de abortar el proyecto de un franquismo sin Franco y no pudiese conservar sus conquistas laborales? Sólo hay una respuesta: la traición de los sindicatos oficiales, correas de transmisión de los partidos. En Guadalajara también se repitió este mismo fenómeno, como se explica en este documento escrito hace treinta años.

LA VERDAD SOBRE LA USO DE GUADALAJARA.
Desde el inicio de las Elecciones Sindicales, en septiembre de este año, han aparecido en la prensa de Guadalajara varios artículos y comunicados firmados por la USO, por alguno de sus afiliados, o en relación con esta central sindical. Si la libre expresión de las ideas es condición indispensable de democracia, el descarado falseamiento de la realidad ni lo justifica la batalla electoral ni debe de quedar sin respuesta por parte de los que hemos sido militantes de la Unión Sindical Obrera.
La USO nace en 1960 como resultado de las luchas sindicales emprendidas por las nuevas generaciones de trabajadores en las duras condiciones de clandestinidad y represión impuestas por el franquismo. Apareció en los primeros años de la década de los 70 en algunas industrias del corredor Madrid-Guadalajara instaladas en esta provincia, y aunque su implantación en Guadalajara no empieza a ser importante hasta 1978 ello no impide que, al iniciarse el nuevo proceso electoral, en Marzo de 1980, no contase con una treintena de delegados (Colgate, Vicasa, CMP, Centra, Sanidad…). Miente por lo tanto el Secretario Provincial de CCOO, Ernesto Bronchalo, cuando dice en una entrevista concedida al diario Guadalajara, que "la USO no existía antes de las elecciones sindicales". La USO existía, aunque UGT y CCOO la marginasen constantemente, impidiéndola incluso discutir los convenios colectivos que ella había denunciado en solitario (como el Convenio Provincial de Comercio de 1979).
Esta USO, que con tantas dificultades mantenía su presencia entre los trabajadores alcarreños, defendía un Sindicalismo Autónomo, Democrático, de Clase, Socialista y Autogestionario, por el que luchaba desde su fundación, que había adoptado en su Carta Fundacional de 1968, que había aprobado en su primer Congreso en 1977 y que había sido ratificado en su II Congreso Confederal de Noviembre de 1979.
Sin embargo, y ante la necesidad de alcanzar el mítico 10% en las elecciones sindicales que se avecinaban y que permitía gozar de representatividad en los órganos estatales, el sector que encabezaba el Secretario General Manuel Zaguirre, minoritario en el Sindicato pero mayoritario en el aparato burocrático, inicia un proceso de desnaturalización de la USO que provoca numerosas escisiones, principalmente la de la llamada Corriente Socialista Autogestionaria que encabezada por José María Corell se integra en CCOO. Con todo ello la mayoría de las bases, que se identificaban con el Socialismo Autogestionario, van abandonando el Sindicato. Estos problemas también salpican a Guadalajara y algunos delegados y afiliados abandonan el Sindicato Provincial.
En estas condiciones es fácil para Zaguirre convocar un Congreso Extraordinario en Septiembre de este año, en el que se decide retirar de los Estatutos y de la práctica sindical, el Socialismo Autogestionario. Este Congreso que alguien ha intentado presentar como una "demostración nunca vista hasta ahora en España de democracia" ("Hay que votar a la USO, claro", Guadalajara 28-noviembre-1980), no pasó de ser una farsa y una vergonzosa manipulación de la democracia. ¿Cómo entender sino que a la delegación de Guadalajara le adjudicasen más de 1.100 votos cuando, en aquel momento, tras algunas escisiones, el número de afiliados no llegaba al centenar?, ¿Cómo entender el que una vez iniciado el congreso todas las mociones tendentes a mantener en el Documento final el Socialismo Autogestionario se retiraron para apoyar todas ellas la presentada por el Sindicato de Basauri y una vez retiradas aquellas se forzó a retirar también ésta? ¿Por qué Zaguirre y su grupo no querían que se discutiese libremente en el Congreso el Socialismo Autogestionario?
Dada la situación provocada por el Congreso Extraordinario, a principios de Octubre el Secretariado Provincial decide en una reunión dimitir y abandonar su afiliación en USO de forma casi unánime. Libre ya de lo que algún dirigente sindical nacional ha definido en nuestra provincia como "estos marxistas infiltrados", y obviada la definición como Sindicato Socialista y Autogestionario, la USO puede acoger en su seno a los sindicatos independientes. Y para ello llega incluso a quitar el cartel indicador de la sede del Sindicato. Motivo: en él figuraba el emblema de la USO: un puño cerrado. El camino está allanado ("La USO y los independientes", Guadalajara 16-noviembre-1980), y así la CTC, la Confederación de Trabajadores Cristianos, anuncia a bombo y platillo (véase su comunicado recogido en toda la prensa provincial) su incorporación a la USO. Incluso se convoca una rueda de prensa a la que, desgraciadamente para ellos, solo asiste un periodista: Domingo Cardero Prieto, dirigente provincial de FE-JONS.
Pero detrás de esta bonita fachada la realidad es que un solo afiliado de la CTC entre en USO. ¿Es este el éxito que permite a Hilario Franco hablar del fracaso de UGT al captar a los sindicatos independientes? (Guadalajara, 11-diciembre-1980). ¿Compensó la pérdida de la mayoría de afiliados del Sindicato la incorporación de este potente sindicato de la CTC?
Es entonces cuando la USO se lanza a la caza del delegado. Y para ello todos los métodos son buenos. Y más cuando contrastando con la precaria situación económica anterior, el dinero fluye a raudales, aunque de procedencia desconocida. Pero lo más importante es venderse al mejor postor, al Partido que más delegados regale a la USO, a cambio de sus siglas, desprestigiadas ya entre los trabajadores. Se inician contactos con las organizaciones patronales de Guadalajara, se pone al Sindicato en manos primero de la UCD, y como ésta no puede conseguir todos los delegados necesarios se entra en la órbita de AP. Hasta el punto de que dirigentes de UCD se reúnen diariamente con los nuevos responsables del Sindicato, venidos de Madrid, para planificar el trabajo diario. El resultado de este proceso de entreguismo es tal, que la mayoría de sus de legados deberían ser adjudicados en las estadísticas a UCD y AP.
Y la afirmación de la descarada manipulación de la USO no la hace una revista sensacionalista como Interviú, o un sindicato enemigo como CCOO o UGT, sino que la hacemos delegados, cuadros y militantes de la Unión Sindical Obrera, que contamos con pruebas y datos para demostrarlo. Por todo ello, afirmar, como gratuita y electoralmente se ha hecho, en diversos medios de comunicación de la provincia y de fuera de ella, que la opción de USO es "construir un sindicato independiente que luche por los derechos y reivindicaciones laborales fuera del control de un Partido" no se corresponde, desgraciadamente, con la realidad actual. La Unión Sindical Obrera, al menos en Guadalajara, ha dejado de ser el Sindicato Autónomo, Democrático, de Clase, Socialista y Autogestionario que fue hasta hace tres meses, para convertirse en lo que define Hilario Franco, de la propia Comisión Ejecutiva Confederal de la USO, tan atinadamente: "Un sindicato es amarillo cuando la patronal lo utiliza, lo cuida y lo potencia para servir a sus intereses"
Diciembre de 1980

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