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16 de noviembre de 2008

La Central Nuclear de Trillo vista por OCE (BR)


Pegatina de OCE (Bandera Roja) (Archivo La Alcarria Obrera)

Durante los años de la Transición, el grupo de la izquierda comunista con más presencia en la provincia de Guadalajara fue la Organización Comunista de España (Bandera Roja). Activa desde antes de las primeras elecciones democráticas, a las que no pudo concurrir por estar aún ilegalizada, hasta que decidió unificarse con el PCE en su V Congreso, en marzo de 1989. Doce años de presencia constante y combativa que estuvieron a punto de otorgarles un concejal en la capital en los comicios municipales de 1979 y que forjaron en sus filas a una larga serie de militantes comunistas, algunos de los cuales han jugado desde entonces un papel protagonista en la izquierda política y sindical. En una provincia en la que las corrientes revolucionarias en general, y la izquierda comunista en particular, encontraron tan poco eco, la OCE (BR) fue el mejor referente de una extrema izquierda marxista de la que hoy tantos reniegan. Como testimonio, ofrecemos un artículo de Enrique Alejandre publicado en Bandera Roja del 15 de septiembre de 1979.

Trillo (Guadalajara)
OTRA CENTRAL NUCLEAR, MÁS DESERTIZACIÓN
En la provincia de Guadalajara, tras la aprobación del Plan Energético Nacional en el Parlamento, van a comenzar las obras de una nueva central nuclear en la localidad de Trillo. Como ya es sabido, Guadalajara cuenta con otra planta nuclear instalada hace 11 años (Zorita) en la que se han producido diversos accidentes, uno de los cuales costó la vida a un trabajador de la central.
Últimamente, y a través de diversas informaciones aparecidas en la prensa, parece ser que su seguridad se pone en entredicho, al tener noticia de ciertos desajustes técnicos en la misma.
No es casualidad que Guadalajara cuente con una central nuclear, no es casualidad que esté prevista la instalación de otras nuevas en Trillo, Soria, etc. Zonas semidesérticas, donde el nivel de conciencia política del pueblo está muy atrasado.
ABANDONO Y DESTRUCCIÓN
La política de grandes concentraciones industriales llevada a cabo por el capital monopolista durante el franquismo, condujo a la despoblación del campo y al hacinamiento de la población alrededor de los grandes núcleos industriales: Madrid, Barcelona, Bilbao, etc.
La miseria de los años franquistas y el abandono de la agricultura propiciaron la emigración del campo a la ciudad. Así hoy, la provincia de Guadalajara (por poner un ejemplo entre otras; Soria, Teruel, Cuenca, etc.) tiene una densidad de 10 habitantes por kilómetro cuadrado. Pueblos abandonados, hundidos, pueblos de 100 y menos habitantes en su mayoría ancianos, sin servicios, o estando estos (sanidad, enseñanza) muy repartidos y en condiciones precarias.
Este es el panorama que ofrecen comarcas como la Sierra o la Alcarria, comarcas que, no tardando, quedaran convertidas en desiertos.
Sin embargo, Guadalajara también es muestra de la política irracional del capital, que crea unos recursos anulando otros. Estamos hablando del corredor industrial Madrid Alcalá-Azuqueca Guadalajara. La concentración industrial en torno a la vía del ferrocarril y de la anunciada autopista Madrid-Guadalajara se hace sobre las fértiles tierras de cultivo de la vega del Henares, anulando así os recursos naturales.
La política económica del gran capital tiene proyectado hacer del citado corredor una gran concentración industrial, al mismo tiempo que lleva a cabo la instalación de una nueva planta nuclear, la proyectada explotación de una mina de uranio y de un cementerio de residuos atómicos.
DOS POLÍTICAS
Tras el anuncio de construcción de por el Gobierno de UCD de las centrales de Valdecaballeros y Trillo, se contrastaba en las páginas de algún diario madrileño la respuesta en una y otra zona.
La respuesta del pueblo de Guadalajara corresponde a la de una zona pobre y empobrecida, atrasada políticamente, donde reinan la ignorancia y confusión respecto al tema, y donde la burguesía ya se ha cuidado de lanzar su campaña ideológica engañando respecto a las condiciones de seguridad y el camelo de las compensaciones económicas. No en vano, decíamos antes que habían elegido bien el lugar.
La UCD y Coalición Democrática nos presentan el hecho como que hay que aceptarlo como un “mal menor” y esgrimen el argumento e las compensaciones económicas: 1700 millones por la construcción de Trillo, recibo de la luz algo más barato, y electrificación de los pueblos que restan de la provincia y poca cosa más. Esta es la baza que juegan delante del pueblo.
El PSOE y el PCE quieren ir algo más allá pero sus reivindicaciones no pasan de protestar porque ya tenemos una central y dos serían excesivas, dejando entrever que la proyectada desean que se la lleven a otro punto del Estado. Alegan también que dará pocos puestos de trabajo una vez construida y que retraerá al turismo de la zona donde está enclavada (Buendía, Entrepeñas, etc.). Aseguran que se opondrán por todos los medios a la construcción de la central de Trillo aunque el PSOE y el PCE han votado en el Congreso a favor del PEN.
La política a desarrollar por la OCE (Bandera Roja) es la denuncia constante de estos hechos, y la de informar al pueblo ante cada atentado contra sus intereses de vida y trabajo. Hemos dado por finalizada la campaña por-moratoria nuclear que veníamos desarrollando en la provincia y vamos a desarrollar otra oponiéndonos a la construcción de la central nuclear de Trillo.

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