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19 de enero de 2009

El final del carlismo dinástico

Carné del Partido Carlista de Castilla-La Mancha, 1980 (Archivo La Alcarria Obrera)

Aunque se pueden rastrear los orígenes del Carlismo, y de las simpatías por el infante Carlos María Isidro de Borbón, antes de 1833, fue la muerte del rey Fernando VII la que encendió la mecha de un conflicto dinástico, político y social que conocemos como Carlismo. Durante 125 años los carlistas, encabezados por una dinastía que reclamaba su legitimidad, mantuvieron una presencia significativa en la vida política española. Con la Transición, el Partido Carlista se vio acosado por el Estado, fracturado por escisiones y relegado a un segundo plano en las elecciones de 1979, que provocaron la renuncia de Carlos Hugo de Borbón-Parma, último heredero de la opción dinástica, a proponerse como opción monárquica frente al rey Juan Carlos I y a sostener en pie el propio Partido. Este es el informe oficial del Partido Carlista que da cuenta de su renuncia.

Relación cronológica de los hechos ocurridos en el proceso de dimisión del antiguo presidente del Partido Carlista, Carlos Hugo de Borbón Parma
1.- 12 de mayo de 1979: Dimisión de José María Zavala como Secretario General Federal del Partido Carlista. Lo hace solamente ante el entonces presidente Carlos Hugo de Borbón Parma, quien se la acepta y se encarga de transmitirla al Comité Ejecutivo Federal, sin dar ningún tipo de explicación, ni dar cuentas de su gestión, ni personalmente ni a través del presidente.
2.- El mismo día, pero en la reunión del Consejo Federal de Dirección, dimite todo el equipo de Zavala en la Secretaría General: José Manuel Sabater, José Carlos Clemente, Carlos Carnicero, José Ramón Rincón y Laura Pastor, explicando su dimisión en relación con lo establecido en los estatutos del partido, al considerarse titulares de sus respectivas secretarías en función de la propuesta del que fue elegido Secretario General por el Congreso, y cesando por lo tanto al hacerlo él. Sin embargo, se comprometen a seguir desempeñando sus funciones hasta el 29 y 30 de septiembre, fecha señalada en aquella reunión del Consejo Federal para la celebración del Congreso (V Congreso). Y fecha que, posteriormente, se pospondría.
3.- 24 de junio de 1979: Reunión del Consejo Federal. Carlos Carnicero, José Ramón Rincón, José Manuel Sabater, José Carlos Clemente y Laura Pastor presentan su dimisión sin esperar al Congreso.
El día anterior habían comenzado unas jornadas en las que se pretendía, recogiendo los análisis de la realidad política general por un lado, y de la organización del partido por otro, sacar unas conclusiones operativas y en función de ello darle un contenido al Congreso, por lo tanto se pidió a las zonas que aportasen trabajos en esa línea. En ellas participaron militantes de todas las zonas, designados para estas reuniones por sus asambleas. Estas jornadas se celebraron a propuesta del entonces Secretario General de EKA y miembro del Ejecutivo, Mariano Zufía, y debían estar preparadas por el entonces Secretario de Organización, Carlos Carnicero.
Durante su desarrollo se apreció una total apatía por parte de casi todos los miembros de la Ejecutiva anterior, e incluso desprecio hacia lo que allí se debatía, aunque como queda claro seguían desempeñando sus cargos, porque no dimitirían hasta el día siguiente, como ya se ha dicho.
Incluso el antiguo presidente, Carlos Hugo de Borbón Parma actuó en esa línea, pues ni siquiera permaneció en el debate a pesar de haber sido requerido expresamente para ello, limitándose a asistir a la presentación.
Hay que destacar aquí que en estas jornadas, a pesar de la mala organización y del desorden, se expusieron interesantes análisis sobre la grave situación del Partido, incluso se aportaron posibles soluciones.
4.- El día 24, por lo tanto, ante las dimisiones en masa, se nombra una Ejecutiva Provisional para evitar la paralización del Partido que ello suponía, sobre todo a las puertas de un Congreso.
La Ejecutiva provisional estaba formada por Manuel Rego (Galicia), Cristian Álvarez de Cienfuegos (Madrid), José Luis Herrera (Cataluña), Juan Pedro Arraiza (Navarra) y Mariano Zufía (EKA), además de José Manuel Sabater, único miembro del equipo anterior que permanece en ella ante la clara necesidad de que alguno lo haga.
A la vez, se acuerda que los anteproyectos de las ponencias para el Congreso las prepare Navarra.
5.- En julio se celebra una reunión de este Comité Provisional y, tras ella, se va a informar a Carlos Hugo de los acuerdos adoptados, exponiéndole la idea de que acuda a las reuniones de la Ejecutiva ante la situación del Partido y la necesidad de una unidad de acción. Su respuesta es una negativa, manifestando que se encuentra atado por la estructura organizativa del Partido vigente en ese momento, y que ésta lo impide, y que él es quien más que nadie debe respetarla.
6.- 1 y 2 de septiembre de 1979: Nueva reunión de la Ejecutiva. Carlos Hugo no ha llegado a Madrid, en contra de lo previsto, por lo tanto no se sabe su parecer ante los anteproyectos que recibió en agosto en Holanda. Varios días después, sin embargo, telefónicamente y a través de Sabater, hace saber que se niega a presidir el órgano ejecutivo del Partido, siendo esta su única aportación a los textos de trabajo del Congreso.
En consecuencia, en el proyecto de línea organizativa Carlos Hugo no preside ya la Ejecutiva del Partido.
A partir de estos hechos, es decir, en el proceso de preparación del Congreso, que constaba de dos ciclos de asambleas, ni Zavala, ni Carnicero, ni Clemente, ni Rincón, participarán, ni siquiera en las sesiones finales celebradas durante el fin de semana del 8 y 9 de diciembre de 1979 en Alcobendas (Madrid). En el caso concreto de Carlos Hugo, y a pesar de ser expresamente invitado, tampoco asistió.
7.- Por ello sorprende grandemente el hecho de que el 21 de octubre de 1979, en la reunión del Consejo Federal, Carlos Hugo comunique su decisión de mandar una encuesta, en cuya elaboración no ha participado ningún órgano del Partido, a la mayoría de los militantes justificando su decisión unilateral de esta forma: el que “después de los resultados electorales, de la dimisión del Secretario General y del cese del Comité Ejecutivo no se haya observado reacción ni debate en el seno del Partido” (cita literal de su carta personal que servía de presentación de la encuesta a los militantes).
A la vez que anuncia su proyecto de “crear un gabinete personal, que tiene como misión penetrar en el campo político: partidos, sindicatos y mundo económico. Tiene una misión especial y complementaria. No es un órgano paralelo al Partido, sino complementario. Lo forman Pepe Zabala, Carlos Carnicero y José Carlos Clemente, quienes siguen la línea del Partido y quieren trabajar personalmente conmigo porque están convencidos de esa necesidad de penetrar en la sociedad. No habrá ninguna contradicción; yo me encargaré de que no la haya” (palabras casi literales pronunciadas por Carlos Hugo en aquella reunión y cotejadas luego por más de cuatro de los asistentes, que las habían anotado). Sin embargo, en el acta de la reunión remitida a todos los miembros del Consejo Federal de Dirección por su secretario, José Manuel Sabater, este tema viene recogido así: “Este gabinete no es un organismo del Partido ni paralelo a él, sino que es un organismo personal, carta que, sin embargo, venía sin firmar por el entonces aún Secretario.
8.- 1 de noviembre de 1979: A la vista de todo ello, en la reunión de la Ejecutiva de EKA, celebrada en Tolosa en esa fecha, se acuerda conectar con otras nacionalidades proponiéndoles una reunión en Zaragoza para el 11 de noviembre con el siguiente orden del día:
-Explicación de los motivos de la reunión, a cargo de Mariano Zufía Urrizalqui.
-Enmiendas de las nacionalidades, aspectos de acuerdo y desacuerdo y actitud con respecto a estas, ante la nueva situación.
-Valoración de las decisiones de Carlos Hugo y su incidencia en el proceso de preparación del V Congreso, pues ya se ha celebrado, casi en la totalidad de las zonas, la primera ronda de asambleas: “No aceptaré alguna de las propuestas que me han llegado”, “no voy a ser el Secretario General del Partido, este tiene que ser el que lo represente ante otros partidos políticos, el portavoz y coordinador del Partido” (estas dos frases, como las que se citaban anteriormente, son casi repetición literal de lo que el expresidente dijo en la reunión del 21 de octubre y que como se ha dicho fueron comprobadas por al menos cuatro de los asistentes y confirmadas.
9.- Acuden a Zaragoza militantes de las siguientes provincias: Tarragona, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Madrid, Málaga, Guipúzcoa, Vizcaya, Álava, Navarra y Castellón.
Tras una ronda de intervenciones de todos los presentes se acordó unánimemente mantener una actitud de no enfrentamiento con el Presidente y solicitar en las asambleas respectivas, a la vista de los problemas, que se otorgase un mandato amplio a los compromisarios para el Congreso, de forma que pudieran negociar situaciones imprevistas, con el fin de asegurar el que tras el Congreso el Partido tuviera unos órganos de dirección auténticos ante el intento que se padecía entonces de paralización del Partido.
10.- 19 de noviembre de 1979: Con esa fecha, José Manuel Sabater remite una carta personal a los miembros del antiguo Consejo Federal en la que comunica su dimisión, una vez celebrado el Congreso y en la que además, da su versión de la reunión de Zaragoza antes citada, deformada y valorándola como un acto antidemocrático.
11.- 24 de noviembre: Reunión del Consejo Federal que fue convocada con carácter extraordinario y sin orden del día. En esta reunión, y sin otro aviso que el que figuraba en la convocatoria, “Esta reunión ha sido convocada por el Presidente del Partido para tratar un asunto de cierta importancia, haciendo uso de las facultades que le confiere la ponencia de Organización (Apartado 6.1.3.)”, se produce la dimisión de Carlos Hugo de Borbón Parma de presidente del Partido Carlista, tanto de palabra como haciendo entrega a los asistentes a la reunión de un documento en el que, tras una introducción, se puede leer: “Para facilitar la explicación de mi decisión y evitar cualquier interpretación de la misma como una interferencia en el desarrollo del próximo congreso, he tomado una serie de medidas previas sobre algunas de las funciones que últimamente he llevado a cabo como Presidente. Actividades que, por otro lado, parecen haber dado lugar a una serie de denuncias contradictorias entre sí, pues mientras algunos lo hacían arguyendo un exceso de facultades de la presidencia, otros lo hacían indicando “abandonismo” e inhibición, motivando, en definitiva, la presente tensión. Estas medidas son las siguientes:
1º.- El Gabinete Político de la Presidencia del Partido, cuya constitución os comuniqué en su día, acogiéndome a las facultades que me confiere la Ponencia de Organización aprobada en el IV Congreso, quedó disuelto el pasado día 13 del presente mes.
2º.- Con intención de pulsar la opinión libre de los militantes, huyendo de cualquier tipo de maniobra, reunión marginal, consenso, presión, etc. y dentro de las facultades que le corresponden al Presidente, elaboré una encuesta referida exclusivamente a los problemas y crisis política que atraviesa el Partido. Retiro la encuesta y entrego al Consejo Federal los 203 ejemplares recibidos.
3º.- Como Presidente del Partido me interesé por la marcha de la preparación del Congreso y solicité del Comité Ejecutivo conocer los textos de las Ponencias. Al observar profundos cambios de la Ponencia vigente de Organización, que a mi entender transformaba sustancialmente la organización del Partido, di mi opinión contraria a ese cambio, sin intención de presionar o coaccionar la voluntad democrática y asamblearia del Partido; siguiendo la línea para facilitar la solución de los problemas, retiro estas opiniones.
Después de una larga meditación sobre todos estos problemas, principalmente sobre las causas de fondo, he considerado presentaros mi dimisión. Con toda responsabilidad y toda libertad he tomado esta decisión de dimitir como Presidente del Partido Carlista de forma irrevocable. Lo hago ante este Consejo Federal, como representante que es del Congreso Federal que me eligió. He preferido hacerlo así para que pueda existir un plazo de tiempo suficientemente amplio hasta la celebración del Congreso”.
Y termina así: “He podido equivocarme, he podido exigir demasiado, hasta he podido molestar a algunos militantes y carlistas, pero tened la seguridad de que seguiré siendo vuestro amigo y compañero de lucha. En un orden personal, me tenéis a vuestra entera disposición”. Madrid, 24 de noviembre de 1979.
Mientras Carlos Hugo de Borbón leía este documento en el Consejo Federal, la prensa recibía ya una copia del mismo y para las ocho de la tarde, al menos Radio Nacional de España, lo estaba emitiendo. La militancia se enteró de la dimisión a través de los medios de comunicación social. El expresidente no utilizó los medios del Partido Carlista para hacer llegar a la prensa el comunicado que daba cuenta de su dimisión. El 25, domingo, toda la prensa nacional reflejaba esta noticia, ya por la mañana.
12.- 8 y 9 de diciembre de 1979: Se celebran las sesiones del pleno del V Congreso del Partido Carlista en Alcobendas (Madrid) a las que no asisten, como a ninguna de las asambleas preparatorias, Carlos Carnicero, José Ramón Rincón, José Carlos Clemente, José María Zavala, Carlos Hugo de Borbón Parma o su hermana María Teresa.
13.- 13 de diciembre de 1979: Declaraciones de Carlos Hugo de Borbón Parma a la agencia Colpisa y reproducidas con esa fecha en Diario de Navarra; en ellas se dice, entre otras cosas: “Hoy, en un almuerzo con periodistas, nos habló de la situación española, del partido y sobre todo de sus proyectos para el futuro. En estos momentos se encuentra tratando de formar un grupo, que podría convertirse en el futuro en un partido político, para estudiar política y económicamente la problemática española en busca de soluciones efectivas. No hay nombre para el grupo ni para los que forman parte de él. Sólo nos adelantó que es pequeño y que todavía está en contacto con varias de las personalidades que van a estar en él –por eso no quiso facilitar nombres- y que en él se integrarán economistas, sociólogos, expertos sindicales y algunos miembros del Partido Carlista. A esta iniciativa dedicará don Carlos la mayor parte de su actividad.
“No he roto con el partido y creo que ahora continuaré mi actividad política; puedo actuar más por mi cuenta sin comprometer a ningún partido”. Y explica alguna de las causas de su dimisión de la presidencia del Partido:
“El cargo de presidencia es electivo y pienso que será muy difícil que se presentase otra candidatura, que inmediatamente sería calificada de oposición a mi figura y mi persona. Por eso me retiré, para que la gente pudiese elegir libremente, sin coacciones.”
¿Le halaga en cierta forma que su puesto haya quedado vacante? Y responde por la tangente: “Era difícil para el partido elegir un presidente nuevo, porque dimití quince días antes del Congreso y es muy poco tiempo para elegir un candidato nuevo. Pero mi retirada abre un paso y en este sentido creo que ha sido útil”.
14.- 15 de diciembre de 1979: Nuevas declaraciones de Carlos Hugo a la agencia Colpisa, reproducidas en el Diario de Navarra igualmente, y que, a pesar de salir dos días más tarde que las anteriores da toda la impresión de que hubieran sido hechas antes, incluso la formulación de la segunda de las preguntas que aparecen se refiere al Congreso “de dentro de tres meses”. En estas nuevas declaraciones se puede leer, entre otras cosas:
“Madrid (Colpisa).- Acaba de dimitir como presidente del Partido Carlista y nos asegura que no se presentará a la reelección. Carlos Hugo da la impresión de haberse librado de una pesada carga”. Lo anterior era la introducción y, como se puede observar, no figura la fecha en el comienzo. El párrafo siguiente es ya una pregunta:
“-¿Por qué ha dimitido precisamente en estos momentos?
-Quise dimitir antes de que se celebrase el Congreso del Partido Carlista, para que nadie pudiese pensar que se trataba de un golpe de efecto para hacerme reelegir. Con mi dimisión quiero demostrar que el Partido Carlista no está sujeto a un presidente vitalicio. Es una consecuencia más del proceso democrático de nuestro país, que hace inconcebible que un partido democrático y autogestionario esté sometido a un presidente en vez de a su propia actuación.
-¿No será nuevamente reelegido dentro de tres meses?
-No, porque no me presentaré a la reelección en el próximo Congreso. Esta dimisión no es ninguna maniobra. Le repito que se trata de poner en evidencia la democracia interna del Partido Carlista. Mi decisión está vinculada a la concepción del Carlismo moderno, que no plantea ningún problema ni dentro ni fuera del partido. Lo importante de verdad es buscar entre todos soluciones a los grandes problemas que tiene planteados en país”.
Y después de una pregunta sobre sus relaciones con el Rey Juan Carlos, sigue:
“-Su dimisión se produce a los pocos meses de la dimisión del Secretario General del Partido Carlista, José María de Zavala, ¿no evidencia esto una fuerte crisis en el seno del Partido Carlista?
-Mi dimisión no está relacionada con la del Secretario General del Partido. José María Zavala dimitió para no influir en la elaboración de una nueva Ejecutiva del Partido. Mi dimisión se debe a la voluntad de no mantener atado al Partido a una persona. En el Partido Carlista ha podido existir una decepción electoral, pero no existe ninguna crisis.
-Se habló hace unos meses de serias discrepancias ideológicas, ¿no será este uno de los principales motivos de su dimisión?
-En absoluto. Estoy totalmente de acuerdo con la línea ideológica del Partido, entre otras cosas, porque yo he participado de forma muy activa en su elaboración. Ahora me he convertido en un carlista de base, porque nadie puede dudar de que yo sigo siendo carlista”.
Más abajo, después de explicar el fracaso electoral, según él pro problemas de dinero, añade:
“-Está claro que el partido Carlista no ha podido y seguramente no podrá ganar una elecciones ¿No se han planteado ustedes la posibilidad de fusionarse con el PSOE, por ejemplo, o con otro partido cercano?
-Ese tema lo tendrá que decidir el próximo Congreso del Partido. Ha sido ésta una de las razones de mi decisión. Dejar al Partido plena autonomía para que decida su política de alianzas o delimite su futuro”.
15.- 27 de marzo de 1980: Diario de Navarra, de Colpisa: “Carlos Hugo de Borbón pidió hace meses la baja en el Partido Carlista. También han abandonado el partido José María Zavala, María Teresa de Borbón, José Carlos Clemente, etc. Madrid, 26 (Colpisa). El que fuera presidente del Partido Carlista, Carlos Hugo de Borbón, así como los principales cuadros dirigentes de esta formación política han pedido la baja del mismo. En la actualidad han dejado de ser militantes del Partido Carlista, Carlos Hugo de Borbón y su hermana María Teresa, así como el antiguo Secretario General José María Zavala, el jefe de Prensa Josep Carles Clemente, Fernando Romanillos, Carlos Carnicero y otras importantes figuras del Carlismo. Este sector, ante el repetido fracaso electoral, encabezaron una tendencia partidaria de la fusión del Partido Carlista con otros partidos de similares características, como podría ser el PSOE, PNV en el País Vasco, con Convergencia i Unió en Cataluña. A esta opinión se opuso el actual Secretario General del Partido Carlista, Mariano Zufía, quien mantenía la tesis de supervivencia del Partido, aunque fuera a niveles testimoniales. Al vencer esta última tendencia, don Carlos Hugo y sus hombres de confianza optaron por pedir la baja del Partido Carlista. Esta decisión fue tomada hace algunos meses y se ha mantenido en secreto por un pacto hecho por las dos tendencias de no darlo a la opinión pública.
Por otra parte hay que señalar que gran parte de los dimitidos han formalizado hoy, bajo notario, la formación de un centro de estudios sociológicos bajo las siglas CEES (Centro Europeo de Estudios Sociológicos) que preside Josep Carles Clemente y que será presentado a la prensa el próximo día 7 de abril. La condición imprescindible para formar parte de los órganos directivos de este centro es no pertenecer a ningún partido político”.
Esta afirmación. Tan contradictoria con la que se incluye en el punto 14, apareció en varios periódicos de todo el Estado y de ámbito preferentemente provincial el mismo día, y no fue más que la confirmación de la información aparecida en editorial del diario El País el domingo anterior, 23 de marzo: “A otro nivel no deja de ser reseñable la cordialidad que ha distinguido el contacto oficial dentro de la Corte holandesa entre los Reyes de España y don Carlos Hugo de Borbón-Parma y su esposa, la princesa Irene. Don Carlos Hugo ha abandonado la presidencia del Partido Carlista y hasta el propio partido para emprender otros rumbos políticos” (“Un Rey de España ente la tumba de Guillermo de Orange”).
16.- En el gran lapso de tiempo transcurrido entre los dos puntos anteriores -14 y 15- el Partido Carlista no supo nada más de Carlos Hugo de Borbón Parma ni directa ni indirectamente, sólo que algún artículo aparecía firmado con su nombre en El País.
Pero de José María Zavala, Carlos Carnicero, José Carlos Clemente y José Manuel Sabater se recibieron primero cantidades de dinero que cubrían hasta el total de sus cuotas del año 80 y las que tenían pendientes de medio 79, aproximadamente a final de enero. Para, seguidamente, unas dos semanas después, igualmente cada uno por separado, pero todos a la vez, se dieran de baja como afiliados del Partido a través de sendas cartas, todas del mismo modelo pero con distinta firma. Hasta el comunicado de Colpisa aparecido el 27 de marzo, y ya citado, el Partido Carlista ya no supo nada más de todos ellos tampoco.
Incluso cabe decir que la situación de Carlos Hugo de Borbón Parma, como afiliado al Partido, aún es ambigua, pues si bien nunca había figurado en ningún censo de ninguna agrupación ni región, y ahora tampoco, este hecho no se sabe cómo interpretar, si como un permanencia implícita o como una ausencia igualmente implícita, pues él nunca se ha dirigido a ninguno de los órganos del Partido para manifestarse sobre su situación real con respecto a muestra organización. Claro que, como tampoco ha desmentido ninguna de esas informaciones que decían que había cesado como militante, cada uno puede tomarlo como le parezca a la vista de los datos.
17.- El País, 28 de marzo de 1980: Dentro de la línea de la información de la agencia Colpisa, reproducida en el punto 15, al día siguiente –en la fecha que señalamos en este apartado- aparece en El País una información titulada “El Partido Carlista prácticamente extinguido”. “Carlos Hugo ha abandonado la militancia. El Partido Carlista, uno de los más antiguos que existen en España, se encuentra en trance de extinción, tras las sucesivas bajas solicitadas por la mayor parte de sus cuadros dirigentes, coincidiendo con la renuncia de Carlos Hugo de Borbón a la presidencia del mismo, que se produjo en noviembre pasado. Carlos Hugo abandonó asimismo la militancia en el partido al mismo tiempo que presentaba su renuncia a la presidencia. Actualmente la estructura de este grupo político se limita a un núcleo en Navarra y algunas personas en otros puntos de España, dirigidos por Mariano Zufía como Secretario General”.
Después de hablar del CEES, continúa: “Carlos Hugo de Borbón no figura en el Consejo de administración de la entidad, que está presidido por J. Carlos Clemente y cuyos miembros son personas políticamente independientes. No obstante, se cree que Carlos Hugo colaborará en los programas de la misma, cuya presentación pública está prevista para el próximo día 7”.
Sigue en ese tono unas líneas más para terminar así: “Parte de sus miembros se han integrado en el PSOE [se refiere al Partido] y algunos otros han mantenido conversaciones con el PNV y Convergencia i Unió”.
18.- Diario de Navarra, 11 de abril de 1980: Nueva reproducción de una información de la agencia Colpisa de Madrid: “Los antiguos carlistas formalizaron se Centro de Estudios”. En el último párrafo se puede leer: “El Consejo de Administración está formado por Josep Carles Clemente como presidente, como secretario Carlos Carnicero Jiménez de Azcárate; vocales María Teresa de Borbón Parma, Fernando García Romanillos, José Ramón Rincón y Josep Manuel Sabater”.
Igualmente, aparece esta información en el diario El País del día siguiente, sábado.
19.- Se celebra la presentación del CEES en el Hotel Eurobuilding de Madrid, el día 17 de abril de 1980.
Abril de 1980.
Informe realizado por el Comité Federal del Partido Carlista

1 comentario:

  1. Perdona que te contradiga. Si bien los hechos objetivos históricos que comentas son ciertos. La interpretación que haces de los mismos son incorrectos y tratan de legitimar una posición antidinástica inexistente en la gran parte de los militantes del partido Carlista, que puede que sean dinásticos o republicanos, pero no antidinasticos. Don Carlos Hugo de Borbón Parma en ningún momento hace dejación de sus derechos históricos hereditarios a la Corona de las Españas. Puede que hiciera dejación política en las filas del Partido Carlista, pero ello no equivale a una renuncia, de ningun modo de los derechos hstóricos que le corresponden como Jefe de la Corona de las Españas, y esto hay que dejarlo claro, siguiendo estrictamente la genealogía y la heraldica familiar. Se pueda estar más a favor o más en contra de su persona es un asunto aparte de los Derechos Históricos Dinásticos que le corresponden.

    La Confederación, el Derecho de Autodeterminación de los Pueblos de las Españas y el Socialismo Autogestionario no es incompatible con la defensa del fenómeno Dinástico en el Carlismo, ni en el partido Carlista. Siempre fue coherente con su historia con sus siglas y fue siempre elemento aglutinador de los descontentos contra el liberalismo capitalista de la burguesía. No puedo entender, ni comprender ese odio bisceral por parte de algunos al sentimiento de quienes nos consideramos dinasticos. Y encuentro en todo momento, no solo insultos, sino intentos de desprestigiar con ello dicho fenómeno. Esperemos exista cordura y buen entendimiento así como una autentica democracia dentro de las formas y métodos del Partido Carlista, haciendo hincapié en el respeto total y absoluto a todas y cada una de las sensibilidades politicas que por desgracia hoy estan a flor de piel.

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