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22 de enero de 2009

Consejismo y Organización de Izquierda Comunista

Pegatina de MC-OIC, Galicia, 1979 (Archivo La Alcarria Obrera)

La Organización de la Izquierda Comunista de España (OIC) fue uno de tantos grupos de la izquierda revolucionaria que sostuvieron postulados del marxismo heterodoxo ante la evidente burocratización y anquilosamiento de la Unión Soviética y los regímenes afines. Apareció en los años del tardofranquismo para terminar fusionándose en 1979 con el Movimiento Comunista, otra organización que hundía sus raíces en ETA y que estaba abandonando el maoísmo militante; aún como coalición (MC-OIC) concurrieron a las elecciones legislativas de 1979. El texto que presentamos fue publicado como folleto en 1976 con el título de Por la ampliación de un amplio movimiento "pro-consejista" y lo firmaba el Comité de dirección del frente obrero de la Organización de Izquierda Comunista. Sus propuestas, en la línea de Rosa Luxemburgo y Antón Pannekoek, no encontraron mucho eco entre la clase trabajadora.

Hay una profunda contradicción entre lo que se nos trata de meter por los ojos sobre la democratización de la política de nuestro país desarrollada desde la muerte de Franco y lo que sufrimos en nuestras carnes en la medida en que nuestras condiciones de vida siguen deteriorándose con la subida desbocada de los precios, el aumento del paro, la continuidad de la represión sobre nuestros legítimos derechos de reunión, expresión y asociación, etc. Así vemos que mientras que van modificando las viejas estructuras y las viejas leyes del estado franquista, mientras se van legalizando los partidos reformistas y se van preparando las elecciones parlamentarias, mientras se habla de que “el pueblo empieza a ser soberano”, a los trabajadores se nos somete al despido libre, a la congelación salarial y al estricto control represivo de todos nuestros movimientos.
Esta contradicción parte de que el sistema capitalista ha entrado en una profunda crisis para la que ningún sector de la clase capitalista ha encontrado salida. Todo lo que se están limitando a hacer es cargar sobre nuestras espaldas los efectos de la crisis, y mientras aumentan nuestra explotación tratan de evitar nuestra lucha vendiéndonos “democracia”. Tratan de domesticar al movimiento obrero realizando una serie de cambios políticos con los que esperan que demos nuestra conformidad a este incremento de la explotación y la opresión.
Los nuevos sindicatos de corte tradicional (la Confederación de CCOO, la UGT, la USO...) que se están formando ante la inminente desarticulación de la CNS, están renunciando a impulsar la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores para no crearle más dificultades económicas a la clase capitalista y dejar que esta salga airosa de su crisis. Continuadamente nos estamos encontrando en distintos puntos del estado español ejemplos de luchas que tratan de frenar diciéndonos que hay crisis y que debemos ser “moderados” en nuestras peticiones. Esta es la labor que la burguesía y su gobierno exigen de los nuevos sindicatos para legalizarlos.
A los trabajadores se nos pide que renunciemos a nuestras reivindicaciones para que pueda desarrollarse la “democracia” (esta falsa democracia que para nosotros sigue siendo una dictadura capitalista). Y se nos exige que como ciudadanos democráticos colaboremos en la resolución de la crisis económica. Este es el contenido del pacto que está firmando el gobierno con los partidos reformistas de la oposición democrática, y que secundan los sindicatos que están bajo la dirección de esos partidos.
Pero a pesar de todo, la lucha de los trabajadores no se está paralizando y el movimiento obrero adquiere cada día mayores dimensiones. Los partidos reformistas y sindicatos de corte tradicional podrán pactar con el poder capitalista, pero su pacto no es aceptado por las masas trabajadoras, que desarrollan luchas cada vez más importantes al margen de esos sindicatos.
Frente a la CNS que sólo ha sido un instrumento de la dictadura capitalista y a unos sindicatos que surgen a la legalidad actuando ya de freno para nuestras luchas, los trabajadores estamos imponiendo nuevas formas de auto-organización que suponen un avance de enorme importancia para nuestra clase.
Las Asambleas de fábrica se han generalizado como el primer lugar donde los trabajadores nos organizamos, debatimos y decidimos todo lo que afecta a nuestros intereses colectivos; de las Asambleas surgen los Delegados que integran las Comisiones representativas que por todas partes se están imponiendo como órganos de negociación de nuestras reivindicaciones y de coordinación de nuestra lucha; de las Asambleas surgen también los Delegados que coordinan unas empresas con otras haciendo posible la lucha y forjando la unidad de nuestra clase.
Hoy existen ya coordinadoras de delegados de distintas fábricas estabilizadas en diversos lugares del estado español (Euskadi, País Valenciano, etc.), que están señalando el camino a toda la clase obrera para construirlas formas de organización que realmente nos sirven para conquistar nuestras reivindicaciones y avanzar hacia la imposición de la Organización de todos los trabajadores, la Central Única de los Trabajadores.
LA AUTO-ORGANIZACIÓN CONSEJISTA
La CNS se derrumba y ante los trabajadores del estado español se plantea de lleno el problema de nuestra organización. Necesitamos organizarnos.
La alternativa que nos ofrecen los nuevos sindicatos que surgen a la legalidad no responde a nuestros intereses de clase:
1º) Porque su campaña de captación y afiliados divide a la clase trabajadora reduciendo enormemente nuestra fuerza y liquidando todo el carácter unitario que han tenido nuestras luchas de los últimos 15 años.
2º) Porque no se proponen desarrollar un amplio combate por nuestras reivindicaciones, sino que se están adaptando a las exigencias del poder capitalista, y la labor de freno que desarrollan sobre nuestras luchas va a aumentar en la medida en que la crisis económica va para largo y los capitalistas van a necesitar aumentar cada vez su explotación sobre nosotros.
3º) Porque pretenden sustituir el protagonismo que hasta ahora han tenido las masas trabajadoras tomando todas las decisiones en las Asambleas y dirigiendo las luchas a través de los Delegados, por una nueva práctica sindical en la que la burocracia del sindicato lo decidirá todo y las masas perderán protagonismo directo (como ocurre en todos los países donde los sindicatos tradicionales son aceptados por las masas trabajadoras).
4º) Porque tratan de separar la lucha económica de la lucha política, dejando la primera en manos de los sindicatos y la segunda en manos de los partidos parlamentarios, con lo que se aleja a las masas trabajadoras de todo protagonismo político directo, y de toda posibilidad de hacerse con un poder real capaz de enfrentarse al poder del estado capitalista.
La alternativa válida de auto-organizarnos, construyendo formas de organización unitarias basadas en la democracia directa en cada fábrica, ramo, zona, localidad, nacionalidad...
Las bases de este proceso de auto-organización son:
La Asamblea de Empresa. En ella se reúnen todos los trabajadores de la empresa permitiendo la participación de todos en las discusiones y decisiones. Sólo partiendo de las Asambleas de empresa se puede construir la unidad desde la base de todos los trabajadores en el combate cotidiano contra la explotación. Desde la Asambleas han de elegirse los Delegados o representantes estables de los trabajadores, que podrán ser revocables en cualquier momento por la Asamblea y darán siempre cuentas a ésta de la labor realizada.
Hacer de la Asamblea de fábrica o empresa un primer lugar de organización de los trabajadores exige que se realice periódicamente, y que se eliminen todas las restricciones que existen a la libertad de reunión y expresión. No basta realizar asambleas en momentos de lucha; de lo que se trata es de imponer el que se reconozca el derecho a que la Asamblea de cada empresa se reúna periódicamente. Sólo así podrá lograrse la unidad de forma permanente y el protagonismo de todos los trabajadores en la defensa continua de nuestros intereses.
El Consejo de Fábrica o Comisión representativa estable. Es el órgano formado por los delegados elegidos en distintas secciones de la empresa que realiza funciones de coordinar a todos los trabajadores de forma permanente, representarlos en todo momento que sea preciso, de dirigir cualquier proceso de lucha, de organizar el conjunto de actividades que la Asamblea le delegue… en definitiva, es el órgano elegido por todos los trabajadores (por democracia directa) que los unifica y centraliza y los mantiene permanentemente organizados.
Sus funciones van desde negociar con la dirección de la empresa las reivindicaciones que en cada momento la asamblea plantea, controlar en la empresa cosas como la seguridad e higiene, los ritmos de trabajo, la distribución de categorías, la admisión de personal… y todo aquello sobre lo que los trabajadores consigan imponer su control, organizar una serie de Comisiones propias de su labor organizativa: comisión de asistencia jurídico laboral, comisión de fondos (caja de resistencia), etc. Hasta coordinarse con las demás empresas enviando sus representantes a las coordinadoras de Delegados de la zona o el ramo.
Los Consejos para que puedan existir deben ser impuestos legalmente en las empresas. Ha de conquistarse su reconocimiento de manera que el Consejo pueda reunirse dentro de la empresa, en horas de trabajo y en los locales cedidos por la empresa. Es el órgano que sustituye al jurado de empresa y debe lograrse para él la misma libertad de movimiento que el jurado tenía.
La Central Única de Trabajadores. El proceso de auto-organización no debe quedarse reducido en el marco de la empresa, pues de ser así nuestra clase jamás alcanzaría fuerza para conquistar importantes reivindicaciones y para avanzar contra la explotación capitalista; es necesario coordinar unas empresas con otras, unos ramos con otros y desarrollar unos procesos generalizados de auto-organización que conduzca a la Central Única de los Trabajadores.
El método a seguir debe ser el mismo (no puede ser otro) que el que hemos señalado para el terreno de la empresa: la democracia directa.
Desde cada Asamblea de fábrica (o en su nombre desde cada consejo) deben elegirse los representantes para las coordinadoras de Delegados que se impongan en cada ramo o zona. Estas Coordinadoras deben funcionar establemente y sus funciones tienen que ser similares a las que tiene el consejo en cada fábrica. Deben dotarse de unos estatutos de funcionamiento discutidos y elaborados por las Asambleas de las empresas que representa.
Coordinar hoy todas las prácticas asamblearias que se están dando es una imperiosa necesidad si queremos que la auto-organización unitaria avance contra la división sindical que nos tratan de imponer. Es necesario que se coordinen entre sí las coordinadoras de Delegados que en distintas zonas se están imponiendo, que a la vez se coordinen con los sindicatos asamblearios que se imponen en otras zonas, y que se dé un fuerte impulso a la elección de Delegados de manera que en cada localidad pueda establecerse la CUT (Central Única de los Trabajadores), se levanten sus sedes, se imponga su legalización, etc.
El Congreso Obrero Constituyente. Ha de ser el punto de referencia para todos los procesos de auto-organización que se desarrollan por todo el estado español. Este Congreso dará paso a la Central Única de los Trabajadores de todo el estado y establecerá su programa y sus bases de funcionamiento. Mientras no conquistemos su realización, todo el proceso de auto-organización es un proceso constituyente en que ha de irse discutiendo ya en todos los consejos, sindicatos asamblearios, coordinadoras de Delegados, etc. las bases programáticas y el funcionamiento de los que queremos dotar a la CUT.
El que la CUT tenga un carácter consejista o sindical, el que tenga un programa más avanzado o menos, se decidirá en última instancia en el Congreso obrero constituyente.
Sólo a través de este proceso de auto-organización podemos superar ahora ya las limitaciones que a nuestra unidad y nuestra lucha tratan de imponer las nuevas centrales sindicales.
¿Qué objetivos nos permite conquistar ya nuestra auto-organización?
1º.- La Unidad de nuestra clase.
2º.- La democracia obrera directa: la democracia basada en el protagonismo directo y cotidiano de las masas trabajadoras, y no el voto cada varios años que caracteriza a la democracia burguesa y que elimina toda posibilidad de que los trabajadores participemos en la dirección de nuestros asuntos.
3º.- La conquista de nuestras reivindicaciones inmediatas: nosotros no vamos a detenernos ante argumentos de que la patronal tiene crisis y dificultades económicas. Nosotros no tenemos ningún interés de salvar de esta crisis al sistema capitalista, sistema que se basa en el robo continuado de nuestro trabajo; en nuestras manos tenemos una salida distinta para esta crisis, la salida que debemos protagonizar nosotros arrancando del poder a los capitalistas y organizar colectivamente la economía y la sociedad en su conjunto.
4º.- El control sobre nuestras condiciones de trabajo: que hemos de ejercer desde los órganos elegidos en las empresas (consejos) y va a permitirnos combatir las arbitrariedades de la patronal y empezar a arrancar a la burguesía la gestión de todo lo que afecta a nuestros intereses de clase.
5º.- La unidad entre nuestra lucha económica y nuestra lucha política: auto-organización es tomar en nuestras manos la defensa de todas nuestras reivindicaciones, tanto económicas como políticas, sin esperar que ningún parlamento burgués ni ningún partido parlamentario nos resuelva los problemas políticos, porque no nos lo va resolver: la amnistía total, las libertades políticas, la disolución de los cuerpos represivos, etc. Son objetivos que sólo se conquistarán con la movilización de las masas trabajadoras y deben estar presentes en los programas reivindicativos sobre los que establezcamos nuestra auto-organización.
EL MOVIMIENTO PRO-CONSEJISTA
Los trabajadores, comunistas y no comunistas, organizados y no organizados, que queramos la unidad de nuestra clase en contra del divisionismo de las nuevas centrales sindicales, que queremos el protagonismo directo de las masas en contra de la sustitución de las nuevas burocracias sindicales y parlamentarias, debemos unirnos hoy más que nunca para impulsar la auto-organización consejista de nuestra clase.
Debe desarrollarse por todo el estado español un amplio movimiento pro-consejista que agrupe a todos los que luchamos por la auto-organización sobre bases similares a las señaladas en este documento. La condición para que en cada fábrica se imponga un consejo de fábrica y en cada zona una coordinadora de delegados, es que previamente haya un buen número de trabajadores que han comprendido su necesidad y luchan para que se imponga. El movimiento pro-consejista es esta amplia vanguardia de cada fábrica, zona, etc. Que entiende la necesidad de estas formas de auto-organización para conquistar sus reivindicaciones y trabaja para que se impongan y se mantengan.
El movimiento pro-consejista no se organiza en todos los lugares en torno a un mismo programa elaborado en todos sus detalles, sin que en cada zona y empresa concreta se elabore su programa de acuerdo con las reivindicaciones asumidas en ese lugar concreto, aunque en él hay unos ejes programáticos básicos que han de ser comunes por ser hoy la expresión mínima de la lucha por la unidad y la auto-organización consejista. Este programa, base del movimiento pro-consejista está expresado en el apartado anterior de este documento, y en síntesis consiste en la lucha por:
-La construcción del consejo de fábrica en cada fábrica.
-La vinculación de tal práctica del consejo de fábrica a todas las prácticas asamblearias y de democracia directa, construyendo la CUT.
-La lucha por el Congreso Obrero Constituyente como marco resolutorio del contenido y objetivos de la CUT.
-Las consignas de control (en la empresa) que debe asumir el consejo de fábrica.
-Las reivindicaciones materiales más esenciales que están en el orden del día de la lucha de masas: un salario mínimo suficiente, la jornada de 40 horas, la defensa del puesto de trabajo, la eliminación de los impuestos.
El movimiento pro-consejista impulsa la construcción de los Consejos de Fábrica pero no los sustituye, es una forma de organización de transición que ha de ir desapareciendo en la medida en que las amplias masas trabajadoras vayan asumiendo la necesidad de la organización consejista y se generalice la construcción de consejos de fábrica. La estructuración del movimiento pro-consejista debe basarse en asambleas de trabajadores pro-consejistas en cada empresa, ramo, etc. En cada lugar concreto debe agruparse en torno a las propuestas de lucha y auto-organización a todo el amplio número de trabajadores luchadores que estén por la unidad y la democracia directa, y éstos han de reunirse en asambleas periódicas en las que se discutirá la forma de impulsar estas propuestas.
La coordinadora de las asambleas de trabajadores pro-consejistas de cada empresa, ramo o zona ha de realizarse cuando lo exijan las necesidades de generalización de una lucha o de extensión del proceso de construcción de la CUT. Tal coordinación no deberá ser burocrática ni restringida, sino basada en amplias asambleas de trabajadores pro-consejistas de distintas empresas que se reúnen solamente ante necesidades claras y concretas.
Esta es nuestras propuesta para el desarrollo del movimiento pro-consejista.
Compañero: si estás de acuerdo con esta propuesta, si entiendes que hoy tiene una importancia trascendental para nuestra clase la lucha por la unidad, la democracia directa y la auto-organización, intégrate en el movimiento pro-consejista e impúlsalo en tu lugar de trabajo. Extiende este documento y potencia la creación de una amplia Asamblea de Trabajadores pro-consejistas en tu empresa, gánate a nuevos compañeros para la alternativa consejista. Nuestra clase debe andar el camino que lleva a acabar con la sociedad capitalista, debe construir formas de organización consejistas que nos den una fuerza y un poder de clase para enfrentarnos a la explotación y la opresión; tu aportación es importante.

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