La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

15 de enero de 2009

La muerte de Pí y Margall, de Ricardo Mella

Francisco Pi y Margall fue, sin duda ninguna, el patriarca de las mejores corrientes políticas de la España contemporánea. Presidente de la Primera República y líder natural del republicanismo, traductor al castellano de las obras de Pierre Joseph Proudhon y, por eso mismo, introductor del anarquismo en nuestro país, primer teórico del federalismo hispano... Una agitación ideológica que corría pareja a su infatigable labor política y a su concienzuda producción intelectual. Un protagonismo público que sólo podía ser compatible con una intachable ética privada. A su muerte, en el año 1901, el teórico anarquista Ricardo Mella escribió en el número de La Revista Blanca publicado el 15 de diciembre de ese año este sentido artículo, merecido homenaje del movimiento libertario al federal con quien tantos lazos unían.

Fui su discípulo. Niño aún, en el agitado periodo del 73, mi buen padre, federal enragé, dábame a leer todos los periódicos, revistas y libros que entonces prodigaba el triunfante federalismo. Después, puede decirse que se moldeó mi cerebro con las doctrinas de Pi y con sus traducciones de varias obras de Proudhon.
No fui federal mucho tiempo, pero siempre guardé y guardaré respeto y admiración para el hombre y sus ideas. Creo que ha sido en España el cerebro de la revolución, de las ideas genuinamente progresivas. A un lado sus peculiares puntos de vista, Pi tenía tan amplias concepciones, tan claras y precisas formas de pensamiento, tan cerrada y firme lógica, que ningún hombre sinceramente revolucionario podía reconocer su justicia, su probidad, su noble y severa y tranquila grandeza. Quiérase que no, su influencia traspasa los linderos del partido. Era Pi y Margall un verdadero genio de la revolución. Así ha tenido y tiene el aplauso de todos los revolucionarios; y los que no lo son doblan humillados la cabeza y se hacen lenguas de las cualidades personales del hombre, ya que no puedan, por un resto de pudor, reverenciar sus ideas.
Pero ¿a qué ponderar lo que está fuera de discusión?
Fue su muerte tan modesta como su vida. Si Bonafoux, con verdadero dolor, no halló en la prensa de París respecto de Pi lo que se prodigó a Cánovas, ¿qué importa? Con todas estas galeradas de menuda letra que duran un día, Cánovas, todos los que deben al éxito gubernamental un renombre, pasarán, pasarán pronto, olvidados del mundo. Pi y Margall quedará como una luz que nunca se apaga. Son las condiciones de un Pi, su labor tranquila pero porfiada, su lucha tenaz por los ideales, sin vanidades, sin ruidos, sin aparato, las que enseñan a los pueblos y los adiestran en el dificilísimo arte de ser dignos de sí mismos.
Sus ideas filosóficas, más que políticas, perdurarán en el pueblo español como verbo de la revolución venidera. Sin los compromisos de partido, Pi hubiera sido el hombre de todos los revolucionarios.
Su muerte producirá en el seno de la política española una gran descomposición. No se apaga en vano la voz del justo.
Mantenía Pi con su ejemplo, con su firmeza, con su sencillo y diáfano razonar, con su gran consecuencia y su tenaz carácter, al partido federal virgen de las concupiscencias políticas. Manteníalo a la altura digna de él, única esperanza, en lo político, de redención para el país.
Pero, y perdónenme los federales sinceros, ¿continuará el partido las tradiciones de aquel grande hombre?
A muchos de aquellos he oído distintas veces afirmar que la muerte de Pi sería la muerte del partido federal.
Creo que, en efecto, el federalismo no será ya en España lo que fue. Hay demasiadas concomitancias políticas alrededor de la idea federal, y demasiada confusión en el campo de la democracia, del autonomismo, del regionalismo, para que el ideal filosófico por excelencia se conserve puro en las alturas a que lo llevara el que acaba de morir. Hay, además, pocos hombres de valer y de la fe y de la perseverancia de Pi y Margall, poco de ese gran espíritu de justicia que le animaba para que el federalismo continúe ofreciéndose como el paladín de lo venidero.
Creo más; creo que la muerte de Pi influirá así mismo en los demás partidos avanzados, incluso el socialismo y el anarquismo. Se ha roto una fortísima anilla de la cadena revolucionaria. Pi tenía ideas socialistas y anarquistas. Pese a los buscadores de nimiedades, a los espíritus cortos de entendederas o raquíticos de horizonte, Pi no hacía obra de partido, menos obra de sectario. Y si su ideal no cristalizó en una forma cerrada de las varias que sirven de comodín para ahorrarse el trabajo de estudiar y pensar por cuenta propia, tendió, en cambio, sus vigorosas raíces por todo el campo del revolucionarismo. He aquí porque era el verbo y la sustancia de las ideas nuevas aún no comulgando en ellas, con el debido encasillamiento.
¿Qué era el jefe de un partido y que como tal procedía? En mil ocasiones no fue jefe ni hombre de partido. Sus obras mejores son obras de filosofía puramente revolucionaria, sin dogmas, sin convencionalismos, de una sinceridad verdaderamente ejemplar.
Sin que piense yo que ningún hombre es indispensable, no puedo ni quiero prescindir de la consideración de que son los hombres instrumentos cuando menos, actores muchas veces, en el desenvolvimiento de la evolución humana. Producto del mundo en el que viven, son, al propio tiempo, factores del mundo que viene. El dogmatismo del medio ambiente me es tan repulsivo como cualquier otro.
He aquí porque creo que la muerte de Pi y Margall alterará la situación política del país afectando a los partidos más avanzados.
La disgregación del partido federal es fatal a la corta o a la larga. De él se nutrieron antes las filas del socialismo y del anarquismo. De él se nutrirán ahora por que quedará de Pi su obra filosófica y perecerá su obra de partido. Los federales sinceros, los que aprendieron del jefe las ideas generosas de redención humana, se desprenderán del federalismo político como se desprende del árbol la fruta madura. Los federales políticos, los que llevan del federalismo no más que las formas exteriores y el pensamiento mecánico de su funcionalismo, irán a formar tal vez nuevos grupos con sus afines los demócratas descentralizadores y los regionalistas. Aburguesaran el partido, y tendremos un núcleo más de aspirantes a hacernos dichosos por medio de la panacea legislativa y gubernamental.
Hace tiempo que esta descomposición viene hincada en el partido federal. Solo la gran autoridad moral de Pi ha podido contenerla. Ahora saldrá a la superficie sin que nada ni nadie pueda contenerla.
La consecuencia no será dañosa para las ideas revolucionarias. Las afinidades de antiguo reveladas entre ciertos elementos federalistas y los anarquistas, reforzaran ahora la tendencia más radical del socialismo. Bien venidos sean los que, inspirándose en el maestro vengan a nosotros con sinceridad, con nobleza, perseverantes para la lucha.
De Pi y Margall han aprendido muchos, aprenderán, deberán aprender no pocos a ser dignamente revolucionarios, espíritus sobre todo justos, sin soberbia, sin aparato, sin vanidad. Y esto en todos los partidos de la revolución, socialistas o anarquistas. Porque de estas condiciones, que apenas dan nombre, que no ocupan ni un tercio de una columna de periódico, que no ensordecen a la gente con la alabanza sin medida y el aplauso sin tasa, que no atormentan a las generaciones con la logorrea fastidiosa y cansina de la elocuencia de plazuela, de esas condiciones, digo, son los hombres que en verdad consagran su existencia al bienestar de sus semejantes.

13 de enero de 2009

La Regional Norte de CNT en 1936

La CNT celebró su segundo congreso extraordinario en la ciudad de Zaragoza, sede de su Comité Nacional, en los primeros días de mayo de 1936. Al mismo asistieron representantes de treinta y cinco sindicatos, que agrupaban a más de 7.000 afiliados, organizados en la Confederación Regional del Trabajo del Norte, que abarcaba las provincias de Santander, Álava, Guipúzcoa y Vizcaya y la comarca septentrional de la provincia de Burgos, que integraba sus sindicatos de las áreas del centro y del sur en la Confederación Regional del Centro. La Regional Norte era una de las más débiles en la CNT, allí donde la UGT tenía uno de sus feudos tradicionales, pero su presencia era significativa en Guipúzcoa y en los núcleos industriales de Santander.

REGIONAL NORTE
Provincia de Álava
Labastida: Oficios Varios 31
Vitoria: Oficios Varios 280
331
Provincia de Burgos
Miranda de Ebro: Oficios Varios 200
200
Provincia de Guipúzcoa
Irún: Ferroviarios 65
Pasajes: Industria Pesquera 910
Oficios Varios 200
Rentería: Único 73
San Sebastián: Camareros 39
Construcción 330
Madera 41
Metalúrgicos 96
Oficios Varios 103
Piel 74
Tolosa: Oficios Varios 130
2061
Provincia de Santander
Mataporquera: Oficios Varios 47
Reinosa: Metalúrgicos 168
Santander: Artes Gráficas 50
Construcción 1400
Espectáculos Públicos 19
Ferroviarios 47
Metalúrgicos 112
Oficios Varios 270
Petróleos 27
Transporte Marítimo 254
2394
Provincia de Vizcaya
La Arboleda: Grupo Sindical 37
Baracaldo: Metalúrgicos 540
Bilbao: Construcción 350
Ferroviarios 27
Metalúrgicos 130
Oficios Varios 220
Dos Caminos: Oficios Varios 85
Erandio: Único 361
Lejona: Único 42
Santurce: Oficios Varios 182
Sestao: Único 330
2304
Total representados: 7290

8 de enero de 2009

La Regional Asturias-León-Palencia de CNT en 1936

25 céntimos del Consejo de Asturias-León, 1936 (Archivo La Alcarria Obrera)

La en apariencia heterogénea Regional de Asturias, León y Palencia se articulaba, básicamente, en torno a los mineros de las cuencas asturianas y de las áreas próximas del norte de Castilla y León (Fabero, Guardo...), aunque tenía en la ciudad de Gijón, principal enclave industrial de la zona, su feudo tradicional. La hegemonía socialista en la minería asturiana estaba empezando a ser erosionada por el crecimiento de la central anarconsindicalista desde su base en La Felguera y, como en el resto de la Meseta, en 1936 un número creciente de trabajadores se organizaba en sociedades obreras anarcosindicalistas, dando vida a la CNT en los pueblos y las capitales de ambas Castillas. En el listado de delegaciones que asistieron al Congreso confederal de Zaragoza en mayo de 1936 se aprecia con claridad este crecimiento cenetista.

REGIONAL ASTURIAS, LEON, PALENCIA
Provincia de Oviedo
Avilés: Ferroviarios 76
Industria Pesquera 900
Oficios Varios 200
Transporte Marítimo 700
Candás: Ferroviarios 60
Cudillero: Industria Pesquera 250
Gijón: Alimentación 716
Artes Gráficas 337
Azucareros 400
Cerámica 295
Construcción 2480
Empleados del Municipio 220
Espectáculos Públicos 150
Ferroviarios 136
Gasistas y electricistas 106
Industria Pesquera 700
Mercantil 165
Metalúrgico y Siderúrgico 2155
Obreros del Hogar 118
Sombrereros 98
Transporte Terrestre 1270
Vestir y Aseo 400
Vidrio y similares 600
La Felguera: Construcción 150
Metalúrgicos 2500
Oficios Varios 260
Oviedo: Construcción 745
Oficios Varios 85
Sama de Langreo: Luz y Fuerza 200
Mineros 3000
19472
Provincia de León
Arganza: Campesinos 40
Fabero: Mineros 1500
Hospital de Órbigo: Oficios Varios 40
León: Albañiles y similares 440
Ferroviarios 30
Luz y Fuerza 62
Matarifes 27
Metalúrgicos, fontaneros 175
Obreros de Almacén 78
Oficios Varios 33
Piedra artificial 21
Transportes 15
Yeseros y ceramistas 140
Olleros de Sabero: Mineros 225
Veguilla de Órbigo: Oficios Varios 136
2962
Provincia de Palencia
Guardo: Mineros 90
Palencia: Oficios Varios 64
Santibáñez de la Peña: Mineros 91
245
Representados: 22679
Total Afiliados: 27367