La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

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1 de marzo de 2013

ETA y el anarquismo vasco

Durante los primeros años de la Transición, al calor de doble proceso de reconstrucción del movimiento libertario en la Península y de desarrollo de la conciencia nacionalista en territorios cada vez más amplios del país, nació una tendencia anarco-nacionalista que obviaba la evidente contradicción en los términos de su propia definición con la voluntad de desarrollar un anarquismo localista que limitase su actuación a determinados territorios en convergencia con aspiraciones nacionalistas de ciertos sectores sus clases populares y, sobre todo, de su burguesía autóctona. Este anarco-nacionalismo tuvo un eco, aunque limitado, en Galicia, en Cataluña y, con algo más de entidad, en Euskal Herria, sobre todo de la mano del colectivo Askatasuna, que editaba una revista con ese mismo nombre. En aquellos años, su cabeza más visible era Mikel Orrantia, conocido con el apodo de Tar, que había sido militante de ETA antes de ingresar en la CNT y salirse de la Confederación para promover una imposible sección vasca de la AIT. Su texto más conocido fue su libro Por una alternativa global, editado por ZYX, y ahora presentamos un artículo que publicó en el número de mayo de 1979 de la Revista Mensual/Monthly Review bajo el título de “Euskadi: ETA y el nacionalismo revolucionario”, que es testimonio de la pobreza de su análisis y de sus argumentos.
Pegatina referéndum Estatuto de Gernika, 1979 (Archivo La Alcarria Obrera)
 
Euskadi
El término de Euskadi designa en la actualidad para las corrientes de acción y opinión radical o revolucionaria nacional vasca (sean o no nacionalistas), al conjunto de las regiones vascas de ambos lados del Pirineo, sometidas hoy al control de los estados capitalistas conocidos como "España" y "Francia", auténticos policías en la Zona del Capitalismo Monopolista. Regiones que llevan los nombres de: Laburdi, Baja Navarra y Suberoa en el Estado Francés; y Álava, Guipúzcoa, Alta Navarra y Vizcaya en el Estado español. En total, 20.544 Km. cuadrados y 2.600.000 habitantes, de los cuales 225.000 viven en las tres primeras regiones conocidas como "Euskadi Norte", "Euskadi Continental" o "País Vasco Francés" en contraposición a "Euskadi Sur", "Euskadi Peninsular" o "País Vasco Español", donde reside el resto (2.375.000).
Euskadi se encuentra al fondo del Golfo de Vizcaya y en el extremo Oeste de la cadena de los Pirineos y por el pasan los caminos terrestres y marítimos que unen la meseta castellana a la Europa del Noroeste.
La lengua histórica del País es hoy minoritariamente hablada. Esta situación minoritaria del idioma característico de los vascos a lo largo de su historia, viene dada por el hecho diglósico entre las lenguas (castellano-euskera, francés-euskera) existente en el país. Hecho diglósico que evidencia la situación de superioridad forzada de una lengua hacia la otra, en este caso, la del castellano y francés sobre el euskera. De todas formas el grado de concienciación popular se desarrolla intensamente desde 1969 y el proceso de euskaldunización y alfabetización crece casi geométricamente, a pesar de los obstáculos continuamente puestos por el poder y por determinados sectores políticos de la oposición (inclusive de izquierdas), seguramente temerosos de una completa identificación del pueblo vasco con su idioma y su cultura...
Los datos de que disponemos (aproximativos) son los siguientes: sobre un total de 2.600.000 habitantes, usan el euskera 629.000 (de los cuales solo 28.000 están alfabetizados) repartidos de la siguiente forma: Euskadi Norte, 80.000; Navarra, 80.000; Álava, 20.000; Vizcaya, 200.000; y Guipúzcoa, 250.000 vasco-parlantes.
El nacionalismo vasco
El moderno nacionalismo vasco es al mismo tiempo heredero del carlismo populista y de las luchas comunitarias y civiles de la época en que los vascos se identificaron a nivel popular con la defensa de sus libertades colectivas y como una reacción campesina contra los procesos capitalistas y liberales de industrialización y urbanización intensivos que acababan sin solución de transición a marchas forzadas con las características propias de la vida rural vasca definitoria hasta entonces de la cultura, el idioma, las relaciones sociales en general, etc., de los vascos.
Sabino Arana, el ideólogo más destacado del nacionalismo y fundador del Partido Nacionalista Vasco, era de familia carlista y fue él mismo quien acuñó el término "Euskadi" y dibujó la "ikurriña", hoy bandera nacional.
El nacionalismo vasco fue la ideología del PNV [Partido Nacionalista Vasco], quien por medio de ella consiguió establecer un control político estable sobre las clases populares vascas principalmente de la pequeña burguesía y campesinado de Vizcaya y Guipúzcoa. La llegada a Euskadi, con la industrialización intensiva, de grandes cantidades de emigrantes que proporcionaron la mano de obra industrial para las minas y fábricas principalmente de las Encartaciones de Vizcaya, inclinó hacia el socialismo obrerista las influencias políticas hegemónicas en el Bilbao de la época.
Así, nacionalismo controlado por el PNV y socialismo por el PSOE configurarían y configuran las grandes líneas de la política parlamentaria y reformista vasca. Las insuficiencias propias de la burguesía española para proceder a la acumulación de capital y el desarrollo industrial de la economía capitalista en el Estado español, intensificaron la miseria y las protestas obreras. La caída primero de la monarquía y luego de la República, son los elementos que retrasan durante décadas el debate y la evolución de las ideas y acción política propias de un país industrialmente avanzado como Euskadi. La enorme
sobre-explotación a que fue sometida en este período la clase trabajadora y la salvaje represión genocida abatida sobre nuestra comunidad nacional por el aparato del Estado de los ganadores de la guerra civil, son los ingredientes que constituyen la salsa que determina la revuelta visceral y la oposición racional de la juventud revolucionaria y radical de Euskadi. ETA es el primer producto de esta rebeldía al final de los años cincuenta. También estaría determinada por la propia tradición de los vascos (tres guerras civiles en muy pocas generaciones y una gran opresión comunitaria, mal soportada) respecto a la insurrección armada y la solidaridad popular, característica, esta última, común a todos los pueblos que sufren la opresión ejercida sobre ellos por aparatos militares formados por hombres de otras comunidades nacionales cuyo comportamiento es el de los ejércitos en tierra colonizada.
E.T.A. (Euskadi Ta Askatasuna-Euskadi y Libertad)
Hacia 1952-53, cuatro estudiantes de derecho de la Universidad de Deusto en Bilbao, fundan "EKIN" (acción), es una modesta revista y su grupo, que darán nacimiento al movimiento del mismo nombre. Más tarde, el desengaño de cierto número de militantes de EGI (juventudes del PNV) para con la línea del Partido Nacionalista Vasco prepara el caldo de cultivo ideológico para el nacimiento de ETA. En el exterior, el auge de las luchas tercermundistas de liberación nacional; en el interior, el Plan de Estabilización económica que supone el desastre y la marginación para amplios sectores de la pequeña burguesía, unido a unas características definitorias de la opresión nacional que hacen hablar y escribir durante varias décadas a ideólogos nacionalistas revolucionarios de la "colonización de Euskadi por España y Francia". La opresión nacional, resentida colectivamente por amplias capas populares de la población de Euskadi, ha sido un elemento revulsivo a menudo provocador, otras veces radicalizador de las luchas de clases en las últimas décadas.
Julen Madariaga, uno de los fundadores de EKIN y de ETA hablaba así en una entrevista efectuada por el periódico belga Le Soir el 2/2/1973: "Hijos o familiares próximos de miembros del Partido Nacionalista Vasco, nos encontrábamos inquietos al constatar la relativa importancia del movimiento nacionalista, sus preocupaciones demasiado teóricas". Señala igualmente que se pusieron a trabajar con ardor y en la más estricta clandestinidad, durante la primera época, para seleccionar los cuadros militantes y preparar su formación ideológica. "La primera redada de la policía no tuvo lugar hasta 1960". Es entonces cuando ETA comienza a dejarse oír y hasta hoy iría ganando, paso a paso, un lugar importante en la preocupación y conciencia colectiva de los vascos; pro o contra su intervención, en un determinado momento todos debieron reconocer que fue debido a su existencia y acción la radicalización colectiva y el avance popular y de clase de las luchas contra la dictadura y contra el capitalismo en Euskadi y un poco en todo el Estado español.
Pero la historia de ETA es también la del movimiento dialéctico hacia la síntesis de unión entre la lucha de liberación nacional (en su comienzo exclusivamente nacionalista y burguesa anti-comunista) y la lucha por la emancipación de los trabajadores (en un principio no sólo ajena sino contraria a la lucha de liberación nacional, por sus contenidos burgueses y antiobreros, a menudo racistas). La historia de ETA determina los aspectos sobresalientes (junto con las grandes movilizaciones de los trabajadores-ciudadanos de Euskadi de carácter asambleario y autónomo) de la acción comunitaria de los vascos en las últimas décadas: movimientos de solidaridad con los presos y detenidos, apoyo logístico y protección a los "liberados" o militantes escapados de sus domicilios, lucha por la amnistía, etc. han sido parte de sus jalones importantes.
Pero la evolución de ETA no ha sido lineal, ni fácil; los militantes expulsados o marginados o salidos de sus filas durante el debate permanente que la ha venido configurando a nivel interno, forman hoy la punta de lanza de la mayoría de los colectivos autónomos y organizaciones políticas o sindicales y ciudadanas de Euskadi. Dos grandes momentos han caracterizado este debate: la V Asamblea y su escisión en ETA-berri y ETA-zarra ("nueva" y "vieja" respectivamente), la primera pretendiendo convertirse en partido obrero de carácter socialista o comunista y que dio lugar más tarde al Movimiento Comunista (M.C.E.) dejaba atrás al mismo tiempo la acción armada y viraba hacia posiciones "españolistas" vía el centralismo democrático marxista a nivel del Estado-nación; la segunda pretendía seguir con el trazado político característico de ETA (nacionalismo radical-lucha armada). Este mismo esquema sería repetido en la VI Asamblea de ETA a finales de 1971 entre las fracciones marxistas y nacionalistas, y posteriormente en las sucesivas asambleas de ETA. En esta ocasión los marxistas irían a parar al trotskismo y darían vida, al fusionarse con otros colectivos en general menos importantes, a L.C.R.-L.K.I. [Liga Comunista Revolucionaria], después EIA y Euskadiko Ezquerra; por su parte los nacionalistas seguirían evolucionando en la síntesis liberación nacional-liberación social (nacionalismo revolucionario le llaman ellos) y aunque la dirección de la organización (o al menos sus declaraciones ideológicas) sean ya siempre marcadamente marxistas-leninistas (a veces maoístas, a veces trotskistas, a veces netamente estalinistas) se nota una tendencia general hacia las zonas hoy heterogéneas de la "autonomía obrera" y unas claras simpatías por los objetivos y métodos comunistas libertarios y anarquistas en general (asambleísmo, auto organización, etc. de KAS y Herri Batasuna).
¿Hasta qué punto encuentra o puede encontrar el reto de ETA eco en Euskadi?
Es un gran interrogante de respuestas siempre hipotéticas dentro de la mayor o menor aproximación a la realidad objetiva. Nosotros pensamos que el apoyo popular a ETA depende de las épocas y coyunturas históricas, y constatamos que hoy en día va en aumento, estando en condiciones de afirmar por la simple observación (sin datos computables por estar obviamente fuera de la militancia de ETA y hasta abertzale) que ETA (militar) tiene en la actualidad una de las mejores organizaciones tanto específica como de apoyo logístico que haya tenido nunca. La decepción del parlamentarismo, el enorme paro -cifrado por encima de los 200.000 en Euskadi- que descansa en su mayor parte sobre los jóvenes sin su primer empleo, la enorme densidad demográfica y el ahogo subsiguiente del individuo por una especulación y planificación urbanística salvaje y caótica, la degradación ambiental y el problema grave ecológico general y nuclear en particular, la perdida rápida y acelerada en los últimos años del contacto con la naturaleza y el paso colectivo en pocas generaciones de vascos del trabajo rural (vida y cultura, etc.) a una sociedad superurbana e industrial... Aspectos todos ellos que la política reformista del Gran Capital no desea o no puede atacar con la urgencia que sería necesaria para "pacificar Euskadi”. Sin hablar de la cuestión nacional que pone los pelos de punta a los políticos españoles desde la izquierda y extrema izquierda hasta la extrema derecha y derecha ¡Antes una España roja o fascista, que rota! es un grito visceral y reaccionario que sigue sonando demasiado a menudo en los oídos de los vascos de a pie para desesperación y cultivo de las salidas individuales de tipo visceral en pro de la lucha armada más radical.
Por otro lado (citado por Cambio16) las cifras que dan diversas fuentes respecto a la militancia específica de ETA la hacen oscilar entre 60 y 120 militantes. Pero Iñaki Latierro, citado por el mismo semanario, secretario del Partido Comunista de Euskadi en Guipúzcoa (30/1/77), admitió francamente que la influencia de la extrema izquierda abertzale es prácticamente absoluta en los movimientos que calificó de "ciudadanos", tales como las, asociaciones de vecinos, gestoras pro-amnistía, etc. Y en medios del PCE y PSOE de Euskadi se estima, no sin pesimismo y contrariedad, que las Ideas independentistas revolucionarias de los izquierdistas abertzales podrían tener muy buena receptividad en un 18 a 20 por ciento de la población de Euskadi.
Un simpatizante de ETA afirmaba en Euskadi Norte recientemente (citado por Peru Erroteta en La Calle): "El pueblo ha perdido la confianza en sí mismo y en los partidos políticos, por eso sigue existiendo ETA". Desde nuestra perspectiva “esa pérdida de confianza del pueblo en sí mismo", nos parece enormemente peligrosa y objetivamente real. También la hemos podido leer en las declaraciones últimas de ETA. Así, ETA podría aparecer, si no lo es ya, como los justicieros de Euskadi, con todo el peligro de sustituismo de la acción popular que venía declarando sostener con su acción; la política vasca daría un giro, contra la autoemancipación de los trabajadores-ciudadanos vascos y para la misma ETA desvirtuada ya de su intento de línea de defensa de la autoorganización y autodefensa popular.
Pero en el comunicado de ETA sobre la ejecución del Sr. Portell, la propia organización define así su situación actual: "ETA mantiene hoy una coherencia y una unidad total dentro de su militancia y prueba de ello, mal que le pese al señor gobernador, es la propia capacidad militar de las acciones armadas. Es nuestra firme decisión incrementarla a todos los niveles, en tanto Euskadi no tenga un régimen de democracia que recoja los puntos mínimos contenidos en la alternativa táctica del K.A.S. (Coordinadora Abertzale Socialista)". (Ver anexo nº 1).
Declaraciones de ETA, que parecen coincidir con las efectuadas recientemente desde su cárcel italiana por el dirigente de las Brigadas Rojas Renato Curcio a la revista española Interviú: "La clase obrera no es un mito. El juicio del "proletariado condicionado", cuya consciencia es manipulada y alienada no puede tomarse en cuenta. Es un proletariado teleguiado, teledirigido...". "...La profundización de la crisis y el desarrollo de la lucha de clases podrán poner, a los actuales proletarios condicionados, frente a la realidad de sus intereses de clase y su juicio será entonces auténtico".
El mismo Renato Curcio, en la citada entrevista, matiza aún más su pensamiento: "Existen las condiciones y las fuerzas para transformar esta crisis en una revuelta histórica por el socialismo", "El socialismo no es inevitable pero es inevitable que toda la izquierda será llamada a definirse respecto a este combate".
¿Tienen razón los defensores de la lucha armada como única vía revolucionaria hacia el socialismo? En cualquier caso: ¿qué socialismo? Askatasuna ya ha comentado repetidamente en sus páginas aspectos de la línea política de ETA y criticado su dirigismo y autoritarismo marxista-leninista, así como la lucha por un Estado vasco que consideramos utópica y en última instancia negativa, así como la lucha armada aislada de la acción comunitaria de los trabajadores-ciudadanos que se convierte en elitista y genera burocracias dictatoriales y que en definitiva lleva el combate al terreno del enemigo, más poderoso, mejor dotado, etc. e imposible de vencer en su zona estratégica última: la militar... ¿Pero condenar a ETA? Hoy, ¿con la opresión y manipulación de que somos objeto por parte del poder? ETA puede ser y quizás lo sea ya, el último recurso de la desesperación de una fracción de un pueblo que prefiere morir luchando que malvivir oprimido y negado...
Ya lo decía mosén Xirinachs al diario vasco Egin (marzo-78). "La lucha armada en Euskadi, me la explico -y no lo tome nadie a mal- como una respuesta del inconsciente social vasco debido a la pervivencia hasta hace muy pocos siglos, de su modo económico y social pre-capitalista. Un inconsciente social más arraigado en Guipúzcoa, donde el capitalismo está menos concentrado, donde aún quedan restos del modo de vida tradicional, etc. Por ahí explico la respuesta militar, -emparentada con las luchas carlistas, sino en la ideología, sí en sus causas profundas- y por mucho que les pese a los madrileños, la encuentro muy sana. Es una lucha armada defensiva en el territorio propio, una violencia secundaria respondiendo a una violencia anterior. Sin embargo, considero que esta actitud es infantil y peligrosa en el momento actual". "Creo que la anexión de Euskadi al Estado español no es voluntaria sino forzada -lo confirman las últimas declaraciones de Gutiérrez Mellado- y que si algún pueblo tiene derecho a la autodeterminación, ese pueblo es Euskadi".
Como podemos constatar hoy, más de 200.000 votos de Herri Batasuna apoyan moralmente la lucha de los etarras y hacen difícilmente manipulable y recuperable por el sistema -incluso vía izquierdista- la acción anticapitalista de ETA.
¿A dónde va ETA?
Del modo más breve posible, dado el espacio disponible, vamos a dejar hablar a la propia organización vasca para aclarar este aspecto fundamental, por si no lo hemos dejado suficientemente esclarecido.
“ETA intentará existir y luchar del modo más adecuado hasta la creación de un estado socialista vasco, independiente, reunificado y euskaldun”. Esta es su estrategia, lo que motiva su existencia y su lucha a largo plazo.
ETA es consciente del problema planteado en Euskadi por los trabajadores emigrantes de la comunidad castellana, gallega y andaluza principalmente, y afirma luchar por su integración total a la comunidad vasca de pleno derecho si así es su voluntad, de lo contrario se trataría de elaborar un estatuto de minoría para esta comunidad emigrante basado en un profundo respeto mutuo.
En el último Zutik, revista de ETA, esta organización pone en claro, una vez más, sus propósitos con relación al Estado vasco por el cual lucha: "propone la destrucción del Estado burgués y su sustitución por un Estado de los trabajadores que permita a éstos terminar con los últimos residuos de poder político y económico de la clase burguesa".
"Cumplida esta tarea de transición socialista y desaparecidas las clases sociales, ETA considera que el Estado deja de tener sentido, pues se hace innecesaria su función coercitiva y represiva. Asumidas progresivamente por los trabajadores las labores administrativas y de gestión social, el Estado tendería pues a diluirse". Punto de vista, como se ve, clásico del marxismo-leninismo (El Estado y la Revolución).
"Un estado vasco independiente es hoy para nosotros el único marco posible para el ejercicio de la soberanía del pueblo vasco". Base programática fundamental del nacionalismo respecto a su idea de la "libertad" nacional de un pueblo, siempre ligada para ellos, a la posesión de un Estado propio. Pero al mismo tiempo se nota en la lectura de sus últimos textos políticos la influencia en su ideología marxista-leninista sobre el Estado y la dictadura del proletariado del debate del momento en Europa sobre estos aspectos fundamentales de las alternativas socialistas hoy en crisis. Intentan los nuevos ideólogos etarras "explicar" los aspectos generalmente más desfasados y de mal efecto añadiendo: "La dictadura del proletariado no significa dictadura de un partido y menos aún dictadura de una fracción burocrática".
Y afirman respecto a la independencia: "Nosotros no deseamos ser un freno ("en el sentido de la integración política y económica de las naciones") a este proceso, sino por el contrario, perseguimos favorecerlo", "...una vez logrado el Estado vasco (como ejercicio de la soberanía nacional), que ha de buscar su lugar en el proceso de integración supranacional citado".
En un sentido de autocrítica, ETA reconoce que desde la muerte de Carrero su tesis de que la lucha armada tenía un carácter prioritario sobre la lucha de masas era un análisis idealista (citado por Idoyaga en Hoja del Lunes de Bilbao 20/3/78): "Nosotros somos partidarios del ejercicio de la supremacía política del proletariado, pero no podemos afirmar ex-cátedra que dicho predominio haya de imponerse por medio de un estallido violento y una prolongación represiva sobre la burguesía. Si a la clase obrera se le permite organizar y ejercer su voluntad libremente, la toma del poder por ella se realizará pacíficamente y paralelamente a su toma de conciencia. Su predomino se manifestará entonces simplemente en el ejercicio democrático del derecho de la mayoría a imponer su voluntad a la minoría".

ANEXO: (Documentos base para la negociación y el alto el fuego en Euskadi entre ETA y el gobierno reformista del capitalismo en el Estado español),
Anexo nº 1
Alternativa de KAS: (Aceptada por ETA como puntos mínimos)
Frente a la situación presente, KAS ha presentado y defendido la alternativa que a su parecer mejor recoge y defiende los intereses globales del pueblo trabajador vasco, y que esquemáticamente se podría concretar en:
- Amnistía total.
- Libertades democráticas plenas.
- Mejoras generalizadas en las condiciones de vida de los trabajadores.
- Retirada de las fuerzas represivas y fin de la represión.
- Auto-gobierno para Euskadi, basado en el Estatuto Nacional de Autonomía, con amplias atribuciones y el derecho de autodeterminación.
- Oficialidad del Euskera, gestión democrática de las ikastolas (escuelas) y defensa de su pluralismo ideológico, escuela pública euskaldun (vasca).
- Celebración inmediata de elecciones municipales.
- Constitución democrática avanzada.
Todas y cada una de estas medidas favorecen al pueblo y están en contra de los grandes privilegiados, por eso las presentamos, defendemos y hacemos públicas.
Nuestras condiciones son claras y sencillas.
Anexo nº 2
(Zutik nº 69 - Febrero 1978)
Programa a conseguir ETA
Marcarse como objetivos tácticos la independencia o la nacionalización de los medios de producción supondría una utopía por cuanto tales objetivos no son compartidos a la vez por un amplio sector popular y por cuanto exigen el triunfo total sobre las fuerzas armadas españolas, tarea imposible de cubrir a nivel táctico.
Pero consideramos que hay cuatro objetivos políticos que suponen, no sólo las condiciones mínimas para una convivencia democrática en Euskadi Sur, sino también las bases para progresar hacia la creación de un Estado Socialista Vasco Reunificado e Independiente:
- Amnistía total.
- Legalización de todos los partidos políticos, incluidos los independentistas sin necesidad de rebajar sus estatutos.
- Expulsión de Euskadi de la G.C., P.A. y C.G.P.
- Estatuto de Autonomía que cuando menos llene los siguientes requisitos:
- Entrada en vigor en las cuatro regiones históricas de Euskadi Sur a la vez.
- Reconocimiento de la Soberanía Nacional de Euskadi. Derecho a la autodeterminación incluido el derecho a la creación de un Estado propio e independiente.
- Reconocimiento de los lazos nacionales existentes entre Euskadi Norte y Euskadi Sur.
- El euskera lengua oficial prioritaria de Euskadi.
- Las fuerzas de defensa ciudadana que sustituyan a las actuales represivas, serán creadas por el Gobierno vasco y dependientes únicamente de él.
- Las fuerzas armadas acuarteladas en Euskadi estarán bajo control del Gobierno vasco.
- El Pueblo Vasco estará dotado de poderes suficientes como para dotarse en cada momento de las estructuras económicas que considere, social y políticamente, más convenientes para su progreso y bienestar.
Estos objetivos no sólo son negociables por la burguesía española a cambio del asentamiento de su programa de reforma en el resto del Estado, sino que son ya hoy asumidos por una gran mayoría de la población de Euskadi Sur.
ETA pues anuncia que este programa constituye las bases mínimas para un alto el fuego. Mientras estos objetivos no se logren continuaremos luchando en la medida de nuestras posibilidades. 

8 de febrero de 2013

Declaración de principios de Onda Lliure

Uno de los movimientos más interesantes de la Transición, aunque se desarrollase en sus últimos años, fue el fenómeno de las Radios Libres, que importado desde otros países de Europa occidental llegó a España en el año 1979 y se extendió, sobre todo a partir de 1982, por todos los rincones de la Península, aunque con especial incidencia en Madrid, Cataluña y Euskal-Herria. Aunque hubo partidos políticos y corrientes ideológicas que pretendieron monopolizar o disfrutar de una posición de privilegio, como pusimos de manifiesto en una entrada anterior en la que reproducíamos documentación interna del MC, lo cierto es que la pluralidad del movimiento no pudo ser limitada por nadie desde dentro o fuera del movimiento. A pesar de todo, no puede negarse que el anarquismo estaba detrás de algunos de los proyectos más tempranos de Radios Libres, como Radio Klara en Valencia o Radio Luna en Madrid. Ahora recogemos el primer documento público del grupo que puso en pie Onda Lliure de Barcelona en la primavera de 1979, una de las emisoras pioneras de las radios libres en la agitada España de aquellos años, con la nostalgia de una herramienta de contrainformación que muy pronto cayó en el olvido, a pesar de que algunas emisoras, afortunadamente para todos, se mantengan en pie.
Pegatina de Radio Luna, Madrid, 1983 (Archivo La Alcarria Obrera)
 
PROPUESTA PARA UNA RADIO "ONDA LLIURE"
Para empezar hay que decir que esto es una propuesta. Se trata de una serie de elementos surgidos de una discusión colectiva en la cual han utilizado bastantes horas un grupo de gente heterogéneo en su composición, pero homogéneo en un objetivo: DAR LA PALABRA A LA GENTE y dársela a través de una radio libre.
Cuando se habla de "propuesta" quiere decirse que ese grupo de gente está dispuesto a emplear unas cuantas horas más con otra serie de grupos o sectores interesados en lo mismo. Decimos "emplear" horas, no perderlas. Ello significa que consideramos que la puesta en marcha de una emisora de radio libre debe ser abordada YA, desde ahora como una posibilidad real, y que por lo tanto entraña compromiso, responsabilidad, trabajo... y satisfacciones, naturalmente.
Este papel pretende resumir, con todos los inconvenientes que comporta una síntesis, los puntos que consideramos importantes todos los que formamos hasta ahora el colectivo "Onda Libre".
Helos aquí:
Qué pretendemos con una emisora de radio libre.
Entendemos como objetivo prioritario y global de la radio libre el de DAR LA PALABRA A LA GENTE. GENTE con mayúscula. Es decir a todas esas personas que no tienen en su vida la oportunidad de expresarse a través de un medio para comunicarse en su verdadero sentido con los demás.
No partimos de utopías "comunicacionales". Cuando hablamos de GENTE nos referimos a sectores que actualmente están marginados (sean conscientes o no) de un proceso comunicativo que implica también muchas veces los órganos de expresión de partidos políticos e incluso centrales sindicales.
Como no somos masoquistas y apóstoles creemos que una de las pretensiones de la radio es la de divertir a la gente. Recobrando todo lo que de placer, juego, fiesta y por lo tanto subversión contiene la diversión de verdad.
- Consideramos que el término GENTE engloba a todos aquellos sectores no afiliados a siglas concretas (políticas o sindicales) que se denominan genéricamente como "Movimiento" y que se sitúan dentro del marco de cambio total y lucha dentro de la vida cotidiana. No tenemos (vaya por delante) una alergia especial a las siglas, pero contamos con suficientes experiencias en lomos ajenos (léase radios libres europeas) como para saber que una radio portavoz de un sindicato o partido político no entra dentro de lo que pretendemos. Ello no quiere decir que cerremos el micrófono a partidos políticos o centrales sindicales, ni mucho menos. Sólo significa que no queremos ser portavoz de nadie para así poder dar, con toda independencia y autonomía, la palabra a todos (a todos los que la quieran claro).
- Pensamos que la radio libre ha de dar contrainformación en un momento en que una pretendida información democrática silencia hechos importantes.
- También consideramos importante elaborar una radio-provocación, rescatando el término de peligrosas connotaciones policiales o ultras. Queremos provocar la palabra, la respuesta, en la gente a la que se le ha enseñado únicamente a asentir.
- Tampoco queremos hacer (¡los hados nos libren!) una radio "militante" en el sentido ortodoxo del término, es decir, una radio en la cual el emisor se considera en posesión de la verdad y la sirve al sufridísimo receptor. Pretendemos encontrar en las ondas un lugar de encuentro y debate.
- Consideramos también que en su interior no debe existir la división social del trabajo tal como se entiende en cualquier empresa. Es decir, todos tendremos que conocer algo de su funcionamiento técnico, saber leer una noticia o mantener una entrevista... al margen de que haya algunos que lo hagan mejor que otros.
- Cuando nos referimos al término "Movimiento", consideramos que no se trata de una radio para dar a conocer los distintos sectores dentro de sus Movimientos (feministas, gays, objetores de conciencia, ecologistas, etc.), sino una radio en la que participen estos movimientos para dar un sentido global de la vida a los oyentes.
Creemos que de esta forma la radio puede servir tanto para exponer y difundir prácticas autónomas que existen como lugar de encuentro del propio Movimiento (uno de los lugares de encuentro).
- Debe ser una radio desmitificadora (incluso de sí misma) y de crítica constructiva, cariñosa y por lo tanto dura del propio Movimiento. "Nada de ombligos felices", es nuestro lema.
- Hay que dejar bien sentado que, como no queremos utilizar la manipulación de los grandes medios de información, uno de nuestros objetivos es la subjetividad total. Que nadie se llame a engaño.
- Y por último debe de ser una radio que invite a la comunicación al margen de la propia radio, es decir que potencie lugares de encuentro entre los diversos sectores o simplemente entre distintas personas.
Barcelona, Abril 1979

30 de diciembre de 2012

Un debate entre Peiró y Maurín

Al analizar el proceso de guerra y revolución que vivió España entre 1936 y 1939 muchos han aceptado una forzada asimilación del POUM y de la CNT (o aún peor: del trotskismo y del anarquismo) que interesadamente se ha hecho circular por algunos marxistas heterodoxos del más rancio estalinismo. Incluso algunos trotskistas de última hora han llegado a acusar a la CNT de no haber hecho la revolución que ellos querrían haber hecho y que no pudieron llevar adelante por no contar con el apoyo de una parte significativa del proletariado hispano. Pero lo cierto es que antes de julio de 1936 la línea divisoria del movimiento obrero en España no se establecía entre guerra y revolución, sino entre marxismo y anarquismo. Y el POUM, o sus diversos antecedentes, se encuadraban en las filas del llamado socialismo científico y criticaban con fiereza al anarcosindicalismo. Incluso en julio de 1936, el pequeño sindicato que animaba el POUM optó por ingresar en la UGT en vez de fusionarse con la CNT. Buena prueba de esta vieja hostilidad del POUM hacia los anarquistas la ofrecen estos dos artículos de Joaquín Maurín y Juan Peiró publicados en 1928. El devenir histórico ha dado la razón a Peiró y ha dejado en nada los augurios de Maurín, que aventuraba la desaparición del PSOE y de la CNT cuando llegase la hora de la revolución. Claro, tampoco nadie podía augurar en 1928 que Joaquín Maurín acabaría colaborando con la CIA y el anticomunismo más visceral en los años de la Guerra Fría tras ser liberado de las cárceles franquistas en 1946 mientras Juan Peiró moría fusilado por los fascistas en 1942.
Billete de tranvía colectivizado CNT, Barcelona, 1937 (Archivo La Alcarria Obrera)
 
SOCIALISMO Y ANARQUISMO: PABLO IGLESIAS Y ANSELMO LORENZO
Pablo Iglesias, el impresor, fundador principal del Partido Socialista, y Anselmo Lorenzo, el impresor, alma del anarquismo español: he aquí dos hombres hermanados por dos doctrinas y dos métodos abiertamente opuestos, en torno a los cuales se ha dividido y, se ha agrupado la clase obrera de España durante más de medio siglo. Iglesias era el propagandista del socialismo, Lorenzo era el apóstol de las ideas anarquistas. Si invertimos los términos, sin embargo, la realidad no sufre alteración alguna. Esta es la verdad. Iglesias hizo más por el anarquismo que por el socialismo. Y, a mi entender, la obra de Lorenzo, habrá sido de más utilidad para los socialistas que para el ideal que él creía defender con entusiasmo y fe.
El fundamento verdadero del anarquismo español hay que buscarlo más que en sus propagandistas, teorizantes y organizadores, en las faltas, en el oportunismo del Partido Socialista, del que Pablo Iglesias fue el inspirador y el verbo durante muchos años.
Si la clase obrera de Cataluña se hizo anarquista, fue por oposición a un partido obrero que iba siempre del brazo de la pequeña burguesía. La política de Iglesias abandonó Barcelona. ¿Este apartamiento fue debido al hecho de que él creyese que la clase obrera de Cataluña era impermeable al socialismo marxista? No. Pablo Iglesias vio que la entrada de fuertes núcleos proletarios en el Partido Socialista cambiaría radicalmente el centro de gravedad espiritual que él quería darle. Con la presencia de un grupo obrero superando al de Madrid, el partido, forzosamente, habría vivido luchas internas y al final de ellas la corriente más netamente proletaria habría acabado por imponerse. Y justamente era eso lo que Pablo Iglesias quería impedir de cualquier manera. Ideológicamente se encontraba más cerca de la pequeña burguesía que del proletariado. Toda su trayectoria política fue una serie ininterrumpida de esfuerzos por crear un contacto cada vez más firme entre la clase obrera y la burguesía liberal.
Esta trayectoria oportunista, carente de raíces en una verdadera doctrina marxista, ¿cómo iba a satisfacer a la gran masa proletaria? Para ésta, Partido Socialista quería decir colaboración de clases, falta absoluta de espíritu revolucionario y de emoción proletaria. El anarquismo encontraba, a causa de esta defección, un terreno favorablemente preparado para poder arraigar y extender su influencia.
Lenin dijo que el anarquismo era una especie de castigo impuesto al movimiento obrero por sus pecados oportunistas, y añadía que si este mal no había alcanzado en Rusia mayores proporciones, se debía al hecho de que el Partido Bolchevique había luchado siempre contra el oportunismo de la derecha social-demócrata.
El anarquismo, igual que su aliado directo, el sindicalismo revolucionario, ha crecido como reacción contra las debilidades de los viejos partidos socialistas. En Francia lo que abrió un paréntesis favorable al sindicalismo fue la entrada de Millerand, entonces socialista, en el ministerio, con la consiguiente política de colaboración que ello originó. Se puede medir el incremento del anarquismo dentro de un país casi únicamente por la conducta seguida por el Partido Socialista correspondiente.
El anarquismo, ideal revolucionario sin consistencia doctrinal, puede mantenerse vivo durante largo tiempo gracias a dos causas externas a él: la política conservadora del Partido Socialista y la falta de una educación teórica que dé al proletariado conciencia clara de su misión histórica y comprensión de los medios que ha de poner en práctica para conseguir el triunfo.
El segundo pecado, el del vacío, fue también el de Pablo Iglesias. Ni él ni sus lugartenientes se preocuparon nunca de que la clase obrera española conociese las nociones fundamentales del socialismo científico. Dejada al azar, sin orientadores que la instruyesen en las verdades del marxismo, fue víctima de tal confusión ideológica que el incremento de los mayores errores ha hallado en ella toda clase de posibilidades. El anarquismo, especie de vegetación espontánea, pudo crecer libremente donde el campo estaba yermo.
¿No ha sido, pues, Pablo Iglesias uno de los principales, por no decir el mayor creador del anarquismo español?
Anselmo Lorenzo dedicó su vida infatigable a sembrar las semillas anarquistas entre los obreros españoles. Si Iglesias en 1925 pudo morir tranquilo creyendo que tras de sí quedaba un surco profundo, promesa de grandes cosechas, Anselmo Lorenzo, en 1915 -diez años antes-, por su parte, tenía seguramente, al cerrar los ojos, la satisfacción de ver que las ideas anarquistas por él lanzadas a los cuatro vientos se habían convertido en grandiosas legiones que avanzaban dispuestas a disparar ¡Pero qué ilusión!, ¡qué realidad más paradójica!
La fe que Iglesias puso en su labor no fue mayor que la tenacidad de que dio pruebas Lorenzo. El uno, desde Madrid, iba llenando gota a gota lo que luego ha resultado un lago infecto, y el otro, desde Barcelona, grano a grano, levantaba una pirámide de arena que el viento se iba encargando de destruir sin compasión.
Si Iglesias, por una inversión espiritual, trabajó por el anarquismo Lorenzo, en justa reciprocidad, lo hizo por el socialismo. El anarquismo, director durante mucho tiempo de la mayoría del proletariado español, ha alejado de la actividad política a la parte más sólida y más capaz de la clase trabajadora. Desde hace mucho tiempo, casi la totalidad del proletariado de la Península se halla totalmente apartado de la actuación. La vida social, con todas sus complejidades y trascendencias, se desarrolla cada día sin que el proletariado tenga en ella una intervención propia. Se podría decir que se trata de un inmenso cementerio, donde sólo se oye el ruido de la tierra que se hunde bajo los pies de los espectros misteriosos que se mueven en medio de una noche sin fin.
¿Dónde está la clase trabajadora? ¿Qué ha ocurrido? ¿Ha sido aniquilada sin que quede ni el recuerdo? No, no. El anarquismo la ha desintegrado, deshaciendo en ella toda voluntad e impulso. Continúa aquí, pero disgregada, como las ruinas de una antigua fortaleza o como un ejército vencido que sigue esperando que el triunfo llegue.Parece un Hamlet seducido por el afán de acción, pero perturbado por la incomprensión manifiesta de los problemas planteados ante él.
Mientras tanto, el Partido Socialista puede presentarse como el único dirigente de los trabajadores de España. La vida del socialismo aguado de los madrileños depende justamente del adormecimiento actual del proletariado. Si éste se despertase con energía, el Partido Socialista no pintaría nada, no podría tener el atrevimiento de presentarse como el representante de los intereses de la clase trabajadora, ya que eso no es verdad.
¿Predicar el anarquismo, no resultó trabajar para el socialismo reformista? ¿No fue Anselmo Lorenzo un forjador de la fuerza actual de nuestro Partido Socialista?
Lorenzo e Iglesias, cuando empezaba la Internacional Obrera, luchaban juntos. Después se separaron y seguían, al parecer, diferentes caminos. Lo cierto es, sin embargo, que nunca estuvieron alejados. En el fondo seguían unidos, caminando por el mismo camino. Quizás, sin Iglesias el anarquismo no habría tenido entre nosotros la importancia que tuvo. Probablemente, sin Lorenzo, el Partido Socialista sería casi inexistente. ¿Cuál de los dos fue el más anarquista? ¿Cuál, el más reformista? He aquí un caso de cruzamiento ideológico, tan cierto, sin embargo, como que Pablo Iglesias, el impresor, y Anselmo Lorenzo, el otro impresor, han desaparecido del mundo de los vivos.
JOAQUÍN MAURÍN (L'Opinió, 14 de abril de 1928).

MAURÍN HACIENDO DE MAURÍN
No es la primera vez que Joaquín Maurín interpreta de una manera arbitraria y hasta tendenciosa la historia del movimiento obrero en España. Su paralelo sobre las vidas de Pablo Iglesias y de Anselmo Lorenzo, publicado en estas mismas columnas, no es otra cosa que una interpretación arbitraria y tendenciosa, señaladamente tendenciosa, ya que nadie puede admitir que la interpretación de Maurín sea hija de la ignorancia. Admitiríamos mejor que en semejantes juicios críticos de factura mauriniana, hay muchas cosas que recuerdan el cuento de la zorra.
Si no acepta esto, entonces será cuestión de que también yo exponga mis interpretaciones en base a la historia del movimiento obrero español. No hay que decir que yo no lo haré con la habilidad con que suele hacerlo Maurín; pero casi tengo la seguridad de que mi interpretación será más ajustada a la verdad histórica, más sincera, y pienso aún que mis palabras tendrán un valor constructivo, valor que falta en las palabras de Maurín.
Todo el mundo, menos Maurín, sabe que al oírse en España los primeros clamores internacionalistas, el proletariado español los recogió, y los expresó seguidamente con entusiasmo y con una espiritualidad fuertemente anarquista. Es una simple cuestión de prioridad, bastante elocuente, sin embargo, para recalcar que el anarquismo español no debe su verdadero fundamento a las faltas y al oportunismo del Partido Socialista, ya que éste, contrariamente a lo que dice Maurín, apareció como tal Partido y con un aire francamente reformista, bastante tiempo después de ser el anarquismo la más fuerte, y podríamos decir la única, expresión del movimiento proletario español.
Es cierto que la Internacional entró en España llevando en su seno los gérmenes de las dos tendencias representadas por Carlos Marx y por Bakunin, pero también es cierto que el Partido Socialista español no es más que un esqueje, por así decirlo, de aquel formidable y temible movimiento obrero, espiritualmente anarquista y revolucionario.
¿Y de dónde diablos ha sacado Maurín que la política de Iglesias abandonó Barcelona? No queremos saber ahora si Iglesias buscó siempre el "crear un contacto cada vez más firme entre la clase obrera y la burguesía liberal". Lo que nadie desconoce, es que el socialismo madrileño ha realizado en Cataluña grandes esfuerzos para arraigar en el alma del proletariado catalán, y todo el mundo sabe, además, que si el socialismo madrileño ha abandonado Cataluña, y sobre todo Barcelona, no ha sido porque Iglesias hubiese visto que "la entrada de fuertes núcleos proletarios dentro del Partido Socialista, cambiaría: radicalmente el centro de gravedad espiritual que él quería darle". Lo que Iglesias vio fue la imposibilidad absoluta de conquistar a las masas obreras catalanas, y fueron las abundantes cosechas de desdenes del espíritu catalán lo que hizo que Iglesias recogiese velas.
Y es que por encima del socialismo marxista, en Cataluña hay un problema psicológico y un sentimiento autóctono incomprendidos por los socialistas madrileños, problema y sentimiento que, en cierta forma, son incompatibles con el sentido unitario y centralista del socialismo internacional.
Cataluña ha visto nacer al gran polígrafo Pi y Margall, y es Cataluña la cuna del federalismo. Sabiendo esto, se sabe por qué Cataluña es impermeable al socialismo marxista y se sabe también por qué el anarquismo ha tenido y tendrá aquí la más fuerte expresión de vitalidad. El socialismo marxista es absorbente, y el anarquismo es esencialmente federalista. El carácter del obrero catalán es profundamente laborioso y revolucionario, mientras que las directivas del socialismo madrileño están representadas por la apatía delante del trabajo y la avidez ante los cargos burocráticos, vengan de donde vengan.
He aquí las causas reales de la impermeabilidad de Cataluña al socialismo madrileño.
En vano Maurín trata de engañamos con sus juegos malabares. Ciertamente, la entrada de Millerand en el ministerio abrió un paréntesis favorable al sindicalismo revolucionario. No hay ninguna concepción doctrinaria o ideal que no necesite de un acontecimiento u otro para quedar plasmada en la conciencia colectiva, y el hecho de Millerand dio pie a la expansión del sindicalismo revolucionario en Francia. Hay que preguntar, sin embargo, a Maurín si el reformismo y la colaboración de clases, tan arraigados en el socialismo francés, como en todos los demás socialismos estatales, nacen con la entrada de Millerand en el ministerio.
¿Qué es lo que hacen en los parlamentos los diputados socialistas? Octavio Mirbeau nos diría: ¡Hablan! Los demás mortales con un poco de sentido común, nos dirán: Hacen reformismo y colaboración de clases. El hecho mismo de la oposición es un hecho de colaboración. O se es integralmente revolucionario -y en este caso no corresponde la acción (?) parlamentaria- o se inclina uno fatalmente a la colaboración. El socialismo, ni en Francia -ni en ningún otro país- no se convierte en reformista y todo lo demás porque un Millerand vista la casaca de ministro. Se convierte en ello porque lo lleva en su naturaleza.
Anarquista convencido, reconozco la profunda consistencia de la doctrina económica de Carlos Marx. Ha sido éste el hombre que ha tenido una soberana clarividencia para describir el proceso del materialismo histórico, y el proclamarlo yo así entre los anarquistas, de algunos de ellos, y lanzado como si fuese un terrible dicterio, me ha valido el calificativo de "marxista". Pero, contrastando con la consistencia de la doctrina económica marxista, está el fallo de la concepción política de Marx, en cuanto a la eficacia de su contenido de oposición fundamental a la existencia del capitalismo; y yo lo proclamo también a los cuatro vientos.
Es evidente que el capital deriva cada día más hacia runa fuerte concentración, y no es menos evidente que la miseria del proletariado es cada día más acentuada; y tan evidente como todo esto, lo es también la evolución del socialismo -por medio de la acción parlamentaria y de sus derivados, no siendo todo ello más que reformismo y colaboración de clases- hacia el servicio de la realeza y del capitalismo. La concentración del capital, según Carlos Marx, ha de provocar la ruina de la sociedad capitalista, pero, engendrado por la concepción política del mismo Carlos Marx, existe el fatal oportunismo del socialismo, cuyo escandaloso objeto, ni por excepción, consiste en otra cosa que en rejuvenecer aquello mismo que el socialismo quiere destruir. No es necesario citar países y sería en vano buscar ejemplos contra lo que he dicho.
Y si Maurín nos recordase el hecho de Rusia como un caso de fidelidad al legado espiritual de Carlos Marx, después de mantenerle que se ha valido de un sofisma de factura bolchevique, le diría que el "parlamentarismo revolucionario" de los flamantes comunistas de todo el mundo, está destinado a caer en el mismo oportunismo en que ha caído el socialismo reformista internacional. La dificultad de las cosas está en empezarlas, y es ya sabido que el comunismo (?) bolchevique ha dado incluso ministros a países capitalistas.
Dejemos que Joaquín Maurín haga juegos malabares. El trabajo intelectual y espiritual de Anselmo Lorenzo es conocido de todos y por todos respetado en España, y por esto mismo el aristarco bolchevique resulta demasiado pequeño para juzgarlo debidamente, y no hace falta decir que el despecho no es precisamente una ayuda en estos juicios.
Las semillas sembradas por Anselmo Lorenzo han sido y son todavía semillas espirituales que fructifican y que nada tienen que ver con el anarquismo (?), que Maurín califica de "especie de vegetación espontánea". Esta "vegetación espontánea" ha sido un fruto esporádico fecundado por las violencias y por los problemas de la guerra, pero no el resultado de las semillas sembradas por "el impresor Anselmo Lorenzo". Esto Maurín lo sabe perfectamente, a pesar de que su interés sea el de hacer creer otra cosa.
Y he aquí mi sinceridad: Esta "vegetación espontánea", que no ha sido otra cosa más que el grueso de aquellas "grandiosas legiones que avanzaban dispuestas a hacer fuego", por lo mismo que ha sido "vegetación espontánea", que quiere decir falta de consciencia doctrinal, se ha esfumado al soplar un viento extraordinario y formidable... ¿Y qué es lo que no se ha esfumado por la acción de este viento huracanado?
El huracán es universal; ¿y dónde han ido a parar las grandiosas legiones comunistas que en Italia y en otros países avanzaban dispuestas a hacer fuego? Dentro de poco ¿qué quedará de las grandiosas legiones comunistas francesas, a pesar de que tengan a su merced a la CGTU, que representa una fuerza sindicalista posiblemente mayor que la representada por la Confederación española? He aquí otras pirámides de arena que el viento se ha cuidado de destruir sin compasión.
"La incomprensión del anarquismo frente a los problemas planteados", es el viejo tópico de Maurín y otros bolchevizantes. Ahora, no hay nada tan sabio como un bolchevique, Con tal de cohonestar las aberraciones de los "antiguos" y actuales directores de Rusia, no importa convertir lo blanco en negro. Lo curioso, sin embargo, es que todos saben que esta "incomprensión" no tiene otra causa que la disconformidad de los anarquistas en dar su aval a una nueva casta de tiranos, de los cuales ha nacido la teoría de que "los pueblos no necesitan la libertad para nada".
Quizá Maurín nos habla de nuestra "incomprensión", porque cree que el problema de España había de tener una solución anarquista, por la sola razón de ser los anarquistas quienes, espiritualmente, tenían acaparadas las fuerzas obreras españolas. Parece que es esto lo que quiere decimos Maurín, y ya veis de qué forma la "vegetación espontánea", que es como una especie de adoquín, ha tenido la suficiente visión para comprender que no es la hora de las soluciones anarquistas. Y el anarquismo español todavía ha hecho más. Consciente de que en sus manos tenía la fuerza revolucionaria del país, al tener una noción clara de que las soluciones en forma alguna podían ser anarquistas, puso aquella fuerza a disposición de los sectores izquierdistas.
Si los hechos han de hablar, pueden muy bien hacerlo los acontecimientos de 1917, en los cuales los anarquistas, sin ninguna esperanza de mejorar nuestra situación económico-social, fuimos los primeros, y casi los únicos, en lanzar nuestras fuerzas a la calle en defensa de la libertad y de la dignidad públicas.
Fue en el año 1918 cuando Salvador Seguí, desde la tribuna del Palacio de Bellas Artes, entre el entusiasmo más fogoso, lanzó un nuevo y formal ofrecimiento a las izquierdas para que recogiesen el clamor y las energías de la CNT con vistas a las posibilidades de aquella hora solemne. Después... ¡cuántos ofrecimientos generosos y desinteresados han sido hechos a las fuerzas izquierdistas!
Esto quiere decir que la incomprensión de los anarquistas para dar soluciones ideales a los problemas planteados, habrá sido tan grande como quiera Maurín; pero dos hechos dicen bastante elocuentemente que los anarquistas, a pesar de tener muchos defectos, han estado siempre a la altura de las circunstancias, Y no todos pueden decir eso, y mucho menos los bolchevizantes de aquí, cuya obra no ha sido otra que la que habría hecho cualquier agente del enemigo común.
Es muy lamentable que Maurín se haya acogido a la gentil hospitalidad ofrecida por los buenos amigos de L'Opinió, para hacer labor partidista y verdaderamente negativa. El momento es muy singular, como muy singular es el medio para resolverlo. Hay apasionados que son dignos de ser excluidos de las relaciones con los hombres de buena voluntad.
JUAN PEIRÓ (L'Opinió, 5 de mayo de 1928)