La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

12 de febrero de 2009

Cultivo de secano en Guadalajara, de Juan Dantín


Portada del libro, Guadalajara, 1916 (Archivo La Alcarria Obrera)

Juan Dantín Cereceda (1881-1943) fue un ilustre geógrafo español de la primera mitad del siglo XX, introductor en nuestro país de la Geografía Regional y profesor en distintos centros educativos, como los Institutos de Guadalajara o San Isidro de Madrid. Desde su juventud, becado por la Junta de Ampliación de Estudios, dedicó una atención preferente al análisis de los suelos de la Península, con especial dedicación a los de Guadalajara. Fruto de estos trabajos fue el libro Dry-Farming ibérico. Cultivo de las tierras de secano en las comarcas áridas de España, que fue publicado en 1916 en la Imprenta Gutenberg de la ciudad de Guadalajara. En esta obra se recogen numerosos datos sobre las tierras alcarreñas, resultado de sus trabajos de campo, que se resumen en un Apéndice que ahora publicamos.

La provincia de Guadalajara, por ser de las más áridas de España, queda incluida por entero en la España del dry-farming y debe ser entregada al cultivo de secano. En este capítulo, apéndice de la obra, nos ocuparemos de su clima, de su suelo y de sus cultivos, con todas aquellas cuestiones que, emparentadas con el secano, se crean pertinentes. Es verdad que los agricultores de todo su territorio están ya, tradicionalmente, acostumbrados al secano que vienen practicando desde fecha remotísima.
Pero con todo, algunas de las cosas que en este capítulo se dirán, tendrán para ellos cierta novedad.
El clima en la provincia de Guadalajara
A pesar de que hoy hay funcionando en el interior de la provincia seis estaciones meteorológicas (cinco de ellas incompletas) y hubo, en tiempos, la interesante estación de Molina de Aragón, que no debió desaparecer, en realidad se tienen todavía muy pocos datos para deducir juiciosamente el clima de esta provincia.
Las estaciones hoy existentes son las que siguen: en La Campiña, solamente Azuqueca (610 metros); en las terrazas del río Henares, Guadalajara; en La Alcarria, Salmerón (a 1.000 metros de altitud), y en las Sierras de la provincia tenemos Redubia (dirigida por los Ingenieros de Montes y a 846 metros), Hiendelaencina (a 1.020 metros) y Mojares (1.011 metros). No citamos en esta lista a Molina de Aragón (1.056 metros de altitud) por haber desaparecido la estación.
Con la excepción de Guadalajara todas las demás son incompletas y toman solo observaciones termométricas y pluviométricas; en su mayor parte solo llevan funcionando tres años, por cuya razón, de tan escaso tiempo no puede aún deducirse nada acerca de su clima. En consecuencia, utilizaremos únicamente los datos meteorológicos de Guadalajara (estación del Servicio de Aerostación militar que aún sigue funcionando) y los de Molina de Aragón (que funcionó unos 15 años).
La mayor máxima media es de 29º,78 (en agosto) y la mínima media menor es 0,4º (en enero), de modo que la oscilación térmica anual es de 29º,38.
En lo que toca a Molina de Aragón se observa que son de gran amplitud tanto la oscilación anual, 36º, como la oscilación diaria, 20º. La media es inferior a 5º, habiéndose llegado a registrar en 1885 la temperatura de -27º que ha sido la más baja de las observadas en la Península. En todo el año se registran temperaturas inferiores a 0º, menos en el mes de agosto: así es el estío de muy reducida duración, fluctuando alrededor de los 20º la temperatura media, y muy duro y prolongado el tenaz invierno (de fines de octubre a fines de abril) y el país árido y desolado (Campiñas de Tarance, Rasa de Maranchón, Parameras de Molina).
Las tierras laborables de la provincia de Guadalajara
La provincia de Guadalajara, recorrida por el autor, de E. a W. y de N. a S., en ocasiones diferentes, se subdivide en varias regiones naturales: la Campiña (subdividida en alta y baja), dominio exclusivo del terreno diluvial o cuaternario (con grandes espesores de cantos rodados); la Alcarria (por la que se extienden, en reducida parte, las terrazas del Henares y en una gran extensión los páramos miocenos de La Alcarria propiamente dicha) y por último Las Sierras, de fecha arcaica o primaria en Hiendelaencina y Sierra del Alto Rey y formadas por terrenos secundarios (triásico, jurásico y Cretáceo) en las Sierras de Atienza, Sigüenza y Molina.
Con la excepción de sus Sierras del Noroeste, toda la provincia es, de W. a E., una sucesión de altas planicies y mesetas, tanto más elevadas cuanto más orientales que, en términos generales, alcanzan las altitudes siguientes: La Campiña (650 m.); las terrazas del Henares, 720 m.; La Alcarria 900 m. y las Sierras de Sigüenza y Molina (altas mesetas mesozoicas, frías, desoladas y despobladas) de 1.100 a 1.200 metros.
Los suelos de La Campiña, en ley general y a causa de sus abundantes, extensos y potentes espesores de cantos rodados, situados en la superficie misma o a escasa profundidad, no deben ser cultivados por los métodos del dry-farming más que en el caso muy poco probable en esta región, de que en dos a tres metros de su espesor no se atraviese capa o lecho de cantos rodados. Las terrazas del valle del Henares, que desde Matillas se extienden hasta Alcalá de Henares, descansando sobre el zócalo de las terreras de la orilla izquierda del río presentan igualmente lechos de cantos rodados de algún espesor a escasa profundidad de la superficie del suelo laborable.
El dominio del dry-farming queda reservado en la provincia a las altiplanicies frías, de clima extremado, áridas y secas de La Alcarria y las Sierras N. y E., es decir, la inmensa mayoría de la provincia.
La Alcarria es un país de elevadas mesetas, con dos principales formas topográficas: el valle de erosión que han abierto y disecado los ríos (Tajuña, Tajo) y los páramos, moles en forma de artesa volcada, que han resultado de esta disección. En el páramo se hallan dos clases de suelos: los de las alturas o llanos, arcillas rojas mediterráneas, originadas por la decalcificación de las calizas pontienses infrayacentes y los suelos de las laderas, en las margas y arcillas, de un considerable espesor, homogéneos y uniformes en su estructura, señalados tipos de suelos áridos y excelentes para el racional cultivo de secano o dry-farming.
Los suelos de Sigüenza y de Molina, en un país árido y subdesértico, originados en el horizonte de las margas irisadas o en el de las areniscas abigarradas triásicas (moll) cuyos estratos cortan los ríos en hondos tajos, son igualmente suelos de dry-farming y deben cultivarse por este sistema. Tenemos noticias de que, al menos en Sigüenza, se han hecho ensayos de labores profundas para recoger las aguas de lluvia (tal como aconsejamos en el texto de esta obrita) con muy buen éxito.
En conclusión, tanto el clima como las tierras de la provincia presentan excelentes condiciones para que se apliquen los métodos de un cultivo racional de secano, tal y como se desarrollan y aconsejan en esta obra (siempre que el suelo no encierre lechos de cantos rodados a una profundidad menor de 2,5 a 3 metros).
Cultivo de secano en la provincia
Queremos ser siempre breves y concisos, atentos a que la energía y claridad de los términos no desmaye en generalidades.
Poco hemos de decir acerca de cultivos en la provincia. Cultívense las variedades del país, seleccionando mucho la semilla de la siembra y en el caso de traer nuevas variedades desconocidas o extrañas al país, que sean siempre de regiones tan áridas, secas, luminosas y altas como las nuestras, pero jamás de localidades húmedas, nebulosas y bajas. Así, por ejemplo, si nos proponemos cultivar maíz de secano (que habrá de rendir buenas cosechas) empléese grano de lugares secos y procedentes de cultivos de secano anteriores pero deséchense, sin compasión, antes de haberlos aclimatado, maíces del Norte de España que es muy húmedo y lluvioso, es decir, de condiciones climatológicas opuestas a las de esta provincia.
En La Campiña, Azuqueca (Miralcampo) se han hecho, por D. Guillermo Quintanilla, interesantes cultivos de dry-farming, con un decisivo éxito. En este mismo año de 1916 el Sr. Quintanilla ha obtenido /abonando además con superfosfato y manganeso, a razón de 80 a 100 kilos por fanega) la cosecha siguiente:
De trigo, 10 fanegas de grano por fanega de tierra, lo que equivale a 17,5 hectolitros por hectárea (La fanega para áridos tiene un valor en la provincia de 54,80 litros y la fanega superficial de 31,06 áreas). Esta producción es asombrosa con relación a la del resto del país.
De cebada (en el sexto año de alternativa) 21 fanegas de grano por fanega de tierra, equivalente a 37 hectolitros por hectárea.
De algarroba, 11 fanegas de grano por fanega de tierra, o lo que es igual, 19 hectolitros por hectárea. Esquilmo igualmente desusado.
Ejemplo tan demostrativo y concluyente ha cundido por todo el país y agricultores inteligentes y fáciles a toda racional innovación han adoptado el sistema: D. Rafael Madrazo en una gran parte de su finca La Acequilla (Azuqueca).
No terminaremos sin aconsejar a los agricultores de todo el territorio de la provincia de Guadalajara que, a todo trance, alteren sus costumbres y régimen agrario, cultivando forrajes de secano. La alfalfa de Totana y de Provenza se dan muy bien en Castilla la Vieja y tienen que darse en Guadalajara pues que la mielga es espontánea. En todas las laderas de los páramos alcarreños, en nuestras muy repetidas excursiones, hemos hallado siempre abundantes especies de pipirigallos o esparcetas, plantas muy adecuadas a los sitios áridos, en indicación de lo fácilmente que aquí se daría cultivada de secano. Por lo que toca a la sulla, cultivada por nosotros en Guadalajara, ha superado toda esperanza y al escribir estas líneas (Junio), en el segundo año de su producción, está ya fructificando sin tropiezo alguno, fértil promesa del porvenir de su cultivo en La Alcarria, y ha dado una producción, en forraje, de 50.000 kilogramos por hectárea.
Estos forrajes de secano nos permitirían alimentar bien, y sin zozobras, al ganado, sobre todo a la oveja, hoy hambrienta gran parte del año, apenas los pastos naturales se secan. La alimentación segura y abundante del ganado nos daría más lana, más carne, más leche, más estiércol, indispensable a los suelos áridos por su pobreza en materia orgánica y finalmente más riqueza total.
Asociando, mediante estas bases racionales, la agricultura y la ganadería, habríamos conseguido un fin más alto y fecundo: aumentar la riqueza nacional de esta España querida, pobre hoy por el desvío y la indiferencia en que, sus mismos hijos, la tienen apartada.

8 de febrero de 2009

La industria de la miel de la Alcarria en 1935

Si por algo es famosa la provincia de Guadalajara es por la miel de la Alcarria, una vasta comarca que se extiende por las vecinas Cuenca y Madrid pero que tiene en Guadalajara la mayor parte de su extensión geográfica. Sin embargo, la miel de la Alcarria, y la flora que le da justa fama, siempre ha sido considerada una producción económicamente marginal y de elaboración artesanal y familiar. Nadie en tierras alcarreñas se tomó en serio la miel como motor de industrialización y desarrollo, mientras empresarios de otras regiones instalaban colmenas y destilerías móviles con las que obtenían una materia prima de excelente calidad que luego transformaban y utilizaban en sus lugares de origen, donde se quedaba el beneficio y el empleo. En 1937 el Ministerio de Industria y Comercio de la República editó un libro, Momento actual de la industria en España. Cuenca y Guadalajara, del que extraemos el capítulo dedicado a la apicultura.

La apicultura es la industria de la provincia más antigua y típica, teniendo fama la miel de la Alcarria, pero hasta hace pocos años estaba en estado rudimentario, siendo las colmenas de la forma tradicional ejecutadas en el ahuecamiento de un tronco de árbol y, por lo tanto, de las llamadas “fijistas”, empleándose para la separación de la miel y de la cera de los panales procedimientos igualmente rudimentarios, mas en los últimos tiempos, como decimos, ha sufrido esta industria una evolución, observándose se van instalando algunos tipos modernos de colmenas “movilistas” gracias a las enseñanzas que en forma de cursillos prácticos lleva a cabo la Diputación Provincial, entregando a los maestros que más se distinguieron por su celo y entusiasmo hacia esa clase de industria, un ejemplar de colmena movilista con todos sus accesorios a fin de que el mismo tiempos que se benefician de ella fuesen inculcando en el cerebro del niño el amor hacia esta clase de industria e inculcándoles las ventajas de estas clases de colmenas sobre las que siempre vieron emplear a sus mayores.
Es lamentable que los que se dedican a esta clase de explotación no se hayan dado cuenta de la importancia que tiene para Guadalajara una racional aplicación de esta industria, por las favorables condiciones climatológicas que para su desarrollo tiene esta provincia y no se haya generalizado el empleo de la colmena movilista, si bien se observe en algunos pueblos de los más apartados de la sierra de Atienza y Molina instalaciones pequeñas de colmenas movilistas, como consecuencia sin dudad de los cursillos a que antes aludíamos.
Las plantas que sirven de alimentación a las abejas son de la familia de las labiadas, mejor que las rosáceas, que también abundan, como el espliego, ajedrea, cantueso, acacia, mejorana, tilo, etc., pero siendo el espliego la planta más abundante en una gran extensión de esta provincia, los apicultores ven con temor el incremento que va tomando otra industria que amenaza si no con destruir, disminuir y dificultar el desenvolvimiento de la que ahora nos ocupa.
Esta industria es la destilación del espliego, pero creemos no existe en realidad este antagonismo sino que únicamente se requiere una ordenación o coordinación entre ambas. En efecto, en esta provincia y desde hace pocos años se vienen instalando destiladores de espliego, de carácter móvil y que se suelen emplazar en la zona de producción de la planta mencionada y durante un tiempo determinado, trasladándose de un lugar a otro, pero coincidiendo siempre con el final de la recolección. Así ejercida esta industria, no cabe duda ejerce una influencia sobre la apícola, ya que disminuye y hasta priva de alimento a las abejas en esta época del año, pero esos inconvenientes desaparecerían en el momento que no se autorizase la corta del espliego hasta mediados del mes de septiembre, época en que ya la abeja encuentra otras plantas para su alimentación. Y sin que la destilación del espliego sufriera daños sensibles, pues al no esperar a esta fecha es solamente por hacerse la destilación a descubierto y temer la estación de las lluvias, inconvenientes que creemos desaparecía con poco coste haciéndose las destilaciones en locales improvisados pero cubiertos.
Quédanos por último que hacer mención del estado actual de la industria y su producción y mercados.
En toda la provincia de Guadalajara hay instaladas unas veinticinco mil (25.000) colmenas entre “fijistas” y “movilistas” con una producción anual de 90.000 kilogramos de miel y 25.000 kilogramos de cera, siendo las únicas explotaciones que merezcan mención las de D. Antonio Ballesteros en Brihuega, la de D. Julián Mazario en Cifuentes, D. Galo Recuero en Ruguilla y D. Eugenio Diges en Gualda; todos estos industriales, además de emplear centrífugas para la perfecta separación de la miel y de la cera, emplean vistosos envases de hojalata litografiada para la exportación a toda España y al extranjero, muy especialmente a Inglaterra. También se emplean envases de papel parafinado, aunque con mal resultado por no resistir bien los cambios de temperatura, sobre todo el calor excesivo.
Esta industria puede ser sin duda objeto de perfeccionamiento con el establecimiento de grandes centros que recogiendo la miel en bruto de las distintas zonas de la provincia se dedicasen a su selección y refino envasándola para su exportación, efectuando las mismas operaciones con la cera, de ella derivadas, como son las fábricas de velas, pastillas y cremas para pisos y calzados, de las cuales existen fábricas en Guadalajara, Maranchón, Sigüenza, Brihuega y Sacedón.

3 de febrero de 2009

La CNT sale a luz en enero de 1976

Portada del periódico CNT, Madrid, marzo de 1977 (Archivo La Alcarria Obrera)

Derrotada por sus enemigos y traicionada por sus aliados en la Guerra Civil, duramente perseguida y tozudamente dividida durante el largo franquismo, empujada por unos y por otros al rincón de la Historia, la CNT comenzó a reconstruir sus estructuras orgánicas en los últimos años de la dictadura y se convirtió en una referencia insustituible para un número creciente de trabajadores, jornaleros y estudiantes. En el mes de enero de 1976 se celebró un primer Pleno Nacional de Regionales al que asistieron delegados de distintas Regionales y Federaciones Locales, que significó la salida a la luz pública de la CNT después de cuarenta años de clandestinidad y una prueba de su capacidad de reconstrucción. Como se podía leer en una pintada en las calles de Zaragoza, "¡Ánimo abuelos, que ya volvemos!"... y con fuerza. Esta es la declaración final de ese Pleno Nacional de Regionales.

La CNT a la clase trabajadora de España
Tras la muerte de Franco, el capitalismo español ha entrado en una fase en la que sus contradicciones se han agudizado. Por una parte, la burguesía inmovilista (terratenientes, monopolistas, aristócratas y los “puros del régimen”) no ve la necesidad de una evolución. La otra parte, lo que podríamos llamar burguesía progresista (fundamentalmente ligada al capitalismo internacional) ha comprendido que para su supervivencia como clase y no verse mañana desplazada del poder, es necesario iniciar una “reforma” (hasta ahora solo de palabra) con el objeto de llegar a la implantación de una “democracia burguesa”, al estilo de las existentes en los llamados países occidentales.
Nosotros creemos que con este cambio sólo tratan de explotar a la clase trabajadora de una forma mucho más disimulada, para que ésta siga hundida en la miseria humana, económica y cultural. Ante esta falsa democracia, la CNT como organización de base obrera y convencida de que el Sindicalismo Revolucionario o Anarcosindicalismo es el único medio para llegar a la supresión de las clases y a la destrucción del sistema capitalista (tanto privado como estatal), quiere hacer oír su voz para manifestar:
-Que sólo la implantación del Comunismo Libertario puede acabar con la sociedad de clases, el sistema de explotación y la opresión que la origina.
-Que la Acción Directa y Anti-parlamentaria es el único método de lucha de la clase trabajadora para conseguir su emancipación.
-Que una articulación a través de las Federaciones de Sindicatos Únicos de rama es la garantía de la futura democracia obrera y de la gestión de la sociedad a través de la colectividad reunida en Asamblea.
Basados en los puntos anteriormente expuestos y convencidos los trabajadores que debemos luchar en Sindicatos Libres e independientes de los partidos, como único medio de alcanzar la verdadera Revolución Social, proponemos:
-La Solidaridad y respeto absoluto del hombre:
-La participación directa en la actuación y en la lucha;
-Rechazo del liderismo y de la burocracia en los Sindicatos;
-Independencia económica de los Sindicatos respecto de cualquier partido o Estado;
-Derecho a la objeción de conciencia;
-Abolición de la pena de muerte y métodos represivos;
-Eliminación del paro obrero y nivelación de sueldos con respecto al nivel de vida;
-Abolición de la duplicidad de empleos fijos y eventuales, así como del trabajo a destajo, primas y horas extras;
-Una educación racional e integral sin discriminación alguna.
La Confederación Nacional del Trabajo (CNT) considera que la presión revolucionaria de las conquistas reivindicativas de la Clase Obrera en rebeldía contra los sistemas de explotación y opresión, debe manifestarse permanentemente con una dinámica de lucha creciente, cada vez más radical, apoyándose siempre en la clase trabajadora, promoviendo su concurso y Acción Directa.
Pleno Nacional de Regionales de la CNT.
España, enero 1976.