La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

23 de diciembre de 2011

Programa electoral del PSP en 1977

El Partido Socialista Popular fue, junto con los dos sectores del PSOE (histórico y renovado) y el conjunto de organizaciones nacionalistas y regionalistas que convergieron en la Federación de Partidos Socialistas, una de las ramas del socialismo hispano en los años del tardofranquismo y la Transición. Bajo el liderazgo de Enrique Tierno Galván, el "viejo profesor", practicó un socialismo de tipo besteirista, sólidamente marxista en lo teórico y moderado y pragmático en la práctica política. En las elecciones legislativas de 1977, en las que participó en la coalición Unidad Socialista, obtuvo un escaso respaldo electoral, sólo media docena de diputados, pero un fuerte descalabro económico, que forzaron su rápida integración en el PSOE. Reproducimos el Manifiesto y el resumen de su Programa Electoral de 1977, el único comicio al que concurrió el PSP.

  
Propaganda electoral del PSP, Madrid, junio de 1977 (Archivo La Alcarria Obrera) 
 
MANIFIESTO Y PROGRAMA ELECTORAL DEL PARTIDO SOCIALISTA POPULAR (P. S. P.)
El Partido Socialista Popular se presenta ante el electorado fiel a una doble exigencia que ha caracterizado toda su vida política y su lucha por la Democracia y el Socialismo: presentar una alternativa de organización social y política y tratar de concretar con el mayor rigor la dirección y las medidas que permitan llegar a ella por la vía democrática y parlamentaria y en respeto absoluto a los derechos de las minorías.
Creemos que es un deber moral y político exponer con la máxima sinceridad cual es el análisis que hacemos de la situación global española y de los temas en que ésta se desglosa. Consideramos indispensable decir a dónde vamos y qué camino elegimos.
II
El modelo de desarrollo económico y el modelo de sociedad propugnado en la Europa capitalista en los años 50 y 60 han agotado sus posibilidades. Tras un crecimiento considerable durante algunos años y en varios países del producto nacional bruto y de la renta nacional, tras la modernización de algunas estructuras industriales, no solamente los índices de crecimiento se han estancado, sino que la inflación y el paro -legal o encubierto- aparecen como síntomas de una crisis, que no es coyuntural, sino que está unida al sistema. Durante los años de la expansión, en Europa no se abordó la reforma de las estructuras sociales.
La empresa, por ejemplo, siguió viviendo en un doble plano en lo que se refiere a la organización. La participación obrera en la Empresa no ha rebasado en los países más avanzados fórmulas cercanas a la cogestión, falsificada por medios sutiles, básicamente porque no se ha impulsado un cambio educativo y una renovación cultural que son el fundamento primero de la participación y luego de la autogestión. La educación sigue siendo en la Europa capitalista elitista, condicionada por el origen social del niño y del joven y destinada, no a liberar al hombre por el saber, sino a proporcionar al sistema económico establecido el personal cualificado que necesita.
Esta subordinación del hombre al sistema económico capitalista ha trastornado su verdadera relación con la naturaleza y con los otros hombres. Las ciudades se deterioran y congestionan. Existe una dictadura de las obligaciones mecánicas cotidianas. Una dictadura sin rostro. Hay un profundo malestar en el ciudadano de la sociedad industrial, un sentirse ajeno al sentido de su trabajo, de su obra, un extrañamiento de los otros hombres.
Esta crisis de civilización significa que ha llegado la hora de iniciar el cambio del sistema económico y social. Las mismas instituciones políticas y económicas en las que el europeo puso su esperanza, tales como la Comunidad Económica Europea, se han convertido en entidades burocráticas, pesadas, carentes de savia política y de un proyecto de futuro para la sociedad, han permitido la penetración de intereses ajenos (las multinacionales) y se han mostrado incapaces de producir alternativas políticas y económicas propias. Europa se acerca a un cambio y este cambio solamente puede producirlo la izquierda porque presenta un modelo alternativo de sociedad y no unos remiendos para sus tremendos desgarrones.
En España nos acercamos al umbral de la vida parlamentaria -con los condicionamientos y tergiversaciones conocidos- en esta hora en que la sociedad industrial europea busca su modelo. Sería una irreparable pérdida que nos vinculásemos con la vida europea escogiendo alternativas que ya han entrado en crisis en Europa. En concreto, que intentásemos una solución derechista y liberal cuando la izquierda se dibuja en la sociedad industrial europea como la única alternativa. Sería aumentar la longitud y la dificultad del camino que vamos a recorrer y enfrentarnos, en el futuro, con tensiones que puede y debe evitar la existencia de una alternativa real y una fuerte representación socialista en el Parlamento.
III
Sin un modelo de sociedad que substituya al actual que consideramos fomenta y cristaliza servidumbres y alienaciones, un partido no puede aspirar a titularse socialista. No se trata de corregir mediante retoques los defectos más sangrantes del capitalismo.
No creemos que el proceso capitalista se autocorrija mediante la admisión y asimilación de las reivindicaciones concretas de las clases que más padecen los efectos del sistema. El socialismo se propone la superación del capitalismo y su sustitución por una forma de organización social en que desaparezca la dominación del hombre por el hombre. Este norte rige toda la estrategia de un partido verdaderamente socialista y es el fin irrenunciable que se propone el Partido Socialista Popular. Pero, fieles a un análisis científico y dialéctico de la vida social y política, los socialistas populares consideramos como aventurerista toda formulación que no tenga en cuenta los datos de una situación histórica concreta, en nuestro caso la del sistema capitalista tardío español, así como la circunstancia de la salida de una dictadura contra-revolucionaria que se ha extendido por cerca de cuarenta años bajo formas y adaptaciones diferentes. La fase por la que atraviesa la sociedad española y la relación de poder, exigen a todo partido socialista genuino huir del conformismo y del mero reformismo, y descartar todo radicalismo retórico que podría tener efectos negativos para el desarrollo de las fuerzas de cambio y de progreso.
El programa electoral que se expone trata, en cada uno de sus capítulos y temas, de marcar cuál es el objetivo que a largo plazo se propone lograr el PSP y a la vez descender a lo concreto: proponer medidas y políticas precisas que corrijan la situación a plazo corto.
Consideramos que no hay incongruencia entre una planificación de objetivos a plazo medio y largo y la adopción de medidas a corto plazo que corrijan los graves defectos y malformaciones de nuestra sociedad, puesto que nuestra profunda convicción democrática se basa en la certeza de que al superar los obstáculos que aprisionan y reducen al ciudadano se irá constituyendo de manera continua e incontenible un verdadero bloque nacional, cuya base se ensanchará hasta el punto en que el interés de la inmensa mayoría coincida con la instauración de un verdadero modelo de organización socialista.
Para el período que se inaugura en la Historia de nuestros pueblos, el modelo que propugnamos es lo que se podría denominar sociedad democrática avanzada, en la que subsistiendo -sin carácter monopolista- instituciones derivadas de la forma de organización capitalista, el proceso de socialización avanza de manera que va encajándose armónicamente en el cuerpo total y llega a ser predominante. Las libertades formales son imprescindibles e inalienables no solamente durante todo este proceso, sino también, y rotundamente, en la sociedad socialista.
Pero este momento de sociedad democrática avanzada está, en nuestro caso, precedida de otro crucial. absolutamente decisivo: el de la restauración de la democracia formal, que, en nuestras circunstancias está condicionada a que las próximas Cortes sean realmente Constituyentes y que en ellas se forme un bloque democrático formado por todos aquellos partidos, -de izquierdas y derechas- que consideren que la estabilidad y progreso del país solamente se puede asegurar mediante una Constitución nueva y democrática y por la derogación de todas las leyes represivas que hemos heredado de la Dictadura.
En este sentido, el P.S.P. ofrece su colaboración, sin reservas, en la formulación de un Pacto o Compromiso Constitucional.
IV
Para la elaboración y cumplimiento de este Pacto o Compromiso Constitucional, para que la situación política sea estable, evitando la recaída en formas autoritarias --que amenazan y amenazarán durante un tiempo a la Democracia- es preciso que la izquierda esté suficientemente representada en el Parlamento y que sea fuerte. Es preciso que la izquierda sanee la vida nacional, en especial en los niveles locales, municipales, provinciales, regionales, etc., para que este saneamiento se extienda a las nacionalidades y a todo el Estado. Para ello es imprescindible que el socialismo se constituya en el eje de la izquierda. Solamente en torno a un socialismo inequívocamente democrático la izquierda ofrecerá al país, primeramente, el correctivo de los intereses de la derecha, y, en su momento, la alternativa de Gobierno. Solamente un socialismo fuerte, radical en sus ideales y responsable en la elección y ejecución de estrategia y táctica, podrá sacar al país de la honda crisis económica y social en que se encuentra. Y de sus crisis de valores. Hemos vivido -nos han obligado a vivir- sobre falsos valores y el despertar es duro, aunque sea inevitable y saludable.
Un socialismo fuerte significa un socialismo unido. Desde su fundación y reiteradamente en el último año, el Partido Socialista Popular se ha esforzado en que se avanzase decididamente hacia la unidad. En nuestro III Congreso, primero que no se celebró en la clandestinidad -en Junio de 1976-, ofrecimos a las otras formaciones socialistas un procedimiento para avanzar hacia la unidad orgánica. Consistía en: 1) cesar todo hostigamiento y polémica inútil; 2) crear un Comité de Enlace que estudiase los temas doctrinales, programáticos y una práctica política en común, incluyendo una alianza electoral si los socialistas íbamos a las elecciones; 3) la celebración cuando se hubiese avanzado en estos temas, de un Congreso de reunificación. Dicha propuesta fue reiterada en carta al P.S.O.E. (r) y a la Federación de Partidos Socialistas, con fecha 7 de Septiembre de 1976. No recibimos respuesta del P.S.O.E. (r). En la reunión celebrada en Lisboa, convocada por el compañero Mario Soares, el 9 de Noviembre de 1976, los representantes del P.S.O.E. (r) rechazaron tales propuestas, en especial el Comité de Enlace y la alianza electoral proponiendo un Congreso de Unificación sin que se estableciera un procedimiento preciso para su preparación. No obstante, el P.S.P. ha agotado todas las instancias y explorado todas las posibilidades. La Permanente del Congreso del P.S.P. en su reunión del 5-6 de Febrero de 1977 reitera la posición unitaria y ofrece una alianza electoral bajo una denominación común «Unión Electoral Socialista». Invocando las resoluciones de su Congreso y Comité Federal, el Ejecutivo del P.S.O.E. rechazó tales propuestas y propuso que los socialistas fueran a las elecciones bajo sus siglas: postura, por otra parte, rectificada respecto al Partido Socialista Catalá.
El P.S.P. se ha esforzado hasta el momento de cerrar las listas por lograr la unidad electoral de todos los socialistas, como primer paso en el proceso de la unidad orgánica que se debe lograr lo antes posible. Así su Presidente Enrique Tierno Galván, apela a los socialistas para que vayan unidos a las elecciones, tras la reunión del Comité Ejecutivo, el 23 de Abril de 1977. Como fruto de estos esfuerzos se ha logrado una alianza electoral con la Federación de Partidos Socialistas (F.P.S.) bajo la denominación de «Unidad Socialista».
Es evidente que la participación en las elecciones en listas separadas disminuirá la representación socialista -de todos los partidos socialistas- en las Cortes a elegir. El P.S.P. se siente libre de esta responsabilidad. Lamenta que actitudes partidistas hegemónicas hayan impedido una alianza socialista. Pero no desespera de que en las Cortes las posiciones de los partidos hermanos se acercarán y terminará por imponerse el buen sentido y el interés del Socialismo como un todo. Para ello es preciso que el P.S.P. que ha demostrado suficientemente su voluntad unitaria, esté debidamente representado. Si los grupos socialistas están equilibrados, la unión se impondrá y con ello se iniciará el camino que conducirá a la alternativa de Gobierno que el Pueblo necesita.
V
Nuestro socialismo es moderno y a la altura de los tiempos, sin rémoras de épocas superadas. Se destina a un país joven y a unas clases trabajadoras de todo tipo. Corresponde a la nueva estructura social del país y responde a su mentalidad y aspiraciones. Pero, si nuestro socialismo es moderno, el P.S.P. no es un recién llegado a las luchas contra la Dictadura y contra la confusión actual. De hecho representamos un esfuerzo y una coherencia política que se extiende sin interrupción desde los años cincuenta. Cuando el socialismo había desaparecido virtualmente del país, debido a la terrible represión sufrida por todas las organizaciones democráticas se aglutina en Salamanca, en torno al Profesor Tierno Galván en 1954, un grupo de profesionales y profesores que replantean la posibilidad del socialismo en el interior. Unidos a antiguos militantes, se crea un grupo claramente socialista que adopta en 1964 el nombre de Frente Socialista Unido Español. Antes, los dirigentes del hoy P.S.P. Enrique Tierno Galván, y Raúl Morodo, fueron detenidos y procesados. En 1965 Tierno será expulsado a perpetuidad de su Cátedra de la Universidad de Salamanca, por haberse solidarizado con el movimiento estudiantil. En 1968 el Frente se estructura como Partido Socialista del Interior, denominación que se abandona en 1974 para evitar susceptibilidades de otros grupos que, ahora sí, empiezan a tener alguna virtualidad dentro del país. Nueva prueba de voluntad de concordia y armonía con todos los socialistas. Desde 1974 el Partido Socialista Popular ha mantenido una militancia creciente. Participa en la creación de la Junta Democrática y más tarde en Coordinación Democrática: sus representantes forman parte de la Comisión de los Diez y está en todas las luchas contra la Dictadura y contra los designios del Gobierno Arias. Esta ejecutoria habla por sí misma. El P.S.P. ha sido uno de los factores más decisivos para forzar una nueva época política de libertad para todos.
Desde estos principios, este análisis del presente y del futuro, con este historial democrático, desde una honradez política sin tacha el Partido Socialista Popular acude al electorado con un programa. Un proyecto concreto, lo que representa un compromiso concreto. Otras formaciones pueden decidir mantenerse en las generalidades, invocar slogans, tratar de despertar el miedo al futuro o arroparse en pasadas glorias. Pero no hay que eludir el compromiso. El pueblo está desorientado tras cuarenta años de secuestro de la información, tras haber perdido, al menos en parte, la capacidad crítica, y, sobre todo, la visión de los problemas generales. Porque se le ha mantenido deliberadamente en la ignorancia. La elección es una ocasión propicia para entablar un gran debate a escala del Estado. Las elecciones son una primera etapa. Están, por otra parte, planteadas en términos de desigualdad. Las fuerzas progresistas están discriminadas desfavorablemente. Pero, es preciso que estas elecciones sirvan para que el pueblo vuelva a participar. Con conocimiento de causa. Con este propósito el P.S.P. somete al electorado y a los pueblos españoles el siguiente programa.
 
ASENTAR LA DEMOCRACIA, REFORMAR EL ESTADO
1. El ordenamiento jurídico constitucional vigente es el residuo de la Dictadura. Se ha promulgado y desarrollado sin participación del pueblo. La Ley de Reforma del Gobierno actual es, por otra parte, esencialmente ambigua puesto que al no incluir cláusula derogatoria no permite conocer qué instituciones del franquismo tienen todavía vigencia. Es necesario, pues, que las nuevas Cortes sean plenamente constituyentes. A este fin, el PSP está dispuesto a concertar con las otras fuerzas democráticas un Pacto Constitucional.
a) La parte orgánica de la nueva Constitución ha de contener claramente el principio de la separación de poderes, con predominio del legislativo, compatible con la estabilidad gubernamental.
b) De mantenerse el bicameralisrno, la segunda Cámara cumplirá las funciones de Cámara de las Nacionalidades y Regiones.
c) El PSP aspiro a que se constituya un Estado regional, en el que las nacionalidades y regiones históricas gocen de autogobierno en la forma de Estatutos. Serán fijadas las competencias que competirán al Estado que es la institución en que se expresa la solidaridad inquebrantable de los pueblos de España y que representa su unidad frente al exterior.
d) Un Tribunal de Garantías Constitucionales entenderá del carácter constitucional de las Leyes y dirimirá las competencias.
e) La parte general de la Constitución incluirá todos los derechos sociales y económicos que corresponden a una sociedad democrática socialmente avanzada.
d) Aparte de las garantías instituidas en la Constitución, los derechos y libertades de los ciudadanos estarán tutelados por un Defensor de los Ciudadanos. Un Controlador intervendrá con funciones de control, en nombre de los ciudadanos, en la Administración económica.
2. La restauración de las libertades exige una amnistía plena e inmediata de todos los delitos de motivación política y de todas las sanciones laborales. Será derogada la ley de Libelo que ha sustituido al control de la antigua Ley de Prensa. Los ciudadanos participarán, como usuarios, en las Corporaciones públicas, independientes del Estado y de los Partidos, que se creen para gestionar la Televisión y la Radio del Estado.
3. El Partido Socialista Popular rechaza terminantemente la idea de que el avance hacia el socialismo exija la instauración de cualquier tipo de dictadura de clase o de partido o bloque de partidos.
4. Es necesario vitalizar y racionalizar la Administración Local, lo cual implica una reforma radical de la Hacienda Local dotándola de medios y sacando a los Ayuntamientos de la penuria en que se encuentran. El PSP urgirá en el Parlamento la aprobación de una Ley de Administración y Régimen Local y la celebración de elecciones locales generales en corto plazo. Sin una vida local vigorosa y democrática no habrá democracia en España.
5. El PSP, partido de trabajadores de todas clases, exige un sindicalismo libre. Para que el sindicato sea libre es necesario: a) la instauración de las libertades democráticas formales de carácter general; b) una amnistía laboral total; c) Disolución de la OSE y devolución de su patrimonio a los trabajadores. El PSP propugna un sindicato libre, unitario, de clase y de masas, reivindicativo, democrático y autónomo. No cree que el sindicato deba ser correa de transmisión de un partido. El partido político y el sindicato son frentes de lucha diversificados frente al sistema capitalista. El sindicato debe ser autogestionario.
6. El PSP entiende la Administración de Justicia como un servicio público y propugna su gratuidad real. Exige la unidad de jurisdicciones y la desaparición de los fueros, de manera que se establezca la igualdad real ante la Ley.
7. El PSP no está imbuido de ningún prejuicio, ni recelo, antimilitarista. Aspira a una defensa nacional eficaz, tecnificada y digna. El oficial profesional es un ciudadano de pleno derecho, manteniéndose el principio de la neutralidad de las Fuerzas Armadas como institución, sus derechos cívicos y políticos no pueden ser menoscabados, puesto que son inalienables, como los de cualquier ciudadano. Se debe definir un Plan de las Fuerzas Armadas y promulgar una Ley de Bases de la Defensa Nacional.
8. El PSP propugna la separación rigurosa entre la Iglesia Católica y el Estado, junto con la admisión de la libertad de creencias. El PSP es un partido aconfesional que respeta escrupulosamente las opciones de sus militantes en materia religiosa.
 
DESARROLLAR LA ECONOMÍA. CAMBIAR LAS ESTRUCTURAS
1. El país se encuentra ante una profunda crisis económica cuya salida exige la cooperación de los partidos políticos y de las fuerzas sociales. Pero, en profundidad, nos encontramos ante el fracaso del modelo de desarrollo iniciado en los años cincuenta y ante la crisis del neocapitalismo europeo. La estabilidad y el progreso del país exigen la creación de un nuevo modelo socioeconómico.
Ofrecer una alternativa socialista es un imperativo irrenunciable para el Partido Socialista Popular (PSP). Es posible alcanzar el socialismo que proponemos a través de la vida democrática, mediante las instituciones parlamentarias y respetando los derechos de las minorías.
2. Ante la situación en que nos encontramos y fieles a nuestros ideales ofrecemos dos programas: uno a corto plazo para salir de la crisis, cooperando al asentamiento de la democracia -que las tensiones económicos podrían poner en peligro- y que necesariamente se basará en el sistema de mercado; y un modelo de alternativa socialista.
a) A corto plazo, es necesario ejecutor un plan de emergencia destinado a combatir los problemas básicos de lo economía española: inflación, paro, boja productividad, desequilibrio de nuestra balanza de pagos. Problemas esenciales que, a su vez, generan otros graves: déficit de demanda en ciertos sectores industriales, exceso de demanda de ciertos productos de consumo, retraimiento del ahorro; carencia de nuevas inversiones, tensiones en el mercado de capitales y clima de desconfianza general.
Es necesario iniciar inmediatamente una enérgica lucha contra el paro mediante una serie de medidos y planes coordinados con programas de obras públicas, desgravación de empresas que crean puestos de trabajo, elevar progresivamente la participación del Estado en el costo de la Seguridad Social -aliviando al pequeño empresario y evitando su retracción ante quienes acuden a contratarse- o seguro de desempleo mejorado y universalizado. etc. Lucha contra la inflación mediante una política monetaria, comercial y fiscal adecuadas; la garantía de los precios de los productos de mayor incidencia; política de gasto público correcta, liberación de los tipos de interés pasivos a corto plazo con el fin de fomentar el ahorro y frenar las inversiones especulativas. (En el programa detallado del partido se establecen 18 puntos concretos que constituyen el embrión de un plan de emergencia).
b) La alternativa socialista del PSP comprende el mantenimiento de un sector privado y un apoyo al empresario medio; la socialización de los grandes medios de producción cuando su estructura concentre excesivamente el poder económico y en consecuencia político y social y represente un alto grado de monopolio. La socialización del crédito se basa más en el análisis de la función de cada crédito y sistema financiero que en la mera propiedad del capital. Las socializaciones se basarán en criterios muy precisos y en un análisis completo del cuadro social y económico. La socialización –municipalización- del suelo urbano y el derecho de tanteo de la comunidad a precios de referencia -no a los precios de especulación- acabarán con la especulación urbana e inmobiliaria con efectos de justicia y con una incidencia complementaria contraria a la inflación y al mal reporto de los recursos financieros.
La reforma de la empresa garantizará los derechos del pequeño accionista frente a las manipulaciones de los gestores anónimos y se basará en una participación del personal de la empresa que conduzca a la futura autogestión.
La planificación de la economía será democrática y descentralizada. Frente a los criterios tecnocráticos del crecimiento sin matizaciones del producto nacional bruto habrá que introducir criterios sociales y humanos en búsqueda de lo que podría denominarse Bienestar Económico Neto.
3. Modificar el sistema económico exige una profunda radical reforma fiscal. El caos fiscal actual incluye: a) Una reducida -en comparación con los países europeos- dimensión del sector público; b) escasa participación del Estado en el pago de la Seguridad Social; c) una centralización fiscal casi absoluta, con la ruina de los Municipios; d) Exceso de impuestos indirectos; e) énfasis del gravamen sobre el producto; alto índice de fraude fiscal; g) pequeño gravamen sobre la renta.
Los fines de una política fiscal correcta son: a) Satisfacción de las necesidades públicas; b) Reestructurar la distribución de la renta en sentido igualitario; e) Favorecer la estabilidad y el desarrollo económico.
El PSP propone: un aumento de la presión fiscal del 20 al 30 por 100 PNB; la persecución eficaz y radical del fraude fiscal; la restructuración del sistema impositivo, aumentando los impuestos directos sobre los indirectos; el estudio de una tasa al valor añadido de tipo europeo; la creación de un impuesto sobre el patrimonio.
4. La agricultura ha jugado un papel bien conocido en el desarrollo capitalista de la época franquista. Se ha producido la concurrencia de altos precios de los productos agrícolas en los mercados con un progresivo empobrecimiento de las empresas medianas y familiares que, de hecho, se han proletarizado. Los excedentes -o detracciones- del campo se han invertido en la industria y en los negocios de especulación urbana produciendo en anchas zonas del país una descapitalización que ha originado el abandono y la emigración.
El PSP propone una política de rehabilitación de la agricultura y del medio rural, basada en el apoyo a la pequeña y mediana empresa y en una mejora de las condiciones económicas, sociales y culturales del campo y de las pequeñas villas y aldeas. Es preciso, como pieza esencial de esta reconversión, liberar a los agricultores del capital monopolista, sin por ello someterlos a la tutela coactiva del Estado. La socialización agraria es la meta del socialismo. Pero es compatible con el respeto a la pequeña y mediana explotación agraria, a la vez que se estimula las formas de propiedad cooperativa. Las socializaciones se efectuarán mediante una indemnización cuya cuantía no haga imposible la socialización y solamente cuando lo exija el excesivo poder hegemónico, el equilibrio de la comarca o la necesidad de introducir cultivos. No se inspirarán en el principio de socializar las empresas con pérdida, transmitiendo la misma a los nuevos pequeños propietarios. Se crearán Fondos de Tierra con las socializadas que revertirán a los pequeños y medianos propietarios privados y a las cooperativas.
La cooperativa ha sido desvirtuada bajo el sistema franquista. Se propondrá una Ley de Cooperativas, democráticas y basadas en la representación en base al principio de «un hombre, un voto».
Las multinacionales en España se han centrado, en buena parte, en la comercialización de productos alimenticios, con enormes márgenes de beneficios que paga el agricultor con precios bajos y el consumidor con precios altos. Se planeará una política de precios realistas. El campo está descapitalizado -salvo el sector de la nueva empresa capitalista y a veces, multinacional-. Se orientará el crédito rural hacia la reinversión en las regiones y se atenderá a la financiación agraria con crédito que provenga de otros sectores. Se descentralizará la gestión burocrática agraria. Se crearán Juntas Comarcales Agrarias e Institutos Regionales Agrarios, representativos y de gestión propia de los agricultores. La Seguridad Social Agraria será la general. Respecto al Mercado Común se considera que la política agrícola comunitaria, basada casi exclusivamente en los precios, no ha resuelto los problemas de la agricultura europea.
5. La concentración de los excedentes de capital del campo y de la mano de obra en las ciudades ha creado profundos desequilibrios entre campo-ciudad y entre las regiones, convirtiendo a España casi en una sociedad dual: un sector de sociedad industrial y un estancamiento y deterioro de amplias zonas del país. La municipalización del suelo, el derecho de tanteo en los perímetros urbanos e industriales, en las zonas turísticas a precios estables -protegiendo al pequeño propietario no especulador- la planificación territorial, el control de los créditos bancarios destinados a inmobiliarias y urbanizaciones podrían acabar con el excesivo precio de la vivienda y con el deterioro del medio.
6. El PSP es un partido de trabajadores de todas clases y concede la más alta prioridad a la regulación justa de las relaciones laborales. Exigirá la derogación inmediata de la Ley de Reglamentaciones de 1942, así como de toda la legislación actual en materia de Convenios Colectivos.
Deberá promulgarse una ley corta, clara y precisa. Propugna el derecho de las Centrales Sindicales a pactar en Convenios Colectivos las condiciones de trabajo. Exige la derogación de la actual normativa sobre huelga y la inclusión en la Constitución del derecho a la misma. Propugna la jornada de 40 horas por semana y la cuarta semana de vacaciones pagadas. El actual sistema de fijación de salarios mínimos debe sustituirse por el establecimiento de un salario hora general para todas las actividades, pactado entre las organizaciones patronales y sindicales.
7. La emigración al extranjero es una de las piezas con que el Estado franquista tecnocrático logró contener la reivindicación obrera en los años sesenta, a la vez que obtener divisas. El PSP se propone una política de pleno empleo que haga innecesaria la emigración de nuestros trabajadores a Europa.
Inmediatamente exigirá: al La revisión de todos los Acuerdos de Emigración y Acuerdos Laborales negociados en condiciones de inferioridad; b) la creación de un fondo para el emigrante que se reintegre al país que comprenda una ayuda suficiente para el período de reciclaje y búsqueda de trabajo; e) la inclusión del emigrante en todos los programas de vivienda en España; d) el establecimiento de un sistema de enseñanza para los hijos de los emigrantes en el extranjero, dependiente del Ministerio de Educación y Ciencia y no del INE; e) la aplicación general del régimen de Seguridad Social Español al emigrante, con independencia de los sistemas del lugar de trabajo; f) la modernización, dotación y prestigio de Consulados en los países de inmigración española; g) la creación de instituciones de los emigrantes que autogestionen sus asuntos y que estén acreditados ante nuestras Embajadas, ante las autoridades locales y ante la Administración española en todos sus niveles; h) el que los emigrantes puedan ejercer sus derechos políticos -entre ellos el sufragio-, con efectividad y sin trabas burocráticas.
De adherirse España a la Comunidad Europea, España debe negociar la modificación de toda cláusula, norma o práctica que discrimine al trabajador no nacional en el país del trabajo. En especial, tratará de que se modifiquen los artículos 117, 118 Y 121 del Tratado de Roma.
 
CAMBIAR AL HOMBRE. FOMENTAR LA SOLIDARIDAD
En la sociedad capitalista el hombre vive separado del resultado de su esfuerzo, de su trabajo. Estamos encadenados en un sistema impersonal. Fuerzas sin rostro -los medios de comunicación, la televisión, las grandes compañías- condicionan nuestras vidas. Pero, no es irremediable. Cabe crear una sociedad productiva, rica en bienes, y mantener la solidaridad humana. Salir de la soledad de este rebaño compuesto de solitarios y de competidores. El PSP ha sido en España un adelantado en la denuncia de estos males modernos, el primero en proponer soluciones.
1. La educación, la enseñanza, en el sistema capitalista está destinada a cualificar a los hombres y mujeres para desempeñar un puesto determinado por el sistema productivo. Es el sistema socioeconómico el que determina qué número de técnicos, de obreros cualificados, de investigadores necesita. Y el sistema educativo los proporciona. Las selectividades, los números clausus, las especializaciones se destinan a este fin. El fin de la educación socialista es distinto. Se trata de liberar al hombre, hacerlo crítico, que acepte las situaciones solamente cuando las aprueba su razón.
El PSP propone una educación total, general, permanente y crítica. Total, pues debe englobar el cultivo de la inteligencia, la sociabilidad, la actividad artística y física. La escuela aislada nada puede. La sociedad es un proceso continuo de educación general, y por ello se propone un tronco de enseñanzas comunes hasta los dieciséis años.
Permanente porque el proceso de educación no termina en la escuela o en la Universidad.
La sociedad industrial exige un reciclaje continuo. Crítica, porque la libertad del hombre reside en su capacidad para analizar, juzgar y elegir. El PSP propone una escuela gratuita, pública, aconfesional, obligatoria y mixta. A pesar del principio de aconfesionalidad de la escuela, el PSP toma buena nota de que la confesión religiosa más extendida en España, y unida a elementos esenciales de nuestra cultura, es la católica. El PSP asume que debido al carácter plural-nacional del Estado, la enseñanza puede ser impartida en las lenguas vernáculas de las nacionalidades, aceptando la cooficialidad de las mismas con el castellano.
2. El Socialismo, para evitar caer en formas burocráticas, exige una renovación cultural. Por otra parte el concepto actual de cultura es elitista y en cierto modo alienador, puesto que la cultura en el capitalismo se convierte en mercancía. El PSP predica una revolución cultural que vuelva al nombre al centro de la vida y que establezca una solidaridad profunda con los otros hombres. Tanto el capitalismo como el socialismo clásico estaban basados en la idea de competencia y triunfo. En una concepción cuantitativa de la felicidad. Sin una revolución cultural, la revolución política resultaría una nueva forma de dominación.
3. La sanidad en España es puramente curativa. Están abandonadas la prevención y la rehabilitación. La cara Seguridad Social actual es ineficaz. Es necesario crear un Servicio Nacional de Salud con cargo a los presupuestos generales del Estado y que cubra a todos los residentes en el país. Durante un dilatado proceso de adaptación subsistirán conjuntamente la medicina privada y la pública.
4. La Seguridad Social no es general, ni en el número de personas que cubre -aún existen quienes no están incluidas en ella-, ni en la intensidad de los servicios que reciben. Su presupuesto para este año asciende a 865.744 millones de pesetas, 82 por 100 de los presupuestos generales del Estado. Es pagada en un 93,6 por 100 por patronos y empleados y solamente en un 3,3 por 100 por el Estado (media en Europa. 20 por 100 de contribuciones estatales, en Suecia 85 por 100). El peso de la Seguridad Social recae sobre los pequeños empresarios y sobre los obreros, quienes no pueden trasladar su carga subiendo los precios. Este sistema produce; a) inflación por este traslado de costes en los precios de los productos; b) paro, al retraerse la oferta de trabajo a causa de las cargas sociales.
Por otra parte, el sistema es caótico y está mal administrado. El PSP propone una Seguridad Social basada en los siguientes principios. 1) General, comprendiendo a toda la población; 2) Costeada en mayor medida por el Estado; 3) Con una escala de tipos de cotización que tenga resultado distributivo; 4) Liberada de funciones que no le son propias (ayuda familiar. etc.); 5) En la que desaparezcan los regímenes especiales; 6 Que cumpla una función económica correcta a escala macroeconómica.
5. La calidad de la vida y la defensa del medio ambiente se han convertido en objetivos sociales y políticos de primer orden porque el incremento del poderío tecnológico del hombre ha creado una nueva situación que hay que atender con urgencia. Debe establecerse: a) un sistema eficaz de conservación de la naturaleza y del equilibrio ecológico; b) un sistema de vigilancia eficaz que penalice -por la vía del impuesto y de las sanciones- a las empresas contaminantes que no recurran a los métodos para evitar la contaminación; c) una planificación urbana destinada a evitar los efectos de la gran urbe, controlada por Comisiones Municipales de Urbanización compuesta por técnicos (sociólogos. Arquitectos, juristas. etc.) y por vecinos, que establezcan las líneas indicativas de la planificación urbana y que vigilen el cumplimiento de las normas.
6. La situación de la mujer en nuestra sociedad es la de quien sufre una doble alienación: la general del trabajador y la que resulta de una discriminación social, profesional y jurídica que deriva de concepciones culturales y de prejuicios muy profundos. Laboral, jurídica y socialmente la mujer está discriminada. No habrá revolución cultural ni social, sin revolución en la situación femenina. Es un mismo combate. El PSP adopta las reivindicaciones femeninas en los campos laborales, jurídicos (patria potestad de los dos cónyuges, divorcio, ley regulando el aborto en evitación de las prácticas clandestinas), social y profesional. La utilización de los mitos y sublimaciones de lo femenino con objeto de aumentar el consumo debe ser denunciada y combatida como una manipulación más del sistema.
7. Durante los años del fascismo se explotó el mito de la juventud; sin embargo, la juventud está discriminada en nuestra sociedad y en nuestro sistema legal. La mayoría civil a los veintiún años es más retrasada que en los otros países de nuestra área: La mayoría electoral a la misma edad entra en contradicción con el hecho de que la mayoría penal y laboral es anterior. El sistema de enseñanza padece de los defectos señalados y sobre todo ello plantea una concepción paternalista y autoritaria de la sociedad. La juventud en esta situación puede caer en la falsa rebeldía retórica y en el radicalismo también retórico. El joven será responsable si no se prolonga arbitrariamente su minoría, cuando el cambio social rápido hace madurar tempranamente a muchos individuos.
8. La sociedad industrial, basada en el principio de la rentabilidad máxima, es poco adaptada para las personas de la tercera edad. La familia preponderante es la compuesta por los padres y los hijos. Poco lugar hay para los abuelos. Sin embargo, el Estado no prevé esta situación y abandona a las personas de edad. Las mismas ciudades carecen de plazas, paseos, lugares de reposo; los barrios de lugares de reunión para los ancianos. Hay que integrar a la persona de edad en una sociedad más humana. El socialismo es solidaridad y esta empieza por quienes han contribuido durante años a la economía general y ahora entran en la edad ingrata. No se trata solamente de mantener el valor de las pensiones -deterioradas por la inflación- y de mejorarlas; sino de encontrar estímulos y horizontes para las personas que han sobrepasado una cierta edad.
 
UNIR A LOS PUEBLOS. MANTENER LA PAZ
1. El régimen franquista mantuvo una política exterior basada en una retórica y en la búsqueda de factores de sustitución. Al no poder estar España donde le correspondía geográfica y culturalmente, se hipertrofiaron otras relaciones. Hoy ha llegado el momento de la verdad, y la verdad es que en la vida internacional nada se regala. Nadie va a sacar a España de sus dilemas. El socialismo es internacionalista; pero la izquierda no es utópica. Decir: «con nosotros o Europa» es una falsedad que no cometerá el Partido Socialista Popular. Europeístas desde la fundación en 1956 en Salamanca de la primera asociación europeísta -penalizada entonces- nos resistimos a que la Comunidad Económica Europea nos sitúe en el lugar que corresponda, no a nuestros intereses, sino de los agricultores o industriales de sus países. Exigimos un verdadero debate nacional sobre los pros y los contras de lo adhesión o lo CEE, que permitirá o cada sector de lo economía nacional exponer sus problemas, buscar apoyos del Estado y que mejorará lo posición negociadora española. Como fin del mismo, exigimos la celebración de un referéndum, como se hizo en Gran Bretaña. Noruega y Dinamarca.
2. El PSP es contrario o la política de bloques. De gobernar, aceptaría las obligaciones contraídas por los Gobiernos anteriores; pero exige la desnuclearización de las bases existentes en España y poner fin, al término de su plazo, a la relación desigual hoy existente con los Estados Unidos.
3. Se opone o que de manera camuflada se vincule a España con la NATO a espaldas del pueblo. Exige, también, un verdadero debate nacional sobre las alianzas.
4. Apoya la reivindicación de Gibraltar. Considera que en el planteamiento diplomático español ha faltado un tratamiento adecuado de la población. Existe una solidaridad de clase entre los trabajadores del Campo de Gibraltar y los de la Plaza.
5. Un país que carece de una zona autónoma de actuaciones se convierte en satélite. Un satélite suele pagar el precio que conviene o su protector. El PSP tiene una política pensada y realista para una zona de autonomía relativa española: el Mediterráneo. Convocó lo I Conferencia de Partidos Socialista del Mediterráneo, celebrada en Noviembre pasado en Barcelona y organiza los II en Malta. Junio de 1977.
6. El PSP se siente unido a lo latinoamericano. Deseo buenos relaciones con todos los países hermanos de América. Pero no puede menos de denunciar las violaciones de los derechos humanos en el cono sur de aquel continente. Los pueblos argentino y chileno son nuestros hermanos. Su sufrimiento es el nuestro.
7. El PSP condena el Acuerdo de Madrid de 14 de Noviembre de 1975 que entregó el Sahara o lo anexión. Saluda la heroica lucha del pueblo saharaui en torno al Frente Polisario.
8. Desea la paz en el Moghreb y hará cuanto pueda para que esta se logre en la justicia.
9. El PSP es muy consciente de la situación de las plazas de Ceuta y Melilla y se siente solidario sin reservas con sus poblaciones.
10. El PSP ha sido uno de los primeros partidos que han estudiado en toda su profundidad los factores internacionales en torno a Canarias. Considera que Canarias es una prioridad absoluta. La españolidad de Canarias se reforzará con la aprobación de un estatuto de autonomía por los canarios, dentro del Estado español.
11. El PSP condena la adquisición de territorios por la fuerza. En este sentido defiende los legítimos derechos inalienables del pueblo palestino. Considera vital el logro de una paz estable en el Próximo Oriente.
12. El franquismo, a fuerza de retórica y de impotencia, llegó a hacer del español un ser sin fe en su destino nacional. Pero España está llamada a jugar un papel importante regionalmente, a ejercer una influencia cultural e ideológica en varias zonas. En especial, junto con Portugal y otros países del sur de Europa, está destinada a encontrar una vía propia y original hacia el socialismo.

22 de diciembre de 2011

Programa del Frente de Izquierda Comunista

El 28 de octubre de 1982 se celebraron en España unas trascendentales elecciones legislativas que dieron un amplísimo poder al PSOE, con una mayoría parlamentaria de 202 diputados que nadie ha vuelto a alcanzar, y forzaron una reordenación de las fuerzas de la derecha que provocó la liquidación de la UCD, cuya moderación no interesaba una vez completada la Transición, y el reforzamiento de AP, representante de la derecha más cerril y celosa defensora de los poderes tradicionales. Para la izquierda, estos comicios supusieron una quiebra definitiva: el PCE estuvo a punto de quedarse fuera del Congreso (y sólo pudo crecer sumergiéndose en Izquierda Unida) y la izquierda radical despareció (PTE, ORT...) o tuvo que agruparse para salvar los restos del naufragio. A este último impulso correspondía la candidatura del Frente de Izquierda Comunista en Madrid, basada fundamentalmente en el Movimiento Comunista y la Liga Comunista Revolucionaria, de la que reproducimos su programa electoral.
Portada del Programa del FIC, Madrid, 1982 (Archivo La Alcarria Obrera)
 
Una fuerza revolucionaria al servicio de la unidad y la lucha popular
Las fuerzas que integramos el Frente de Izquierda Comunista somos firmes defensores de la unidad.
También en el terreno electoral nos hemos esforzado en conseguir una sola candidatura de todas aquellas corrientes de la izquierda comunista que se sitúan nítidamente en el terreno de la lucha de clases, que han roto pública y claramente con el eurocomunismo y la socialdemocracia, y que defienden de forma intransigente las reivindicaciones de paz, trabajo y libertad de las clases trabajadoras.
Pensábamos que las diferencias en diversos terrenos de política internacional, las diversas apreciaciones tácticas o los diferentes proyectos de edificación de una vanguardia comunista no justificaban esfuerzos separados, ni candidaturas diferentes.
Porque junto a esas diferencias, existe un importante terreno de unidad marcado por unos mismos objetivos: la lucha por la paz y el desarme, contra la OTAN, las bases yanquis y la carrera armamentista; contra el capital en defensa de los puestos de trabajo y condiciones de vida dignas para todos los trabajadores y trabajadoras; contra la opresión a la que se encuentran sometidas las mujeres; por la libertad contra la derechización y el golpismo.
No ha sido posible. No hemos conseguido plasmar en una candidatura unitaria, la unidad de los comunistas y revolucionarios que, a lo largo de los últimos tiempos, hemos venido situándonos en el mismo campo de lucha intransigente contra la derecha y los capitalistas.
Nuestra candidatura, el Frente de Izquierda Comunista (compuesta por un colectivo de trabajadores, procedente del disuelto PTE, la Liga Comunista Revolucionaria y el Movimiento Comunista) es un paso más en esa unidad de acción. Un paso pequeño si se quiere, pero encaminado a seguir trabajando para unificar los esfuerzos de los comunistas, por la unidad popular y por el impulso de las luchas obreras. Un paso adelante en esa historia de unidad construida en la calle, en mil pequeñas luchas diarias y en grandes movilizaciones populares:
-Marchando a Torrejón en protesta por la entrada en la OTAN, por el desmantelamiento de las bases militares y exigiendo un referéndum.
-Impulsando las huelgas generales de Getafe y las luchas de resistencia contra los expedientes y los topes salariales.
-Movilizándonos en solidaridad con las mujeres de Bilbao juzgadas por aborto.
-Denunciando el asesinato por torturas en la DGS de Joseba Arregi y crímenes como los de Almería y Trebujena.
-Rechazando la campaña de terror contra el pueblo vasco y defendiendo su derecho a la autodeterminación.
-Exigiendo responsabilidades a los ministros y capitalistas implicados en el criminal tráfico del aceite tóxico.
-Manifestándonos en solidaridad con El Salvador, con Líbano y la resistencia palestina.
Nuestro propósito a largo plazo es el de reforzar, generalizar y unificar estas luchas. Nuestro propósito inmediato, que el 28 de octubre pueda expresarse en las urnas la resistencia a la gestión capitalista de la crisis, a la contrarreforma política, al alineamiento proimperialista, a la configuración de una sociedad represiva y, por ende, a la política de consenso que ha permitido estos procesos. Que puedan expresarse los trabajadores y trabajadoras, los jóvenes, las mujeres, los que luchan por una sociedad desnuclearizada o un ambiente en el que poder vivir; los sectores, en fin, que han protagonizado las luchas de resistencia más importantes del último período.
Contra el golpismo y la reacción, en defensa de las libertades
Desde las pasadas elecciones generales, los pueblos del Estado español vienen sufriendo una ofensiva sistemática contra las libertades y, en general, contra todas las conquistas y concesiones que la clase obrera y otros sectores populares arrancamos en la lucha contra el franquismo.
Ofensiva impulsada en primer lugar desde los sectores fascistas y golpista que anidan en los aparatos policiales, judicial y, sobre todo, militar, heredados intactos del franquismo por la Reforma monárquica...
El 23-F es la punta del «iceberg» de esta ofensiva antidemocrática, principalmente protagonizada por los militares. No sólo es el golpe de mano de Tejero y sus guardias civiles, son también los tanques de Miláns del Bosch y de la División Acorazada, la propuesta de «salvación» de Armada, los «gobiernos de gestión» promovidos por González del Yerro y sus amigos, la sustitución de la JUJEM por otros mandos más gratos al golpismo, el espectáculo bochornoso del «juicio de Campamento» y sus ridículas sentencias.
Pero la ofensiva reaccionaria ha tenido también otros padrinos, y otras modalidades más dentro de la legalidad: la política agresiva de la CEOE y la Banca, empeñadas en conseguir el despido libre, en aumentar la represión sindical y laboral, potenciando la «gran derecha». Los obispos y sus instrumentos políticos en «cruzada» contra el aborto y el divorcio, por la enseñanza privada y confesional. El Gobierno norteamericano de Reagan, presionando para conseguir un Gobierno más reaccionario aún, que se alinee de manera incondicional con sus planes belicistas y agresivos, que no ofrezca ninguna fisura a las luchas populares.
El resultado de esa ofensiva coincidente fueron las presiones que, desde dentro y desde fuera de UCD, provocaron la caída de Suárez y, tras el 23-F, la constante derechización impuesta por el Gobierno Calvo Sotelo. La derecha se ha apoyado en el golpismo para hacer pasar su política como un mal menor; el golpismo se ha fortalecido gracias a la protección que la derecha le ha otorgado desde la «legalidad constitucional». La amenaza golpista sigue pendiente sobre las libertades, pero el Gobierno con la colaboración del conjunto del Parlamento ha ido imponiendo toda una serie de medidas dirigidas a incrementar la represión y recortar las libertades.
Son las leyes sobre «estados de excepción, alarma y sitio», «antiterrorista», de «defensa y consolidación de la democracia». La LOAPA y los recortes a los Estatutos de autonomía. La feroz represión y semi-ocupación militar de Euskadi. Las redadas policiales, las campañas favorecedoras del miedo y de la delación. Los malos tratos y torturas a los detenidos. Las actuaciones judiciales cómplices con los crímenes fascistas (casos Herrera de la Mancha, Yolanda González, estudiantes muertos en la glorieta de Embajadores...). El machaque de los piquetes de huelga y de los derechos de la lucha obrera. La persecución de la libertad de expresión. La represión contra las mujeres que ejercitan o reclaman su derecho a abortar. La marginación de la juventud lanzada masivamente al paro, sometida al autoritarismo y reprimida en su cultura y sus opciones sexuales.
En todo este proceso de contrarreforma han colaborado en mayor o menor medida los partidos de la izquierda parlamentaria, el PSOE y el PCE, sobre todo el PSOE. Han apoyado las leyes represivas antes citadas, han aceptado que la casta militar tuviese derecho a juzgarse y absolverse a sí misma por el 23-F, han dado su bendición «democrática» a la perpetuación de los mismos policías, de los mismos jueces, de las mismas corruptelas administrativas del franquismo. Ni tan siquiera han intentado hacer frente a la ofensiva de la derecha desde la movilización, y muy pocas veces y en voz baja lo han hecho en el Parlamento. Calvo Sotelo ha podido llevar a cabo su política derechizadora gracias en gran medida a la colaboración y claudicación de la izquierda parlamentaria.
Previsiblemente el PSOE va a ganar las elecciones, pero ¿significa eso que van a cambiar las cosas? Millones de electores, probablemente una mayoría de los trabajadores cifran mayores o menores esperanzas en ello. Sin embargo, la trayectoria seguida hasta aquí por ese partido, no nos permite hacernos ilusiones. Si han votado las leyes represivas, si han aplaudido la intervención militar en Euskadi, si han apostado por el fortalecimiento del aparato policial, si han callado ante la impunidad del Ejército cuando ni siquiera tenían que poner en práctica sus ideas desde el gobierno, ¿qué no harán cuando estén poseídos por el «realismo» y la «responsabilidad» del poder?
Si el PSOE llega al gobierno, al día siguiente comenzará la campaña de acoso y derribo por parte de la derecha más reaccionaria, las amenazas golpistas e intervencionistas de los militares, el boicot desde ciertos sectores del aparato del Estado. No creemos que el PSOE, un partido que ha venido practicando el consenso con la derecha y frenando las iniciativas de lucha contra el golpismo y a la reacción, tenga la voluntad política ni la decisión de hacerles ahora frente con firmeza.
El Frente de Izquierda Comunista piensa que para hacer retroceder al golpismo y al fascismo, para frenar la ofensiva reaccionaria, para defender y ampliar las libertades y los derechos de los pueblos, sólo es válido el camino de la lucha, de la movilización, de la unidad y la organización popular.
Es necesario actuar con energía contra toda la trama golpista, contra los diversos grados del golpismo. Por ello planteamos:
-Que se procese a todos los militares profesionales y miembros de la Guardia Civil que obedecieron las órdenes de los cabecillas del golpe o no opusieron resistencia pudiendo haberlo hecho.
-Que se separe de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil a todos los que estuvieron activa o pasivamente implicados.
-Que se investigue y lleve a los tribunales toda la trama militar y civil del golpe.
-Que se castigue todo apoyo posterior a los golpistas (manifiesto de los 100, homenajes a los golpistas, etc.).
-Que los tribunales ordinarios revisen el consejo de guerra realizado contra los principales implicados.
Estas medidas inmediatas deben ser reforzadas con otras destinadas a mirar la impunidad con la que el golpismo se mueve en los cuarteles:
-Supresión total de la jurisdicción militar.
-Depuración de todos los elementos golpistas de las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil y la Policía.
-Libertades democráticas para los soldados; reconocimiento de los derechos de expresión, asociación, reunión, queja y amparo.
-Desarticulación de las bandas fascistas e ilegalización de toda asociación política que conspire contra la libertad y por el retorno de la dictadura.
-Disolución de la Guardia Civil.
Antes y después del 23-F la mayoría parlamentaria y el gobierno de la derecha han venido legalizando - en numerosas ocasiones con la colaboración de la izquierda parlamentaria - una larga serie de atentados llevados a cabo por el aparato policial y judicial contra las libertades y derechos democráticos. Por eso planteamos:
-Derogación de la ley de Estados de Excepción, Alarma y Sitio, de la Ley Antiterrorista y de la Ley de Defensa de la Democracia.
-Libertad de expresión. Supresión de todas las cauciones administrativas y de todas las figuras legales en las que se ampara su represión (desacato, «apología del terrorismo», etc.).
-Reconocimiento y protección del derecho a la objeción de conciencia.
-Supresión de las jurisdicciones especiales. Depuración de jueces y magistrados fascistas.
Por detrás de los atentados más vistosos contra las libertades discurre todavía un enorme caudal de agresiones cotidianas. Las garantías jurídicas reconocidas en el mismo texto constitucional se convierten en papel mojado cuando su respeto depende de funcionarios puestos y educados bajo el fascismo y protegidos por el secreto y la impunidad. Por ello creemos imprescindible:
-Investigación pública y con delimitación de responsabilidades por todos los malos tratos, torturas y muertes de detenidos y presos. Depuración y procesamiento de todos los implicados en los casos Arregui, Almería, Trebujena y otros similares.
-Asistencia letrada obligatoria al detenido.
-Abolición de las cárceles de «máxima seguridad». Satisfacción de todas las reivindicaciones de los presos sobre prisión preventiva y régimen interno.
-Amnistía para los presos políticos antifascistas.
Un capítulo particularmente importante de la contrarreforma ha sido el de las nacionalidades y regiones. El freno a las reivindicaciones autonómicas ha sido utilizado por la derecha y el PSOE como carnaza para tranquilizar a los militares y a la burocracia estatal.
-Derecho de autodeterminación para las nacionalidades, incluido el derecho a la independencia si así lo deciden.
-Ampliación al máximo de las competencias autonómicas de acuerdo con las reivindicaciones que formulen por sí mismas las distintas nacionalidades y regiones.
-Derogación de la LOAPA.
-Configuración federal del Estado.
-Retirada de las Fuerzas Armadas de cualquier función de orden público o «antiterrorista» en Euskadi.
La ofensiva de la derecha, sustentada por la iglesia y apoyada en los modos reaccionarios inyectados por el franquismo en la sociedad civil, se extiende hasta los últimos rincones de la vida cotidiana. Sus víctimas somos todos, pero particularmente las mujeres, los jóvenes, quienes cultivan una afectividad y una sexualidad distintas del prototipo monógamo, machista y patriarcal o quienes deciden poner en práctica formas de vida diferentes.
-Legalización del aborto. Aborto libre y gratuito a cargo de la red sanitaria del Estado, por decisión de la propia mujer y sin discriminación por la edad, estado civil o nacionalidad.
-Ninguna discriminación por razón del sexo.
-Despenalización del consumo de drogas. Legalización de las drogas blandas.
-Cese de toda persecución de las conductas sexuales diferentes.
La militarización de la sociedad, la política imperialista y la OTAN, blancos de nuestra lucha
En todo el mundo, el imperialismo, con los EE.UU. a la cabeza, se ha lanzado a asegurar por todos los medios su superioridad militar y a aplicar «soluciones de fuerza» a su acuciante crisis económica. Cualquier medio es bueno: la intervención militar, la creación de una fuerza convencional capaz de ser utilizada en cualquier punto del planeta, la designación impuesta de Europa como teatro nuclear (misiles Cruise y Pershing II), el apoyo a golpes de Estado desde la OTAN (Turquía). En América Latina, los EE.UU. son el sostén de las juntas chilena, argentina y salvadoreña, arman y educan a todos los ejércitos golpistas. En Oriente Medio sostienen el expansionismo sionista y bendicen la invasión de Líbano.
La supermilitarización y nuclearización de Europa es uno de los efectos de esta política. Se convierte a Centroeuropa en un silo nuclear, se estudia y predica la posibilidad de una guerra nuclear «limitada» que no afecte al santuario norteamericano, se considera al Mediterráneo como un lago particular (Sicilia alberga la primera base para los nuevos misiles).
El alineamiento del Estado español con esta política es considerado clave por el imperialismo y la derecha española. Su consecuencia principal, el ingreso en la OTAN, supone costos muy altos para los trabajadores y los pueblos del estado español. A saber:
-Una pérdida de soberanía que nos somete a la política imperialista y al riesgo de vernos involucrados en cualquier conflicto bélico iniciado por los EE.UU. o cualquier otro Estado miembro.
-La implicación en la tensión mundial creada por el enfrentamiento entre los bloques y la escalada militar. El ingreso en la OTAN, la sola presencia de bases americanas en nuestro territorio, nos convierten en blanco nuclear.
-La posibilidad de que nuestros jóvenes sean utilizados por los ejércitos aliados en la represión de procesos de liberación en cualquier parte del mundo.
-El reforzamiento de la reacción y el aparato represivo en nuestro país e incluso la intervención contrarrevolucionaria de la Alianza. No olvidemos el papel de la OTAN en Grecia y Turquía, la pertenencia a ella del Portugal salazarista ni la posición de Haig el día del 23-F (“un problema interno”).
-Un incremento de los gastos militares y represivos. Los presupuestos militares han aumentado este año un 22,6% (los salarios, en cambio, según el ANE, entre el 9 y el 11%). La cuarta parte de los presupuestos generales de 1982 están dedicados por diversos conceptos a las Fuerzas Armadas, la Guardia Civil y la Policía. Durante diez años, se gastarán para las FAS 787.671.233 pesetas diarias, en un país con dos millones de parados.
Visto esto, se comprende la prisa de la derecha por ultimar el ingreso en la OTAN antes de las elecciones y su negativa a realizar un referéndum que tenía perdido de antemano. Consideramos que se nos ha metido en la OTAN de forma enteramente ilegítima. Es urgente una salida inmediata.
El tema OTAN ocupa un lugar fundamental en los programas de toda la izquierda. El PSOE jugó y sigue jugando la baza de la oposición al ingreso. No olvidemos aquello de que «igual que se entra por mayoría simple, se puede salir por simple mayoría más adelante», ni la promesa de organizar un referéndum. Pero tenemos razones para desconfiar de su voluntad de poner todos los medios para sacamos de la Alianza. Primero, porque el PSOE no es contrario a la OTAN como tal, a la que defiende como “necesaria” para la defensa del «bloque occidental», y apoya la permanencia de las bases yanquis en nuestro suelo. También, por su pertenencia a la Internacional Socialista alineada con la política del imperialismo norteamericano. Tercero, por experiencias como la del Partido Socialista griego, que prometió en las elecciones la salida de la OTAN y el desmantelamiento de las bases y no ha dado todavía para ello un solo paso. Por su ambigüedad desde un principio (recuérdese aquel lema: «de entrada, no»). Porque ya hoy sus dirigentes hablan de que el referéndum no es un tema «prioritario» y han aclarado que utilizarán su posible mayoría parlamentaria, simplemente, para una «desvinculación militar», y no para una retirada. Por último, no creemos que, ante las previsibles presiones «tácticas», una mayoría parlamentaria sea suficiente por sí misma para garantizar nada.
Todo esto nos lleva a mantener serias reservas sobre la voluntad política del PSOE de llevar hasta el final la salida de la OTAN. Por eso seguiremos por el camino ya iniciado: el de la movilización unitaria y combativa. Durante el proceso de los trámites de ingreso se ha ido configurando un amplio movimiento -cuya mejor expresión ha sido la Comisión Anti-OTAN de Madrid- capaz de llevar a cabo luchas importantes, sucediéndose las movilizaciones, marchas, mítines, manifestaciones... con una considerable base de masas. Aunque el movimiento no llegó a lograr entonces su objetivo, sigue vivo, y sus reivindicaciones en pie. Es preciso seguir luchando: ayer por no entrar, hoy por salir. El Frente de Izquierda Comunista apoya este movimiento y se compromete a luchar junto a él por la desvinculación definitiva e inequívoca, y en concreto por la realización del siguiente programa:
-Retirada inmediata de la OTAN. Anulación de todos los acuerdos y salida inmediata de los representantes del Estado español de todas las instancias de la Alianza.
-Apertura de un período de libre información pública y convocatoria de un referéndum en el plazo de seis meses. En él llamaremos decididamente al NO.
-No ratificación de los acuerdos bilaterales España-EE.UU. Desmantelamiento de las bases yanquis y retirada de todo el material militar, nuclear y convencional.
-No a la ley de financiación de las Fuerzas Armadas. Dedicación de estos gastos a necesidades sociales. Anulación del programa FACA e investigación de las posibles corruptelas.
-Apoyo al movimiento contra la guerra. Apoyo a quienes en Europa y los EE.UU. luchan contra la carrera armamentista, el «equilibrio del terror», y por una política de no alineación y unas relaciones libres e igualitarias entre los pueblos. Por una Europa sin armas nucleares.
-Apoyo a las luchas de liberación nacional. Ruptura de relaciones diplomáticas con todos los regímenes dictatoriales reaccionarios. Reconocimiento de las organizaciones populares de liberación como únicos representantes de sus pueblos (O.L.P., F.D.R. de El Salvador, Frente Polisario...). Apoyo a las luchas de los trabajadores polacos; levantamiento del estado de sitio y restablecimiento de las libertades políticas y sindicales en Polonia.
La liberación de las mujeres, un objetivo de nuestra candidatura
En nuestra sociedad no sólo se explota a los trabajadores asalariados, se reprimen los derechos y libertades y se multiplican los actos militares a costa de las necesidades del pueblo. La opresión de las mujeres es también una constante de este sistema que vivimos, basado en la división de clases y de sexos, que somete a una doble opresión a las mujeres.
-Se considera que el trabajo principal de la mujer es el del hogar; se nos niega un puesto de trabajo y cuando lo logramos es para realizar tareas secundarias, cobrar menos y ser las primeras despedidas.
-Se carga a las mujeres con todo el peso del trabajo doméstico, haciéndonos responsables en exclusiva de la alimentación, vestido, salud y equilibrio afectivo de quienes componen la familia
-Las ideas dominantes, transmitidas de una a otra generación nos marcan como destino ser buenas hijas, esposas y madres, negándonos en la práctica el derecho a una vida independiente, a decidir sobre nuestra maternidad libremente y a disponer de nuestro propio cuerpo.
-Se nos hace vivir nuestra sexualidad siempre subordinada a la de los hombres, a sus gustos, exigencias y normas; se nos niega el derecho al propio placer, y se orienta nuestra sexualidad a la procreación.
-En la calle tenemos que soportar a menudo ser insultadas o agredidas, la publicidad y los medios de comunicación contribuyen a fomentar la imagen de la mujer como un ser secundario; la violencia contra las mujeres está a la orden del día, dándose un número creciente de violaciones.
Todo esto es parte de nuestra historia contra la que han luchado muchas mujeres y seguimos luchando ahora. Pero en una época de crisis económica como la actual, la opresión de las mujeres se hace más patente, más brutal.
-El capital necesita un ahorro considerable de puestos de trabajo. Nuestro salario se considera de ayuda al del hombre y se buscan mil formas (excedencias por maternidad sin retorno, dotes o simplemente despidos) para excluimos del trabajo asalariado.
-Se busca eliminar .las inversiones que supondría crear servicios colectivos y se carga todo el trabajo doméstico sobre las espaldas de las mujeres, ahorrándose el Estado sumas considerables de dinero a costa nuestra.
Para conseguir todo esto se fortalece una ideología según la cual el sitio ideal para las mujeres es el hogar y su mejor manera de realizarse son el matrimonio y la maternidad.
-Se intensifican las presiones reaccionarias contra el aborto -desatando la iglesia una auténtica cruzada antiabortista- y se castiga con años de cárcel a las mujeres que deciden interrumpir un embarazo no deseado. Mientras, los mismos que condenan el aborto en nombre de la moral y el derecho a la vida, permiten su realización por enormes sumas de dinero en clínicas privadas y asisten impasibles a la muerte de muchas mujeres que se ven obligadas a abortar en pésimas condiciones higiénicas y sanitarias.
Ante estas elecciones nuevamente los intereses de las mujeres se silencian, sus reivindicaciones están ausentes de los programas de gobierno de los grandes partidos. Las fuerzas de la derecha siguen, como siempre, apoyándose en las ideas más reaccionarias, defendiendo los elementos de la institución familiar más opresivos para las mujeres. Así ensalzan el papel de la mujer como subordinada al hombre, se niega su derecho a un puesto de trabajo, se oponen al divorcio libre y barato y claman contra el derecho al aborto.
Por su parte el PSOE, dando la espalda a las luchas y reclamaciones mínimas del movimiento feminista, una de las pocas cosas que propone es una raquítica despenalización del aborto, que supone de hecho, negar este derecho a las mujeres. Dado su programa electoral y su práctica, el triunfo electoral del PSOE no va a suponer un paso adelante real para la situación de las mujeres, cuyo futuro seguirá dependiendo de su organización y su lucha.
El Frente de Izquierda Comunista, en el que las mujeres juegan un papel fundamental en la lucha contra esta sociedad que explota a las clases trabajadoras y perpetúa el dominio de los hombres sobre las mujeres.
Considera imprescindible la organización de las mujeres para luchar unidas desde el movimiento feminista, los sindicatos, las organizaciones de los barrios y centros de estudio, porque pensamos que la lucha del movimiento feminista es la garantía para imponer las reivindicaciones de las mujeres,
Defiende:
-El derecho de toda mujer a un puesto de trabajo, combatiendo las medidas que favorecen el despido masivo, tales como bajas voluntarias, excedencias indefinidas por maternidad, dotes, etc. El derecho a no ser discriminadas ni en las condiciones laborales, ni en el trato, ni en la modalidad de contratación. Que los permisos por maternidad sean concedidos y compartidos indistintamente al padre y a la madre, más allá del período inmediatamente posterior al parto.
-Un seguro de paro digno para todas las mujeres sin discriminaciones como las contempladas por el ANE que privilegia al «cabeza de familia», atentando contra la independencia económica de la mujer. La creación de servicios (guarderías, comedores, lavanderías, etc.) que hagan posible que las mujeres no se vean obligadas a realizar una doble jornada de trabajo, dentro y fuera del hogar. La lucha porque el trabajo doméstico sea compartido por igual entre hombres y mujeres.
- El acceso de todas las mujeres a los métodos anticonceptivos y su inclusión en la Seguridad Social. La investigación y divulgación de los anticonceptivos masculinos.
-El derecho de todas las personas a decidir libremente con quien quieren tener relaciones sexuales, y en ese sentido, la derogación de aquellos apartados del Código Penal que se utilizan para castigar el lesbianismo y la homosexualidad como delitos de «escándalo público».
-La legalización del aborto sin ningún tipo de limitación, sin discriminación por la edad, estado civil o nacionalidad, a decisión de la propia mujer, gratuito y a cargo de la Seguridad Social. Amnistía para todas las mujeres condenadas por aborto y sobreseimiento de los procesos en curso.
-La creación de centros de información y asistencia ginecológica en los que se incluya la práctica de abortos y controlados por las organizaciones feministas.
-La reforma de la actual ley de divorcio, eliminando la obligación de presentar «causas» y pruebas para divorciarse y abaratando sus costes para que sea accesible a las clases trabajadoras.
-La promulgación de una ley que penalice las diversas formas de violencia contra las mujeres, y muy especialmente la violación, que contrariamente a lo que ocurre ahora, debe respaldar los intereses de las mujeres.
-La prohibición y penalización de toda discriminación contra las mujeres en el acceso al trabajo, la enseñanza, las publicaciones y los medios de comunicación.
Quienes formamos parte de esta candidatura pedimos el voto para el Frente de Izquierda Comunista a todas las mujeres que quieran defender con nosotras sus derechos y combatir para acabar con su opresión. También llamamos a que nos voten a todos los hombres que se planteen renunciar a sus privilegios sobre las mujeres y a luchar en defensa de una sociedad sin opresiones, justa e igualitaria.
Resistir ante la ofensiva capitalista, preparar una salida anticapitalista a la crisis
Desde finales de los años 60, una profunda crisis económica azota el llamado «mundo occidental».
Las consecuencias para la clase trabajadora están siendo funestas: Un empobrecimiento progresivo y la institucionalización de un alto volumen de paro permanente.
Los expertos del gran capital concentran las causas de esta crisis en la subida de precios de las materias primas, especialmente el petróleo, y en el aumento de los salarios.
Nada más lejos de la realidad. La subida del petróleo actúa sobre la crisis, pero en ningún caso la justifica, y el aumento de los salarios se viene produciendo sistemáticamente por detrás y por debajo del aumento de la carestía de la vida.
El problema de fondo, lo que explica la crisis es que el capitalismo produce mucho más de lo que es capaz de vender. Estamos ante una crisis de sobreproducción capitalista a nivel mundial, que coincide con un aumento del hambre y la miseria en el mundo.
El capitalismo no produce para atender necesidades sociales, sino para obtener beneficios. Por ello puede sobrar coca-cola y faltar leche, pueden sobrar chicles y faltar pan, pueden sobrar turismos y faltar tractores, puede inundarse el mundo con armas y faltar medicinas.
Esta situación lleva a los capitalistas a buscar salidas a la crisis que mantengan sus beneficios. Para ello, aumentan su competencia tratando de apartar del camino a los capitalistas más débiles. Para ello buscan una mayor productividad aumentando los ritmos de trabajo. Para ello buscan reducir los costes reduciendo los salarios. Para ello tratan de reducir el gasto público y piden subvenciones a las empresas privadas. Para ello atacan las libertades, porque es más fácil exprimir a un pueblo sin libertades.
Los resultados de esta salida están bien a la vista: cierres de empresa, sobreexplotación, pérdida de poder adquisitivo, despidos, baja cobertura de desempleo, deterioro constante de los servicios sociales, un incremento del militarismo y el golpismo.
Las salidas a la crisis propugnadas por la izquierda reformista no han sido sino variantes de la opción capitalista.
Bajo la falsa ilusión de combatir el paro, los distintos pactos sociales que se han aplicado lo han agravado aún más. Puede afirmarse que, por cada punto perdido en el poder adquisitivo de los trabajadores, se han producido 100.000 nuevos parados.
Lo que los capitalistas ahorran en salarios no lo invierten en crear empleo. Lo invierten en indemnizar despidos, lo invierten en renovaciones tecnológicas que producen despidos en masa.
Además, estos pactos han desmoralizado y debilitado a la clase obrera. A su amparo se han promulgado leyes como el Estatuto de los Trabajadores, la Ley Básica de Empleo, los Decretos sobre Reconversiones Sectoriales, la Ley de Contratación temporal, etc. y se está fraguando la contrarreforma de la Seguridad Social.
El problema de fondo exige optar entre dos vías: o bien la salida del capital, con pérdida de poder adquisitivo, aumento del paro y merma de los derechos sindicales, todo ello junto a un reforzamiento de las tendencias antidemocráticas y militaristas, o bien una salida anticapitalista.
Sabemos que la iniciativa, hoy, la tiene la derecha. Sabemos que hacer posible el cambio necesario en la correlación de fuerzas pasa hoy por trazar una línea clara de resistencia contra las agresiones del capital, por impulsar la lucha contra el paro más allá de las palabras, por convertirla en el eje de movilización de la gran mayoría de los trabajadores.
Los objetivos que nos planteamos tienen que ser defendidos por los trabajadores, independientemente del gobierno que surja de estas elecciones. Si de ellas sale un gobierno de izquierdas, razón de más para que todos los trabajadores exijamos que se satisfagan nuestras necesidades.
Hoy, es preciso poner en pie una plataforma de lucha que permita defenderse de las agresiones patronales y que sirva para reorganizar al movimiento obrero frente a esas medidas. El FIC propone centrar la resistencia frente a la crisis en los siguientes ejes:
-Rechazo de las medidas reductoras de puestos de trabajo, tanto a través de expedientes y reconversiones como a través de la represión y despidos individuales.
-Defensa del poder adquisitivo y escala móvil de salarios.
-Rechazo de los aumentos de ritmos. Por la jornada laboral de 35 horas.
-Por un seguro de desempleo no inferior al salario mínimo, indefinido y para todas y todos los parados.
-Reducción de la edad de jubilación a los 60 años y actuación de las pensiones.
-Rechazo de cualquier forma de pacto social.
-Defensa y ampliación de los derechos sindicales de los trabajadores, frente a las medidas autoritarias de la patronal.
Dar satisfacción a estas reivindicaciones exige la adopción de una serie de medidas y transformaciones profundas.
-La creación de puestos de trabajo a través de la inversión pública en obras de interés social (viviendas, comunicaciones, sanidad, enseñanza...) liberando los recursos necesarios para ello a través de la reducción drástica de los gastos militares.
-La reforma en profundidad de la Seguridad Social, eliminando la corrupción, el despilfarro y la ineficacia, frente a los intentos de contrarreforma auspiciados desde la derecha.
-Nacionalización de los sectores básicos de la economía (Banca, energía, grandes canales comerciales...) en lugar de limitarse a la socialización de pérdidas y al respeto de aquéllos sectores que son fuente de grandes beneficios para el capital.
-Una reforma fiscal que grave realmente a quien atesora los beneficios de la sociedad, los capitalistas.
-Una reforma agraria radical que elimine todos los latifundios, así como las propiedades improductivas, dando la tierra a quien la trabaje.
-La eliminación del Estatuto de los Trabajadores de los artículos que consagran el despido libre, la contratación temporal y la limitación de los derechos sindicales.
-La modificación de la Ley Básica de Empleo, haciendo posible el subsidio indefinido para todos los parados.
-La promulgación de una Ley que permita el control, a través de los sindicatos y los comités de empresa, de la producción, inversión y gestión, tanto del sector público, como del privado.
-La no incorporación al Mercado Común.
Estas y otras medidas no pueden ser obra de los votos ni de Parlamentos o gobiernos que no se apoyen en la movilización más amplia de la clase obrera, junto con el resto del pueblo.
Llamamos a la formación de un Frente de Resistencia por la defensa de estos objetivos. Proponemos que este frente se vertebre en las empresas y fuera de ellas, entre los diferentes organismos que agrupan a los trabajadores, en la convicción de que sólo con la suma de todos pueden crearse las condiciones para hacer retroceder a la patronal.
Para qué queremos tu voto
Millones de ciudadanos y ciudadanas depositan hoy su confianza y sus esperanzas de cambio en la izquierda reformista, particularmente en el PSOE. Situándonos contra la corriente, debemos decir que no compartimos semejantes ilusiones. Baste pensar en lo que ha sido la actuación del partido mayoritario de la izquierda en el último período:
-Ha pactado la reconducción del proceso autonómico que se concretó en la LOAPA, que no es sino un tremendo recorte a los ya de por sí rebajados techos autonómicos.
-Ha firmado los pactos de la Moncloa, el Estatuto de los Trabajadores, el AMI y el ANE, otros tantos pasos que conducen al paro y la reducción del poder adquisitivo de los trabajadores que ellos mismos dicen querer combatir.
-Han dado su aprobación a la Ley de financiación de las Fuerzas Armadas, destinando al ejército y su armamento cantidades fabulosas necesarias para mejorar las condiciones de vida del pueblo.
-Ha aplaudido la entrada en vigor de leyes como la «antiterrorista», de «defensa de la democracia», de «regulación de los estados de alarma, excepción y sitio» que favorecen la tortura y reducen considerablemente los derechos y libertades.
-Ha apoyado el Plan Energético Nacional de instalación de centrales nucleares en todo el territorio del Estado.
-Ha mantenido una postura favorable a la integración económica, política y militar al bloque occidental.
Esto debería bastar para hacerse una idea de hasta dónde llegará (y hasta dónde no llegará) un gobierno presidido por el PSOE. Pero además contamos con su programa electoral, que, por detrás de una multitud de promesas simplemente electoralistas, lejos de responder a una posición de izquierda como la que los problemas pendientes requiere, se compromete en lo fundamental a mantener una línea de continuidad con la política seguida hasta ahora. Acepta convivir con el aparato de Estado y las fuerzas represivas heredadas del franquismo. Admite como un hecho incuestionable la propiedad privada y apoya la salida capitalista de la crisis. Ignora las luchas y reivindicaciones fundamentales de las mujeres y no cuestiona la opresión existente sobre la juventud. Profundiza en la línea emprendida de limitar y recortar los derechos de las nacionalidades y regiones. Mantiene la continuidad de las relaciones existentes con los EE.UU., la permanencia de las bases yanquis en nuestro territorio, la proliferación de las centrales nucleares...
Ningún cambio fundamental, nada sustancial podrá obtenerse sin atacar la propiedad capitalista y sin poner en cuestión el régimen de la reforma, en particular el aparato de Estado heredado de la dictadura. Por eso no podemos dar nuestro apoyo político al PSOE, ni nos parece que darle el voto pueda favorecer el cambio político y social que las clases populares desean. Tanto los grandes como los pequeños avances solamente serán posibles, sólo se verán garantizados con la organización y la movilización popular. Esta es la línea de actuación que proponemos, la razón de ser del Frente de Izquierda Comunista y el motivo por el que pedimos tu voto.
Queremos tu voto para reforzar una izquierda que se comporta como tal, siendo una fuerza movilizadora, de oposición y lucha contra la derecha.
Queremos tu voto para apoyar la voz de quienes quieren de verdad y luchan, por la ruptura democrática con el pasado franquista.
Queremos tu voto para impulsar la lucha contra el capitalismo, contra ese capitalismo en crisis que produce paro, guerra, miseria y opresión.
Porque esto no lo va a hacer la izquierda reformista que ya ha demostrado lo que quiere y puede dar de sí, ni tampoco se consigue pasando, como si el resultado de las elecciones no fuera contigo.
Vota FRENTE DE IZQUIERDA COMUNISTA