La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

16 de mayo de 2013

Sindicalistas y cooperadores, de Rivas Moreno

Francisco Rivas Moreno fue un intelectual francotirador, es decir, que iba por libre y no seguía la corriente mayoritaria de su entorno. Nacido en el pueblo ciudadrealeño de Miguelturra fue regionalista en una Castilla que se veía más como esencia de España que como uno más de los territorios que la componían. Ajeno también a esa defensa a ultranza de la propiedad privada que la burguesía mesetaria usaba como arma arrojadiza, pero sin ser nunca un colectivista convicto, fue un agrarista que defendía la vía intermedia de las cooperativas campesinas. Ejerció como político liberal integrado en un sistema oligárquico y caciquil en el que no se sentía cómodo. Fue también periodista prolífico, que fundó, dirigió o colaboró con una larga lista de publicaciones de Ciudad Real, de Madrid y del resto de España. Es, sin embargo, un gran desconocido, a pesar de haber sacado de la imprenta varias docenas de libros. Hoy reproducimos el último capítulo de su obra Parcelación de latifundios y cooperación integral, publicado en 1919. Durante unos meses, entre diciembre de 1892 y febrero de 1893, fue gobernador civil de Guadalajara.
Dedicatoria de Francisco Rivas Moreno en uno de sus libros (Archivo La Alcarria Obrera)

Sindicalistas y cooperadores
El abolengo del Sindicalismo se encuentra en los antiguos gremios y en las cooperativas de producción.
La idea capital que informa las orientaciones sindicalistas es la asociación obrera por oficios, y esto de antiguo lo viene practicando el Socialismo en todos los países.
No hay, por tanto, en el programa sindicalista novedades que puedan sorprender a los que siguen atentamente el proceso social de las reivindicaciones obreras, pues su enemiga al sistema parlamentario, su amor a los procedimientos de violencia, a la dictadura y al deseo de que se socialicen la tierra y las industrias son particulares de rancia historia, pobremente cimentados y que fácilmente se refutan.
Si el sindicalismo estudiara sin apasionamientos sectarios el desenvolvimiento de las actividades cooperativistas, vería que en este sector de la vida social están sus aspiraciones atendidas dentro de lo que la justicia y la realidad permiten.
La organización de los obreros por gremios es condición precisa para llegar a establecer las cooperativas de producción.
Esta es la primera y más importante coincidencia que debemos señalar entre los procedimientos que recomiendan los sindicalistas y las normas de la cooperación.
Nosotros deseamos que cada gremio trabaje por su cuenta los elementos Industriales que constituyen su especialidad; y a este respecto buscamos una perfecta armonía entre los técnicos y los manuales para que aúnen sus esfuerzos en las nuevas organizaciones, como socios industriales y capitalistas que unos y otros han de ser.
Nos lleva este camino directamente a la supresión del patrono en la forma que ahora interviene en la producción; pero sus derechos todos serán respetados y a este efecto se le indemnizará en forma equitativa el importe de los inmuebles y elementos de trabajo que entregue a los gremios.
Como se ve, para nosotros el derecho de propiedad es tan sagrado cuando hay que ampararle en los patronos como al cuidarnos de formar el patrimonio de la familia obrera con los beneficios alcanzados por los esfuerzos de los asalariados.
Las enseñanzas recientes recogidas en Rusia y Austria evidencian que la socialización de la tierra y de las fábricas tiene como corolario obligado el desamor de los obreros al trabajo y el desastre de las fuentes de producción.
Sin los fuertes estímulos del interés individual nunca se hizo ni jamás llegará a hacerse una labor penosa. Pretender que un minero sacrifique su vida pasando las horas del día respirando el aire malsano de una galería y agotando sus energías físicas con esfuerzos de extraordinaria violencia, sin que al final de estas faenas vea para él y los suyos justo premio, es soñar con el mayor de los delirios.
En el campo, al socializarse la tierra, los que la cultivasen quedarían en una situación de dependencia respecto del Estado que, lejos de mejorar el presente, le empeoraría, pues el nuevo patrono acomodaría sus acuerdos a las bastardías de pandillaje político; y campesino que no se sometiera incondicionalmente a los caprichos y conveniencias de los directores de los asuntos públicos, sería sustituido por algún doméstico de los santones imperantes.
De modo muy distinto sucederán las cosas si los latifundios se entregan a las instituciones obreras para que los cultiven con arreglo a las disciplinas de la cooperación integral pues en estos organismos jamás se reflejarán las luchas entre el capital y el trabajo; y el problema de las horas de labor y el de los salarios, que tantos conflictos han originado en el campo y en los centros fabriles, jamás provocarán la más pequeña disensión entre los miembros de las cooperativas integrales toda vez que no existen explotadores ni explotados.
¿Cómo respetando el derecho de propiedad pueden los sindicatos encargarse de los latifundios y de las fábricas si sus disponibilidades no les permiten saldar las deudas ni atender a los gastos de explotación?
En Rumanía la propiedad territorial estaba en muy pocas manos, y los campesinos trabajan hoy en terrenos que les pertenecen, porque una ley dispuso que los latifundios fueran parcelados con objeto de que la familia agrícola se adueñase de la porción de terreno que precisaba para vivir modestamente con sus rentas. El Estado garantizó el pago de la gran propiedad parcelada y a su favor quedaron hipotecadas las tierras de los campesinos con las mejoras que en ellas se fueron acumulando.
Las cooperativas fabriles de producción pueden contar con los fondos de reserva de las de consumo, con las economías de los obreros y con los cientos de millones que destinan el Ahorro postal y las instituciones análogas a comprar papel del Estado.
Insisto en la idea de que estos caudales debían servir para fundar Bancos populares. Estas instituciones serían un valioso auxiliar para el desarrollo de todas las actividades. De las enormes sumas que hay improductivas en las cuentas corrientes de los Bancos, la acción oficial puede y debe tomar disposiciones para que tengan una inversión útil, excusando de este modo serios perjuicios a la economía nacional.
Aquí viene como anillo al dedo la frase de Waldeck-Rousseau, de que el capital debe trabajar, y el trabajo poseer. Los patronos, al entregar sus fábricas, estipularían las condiciones de pago y el interés anual que debía fijarse al capital. Este nunca excedería del 5 por 100. El sistema propuesto en Francia de emitir acciones para los obreros y los patronos me parece poco práctico.
Para afianzar el buen éxito de estas empresas sólo hace falta que por la educación y la cultura se consiga formar fuertes hábitos de ciudadanía y que las disciplinas de la Ética actúen con igual eficacia sobre todas las clases sociales. El porvenir presenta amplios horizontes para los técnicos. Ellos pueden formarse con hombres de todas las capas sociales.
La evolución lleva por caminos fáciles al logro de las justas aspiraciones de la familia obrera, y como no se siembran odios, no hay que cosechar luchas de clases. Lo contrario precisamente que sucede cuando los asalariados confían el logro de sus anhelos a la revolución.
Del parlamentarismo que en España tenemos pueden contarse con los dedos de la mano los hombres de recto sentido que no desean su inmediata desaparición. Las elecciones, hechas en todo tiempo por procedimientos que falsean la verdad del sufragio, han llegado a convencer a la opinión de que vivimos fuera de un régimen de democracia y que los Gobiernos excusarían al país gastos y molestias publicando en la Gaceta los nombres de los representantes de las provincias en la Asamblea nacional. Esto, al menos, tendría la recomendación de estar informado por los cánones de la sinceridad.
El sindicalismo no podrá prescindir de un cuerpo deliberante organizado con las representaciones de todas las entidades legalmente acreditadas. Poco importa que a esta Asamblea se la llame Sindicato único o Comité de obreros y soldados: lo esencial es las prerrogativas de que esté revestido este organismo.
Los cooperadores abogamos por que la representación parlamentaria se haga exclusivamente por los sindicatos, debiendo recaer la elección precisamente en un miembro de los que integren dichas asociaciones. Esta es la única manera de que todas las actividades hagan oír sus aspiraciones a la hora de legislar.
La opinión sana del país protesta con sobrada razón contra el absurdo de que los comicios sólo den sus sufragios a los abogados. Las divagaciones parlamentarias son corolario obligado de dicha conducta, y el descrédito en que ha caído el sistema representativo impone como remedio urgente y único la elección por gremios. Esto dará garantías de competencia y extirpará las malas artes que hoy tienen prostituido el Cuerpo electoral.
Los que defendemos los ideales democráticos con los arrestos y entusiasmos propios de arraigados convencimientos, es lógico que abominemos de esa dictadura sindicalista, que sería el mayor baldón que podría caer sobre una generación que a todas horas alardea de progresiva.

1 de mayo de 2013

Informe del Sindicato de Enseñanza de CNT en 1977

La reconstrucción de la CNT en los últimos meses del franquismo pivotó sobre los grupos clandestinos de antiguos afiliados, que se habían emboscado después de la durísima represión posterior a la Segunda Guerra Mundial, y sobre los núcleos de jóvenes, muchos de ellos aún estudiantes, que se iniciaron en la lucha social al calor de Mayo del 68 y las nuevas propuestas autogestionarias. Tras la muerte del general Franco, y en muy pocos meses, la CNT se mostró como una fuerza insoslayable en el panorama sindical del momento, pero su enorme capacidad de atracción tenía, como contrapartida, la pluralidad de ideas, tendencias, aspiraciones y tradiciones del aluvión de afiliados que llenaron sus filas, y que estallaron desde muy pronto en el seno de los sindicatos confederales hasta traducirse en episodios tan lamentables como el caso Scala o las escisiones de diciembre de 1979 y marzo de 1984. Problemas y dificultades que se recogen y exponen con acierto en el presente informe, elaborado en junio de 1977 por el Sindicato de Enseñanza de Madrid, que agrupaba a trabajadores de la enseñanza y, sobre todo, a cientos de jóvenes estudiantes, sobre todo universitarios, que tuvieron un evidente protagonismo en las luchas de PNNs y alumnos en aquellos años. Con este documento podemos comprobar la evolución de la CNT en esos doce meses que transcurren entre junio de 1976 (fecha de redacción de la propuesta teórica que ya publicamos) y junio de 1977 (cuando de elabora el presente documento).
Plenario del V Congreso de la CNT, Madrid, diciembre de 1979
 
EL SINDICATO DE ENSEÑANZA ANTE EL PRESENTE CURSO
I.- EXPERIENCIAS DEL CURSO 1976-77
El Sindicato de la Enseñanza de la CNT se formó en torno a los siguientes ejes:
-Eje Sindical: Luchas por los problemas laborales y sociales de los trabajadores y los estudiantes.
-Eje Pedagógico: Ir desarrollando uno alternativa libertaria teórica y prácticamente al aparato educativo autoritario.
La forma de organizarse de acuerdo con estos objetivos fue en dos secciones: la Sección de Media y Básica y la Sección de Universidad.
-Sección de Media y Básica: Está a su vez formada por las zonas geográficas: Norte, Sur, Este y Oeste. En cada una de ellas se mezclan maestros de E.G.B., profesores de Instituto, trabajadores de guarderías, colegios privados, academias, formación profesional y alumnos de Enseñanza Media y especiales.
-Sección de Universidad: Se compone de unos doce grupos de PNN y estudiantes de las diversas Facultades y Escuelas Técnicas.
Se puede decir que ha fracasado esta forma de organización, y por tanto algunos de los análisis en que está basada, llevándose al Sindicato a una situación caótica por las siguientes razones:
1º.- La mayoría de miembros del Sindicato no están interesados por ninguno de los dos ejes básicos del mismo: la lucha y problemática sindical de los trabajadores de la Enseñanza y la Revolución pedagógica que planteamos. Este es el caso de la mayoría de los estudiantes (podríamos hacer la excepción de los estudiantes de Magisterio y algunos más).
Si una persona está estudiando una carrera o el bachillerato, lo normal es que le interese aquello que estudia: la Veterinaria o la Ingeniería, por ejemplo, y que la cuestión pedagógica le interese bastante poco, pero todavía le interesan menos los problemas laborales de los trabajadores de la Enseñanza.
2º.- Por consiguiente, en líneas generales, el estudiante que se afilia a la CNT, lo hace por identificación puramente ideológica con el anarquismo, similar en este sentido al estudiante que se afilia a un partido político, y no porque le preocupen especialmente los problemas de la Enseñanza. A consecuencia de esto, la tendencia que impondrá en el Sindicato, será la de una actuación de tipo agitatorio a niveles abstractos, en cierto modo similar a la de un partido político de izquierda (esta es la explicación de que de determinados sectores del Sindicato de Enseñanza hayan partido constantemente en este curso iniciativas de todo tipo de campañas y manifestaciones en el Aniversario de Puig Antich, pro-presos…).
3º.- El hecho de estar juntos subsectores que no tienen en común casi nada, como ocurre en la Sección de Media y Básica, imposibilita la intervención de la CNT en las luchas que surjan en dichos subsectores, así ha ocurrido en la huelga de PNN de Institutos, en las huelgas de maestros interinos, en el no intento de Boicot a las oposiciones, en la crisis de las academias de COU…
4º.- Sección de Universidad: sólo tenemos un número significado de PNN afiliados al Sindicato en la Facultad de Económicas-Complutense. En el grupo de Somosaguas, por tanto, se ha seguido y se ha participado con fuerza en la huelga de PNN (lo cual ha posibilitado que ésta sea casi la única Facultad donde los PNN no han examinado en Junio, a diferencia del ridículo que han hecho en todas las demás, participando en el ceremonial sado-masoquista).
El resto de los PNN del Sindicato (3 o 4 más) se han visto aislados en sus centros y no han podido participar en la lucha sino a niveles personales, a causa de la ausencia de una sección de PNN de Universidad.
La otra cara de la moneda, en esas Facultades de Somosaguas, ha sido que los estudiantes se han visto "avasallados" por la dedicación casi exclusiva del grupo a los problemas de los PNN y no se abordaba la dinámica de las asambleas y luchas de los estudiantes.
5º.- Problemas de desmadre en cuanto a la militancia (al reparto de carnets confederales; éste se ha entregado en muchos casos a la primera persona que aparecía en una reunión y luego no se le volvía a ver el pelo. A consecuencia de ello falta de recogida de cotizaciones). Todo esto ha repercutido negativamente en la imagen pública de la Confederación y en su prestigio.
II.- EL SINDICATO COMO ARMA DE LUCHA EN UNA SOCIEDAD CLASISTA
Los Sindicatos de la CNT, en general, pretenden la unión de todos los trabajadores asalariados y por cuenta propia que no exploten a nadie. La CNT es por tanto una Central Sindical de Clase. Sus objetivos son la defensa de nuestros intereses a todos los niveles, lo cual conduce en última instancia a la destrucción del capitalismo y la instauración de una sociedad sin clases de ningún tipo. En el sector de la Enseñanza este doble filo reivindicativo y revolucionario se concreta en los dos ejes principales de lucha:
-El eje pedagógico
-El eje sindical
En cuanto al primero de los ejes citados, hemos de tener en cuenta su enorme importancia. Es aquí donde hay que atacar al sistema en uno de los mecanismos básicos que utiliza para su reproducción: el aparato Educativo. El proceso de lucha contra él no culminará totalmente, si no es dentro del marco global del Comunismo Libertario, pero las bases para un aprendizaje libre hay que irlas sentando desde ahora. La CNT y el Movimiento Libertario, tienen que ofrecer una alternativa pedagógica real, como opción ante lo escuela privada de la derecha y la escuela pública de la "izquierda"; construir esta alternativa no puede físicamente ser tarea única de los Sindicatos de Enseñanza, hemos de contar con el concurso (especialmente necesario en la financiación) de toda la CNT, como rama más consolidada del M.L. Pero sí pueden y deben ser los Sindicatos de Enseñanza los primeros en intentar potenciar un movimiento de Escuelas Populares, racionalistas, de tiempo libre, con unas características libertarias. Esto -a su vez- implica el que los Sindicatos de Enseñanza estén mucho más consolidados de lo que lo están en la actualidad, lo cual sólo se puede conseguir reforzando ahora el aspecto sindical, organizándonos de una forma más lógica, que nos permita coger mucha más fuerza entre los enseñantes.
La organización que proponemos es a partir de los centros concretos cuando sea posible, o en su defecto, de Secciones de trabajadores de los diversos subsectores, desde Guarderías, Universidad… Además el Sindicato quedaría complementado con comisiones de trabajo para aspectos particulares, en donde habría cabida para la colaboración de aquellos que no siendo militantes estén interesados en nuestras actividades.
No obstante lo anterior, tanto las líneas teóricas del Sindicato, como sus concreciones orgánicas ha de ser obra de todos los militantes del mismo y hemos de debatirlo en profundidad en el próximo futuro.
Por otra parte, el Eje Sindical, siempre tendrá que estar muy presente, hasta la victoria final (Revolución Social), puesto que constantemente afluirán nuevas hornadas de trabajadores de la Enseñanza que sentirán la necesidad primaria de organizarse para su defensa y a los que nunca podemos olvidar, para dedicarnos exclusivamente a otras actividades. Aún en el caso de que se consiguiera un fuerte movimiento de Escuelas Populares funcionando paralelamente a les otras escuelas, deberíamos seguir incidiendo en el movimiento obrero de la enseñanza, so riesgo de que este caiga en manos de los sectores autoritarios.
III.- EL EJE SINDICAL
Los trabajadores anarcosindicalistas de la enseñanza no podemos continuar más tiempo sin alternativa a corto plazo para el problema que se nos presenta a nosotros y a nuestros compañeros de trabajo. Este Sindicato renace de la necesidad que como trabajadores tenemos de agruparnos de acuerdo con nuestros principios. ¿Qué pasa con las oposiciones en la Estatal? ¿Qué pasa con los expedientes de crisis en la privada si el MEC corta las subvenciones? ¿Cuántos padres de familia van a quedar sin trabajo?
O nos reorganizamos a tiempo, o llegaremos tarde para resolver estos problemas, como llegamos tarde a otros problemas que se nos plantearon en el pasado. Además, estamos seguros, que nuestros problemas solo los vamos a solucionar nosotros que somos los que de verdad los sentimos día a día en nuestra carne con la incertidumbre actual. Los demás sólo podrán mostrar una solidaridad, que inevitablemente siempre será externa a los problemas, si es que se llega a dar.
IV.- LOS ESTUDIANTES Y EL SINDICATO
La organización conjunta de personas con problemas concretos y dinámicas de lucha muy distintas ha conducido a una parálisis general. La explicación es que nos hemos organizado no según la problemática existente en el capitalismo, sino según nos gustaría que fuera el Aprendizaje en el Comunismo Libertario. ¡Y ni siquiera hemos sido consecuentes con nuestras ideas hasta el final, lo cual hubiese implicado que no existiese la sección de Universidad, puesto que aspiramos a destruirla! Por tanto, se ha mal interpretado el principio de que la organización de los revolucionarios ha de prefigurar la sociedad a la que se intenta llegar. Puesto que no es que esta organización sea exactamente igual a la sociedad anarquista, sino que el espíritu es el que debe estar presente en las formas organizativas de que nos dotamos; un espíritu anti-jerárquico, solidario, igualitario, fraterno, antiautoritario…
La superación de la relación enseñante-enseñado hay que efectuarla en los Centros educativos, no donde no de da: en el Sindicato. Tiene muy poco sentido que un profesor esté organizado en el mismo grupo sindical con un estudiante al que no da clase, como ocurre actualmente. Es en el mismo proceso de reproducción de la sociedad burguesa (o sea en el horario de clase) donde se debe efectuar un trabajo común y una crítica constante.
La situación actual impide precisamente que se lleve a cabo un proceso de concienciación masiva tanto entre los enseñantes como entre los enseñados. Una de las principales conclusiones que puede sacar quien haya vivido de cerca el movimiento estudiantil durante estos años es el carácter no institucionalizable en una organización de todo movimiento estudiantil. Los estudiantes no tienen problemas concretos de importancia permanente, a diferencia de lo que le ocurre al asalariado frente al patrón: por tanto imposible un sindicalismo (caracterizado por su estabilidad) entre los estudiantes.
En cuanto a la idea de que cualquier interesado en el aprendizaje (aunque trabaje en otra rama industrial) puede pertenecer al Sindicato de Enseñanza, como se puede deducir de todo lo anterior, es convertir a lo que debería ser un Sindicato de trabajadores en el colmo de la mezcla heterogénea e inoperante.
VI.- POSIBILIDADES A LOS ESTUDIANTES ANARCOSINDICALISTAS
En el caso de que todos estuviéramos de acuerdo en que no puede existir un sindicalismo de Estudiantes, pensamos que los compañeros estudiantes tendrían varias opciones organizativas:
a.- Juventudes Libertarias. Aprovechando toda experiencia que los compañeros hubieran ido adquiriendo, podrían intentar reforzar la FIJL, entre cuyas actividades podrían ser tanto la de barrios (Ateneos), como la E.M. y Superior combinando el tiempo según las necesidades y oportunidades en cada uno de los sectores.
b.- Crear una Federación Anarquista de Estudiantes dedicada a subvertir las instituciones educativas.
c.- Integrarse activamente en los Ateneos de Barrio, Escuelas Populares…
d.- En caso de que no interesen las actividades anteriores, se puede colaborar con CNT en sus múltiples actividades: consejo de redacción de la prensa confederal, aparato de propaganda, despachos de abogados laboralistas, grupos de estudios económicos, servicio de documentación… o bien colaborar con el Sindicato de Enseñanza en situación de adherido a sus comisiones de trabajo (tal ocurre en Barcelona).

ANEXO DE LA ZONA ESTE
Ante la cuestión de la doble militancia, la Zona Este del Sindicato de Enseñanza de la Federación Local de Madrid de la CNT, hemos acordado por unanimidad (25 asistentes a la reunión) el rechazarlo, basándonos en los siguientes planteamientos:
1) La radical contradicción entre los principios activos de la CNT (acción directa, federalismo, autogestión, antiparlamentarismo…) y los de cualquier organización política que se plantee la toma del poder y la dirección de las luchas.
Por ejemplo: la pertenencia de militantes del PSC (Partido Socialista de Cataluña) a la Confederación Regional de Cataluña (más del 60% de los militantes de la Federación Local de Lérida), supone, ante las próximas elecciones, una contradicción difícilmente solucionable tanto a nivel individual como colectivo (condicionamiento de las luchas cotidianas, boicot de la acción directa para "no-desestabilizar"…).
2) La quiebra de la dinámica interna de la organización al vetársele a unos militantes el ejercicio de los cargos coordinativos (¿o es que son algo más?) y al aparecer peligrosas posibilidades de luchas internas (creación de FAI's, de grupos "sindicalistas"…). Pensamos que el hecho de las infiltraciones siempre estará presente y que su solución radica en el mantenimiento a ultranza de las formas federativas y autogestionarias de organización. Por ejemplo: en Barcelona ha habido que expulsar a la gente del PORE, lanzada a una política de "toma de comités". Algunos grupos trotskistas (PORE, LC) se plantean el control de la CNT ("eliminando a la camarilla anarquista") y otros (LCR) el introducir "submarinos" (¿para ir preparando el terreno?).
3) El no aceptar la "doble militancia" no es transformar la CNT en una “organización específica" (sólo de anarquistas) sino en la organización de todos los trabajadores que actúan de acuerdo con esos mínimos principios de acción antes expuestos, lo que hace de ella una organización libertaria amplia. Creemos que a pesar de la proliferación de grupos políticos y de la manipulación que éstos y los medios de "comunicación" de masas hacen de las luchas, la mayor parte de los trabajadores no militan ni simpatizan con estas organizaciones y, por el contrario, tienen una experiencia de 40 años de combate autónomo (Euzkadi, Ford, Iberia, Roca, Vitoria, San Andrés…) en la línea de acción directa y autogestión de las luchas, y es por ello por lo que hoy más que nunca debe quedar claro quién es quién en cuanto a organizaciones. El actual número de militantes de la CNT (40.000) a poco más de un año de su "resurrección", quita cualquier duda respecto de lo que acabamos de decir y respecto al futuro numérico que a algunos preocupa tanto.
4) La unidad de acción con la base de las demás organizaciones en los aspectos en que se coincida hay que potenciarla. Esto salva la verdadera fuerza unitaria que en realidad exista y evita los problemas y manipulaciones donde no. En definitiva: hace innecesaria la "doble militancia" de marras.
5) La existencia de anteriores acuerdos de la Federación Local en contra de la "doble militancia" está en contradicción con la decisión de aceptarla por parte de algunos sindicatos, poniendo, en todo caso, en duda, los niveles de federación de la misma. Es por todo esto por lo que vemos la necesidad urgente de realizar un pleno de la Federación Local y proponemos que sea lo más pronto posible (antes de mediados de Junio) y que se intente en él llegar a una decisión por unanimidad (con todas las matizaciones al caso).
ZONA ESTE

26 de abril de 2013

Alternativa pedagógica de CNT en 1976

Para nadie medianamente interesado en el anarquismo es un secreto que la educación ha sido uno de los ámbitos de elaboración teórica y de actuación práctica en los que el movimiento libertario ha estado más activo. Convencidos desde siempre de que la explotación no responde exclusivamente a causas materiales y de que la emancipación personal es el primer paso para la Revolución Social, los anarquistas han puesto en pie distintas iniciativas educativas y culturales y han desarrollado una teoría pedagógica libertaria que ha crecido al calor de reflexiones y debates. Esa tradición se vio reforzada en el caso de la CNT que, al salir de su forzada clandestinidad después de la muerte del general Franco, encontró amplio eco entre los jóvenes estudiantes y profesores, que en elevada proporción contribuyeron a su reconstrucción. Fruto de esta renovada tradición fue la concreción, en muy pocos meses, de una alternativa pedagógica cenetista de la que ofrecemos un extracto elaborado por el Sindicato de Enseñanza de Madrid en junio de 1976, menos de seis meses después de la reorganización de la confederación anarcosindicalista.
POR UN APRENDIZAJE LIBERTARIO EN UNA SOCIEDAD AUTOGESTIONADA
Declaración del Sindicato de Enseñanza de la CNT-Federación Local de Madrid. (Este documento es un resumen, colectivamente elaborado, para su difusión y discusión máxima, del Manifiesto fundacional de nuestro Sindicato, titulado igualmente “Por un aprendizaje libertario”).

I.- Crítica del sistema de enseñanza y de sus “alternativas” autoritarias
Las polémicas en torno al actual sistema de enseñanza no suelen atacar la coacción educativa misma; simplemente discuten si esta coacción debe apoyarse en el poder privado del Capital, o bien en el poder monopolista del Estado. Pero en ningún caso se cuestiona la obligatoriedad de esa enseñanza, concebida como sistema cerrado de instituciones diferenciadas respecto al resto de la actividad social, en las que se exclusiviza oficialmente el proceso de aprendizaje. La pasividad del enseñado y el autoritarismo del enseñante, la competitividad de los exámenes, la evaluación culpabilizadora, la sumisión del individuo a las reglas disciplinarias del sistema obligatorio, los privilegios de las titulaciones burocráticas, la centralización de los programas, el aislamiento físico de los centros educativos respecto de la comunidad natural, la uniformización de horarios, cursos y asignaturas, el divorcio entre actividad corporal e intelectual, la especialización de por vida, la mercantilización de los saberes, la subordinación de la ciencia y la tecnología al productivismo desarrollista… todo cuanto hace del sistema de enseñanza mismo un totalitarismo reproductor de los hábitos de obediencia, todo eso no es realmente cuestionado por los diversos intentos (autocalificados de “democráticos” y/o socialistas) de racionalizar las siguientes etapas históricas y “necesarias” del proceso de explotación y dominación.
Los anarcosindicalistas no queremos “mejorar” ni “racionalizar” las instituciones educativas, no queremos extender su ámbito ni su eficacia; por el contrario, la CNT lucha por devolver el libre proceso de aprendizaje a las comunidades naturales, por acabar con esas instituciones que tienen secuestrado el proceso de conocimiento y disolverlas en todas las actividades de la vida social, en una sociedad no ya autoritaria, sino autogestionada y federativa por la que luchamos.
Basta plantearse las funciones específicas de cada institución escolar para comprender la necesidad de su desaparición como vía de liberación del proceso de aprendizaje individual y colectivo. Es preciso preguntarse: ¿Qué es y a qué sirve la educación? La usurpación del proceso de elaboración de conocimientos, experiencias, intuiciones, por el que el individuo se inserta armónicamente en el mundo y en el medio social, mediante una institución especializada, la escuela (sostenida por el Estado junto con la familia como instituciones que perpetúan la funcionalidad autoritaria del sistema clasista), produce como resultado lógico la transformación del aprendizaje en “educación”: la persona, de ser activo capaz de desarrollar sus propias posibilidades, pasa a convertirse en receptor pasivo que se ve obligado a asimilar todo aquello que el sistema quiere que asimile. Al interiorizarse en el “enseñado” la mítica consideración de los centros de enseñanza, homologados como tales por el Estado, como únicos centros donde es posible recibir enseñanzas beneficiosas para el individuo y la sociedad, la cuestión central ya no es: qué aprender, cómo aprender, dónde aprender, etc., sino: qué “enseñar”, cómo “enseñar”, dónde “enseñar”, etc.
Veamos en concreto la funcionalidad de las principales instituciones escolares:
¿PARA QUÉ SIRVE LA ENSEÑANZA PREESCOLAR, CUYA EXTENSIÓN OBLIGATORIA PRETENDEN LAS ALTERNATIVAS AUTORITARIAS AL ACTUAL SISTEMA DE DISCRIMINACIÓN CLASISTA?
En unos casos (ciertas “guarderías laborales”) para “aparcar” a los niños de modo que sus padres puedan ser sometidos a la explotación como mano de obra; en otros casos (aquellos “jardines de infancia” que pretenden preocuparse del desarrollo psicológico, social y educativo del niño) para preparar ya, desde los primeros y decisivos años, la primera selectividad, la adaptación privilegiada de unas minorías cuyos padres pueden costear el exorbitante precio de acceso a instituciones discriminatorias y elitistas. En cualquier caso, la enseñanza preescolar sirve para someter a los niños al mundo autoritario y agresivo de los adultos, como respuesta del sistema a la crisis creciente de la familia, ya arcaica en cuanto a institución básica de socialización reproductora; sirve también para expropiar y atribuir a especialistas el cuidado de los niños, que antes asumía la comunidad entera.
¿PARA QUE SIRVE EL PERIODO DE ESCOLARIZACIÓN OBLIGATORIA?
Para Imponer en la totalidad de la población -aunque con intensidades variables según discriminaciones clasistas- las normas fundamentales del capitalismo estatal: reproducción de la dualidad padres-hijos en la polarización profesores-alumnos; que dará paso a patronos-asalariados, gobernantes-gobernados… etc.; estratificación y jerarquización de los seres humanos, agravadas en las centros privados respecto a los estatales; papel policíaco del profesor, que ha de juzgar constantemente como delincuente de indisciplina a todo aprendiz, especialmente al someterle al rito sadomasoquista de los exámenes; obediencia a los “superiores”, competencia y agresión hacia los compañeros, descarga autoritaria sobre los "inferiores"; repetición de dogmas incuestionables ajenos y pre elaborados en textos, mientras se va relegando como despreciable la experimentación personal, justificando así la sucesiva delegación de toda practica directa en los especialistas de turno (políticos, militares, médicos, técnicos…), parcelación de conocimientos que abonará la creación de cuerpos parasitarios de especialistas, programación mecánica de tiempos y ritmos, con rígidos horarios en que los paréntesis del "recreo" van habituando a la organización de la semana laboral, aislamiento represivo del espacio y actitudes, en que la actividad natural se proscribe o se controla al servicio de la obediencia… El niño se convierte en escolar más o menos adaptado al sistema (y para los inadaptados reincidentes, existen otras instituciones de "reinserción"…) una vez que está ya precondicionado a prescindir de sus impulsos naturales e individuales y aceptar los abstractos y genéricos que le son exteriormente impuestos; y especialmente cuando ha adquirido el hábito del consumo compulsivo, empezando por los títulos…
El presente concreto es así sacrificado siempre a un "mañana" incierto, impuesto por los adultos. Pero la consecuencia más triste de este proceso educativo es que el mismo tedio causado por el autoritarismo intrínseco a la enseñanza suele esterilizar la curiosidad natural del estudiante hasta castrar su propia capacidad de aprendizaje.
¿PARA QUE SIRVE EL INTENTO DE UNA EXTENSIÓN CRECIENTE DE ESTA "INDUSTRIA DE LA ENSEÑANZA"?
Las fábricas de producción escolar discriminan sus materias primas -según las exigencias del mercado- con la doble titulación de Certificado de Estudios Primarios o de Graduado Escolar, ya culpabilizado el "enseñado" como futura mercancía, por las evaluaciones “autoritarias”.
Siempre según la demanda de un sistema cada vez más tecni
ficado, se tiende a prolongar el tratamiento de la materia prima, bifurcada ya en las "masas" de la Formación Profesional y las "elites" del BUP: la brutal separación entre un Bachillerato cada vez más técnico y abstracto, concebido como antesala de los privilegios universitarios, y una Formación Profesional prematuramente especializada, consagra la supeditación clasista del trabajo manual al intelectual, y fomenta el tipo de competitividad que requiere la producción del sistema capitalista. El producto educativo, con su correspondiente título, pregona su cotización en el mercado de trabajo, en función de su mayor elaboración, es decir, del número de años que ha durado su producción como memorizador de conocimientos (y su interiorización disciplinaria de la sumisión, que es el principal mensaje del proceso de enseñanza); y a su vez, la mercancía escolar se inserta en el sistema, contribuyendo con su especialización productivista a la reproducción y mayor rendimiento del sistema mismo.
¿PARA QUÉ SIRVE LA UNIVERSIDAD?
Desde sus orígenes medievales, esta institución se dedica a perpetuar la selección de elites dirigentes y la ideología del sistema; a secuestrar el conocimiento científico para ponerlo al servicio del poder; a separar la cultura de la vida; a culminar, en fin, un sistema educativo cada vez más burocrático, en que el desarrollo de cada individuo viene constreñido por la especialización productivista, verdadera condena de por vida a una misma tarea, y por la interiorización misma de los valores y actitudes oficialmente planificados.
Los productos universitarios atienden a las necesidades técnicas más sofisticadas de la dirección y reproducción del capital y el estado, pero también la perpetuación del propio sistema educativo como manipuladores titulados del proceso escolar.
Esta cadena de alienaciones se cierra cuando vemos, en las "alternativas" autoritarias y democrático-centralistas de los aspirantes a detentar el poder político, propugnar que sea el Estado ("legitimizado" además a través de la delegación desmovilizadora en la representación electoral, partitocrática o parlamentaria) el que defina el "supremo interés nacional" al que debe sacrificarse el individuo, el que asuma el control total del proceso educativo; el que en definitiva consagra en nombre de la Ciencia la expropiación cultural de los individuos y de las comunidades naturales, para que la educación no sea ya recreación del grupo, sino de las instituciones mediadoras. Es lógico pues que estas supuestas "alternativas" se reafirmen en la funcionalidad del aparato escolar y refuercen sus esquemas organizativos a costa de los principios teóricamente proclamados; se parte así de la "descentralización" para acabar proponiendo más estatalización; de la autogestión de los centros para propugnar la rigurosa planificación de sus actividades; de la "libertad de enseñanza", para reivindicar el "cuerpo único de enseñantes", guardianes de los sometidos a un "ciclo único” y obligatorio. Es evidente, una vez más, que a la libertad sólo se va por caminos de libertad, que las "vías" autoritarias conducen siempre al autoritarismo.

II.- Por una alternativa libertaria de aprendizaje en un contexto autogestionario
Las únicas propuestas auténticamente realistas son las que tienen en cuenta que la realidad cambia constantemente y que su previsión y planificación en etapas es siempre irreal. Aquí nos limitamos pues a sugerencias colectivas que en realidad sólo significan que las propias comunidades serán las únicas que elaboren en cada momento su actividad social y vital y su propio proceso de aprendizaje, sin mediación alguna.
Frente a la imposición obligatoria de que precisan todas las instituciones educativas jerarquizadas, buscamos el aprendizaje voluntario, abierto y permanente, no sometido a institución alguna. Aprender es una práctica continua de acción directa, de re-creación constantemente de uno mismo y del entorno.
En el contexto social antiautoritario y descentralizado por el que lucha la CNT, la verdadera escuela es la vida: el aprendizaje no puede aislarse de las comunidades naturales donde se desenvuelve el individuo. El trabajo colectivo en proyectos socialmente útiles, artísticamente recreativos y científicamente estimulantes para el entorno social y natural; ese es el medio en que es posible un aprendizaje individual, libre y creador.
Propugnamos la autogestión educativa, es decir, la realización del aprendizaje individual y colectivo directamente controlado por los grupos y comunidades naturales, sin tutela estatal ni expropiación privada alguna: asociaciones de barrio, colectivos de producción, sindicatos, grupos de individuos cuya fuerza unificadora sea la creatividad y el contrato social libremente aceptado por todos sus miembros. La autogestión resolverá así el dilema esquizofrénico entre escuela privada y escuela estatal; por una parte se opone a la uniformidad y a la burocratización crecientes que promueve la estatalización de la enseñanza, pero requiere, en cambio, una auténtica socialización del aprendizaje, es decir, la participación pública e igualitaria, asumida por la comunidad, en la explicación, la pregunta y la re-creación del entorno, sin lucro privado ni especialistas privilegiados mediadores; a través de la federación de grupos y de su intercambio solidario de recursos, se preservará la diversidad de formas locales y naturales y se suspenderá la parcelación geográfica del aprendizaje. De esta manera, la tarea educativa dejará de justificar y reforzar tanto al capitalismo privado como a la burocracia estatal.
Nuestro objetivo es devolver a todos los individuos y sus comunidades naturales el derecho humano vital que es la elaboración del proceso cultural entre todos, sin privilegios de ningún tipo.
El aprendizaje que queremos se basa en la unión indisoluble de trabajo e investigación, de juego y reflexión, de teoría y práctica, de actividad manual e intelectual, de experiencia erótica y catártica; frente a las disociaciones clasistas, productivas y castrantes reivindicamos aquella "educación integral e igualitaria" defendida por la Primera Internacional (a cuyo mensaje responden los orígenes de nuestra CNT) como condición indispensable de la autoemancipación obrera. De esta manera, la ciencia y la técnica estarán conjugadas con el trabajo y la libre experimentación de todos y cada uno.
Concebimos este aprendizaje libertario, basado en el propio criterio tanto como en la mutua ayuda, no para evaluar y acentuar las diferencias sociales existentes, sino para estimular la diversidad y la creatividad de todos: esa riqueza de diferencias individuales se opone al uniformismo de la producción en cadena, y es un valor inalienable de la humanidad. La iniciativa personal y no el juicio de la autoridad, debe guiar el aprendizaje de cada individuo: así se acabará también con el papel autoritario que se asigna al enseñante en la educación clasista, y con la sadomasoquista distinción entre “enseñantes” y “enseñados”.
El “maestro”, en esta perspectiva, nunca será “especialista de la enseñanza”, sino todo aquel que sienta la necesidad de recuperar o enriquecer su curiosidad hacia el mundo (lo que en consecuencia no le distinguirá del "estudiante", que a su vez desaparecerá como sujeto pasivo de la enseñanza), conviniendo sin limitación de tiempo con otros adultos, niños y jóvenes, respetando las diversas formas de comunicación y organización, desarrollando una influencia mutua y libre entre el aprendizaje infantil, juvenil y adulto.
Frente a todo totalitarismo ideológico y a todo confesionalismo educativo, pero también frente a la “libertad de enseñanza” concebida como “derecho” clasista a la manipulación del aprendizaje por los poderes de todo tipo, los anarcosindicalistas defendemos la libre expresión y crítica constante de una pluralidad de ideas, de manera que cada individuo pueda re-hacer siempre su propia concepción del mundo y de la vida, y cuestionar toda cultura establecida; de esta manera, el aprendizaje permanente de los individuos se convierte en el medio por el que una sociedad autogestionada, que reencuentre la dimensión humana desfigurada por el actual sistema estatal-capitalista de explotación de la humanidad y de la naturaleza, se cuestiona y se re-crea constantemente a sí misma.

III.- El Sindicato de Enseñanza de la CNT y sus objetivos de lucha contra la educación institucionalizada y por un aprendizaje libertario.
Concebimos nuestro Sindicato de Enseñanza como una organización que alumbre ya la estructura de la sociedad autogestionaria y federativa. Por ello, y para acabar con los detentadores de una cultura especializada, nuestro Sindicato impulsa la organización en cada centro de enseñanza de toda persona directamente afectada por la actividad educativa y que comparta las concepciones del anarcosindicalismo propugnadas por la CNT, ya sea profesor, estudiante, puericultor, psicólogo, investigador, o trabajador que contribuye a la limpieza, administración o financiación de los centros (incluimos en este punto a los padres que con su trabajo costean directamente la enseñanza, tanto estatal como privada, de sus hijos). Nos oponemos, pues, a la compartimentalización clasista y estamental de los movimientos de “enseñantes”, de “estudiantes”, de “personal no docente”, de “"padres de alumnos”, etc.
Nuestra organización abarca también a todas aquellas personas sensibilizadas por estos problemas, a las que el carácter opresivo del actual sistema de enseñanza les ha llevado a marginarse de él y a ensayar practicas alternativas de aprendizaje.
Esta organización de los anarcosindicalistas en el actual sistema de enseñanza responde a nuestra concepción autogestionaria del proceso revolucionario, que se nutre tanto de las luchas de los damnificados por la enseñanza, para acabar con el clasismo, el autoritarismo y el tedio de los actuales centros educativos, como de la creatividad y las experiencias de aprendizaje libertario, ya sean auténticas alternativas “desde dentro”, o ya voluntariamente desde fuera del actual sistema de enseñanza y al margen de su control.
El Sindicato de Enseñanza de la CNT denuncia las funciones clasistas burocráticas de los actuales centros de enseñanza mediante la acción directa (la práctica inmediata para imponer soluciones alternativas, y la no distinción entre medios y objetivos). Las asambleas son el único órgano decisorio del sindicalismo autónomo, cuya soberanía no admite delegación a institución mediadora alguna.
Consecuente con su tarea de crear conciencia colectiva de que la cultura ha sido secuestrada de manos de la colectividad y usada contra ella, la CNT se opone a perpetuar los diversos corporativismos existentes en el actual sistema educativo. Toda lucha revolucionaria en la enseñanza debe incorporar la lucha por la destrucción del sistema mismo de enseñanza, en cuanto institución diferenciada; así como la lucha por un aprendizaje libre, y en particular la desaparición de los cuerpos profesorales y tecnocráticos, única garantía de la desaparición de su opuesto dialéctico: el estudiante en cuanto materia prima del complejo industrial educativo.
Nuestra actividad por la emancipación social, en cuanto grupo de individuos vinculados actualmente al sistema educativo, adopta los siguientes objetivos inmediatos de lucha contra:
- todo intento de mantener o agravar las diferencias y estratos sociales.
- la manipulación educativa de los niños en una edad en que son física y mentalmente incapaces de defenderse de las imposiciones adultas.
- todo el proceso de selectividad, intrínseco a cualquier sistema de enseñanza institucionalizada, que hoy se inicia en la preescolar y culmina en la universidad, compartimentos estancos y autoritarios a extinguir.
- la parcelación del aprendizaje en cursos, asignaturas, horarios, programas, y toda la ritualización de la actividad escolar.
-el sistema de exámenes y demás imposiciones educativas.
- las titulaciones y su jerarquización de privilegios.
- la apropiación y el lucro patronal o estatal sobre el aprendizaje.
- las tasas, matrículas, becas y demás formas de comercialización monopolística y discriminatoria del proceso de aprendizaje.
- el aislamiento académico de la investigación científica respecto al trabajo colectivo, y en general del saber respecto a la vida.
- las acumulaciones competitivas de “currículum”.
- los cuerpos de funcionarios y las oposiciones estatales como forma de selección laboral.
- los salarios de miseria y la explotación intensiva, especialmente para la mujer, utilizada como mano de obra auxiliar de las funciones educativas, en general, y de las actuales tareas de subordinadas de limpieza, mantenimiento y administración, en particular.
- las diferencias salariales y de función de los trabajadores en la industria de la enseñanza.
- el autoritarismo y los ceremoniales elitistas y represivos del aparato escolar y académico.
- los confesionalismos ideológicos y todo tipo de dogmatismos.
- la separación física y cultural entre los centros educativos y las comunidades naturales.
El Sindicato de Enseñanza de la CNT lucha, en cambio, por:
- la devolución de las tareas de aprendizaje a sus auténticos protagonistas: los individuos, los grupos naturales y sus libres federaciones.
- la integración de la actividad corporal e intelectual.
- la redistribución igualitaria de los recursos sociales.
- la unidad de todos los afectados por el sistema de enseñanza institucional para emanciparse del mismo.
- la plena libertad individual, cultural y sindical.
- la crítica constante de toda concepción establecida.
- la continua experimentación de nuevas formas de aprendizaje, vinculadas al entorno social y natural, y basadas en el juego, el arte, el respeto al individuo y el apoyo mutuo.
- por la abolición de la venta del trabajo a cambio de un salario, y de toda comercialización de alumno y del saber como mercancías.
El Sindicato de Enseñanza de la CNT estimulará la formación de sus militantes en estos objetivos revolucionarios y contribuirá a extender las tareas del aprendizaje libertario entre los anarcosindicalistas y entre todos los trabajadores.
Desde esta perspectiva, el Sindicato de Enseñanza no tiene sentido en sí mismo, sino como una rama más de lucha, coordinada con los trabajadores de otras industrias de la Confederación Nacional del Trabajo y en la Asociación Internacional de Trabajadores, para la recuperación de los recursos económicos y naturales (secuestrados por el Capital y el Estado) por comunidades igualitarias, autogestionadas y libremente federadas.
En el camino hacia el aprendizaje libertario en una sociedad autogestionada los militantes del Sindicato de Enseñanza de la CNT proponemos y aceptamos acciones unitarias con todos aquellos que propugnen también la autoemancipación de las comunidades naturales y la devolución a estos grupos de su propia elaboración cultural y de aprendizaje.
CNT (Federación Local de Madrid). Sindicato de Enseñanza. Junio de 1976