Primer número de Solidaridad Obrera, Barcelona, 19 de octubre de 1907 (Archivo La Alcarria Obrera)
El 1 de noviembre de 1910 se cerró en Barcelona un congreso obrero convocado por Solidaridad Obrera, una federación de sociedades obreras catalanas, al que se adhirieron y en el que participaron otras organizaciones proletarias de fuera de Cataluña. En ese comicio se decidió constituir una Confederación Nacional del Trabajo que nacía de la voluntad de diferentes sindicatos locales y regionales que querían integrarse y agruparse según el modelo de Solidaridad Obrera de Cataluña, una entidad que nacía en julio de 1907 como resultado de un congreso convocado por varias sociedades obreras de Barcelona a través del comunicado que reproducimos íntegramente, tal y como fue publicado por el periódico ácrata Tierra y Libertad en su número del 25 de julio de 1907. Es, por lo tanto, la primera piedra de lo que pocos años después será y es la CNT.
Vuestros compañeros de trabajo, delegados de las Sociedades abajo indicadas, os dirigen un llamamiento general, creyendo llegado el día en que los obreros reaccionemos en nuestras luchas homicidas dentro de este torrente de pasiones políticas. Tengamos un momento de reflexión, démonos cuenta de nuestro verdadero estado y observemos que, mientras nosotros abandonando la sociedad obrera nos dividimos en bandos políticos disputándonos por la forma en que hemos de ser gobernados, el capital unido en sus fines esenciales, destruye todas aquellas conquistas que un día supimos alcanzar la clase obrera de Barcelona.
En todos los oficios se observa la misma decadencia general; la clase patronal aumenta cada día más sus exigencias, comete más abusos personales; de nuestras condiciones de trabajo acostumbradas no se respeta ninguna; en cada fábrica, en cada taller o en cada casa, el patrón nos impone el reglamento que le da la gana; sabe que estamos aislado y aprovecha esta causa, además, para hacernos entrar en rivalidades dentro del trabajo, de lo que resulta el mayor perjuicio nuestro, porque damos un excesos de producción, forzando nuestro organismo, mientras un gran número de nuestros compañeros están parados y acosados por la miseria, no les queda otro recurso para vivir que darse a la competencia contra nosotros mismos, rebajando sus salarios o aceptando más bajas condiciones. Y dentro de ese estado de nada sirven nuestras quejas individuales; peor que el látigo de la esclavitud pasada, hoy el patrón tiene la pluma a la oreja dispuesto a reemplazarnos de un rasgo por otro más sufrido y lanzarnos al circo de los sin trabajo a los que osamos protestar.
Así compañeros, por poco que profundicemos nuestra situación general, debemos convencernos de la necesidad urgente de volver a nuestro camino; no lo dudéis, la asociación es el único medio, el más práctico y más posible de defensa que tenemos los trabajadores, y como consecuencia, la Solidaridad Obrera debe ser la base de nuestro mejoramiento económico y social.
Todo lo que nos apartemos de este sentido, es un desvío que la burguesía aprovecha siempre para inducirnos a ese laberinto de la política reformista, que ha venido a reemplazar las promesas celestiales de otro tiempo, mientras tanto se perpetúa nuestro estado de ignorancia y de explotación. Leyes de trabajo (que no se cumplen), reformas sociales (que no se realizan), sociedades protectoras, benéficas, de enseñanza, patronatos y otras mil formas con que las clases privilegiadas quieren proteger al obrero, no son más que vallas encubiertas para impedir nuestra marcha directa por el camino de nuestra emancipación social.
Es tiempo que esto sepamos y en un sentido digno de los proletarios barceloneses volvamos al seno de las sociedades obreras, reorganizamos nuestra antigua fuerza y frente a las arrogancias del capital levantemos la Solidaridad Obrera.
La lucha entre el capital y el trabajo es humanamente sensible, pero es fatal y necesaria; en todo caso no somos nosotros los que la hemos causado, sino los que nos niegan el derecho a la integridad y la vida. Digan lo que quieran los filósofos y sociólogos de la otra noche, los bueyes mansos de la burguesía y unos cuantos inconscientes, nuestra armonía con el capital es una quimera, es imposible. Por razones de historia, de naturaleza y por deducciones científicas, es una verdad absoluta que los desheredados, los oprimidos, los explotados no podemos tener una causa común con los que todo lo poseen, todo lo mandan y son nuestros explotadores, sino que por clara razón debemos agruparnos en defensa propia hasta llegar a la posesión de la fuerza que destruya las injusticias sociales que sufrimos.
Pues Solidaridad Obrera tiene por objeto convencer a todos los trabajadores de estas verdades y de la necesidad que tienen de asociarse en todos sus ramos de producción. En esta labor hemos de poner grande empeño a que la mujer y el niño, que, sucumbiendo a las necesidades del hogar, tienen que dar sus carnes a la máquina reemplazando al hombre y que son objeto de una incalificable explotación, se agrupen también, se asocien y se organicen con nosotros para defenderlos de su condición, indigna de una sociedad civilizada.
Tampoco queremos excluir, al contrario, pedimos su concurso a los obreros llamados de profesiones intelectuales, que, como nosotros, también son explotados y cohibidos por el capital. A esos compañeros, que por la subsistencia diaria, tienen que prostituir la pluma, el lápiz, la nota, en fin, su inteligencia, y sus estudios para el recreo y la servitud de una clase de parásitos dominantes de la sociedad, también les esperamos en Solidaridad Obrera, si sienten realmente un ideal de amor y de justicia social.
Otro objeto nuestro también esencial es procurarnos la cultura y la instrucción entre los trabajadores mismos, en un sentido puramente racional y a nuestro modo de ser, así para adquirir conocimientos útiles a la vida que no hemos podido aprender en la escuela por falta de tiempo y sobra de rezos, como también para adquirir conciencia de nuestro valor social como hombres y como productores. Esta misma instrucción queremos darla con especial cuidado a nuestros hijos, y a cuyo objeto propondremos la fusión de todas las escuelas que hoy sostienen las sociedades obreras de la localidad para que pueda hacerse de todas una verdadera universidad obrera.
Y por fin, no menos conveniente es lo que se propone alcanzar nuestra solidaridad: queremos asociar el esfuerzo de las sociedades obreras que hoy viven raquíticamente en muchos locales, y llegar a obtener un edificio común con departamentos especiales para todos los oficios y profesiones, pero con grandes salas de reuniones, espectáculos, conferencias y escuelas para los obreros, donde con gran economía de las sociedades y menos esfuerzo de las juntas, poseeríamos un verdadero centro de expansión, de relación, de enseñanza y de cultura como requiere tenerlo la importancia de la clase obrera de Barcelona.
Como medio de lucha y de defensa no podemos precisar los que adaptaremos; éstos los indicarán las sociedades obreras según las circunstancias. Realizaremos nuestros actos, siempre según la voluntad de la mayoría de los trabajadores asociados y respetaremos la más posible autonomía de las sociedades; pero como base fundamental, Sociedad Obrera no seguirá ninguna tendencia política de partido, aunque respetamos la de todos los asociados. Como clase obrera sólo podemos tener un fin común: la defensa de nuestros intereses, y sólo un ideal puede unirnos, nuestra emancipación económica, que transforme el régimen capitalista actual, basado en la explotación del hombre por el hombre, por un régimen social fundado sobre la base racional del trabajo por la solidaridad humana.
Os hemos dicho nuestros propósitos y nuestras ideas; en vuestro interés está como en el nuestro el realizarlos. Recordemos que la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos; nosotros os enseñamos el camino, que es la asociación y la solidaridad obrera. Si logramos ser comprendidos y secundados por vuestro ánimo decidido, demostraremos que la clase obrera de Barcelona, siguiendo las aspiraciones del proletariado universal, quiere también redimirse, si no, los obreros conscientes consideraremos haber cumplido nuestra misión y os abandonaremos a vuestro destino, o sea a la ley natural, que nos enseña que cuando una especie o una clase oprimida no sabe asociarse y defenderse, se degenera y se destruye a sí misma o bien se debilita y decae en su resignación a todas las tiranías.
La Dependencia Mercantil, Panaderos La Espiga, Dependientes subasta de pescado, Peluqueros El Progreso, Unión P. de Curtidores, Unión del Ramo del agua, Confiteros y Pasteleros, Unión Metalúrgica, Canteros y Adoquineros, Unión del Ramo de ebanistería, Pintores La Nueva Semilla, Guarnicioneros y Guarnecedores de Carruajes, Basteros y Constructores de correas, Sociedad de Carreteros, Cerrajeros de Obras, Paragüeros y Bastoneros, Albañiles de Barcelona, Auxiliares de Farmacia, Nueva Sociedad de Peluqueros, Artística Culinaria, Aserradores Mecánicos, Constructores de carruajes, Herradores, Arte de Imprimir, Cocheros La Fraternal, Cerrajeros Mecánicos, Impresores Litógrafos, Constructores de pianos, Encuadernadores y Rayadores, Arte Fabril, Dependientes de carbonería, Asociación Tranviaria, Unión de Matarifes, Dependientes de Ultramarinos, Estampación Tipográfica, Carpinteros de Barcelona.
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