La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

20 de julio de 2011

La CNT y el gobierno republicano en 1945

Del 1 al 12 de mayo de 1945, mientras se producía el final de la guerra en Europa y la derrota del fascismo a la que tanto habían contribuido los anarquistas españoles, se celebraba en París el Congreso de las Federaciones Locales del Movimiento Libertario Español en el exilio, del que la CNT era columna vertebral, a la que también acudieron representantes de los cenetistas exiliados en África del Norte y en América del Norte. Por primera vez después de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial se celebraba un comicio, extraordinario porque extraordinaria era la situación de España y Europa en esos momentos, en el que se trazaban las líneas a seguir para conseguir en nuestro país lo que ya estaban conociendo las demás naciones: la derrota del fascismo. Frente a la tendencia partidaria de continuar en los gobiernos republicanos en el exilio, que defendían los cenetistas del interior y cuya opinión también hemos ofrecido en otro post de La Alcarria Obrera, se alzaba la voz de la mayoría del anarcosindicalismo hispano, como se puso de manifiesto en la carta que entonces aprobaron los asistentes al congreso y que ahora publicamos.

Sello Solidaridad Internacional Antifascista (Archivo La Alcarria Obrera)
 
Al Comité Nacional de España.
Estimados compañeros:
Reunida la Plenaria del Comité Nacional del M.L.E.-C.N.T. en Francia, leídos los telegramas enviados por el señor Giral y por el secretario de la Subdelegación de México, compañero Gregorio Jover, informado del curso y fin de la consulta hecha a la C.N.T. para formar parte del Gobierno constituido en México, en conocimiento de las decisiones de ese Comité Nacional de España, el Movimiento Libertario Español en Francia se ve en la ineludible obligación de manifestar.
1°- Que el M.L.E.-C.N.T. en Francia no puede aceptar que la C.N.T. y el M.L.E., en Francia estén representados en el Gobierno, hasta que un Congreso regular en España así lo determine. Un respeto elemental a lo que son y representan la C.N.T. y el M.L.E. hispano, había de impedir que por parte de nadie se tomase resolución de tal gravedad y transcendencia sin hacerla preceder de la más amplia consulta a la Organización y al Movimiento, únicos llamados a decidir.
2- Que el Movimiento Libertario es antiautoritario por esencia y definición. En ningún momento ni circunstancia puede ni debe renunciar a lo que constituye su razón de ser. Sus tácticas y sus medios de acción, de reconocida eficacia a través de su larga trayectoria histórica, deben ser también afirmados consecuentemente con la finalidad perseguida.
3º- Que el Comité Nacional de España no podía bajo ningún concepto, ni pretexto, aceptar el procedimiento ni las condiciones impuestas por el señor Giral para la designación de los representantes de la C.N.T., condición que disminuye la personalidad de la Organización y que nunca ningún Comité de la C.N.T. y del Movimiento Libertario podía admitir sin menos cabo para la soberanía de la dignidad de nuestros gloriosos organismos.
4º- Que el hecho de no participar en el Gobierno no disminuye en ningún sentido la intensidad de acción a desarrollar contra el franquismo y a favor de la libertad del pueblo español. Por el contrario el hecho de la participación en el Gobierno, sin fijar condiciones previas e incluso habiéndolas fijado, ata y responsabiliza ya de forma que la Organización y el Movimiento pierden su independencia de acción e hipotecan su porvenir, prestando a la causa de la liberación del pueblo español y a la emancipación de la clase trabajadora un servicio muy inferior al que podría prestársele manteniéndose al margen de todo compromiso de poder.
5º- Que por conciencia de lo que representa el Movimiento Libertario y la C.N.T., no solamente ante el pueblo, sino ante el mundo por su significación única como Movimiento de amplia base popular de inspiración libertaria, nadie ha de querer que su esencia y cuanto le es consustancial sea desvirtuado. Ninguna razón estratégica, ni de tipo circunstancial, puede privar por encima de lo que el Movimiento y la Organización representan real e idealmente y de lo que debe encarnar y continuar manteniendo como la expresión más genuina del sentir y del pensar del pueblo español y de las masas obreras conscientes que no han perdido la fe en la eficacia de su propia acción, continuando fieles a los principios básicos de la Primera Internacional : «La emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos». «El primer deber de los trabajadores es de destruir toda sujeción al poder político y al poder económico».
6°- Que el Movimiento Español en Francia, declina toda responsabilidad ante el hecho de la participación en el Gobierno y de las derivaciones que pueda tener, debiendo ella recaer por entero sobre quienes la han decidido y la apoyan y secundan, sabiendo que no pueden hacerlo en nombre de la C.N.T. ni del Movimiento Libertario, y menos cuando nadie ignora en qué forma y circunstancias deben desarrollarse nuestras actividades y sobre todo las de la Organización de España.
7º- Que quien tiene conciencia clara de todo cuanto la C.N.T. y el Movimiento Libertario representan y piensan en el presente y el futuro de nuestro Movimiento, ha de considerar la participación en el Gobierno como uno de los errores más funestos cometidos y como uno de los mayores perjuicios ocasionados a la causa de la emancipación de los trabajadores.
8°- Que el antecedente de una participación circunstancial en el Gobierno en el período excepcional de 1.936 a 1.939, haciendo un sacrificio que nadie ha sido capaz de comprender ni de apreciar, no puede servir de justificación, bajo ningún pretexto, a los que quieren apoyarse en un hecho accidental de experiencia absolutamente negativa, para iniciar una línea de conducta que fatalmente ha de conducir al fracaso y al descrédito.
9° - Que para participar en el Gobierno no hay ninguna necesidad de comprometer al Movimiento Libertario ni a la C.N.T. Los que creen en la necesidad y en la conveniencia de esta participación, tienen abierta las puertas de los demás partidos y organizaciones, o pueden crear el partido que mejor les cuadre, sin perturbar la vida y el desenvolvimiento de una Organización y de un Movimiento que jamás negáronse así mismo y cuya y trayectoria bien clara y definida.
10º- Que todas esas consideraciones no serán obstáculos pare que el Movimiento Libertario C.N.T. en Francia, ayude de la manera más activa a nuestros compañeros y a nuestra Organización de España, ni harán que deje de emplear a fondo todos sus medios y esfuerzos para contribuir al aplastamiento de Franco y de la falange y aseguren las libertades del pueblo español
11º- Que a pesar de todos les complejos determinativos internacionales y de cuantos factores pueden pesar en la vida de los pueblos, teniendo en cuenta todas las realidades, el Movimiento Libertario C.N.T. en Francia y su militancia, no importa donde se encuentre, velará por que el Movimiento Libertario y la Confederación Nacional del Trabajo se mantengan fieles a los postulados, ideales y a su trayectoria histórica, afirmando una línea enriquecida y revalorizada por las propias experiencias de la revolución y de la guerra mundial, y de la post-guerra, seguros que así se interpreta y se defiende la conciencia y los intereses supremos de las masas productoras y las finalidades del socialismo libertario.
La ausencia de la C.N.T. y del Movimiento Libertario del Gobierno, no dificulta ni retarda la solución del problema español en cuanto al punto de vista de legalidad jurídico - político, pues para nadie es un secreto la posición de principios de la C.N.T. y del M.L. que difieren fundamentalmente de los demás partidos y organizaciones políticas que creen en la eficacia en los métodos de acción parlamentaria y gubernamental dentro del Estado y del sistema capitalista.
El Movimiento Libertario C.N.T. en Francia, entiende que no debe crearse dificultades a la normalización de la legalidad política y jurídica española, sin que ello le responsabilice en una acción de tipo gubernamental y considere que ha de oponerse la C.N.T. y el Movimiento Libertario Español a todo lo que representa concesión al enemigo común y a cuantas soluciones no tengan en cuenta la verdadera voluntad del pueblo español.
No podéis ignorar vosotros compañeros, lo que quiere el pueblo español, ni podéis defraudar sus esperanzas, las que tiene, puesta en la C.N.T. y en el M.L., y la que no puede poner en Gobierno alguno. Con Gobierno constituido o sin Gobierno la primera acción urgente, es la encaminada a derrocar a Franco y esta acción no puede subordinarse a un compromiso de carácter gubernamental, las soluciones que reclama el pueblo español, no son unificantes soluciones de Gobierno ni de legalidad jurídica-burguesa, ni las de un aparato político de dominación democrática, viciado por las influencias del capitalismo autóctono y del capitalismo internacional.
El pueblo español tiene capacidad para organizar libremente su vida de manera que pueda servir de ejemplo al mundo, prescindiendo de las soluciones de poder.
Sin soñar, sin vivir de espalda a las realidades, las aspiraciones fundamentales del pueblo hispano pueden realizarse.
Ni la vía de evolución pacífica, ni la revolucionaria, han de quedarse cerradas. Si en el siglo XIX no era delito ser revolucionario, no debe serlo en el siglo XX. Sin estridencias incongruentes, sin demagogia, el espíritu, la acción revolucionaria constructiva del M.L.E.-C.N.T. tiene derecho a manifestarse. Desvinculados del poder, la C.N.T. y el M.L. tienen una misión propia a desarrollar: la que tenía ayer, la que tiene en el presente, aquella a la cual no podrán renunciar nunca. Cuando un pueblo no puede tener la garantía de poder estructurarse con su propia acción al margen del Estado su propia vida, no puede considerarse libre. Los sectores que han creído necesario apoyar la acción contra Franco a base de constituir un aparato legal que se oponga a su continuidad y también a la de la monarquía, están en su perfecto derecho de desarrollar su acción sobre la base de esa legalidad; pero el M.L.E. y la C.N.T. que no cejarán hasta destruir el poder de Franco y Falange se opondrán resueltamente a la restauración monárquica, como a toda solución dictatorial, tienen el deber de rebasar toda concepción estrecha de legalidad, estimulando la acción popular en todo lo que puede contribuir a la liberación efectiva del pueblo español, a salvaguardar su independencia y a estructurar el sistema de convivencia social más en consonancia con su propio sentir.
El ciclo se abrió en España en 1.936-1.939, al iniciarse el levantamiento franquista y que llevó a la C.N.T. y al Movimiento Libertario a la participación en el Gobierno debe considerarse definitivamente cerrado, puesto que no concurren las mismas circunstancias y la situación de lucha es distinta, lo mismo en las fuerzas que apoyaron y apoyan a Franco que en las antifascistas y sectores que apoyan al Frente Popular. El mismo procedimiento de lucha contra el franquismo y de acción a desarrollar para aplastarlo es hoy en día objetivo de divergencia para los partidos y organizaciones antifascistas, lo que es para el mismo Gobierno con relación a los partidos y organizaciones.
Lo excepcional de lo que fueron los Gobiernos de la República de 1.936-39, no puede de nuevo producirse, ni puede manifestarse la exaltación de las fuerzas populares con el respeto que imponía una personalidad de hecho y de derecho adquirida al terciar en la lucha con las armas en la mano, defendiendo contra el fascismo autóctono y al fascismo invasor el principio de libertad de una legalidad que los propios órganos del poder se habían mostrado impotentes a defender.
Las libertades del pueblo español, sus conquistas positivas de bienestar; no van a afianzarla tampoco el ejercicio de una soberanía viciada desde su origen. La liberación del pueblo español reclama hombres, material de lucha, dinero. El M.L.E. y la C.N.T.; que no regatean esfuerzos en esta lucha, en lugar de designar ministros, ha de exigir del Gobierno constituido que ponga a contribución todos los medios económicos allí donde puedan ser más eficaces, y en vez de compartir las responsabilidades de Gobierno, que jamás pueden ser concordantes con las necesidades y intereses del pueblo español y los de la clase trabajadora, han de hacer responsable al Gobierno de cuanto en este orden no se lleve a efecto.
Desligándose de las responsabilidades del poder, la C.N.T. y el Movimiento Libertario, manteniendo su independencia, han de poder dejar oír su voz y ejercer su presión inteligente y su influencia con toda libertad, haciendo los intérpretes de las más profundas y justas aspiraciones populares.
El M.L.E. y la C.N.T. no pueden renunciar a sus finalidades. Para asegurar la victoria no hay que renunciar a lo que es nuestra razón de ser.
Debemos haceros observar también que la posición que habéis adoptado de tomar parte en el Gobierno Giral, se pone en contradicción con los propios acuerdos de vuestro Pleno de Regionales sobre los Gobiernos que puedan constituirse en el exilio y de la que habíais fijado con relación a la Alianza de Fuerzas Democráticas.
Hacemos responsables al Comité Nacional de España de las derivaciones que puedan tener dentro del propio Movimiento en el presente y en el futuro las decisiones de participar en el Gobierno, y lo hacemos aún más responsable por no haber consultado para nada sobre el caso a los Núcleos que están en el exilio. Mantenemos el firme criterio de que solo un Congreso regular del Movimiento y de la C.N.T. en España puede decidir sobre la participación de la C.N.T. y del Movimiento Libertario en el Gobierno y de que mientras acuerdo de tal naturaleza no se tome, nadie puede representarnos en Gobierno alguno y están desautorizados los compañeros que ocuparan cargo de ministros para hacerlo en nombre de la C.N.T. y del M.L.E. y en todo compromiso de carácter gubernamental que se adquiera, no podrá ser tomado en consideración en nombre del M.L. y de la C.N.T., ni tendrá validez alguna para nuestros organismos ni para los afiliados a la C.N.T. y al Movimiento Libertario Español.
De este documento enviaremos copia a todos los núcleos Libertarios españoles en el exilio, lo que os comunicamos previamente. Aun que él no haga variar vuestra actitud, estamos convencidos de que el sentimiento y el pensamiento de la Organización de España, a la que no habéis podido consultar como hubiera sido conveniente, serán concordantes con el nuestro y así se manifestará a su debido tiempo, como se ha manifestado en Francia la voluntad mayoritaria de los militantes confederales y libertarios libre, amplia y públicamente expresada en el Congreso de Federaciones Locales de París, traducida en los acuerdos que marcan y dirigen la conducta de este Comité Nacional del M.L.E.-C.N.T. que os había servido de intermediario hasta la fecha para las relaciones con el exterior y que ha procedido de la manera más leal, no tuviera conocimiento alguno de las cosas, constituye una indelicadeza que no podemos pasar en silencio.
No interpretéis esta carta como la manifestación de ningún sentimiento de hostilidad, sino como una cordial pero firme expresión de confianza en lo que nuestra Organización y nuestro Movimiento representan. Escrita con serenidad os instamos a que sea juzgada con la misma alteza de miras que la inspira y el mimo amor acendrado a las ideas que nos son caras y el Movimiento por el que todos hemos combatido y seguimos dando lo mejor de nuestra vida.
Con un saludo fraternal, quedamos vuestros y de la causa libertaria.
Toulouse 30 de septiembre de 1.945.
Por el Comité Nacional del M.L.E.-C.N.T. en Francia: (Por acuerdo de la Reunión Plenaria Extraordinaria). El Secretario. Esgleas.

18 de julio de 2011

Marcelino Martín y el Instituto para Obreros

Marcelino Martín González del Arco fue uno de los personajes más destacados de la Guadalajara del primer tercio del siglo XX, y sólo la brutal represión franquista impidió que lo siguiese siendo durante mucho más tiempo. Llegó a la capital alcarreña en los años de la Primera Guerra Mundial y se convirtió en el principal dirigente socialista provincial, fue concejal en varias legislaturas y alcalde de la capital provincial en abril de 1931, además de un eficaz organizador sindical de los campesinos de sus comarcas, un destacado animador de la vida cultural local, un científico y divulgador incansable, el más activo secretario del Instituto de Segunda Enseñanza alcarreño, un periodista habitual en diversas cabeceras de su tiempo… Al acabar la Guerra Civil, fue traído hasta Guadalajara desde Alicante, juzgado, condenado a muerte y ejecutado bajo absurdas acusaciones sobre su actividad durante el conflicto. Esta entrevista del periodista José Deza Naner, publicada en Crónica el 10 de abril de 1938, da testimonio de sus acciones y recuerda la labor de los Institutos para Obreros, que ha investigado Cristina Escrivá y que podemos conocer en varios de sus libros más que recomendables.
 
Fotografía de Marcelino Martín, La Crónica, Madrid, 10 de abril de 1938
 
Una gran institución cultural al servicio del pueblo
EL INSTITUTO PARA OBREROS DE MADRID
A primeros de Mayo del año pasado publicó la Gaceta una orden del Ministerio de Instrucción Pública creando el Instituto para obreros en Madrid. El viernes día 18 de marzo de 1938, o sea después de diez meses de intensa y activa labor, que ha trocado en realidad el texto del decreto, se inauguró este establecimiento de enseñanza, cuyo acto, modesto y sencillo, estuvo desprovisto de todo carácter de festejo oficial, celebrándose con una comida íntima –frugal menú de guerra-, en la que se reunieron los alumnos, los profesores y los obreros que han intervenido en la reforma del edificio. Asistió también el delegado del Ministerio de Instrucción Pública, señor Miranda.
El local del Instituto para Obreros es un magnífico edificio, de gran presencia y amplias dimensiones, que fue ayer un convento. Hoy está totalmente reformado, en su nueva estructura de centro docente. Obra de reconstrucción, debida al arquitecto don Carlos Mosquera.
Su director, el culto pedagogo e inspector de Segunda Enseñanza don Marcelino Martín del Arco, nos va acompañando en nuestra visita por las distintas dependencias del local, al mismo tiempo que nos explica la gran obra de cultura que en él se realizará.
-Este Centro –nos dice- es, sin duda alguna, el mejor de España. Yo que, por mis visitas profesionales, conozco todos, lo puedo afirmar. El selecto y variado material docente que posee y la perfecta instalación de sus diversas dependencias responden a los modernos medios y últimos adelantos pedagógicos. Los profesores han sido designados libremente por el Ministerio; pertenecen, unos, al profesorado oficial de Segunda Enseñanza, y otros son personas de reconocida competencia en las varias disciplinas culturales que se cursen.
Las paredes, recién pintadas; el pavimento, cubierto de linóleo; los muebles, nuevos y barnizados, brindan acogedora hospitalidad a la afanosa labor y al estudio intenso de los jóvenes trabajadores, mientras el sol invade las aulas, los pasillos, las escaleras, las salas.
-¿Cómo se ha verificado el ingreso de los alumnos?
-Mediante un examen previo se hizo una selección de los que hoy son alumnos, en cuyas pruebas mostraron sus claras facultades intelectuales. Los estudios que se cursen han de durar dos años, divididos en cursos semestrales. Esto es lo que constituye el llamado Bachillerato abreviado para obreros, cuya edad está comprendida entre los quince y los treinta y cinco años, exceptuando, claro es, a los afectados por las quintas militares. Al final de los estudios, los alumnos considerados aptos obtendrán gratuitamente el título de bachiller, con plena validez académica.
Nos van enseñando las aulas, dispuestas para una cabida máxima de cuarenta escolares cada una. Las mesas de los profesores están colocadas al nivel de los pupitres de los alumnos, sin distancias establecidas por la altura jerárquica del entarimado. Este detalle de sencillez da una nota de más estrecha intimidad, más franca camaradería y más sentimiento familiar entre maestros y alumnos, dando vida a la necesaria cooperación mutua entre la misión de enseñar y el trabajo de aprender.
Visitamos los laboratorios de Física y Química. Las vitrinas, llenas de aparatos e instrumentos científicos, despiden, a través de sus limpias paredes acristaladas, el reflejo de níqueles y metales. Hay un magnífico gabinete de Historia Natural, dotado de los más conocidos ejemplares. Seguimos andando. Llegamos a la Biblioteca, dividida en dos partes por una gran puerta movible. Una sección es para la consulta de trabajos de investigación y tratados elementales, y la otra, para la lectura de obras corrientes: textos, novelas, obras de teatro…
-¿Qué beneficios reporta este Instituto a los trabajadores?- preguntamos.
-Muchos y muy grandes, colaborando todos ellos al éxito que han obtenido los centros iguales a éste, que funcionan en Valencia y Barcelona. La matrícula en este establecimiento es completamente gratuita y el Estado facilita a los alumnos, además del albergue, todos los libros y el material de enseñanza necesarios. También corren a su cargo los gastos de manutención de los alumnos, y se abona una indemnización adecuada a los que, para cursar estos estudios, se vean obligados a abandonar un trabajo productivo con el que sostuviesen a su familia.
-¿Cuántos alumnos han ingresado en esta primera convocatoria?
-Aprobaron el examen de ingreso noventa y cuatro alumnos. Pero, debido a la última movilización militar, han ingresado setenta. De ellos, quince son muchachas. Todos obreros industriales. Y, cosa curiosa, cincuenta y siete son madrileños. También tenemos un portugués. Se trata de un nacionalizado- nos aclara.
Pasamos por el comedor. Pieza amplia, dividida por grandes arcos y en la que se distribuyen muchas mesas, de cuatro plazas, completadas cada una por otras tantas sillas. Vemos después los clubs. Dos grandes salones de recreo. Uno, para el verano, con sus galerías acristaladas, sus butacas y sus mesitas de mimbre. Y otro, interior y recogido, para el invierno. Después llegamos a las cocinas. Se pueden servir mil quinientas raciones.
-Claro que –nos advierte nuestro acompañante- el Instituto puede acoger, con holgura, cuatrocientos alumnos.
Subimos a los pisos. Arriba se encuentra el internado. En un ala del edificio, las habitaciones de las muchachas. Y en otra, la de los chicos. Cada dormitorio tiene tres camas, con sus tres mesillas de noche y con sus tres sillas. En ellos no falta la comodidad, pero no existe el lujo. Las han de ocupar trabajadores, y no señoritos. Más allá están los cuartos de aseo: las bañeras, las duchas, los lavabos. Junto al internado, las residencias de profesores, director y administrador –don José Vidal Piquer-, que conviven con los escolares en perfecto compañerismo, conforme a los últimos sistemas pedagógicos. Al final se halla la enfermería: blancas salas, blancas camas, blancas sillas. No falta un detalle.
He aquí, pues, una ligera impresión de esta gran obra docente, creada en provecho del proletariado. La República en armas, sin desatender las funciones militares que hoy absorben por completo la vida del país, se preocupa de facilitar y ofrecer medios a los trabajadores para que logren superarse intelectualmente, descubriendo en ellos nuevos horizontes de actividad al trocar las herramientas y máquinas de trabajo por los libros e instrumentos de estudio.

20 de mayo de 2011

Alternativa hacia la Autogestión

Uno de los elementos que facilitaron la renovación ideológica del Carlismo y la actualización de su mensaje político fue la autogestión, que permitía a los carlistas adscribirse al socialismo sin necesidad de forzar su ideario llevándolo hasta el marxismo y sin tener que identificarse ni con la socialdemocracia occidental ni con el comunismo leninista soviético. Un socialismo que, sin dejar de serlo, era libre y popular y que dejaba un campo propio para el Partido Carlista. La autogestión se convirtió así para los carlistas, en los años 70 y 80 del siglo pasado, en una herramienta útil para entroncar con la izquierda del momento y para renovar sus propuestas en política, en economía y en sociedad sin apartarse de sus raíces ideológicas. Ofrecemos un panfleto escrito y difundido por el Partido Carlista de La Rioja en los primeros meses de 1977 y en el que se resume la visión que los carlistas tenían de la autogestión.
Pegatina del Partido Carlista, 1978 (Archivo La Alcarria Obrera)

ALTERNATIVA HACIA LA AUTOGESTIÓN
PARTIDO CARLISTA RIOJANO
Nuestra alternativa: el Socialismo de Autogestión Global establece la estrategia de ir construyendo el socialismo, partiendo de la crítica radical al sistema capitalista.
Entendemos por Autogestión el autogobierno y la democracia en la práctica de la vida social, y por Sociedad Autogestionaria, aquella que procure la desaparición del poder, al estar éste esparcido a todos las niveles, y en la que los ciudadanos trabajadores participen y controlen, directa y democráticamente, los centros de administración, dirección y decisión de dicha sociedad.
Siendo socialistas, afirmamos que no podrá existir libertad y poder de la clase trabajadora y del pueblo, mientras la propiedad privada de las medios de producción subsista. El poder sobre la acción económica debe ser consecuencia del hecho de ser trabajador, no del de ser propietario. Por ello, entre otras razones, proponemos la socialización de los medios de producción e intercambio, determinantes de la estructura económica. Cabe la existencia, sin embargo, de las unidades de producción cuasi-familiares, siempre que no sean causa de explotación o privilegio.
El socialismo autogestionario pretende que sean los propios trabajadores y el pueblo quienes tengan en sus manos la dirección de la economía y de toda la sociedad socialista.
Planteamos, pues, una nueva sociedad con una nueva estructura política, jurídica, social, con un nuevo modo de producción, con unas nuevas instituciones de convivencia humana, con una nueva pedagogía y forma de educación liberadora, formativa y participativa, y con un nuevo estado en que el poder de decisión esté en manos del pueblo, democráticamente organizado.
Este ejercicio de poder por las masas la concretamos, en la práctica, por tres vías diferentes pero complementarias, que son a la vez zonas de lucha contra el sistema capitalista: la vía sindical, la de las nacionalidades del Estado y la vía política e ideológica:
1. AUTOGESTIÓN EN LA EMPRESA. FUNCIÓN DEL SINDICATO.
La empresa autogestionaria que proponemos sustituye la dictadura del capital, por la democracia en el trabajo, y su economía es dirigida por los propios trabajadores. Estos eligen responsables atados los niveles y deciden colectivamente, en procesos asamblearios, la organización del trabajo y sus condiciones (horarios, puestos...).
Pero, todo esto, dentro de las funciones internas de la empresa; las externas están determinadas por todo el conjunto de la sociedad, según las necesidades de la misma. En una economía socialista, el plan económico orienta su actividad hacia la producción de los bienes más útiles para la sociedad. La economía se halla a su servicio.
Los ciudadanos consumidores que emplean los productos, hacen el inventario de las necesidades. Los ciudadanos, decidirán sobre las medidas que les afectan en materia de enseñanza, vivienda, transportes, sanidad, cultura...
Los trabajadores de cada empresa determinarán la necesidad y capacidad de producción de la misma.
Este inventario de necesidades será base para la elaboración del "plan económico", que realizará el Sindicato, desde las bases del pueblo, pasándolo por escalones municipales, comarcales, regionales, nacionales y federal.
La autogestión de la empresa y la autogestión de la economía, constituyen el centro del poder popular en la sociedad socialista. Suponen ambas la decisión democrática de los trabajadores, sobre la distribución y uso social de su trabajo. Los actuales bienes de beneficio, lo serán de servicio.
2. AUTOGESTIÓN TERRITORIAL O DE LAS COMUNIDADES: SISTEMA FORAL-FEDERAL.
Es la bandera reivindicativa más vieja del P.C.R., y responde, por tanto, a una aspiración secularmente sentida por nuestro pueblo.
La autogestión territorial significa la soberanía social de la persona a todos los niveles y de abajo arriba: de barrio, municipal, comarcal, nacional y federal. Todas las comunidades del mismo nivel deben tener iguales derechos: ninguna será explotada, reprimida o sufrirá presión de otra superior.
El derecho a la autonomía, entra dentro de la autogestión, resultando un concepto inseparable, anterior a la constitución del estado e independiente de la unidad federal posterior. El estado socialista y federal surge así, como pacto de las nacionalidades,
La autonomía de las comunidades nacionales y su libre federación, constituyen además, un medio que facilitará a cada pueblo la participación integral en el poder, haciendo posible el desarrollo completo de cada cultura, de cada historia particular, contribuyendo a estrechar los lazos de colaboración libre y fraternidad, entre los pueblos federales y entre todos los del mundo.
3. AUTOGESTIÓN IDEOLÓGICA A TRAVÉS DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS DE MASAS.
La democracia política no es un lujo para el socialismo, sino que es la garantía de que el poder político lo tienen los trabajadores, y no una minoría que gobierna en nombre de los mismos. Es, por tanto, un objetivo que considera el P.C.R. fundamental.
En una sociedad autogestionaria, por medio de partidos políticos libres, las diversas orientaciones que caben proponer al desarrollo de la sociedad socialista, podrán manifestarse y actuar políticamente en público, y así los partidos, superada su concepción electoralista, serán grupos militantes que elaboren propuestas a todos los niveles, presentándolas a la masa, que en última instancia decidirá a cuál da su apoyo, bien haciendo suya la alternativa propuesta por un partido en un momento determinado, y sobre un objetivo concreto, o bien asumiendo globalmente su planteamiento e integrándose en él de forma militante.
Estas tres vías de ejercicio popular del poder: la autogestión económica, la territorial y la política, configuran, en conjunto, una alternativa de forma completa al sistema capitalista; una respuesta global y no fragmentada a las estructuras opresoras, centralistas y autoritarias del sistema vigente.
Para cambiar dichas estructuras es, sin embargo, necesario, que una gran mayoría de la gente sea consciente de que se puede cambiar y de que es necesario hacerlo. Y por supuesto, estar decidido a ello.
La autogestión exige:
Lucha por la democracia, como elemento imprescindible en la constitución de la sociedad socialista que procure las libertades plenas para todos los hombres.
El respeto mutuo, la autonomía y la no manipulación de las organizaciones políticas y sindicales de las masas, de las luchas en todos frentes.
La coordinación de toda la oposición democrática, en el ataque global y unitario al sistema reformista y discriminatorio del gobierno.
La autogestión no se produce por decreto; no se produce por la decisión de un legislador. Sólo empezará a ser factible a partir de la voluntad de los que están llamados a ser autogestionarios.
Amigos, ésta es la línea ideológica del PARTIDO CARLISTA RIOJANO:
Frente al capitalismo: socialismo.
Frente a la explotación: dominio obrero de los medios de producción y de toda la economía.
Frente a la opresión permanente del capital: autogestión, poder de los trabajadores y del pueblo autoorganizados.
Por todo lo dicho, combate hoy el PCR, nuestro partido: una parte importante de la Rioja. Queremos un socialismo libre, que convierta a nuestro pueblo, al pueblo riojano, en centro de su propia liberación. Liberación, que sólo se podrá definitivamente asentar, en libertad y solidaridad con los demás pueblos del Estado español y de Europa, en una dinámica universalista. Solidaridad que se refleje construyendo un mundo más justo, libre y socialista.
CONQUISTAR LA UNIDAD DE LA RIOJA ES CONQUISTAR SU LIBERTAD
LUCHAR UNIDOS ES LOGRAR LA AMNISTÍA TOTAL
ES TENER EN CASA A TODOS LOS EXILIADOS
ES EVITAR QUE LA SANGRE DE LOS NUESTROS SE SIGA DERRAMANDO
ES IMPEDIR QUE LOS CRÍMENES QUEDEN IMPUNES
CON LA UNIDAD, EL AUTOGOBIERNO
CON LA UNIDAD, NUESTRA CULTURA
CON LA UNIDAD, LA RIOJA
Y COMO META MÁS ALLÁ:
EL SOCIALISMO, EL PODER DE LOS TRABAJADORES, LA AUTOGESTIÓN.
LA RIOJA SOCIALISTA, SOLIDARIA CON OTROS PUEBLOS
GRITEMOS TODOS POR UNA RIOJA SOCIALISTA: ¡VIVA LA RIOJA LIBRE!
PARTIDO CARLISTA RIOJANO (P. C. R.)