La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

30 de enero de 2022

Discurso de la compañera Manuela Díaz, en 1882

En muy pocas ocasiones han llegado hasta nosotros textos de escritos, artículos o discursos redactados por mujeres, y mucho menos si pertenecían a la clase trabajadora, pues al ocultamiento general de la labor intelectual de las clases populares se le suma el también general menosprecio por la tarea cultural realizada por las mujeres. Por eso es raro, sino extraordinario, que la Revista Social, en su número del 3 de agosto de 1882, reproduzca el “discurso pronunciado por la compañera Manuela Díaz en el Centro de trabajadores del barrio de la Macarena de Sevilla”, espacio de socialización obrera de inspiración anarquista como la propia Revista Social. No serán fáciles de entender o de compartir hoy en día sus argumentos, pero no podemos obviar que son un fiel reflejo de las inquietudes y opiniones de algunas de las mujeres más avanzadas y organizadas de su época.

                                Juicio a las mujeres de la Comuna de París (1871)

 Salud a la flor de eternos y suaves perfumes.

Salud, ¡oh, hijas eternas del amor y del sufrimiento!

Esclavas del deber y del egoísmo social, yo os saludo con vacilante voz para que llegue a vuestros corazones como la trémula mano del inspirado artista toca las tirantes cuerdas del sonoro instrumento y con él llena los ámbitos de sublimes melodías...

Saludo a la flor que está llamada a regenerar la sociedad por medio del estímulo y la enseñanza de sus tiernos capullos, para que después de abrir sus corolas embalsamen con su fragancia la atmósfera social, corrompida por la ambición, la ignorancia y por viejas instituciones, símbolo del error y de las tinieblas, que traidoras nos han arrebatado hasta los derechos que por ley natural nos pertenecen, los cuales debemos conquistar palmo a palmo por medio de las corrientes civilizadoras hasta que podamos elevar el pendón de la Razón, de la Libertad y de la Justicia.

Sí; volved la vista a los pasados siglos y recorred la historia de mujeres celebres y en ella encontrareis que, cual los rayos del sol hacen brillar el zafiro o la perla, de igual manera convierten las circunstancias en diamante, fuego vivísimo de la imaginación de la mujer, que acaso se hubiera agostado en el silencio y en el olvido.

En ella encontrareis, entre las nobles matronas de la antigüedad, a la más ilustre y digna de ceñir la corona de laurel y siempreviva por el heroísmo y enérgico valor que supo poner en juego para defender su honor de las asechanzas del pretor romano, Leuconnia, o sea la joven lusitana, después mujer de Viriato, de ese gran hombre que, dormido para libertad de los pueblos al lado de sus ovejas, lo despierta la ambición de su mano, y por hacerse digno de ella, fue el terror de Roma y de la religión Druida, y su nombre en la Historia ocupa un lugar cual los primeros, y para nuestra Nación, de gloria.

Saludo también, como mártir dada fe conyugal y emblema de virtudes esclarecidas, a Lucrecia, hija del patricio Sexto; Lucrecia, de naturaleza romana en tiempo de Tarquino, y cuando gemía el pueblo rey, esclava del yugo de su tiranía.

Sí, compañeras: Es necesario que arda en nuestros pechos el fuego sacrosanto del amor a una causa tan justa; dedicaos al cultivo de vuestros hijos con la esplendente belleza que sabe hacerlo una madre que aspira a que se embriague la humanidad en sus aras tributándole un recuerdo indeleble y eterno.

Dedicaos en los efímeros ratos que no os encontréis consagrada a vuestros deberes de esposas y madres, a recorrer una por una las paginas de la Historia universal, y hallareis un millón de celebridades de nuestro sexo, como Pautea, Juana de Aragón, Artemisa, Paulina, mujer de Seneca, Catalina II de Rusia, Juana Grey, Cleria, dama romana, la madre de Lamartine y otras mil eminentes, cual la heroína Jael, sombra gigantesca que, cual palmera, descuella por encima de la familia humana para justificar a la mujer de todos los tiempos, desde el primitivo, y bajo aquella dura ley y en medio de los feraces bosques primitivos y rodeada de aquellas rudas tribus de atesorada faz y continente agreste, se proclamaba el derecho humano, tanto en el Gólgota por el mártir de la igualdad, como por Jael en la selva, do se confundía su eco con el estridente rugido de la pantera.

Sí, compañeras: Si queremos ocupar el lugar que en la sociedad nos pertenece, y desempeñarle cual debemos, es preciso ante todo que volvamos la espalda al hombre de los pies negros, o sea al jesuitismo; que desoigamos sus consejos; que huyamos de sus confesionarios, pues al llegar a ellos, nuestras conciencias fanatizadas no ven que contribuimos y ayudamos e labrar nuestras cadenas, y con sus eslabones forman ellos las que han de aprisionar luego a nuestros queridos hijos.

¡No veis con sentimiento, dulces amigas, que todavía hay hombres que siendo padres de familia y careciendo de lo más preciso para su sostenimiento, roba su alimento para contribuir a la elaboración de un gran manto riquísimamente bordado con oro para engalanar esta o aquella imagen, los cuales riegan la tierra con el sudor de su tostada frente, dedicando el producto de sus afanes para dicho objeto, mientras sus hijos, careciendo de lo más preciso para la vida, lo ven muy satisfecho con tal que lleven una vela o cirio en las cofradías o procesiones!

, compañeras: Si estos hombres estuviesen educados en la escuela de libre pensadores, no estarían sus conciencias fanatizadas ni servirían cual maniquí a esa clerigalla que, pavesas de la inquisición, no pueden traer otra tendencia en la sociedad que el oscurantismo y el embrutecimiento.

No permitáis que vuestros hijos vayan a sus escuelas; que no harán más que perder el tiempo estudiando hoy lo que por necesidad tienen que olvidar mañana.

Ya que no tengamos la satisfacción de llevarlos a la escuela de libre pensadores, al menos que sean a las que estén en más armonía y al alcance de nuestros principios.

Es necesario que, no olvidando e| puesto que ocupamos en la sociedad, inspirándonos en los principios de la Federación [de Trabajadores de la Región Española], contribuyamos con nuestro grano de arena al gran banco, de donde deben sepultarse las viejas instituciones, por no estar conformes con la ley del Progreso.

¡Cuán grato no seria para nosotras, compañeras, las que mal vestidas y peor alimentadas, hubierais de transformar las leyes de este orden social por haber contribuido al derrumbamiento de un edificio ya carcomido, fundándolo de nuevo en la razón natural y dentro del derecho!

¡No veis que mientras nosotras, envueltas en el sudario de nuestra honra nos revolvemos dentro de la más espantosa miseria después de los sacrificios hechos por nuestros desdichados esposos, productores de todo lo bello y lo ideal, y cuando vuelven de sus rudas faenas a descansar en nuestra presencia de los sinsabores de su existencia, solo encuentran tedio y menosprecio debido a la falta de recursos, mientras que los que se han abrogado la ciencia como exclusivo patrimonio triunfan y derrochan!

¡Creéis que el cristal de la India, la porcelana oriental, el zafiro, la alfombra de Persia y el decorado de tisú, unido a las ánforas de Venecia y otros mil objetos que representan el gusto artístico, solo se han hecho para que los disfruten unos cuántos zánganos de la colmena social!

No compañeras: Solo los que al estímulo de la ciencia y las artes se consagran, son los que deben tenor derecho a tantas preeminencias y goces.

Si proclamamos como base o cimiento de nuestros principios el sagrado emblema de “No más derechos, sin deberes”, no más otro fiamiento en ser humano, reina y señora de la creación.

La mujer ha nacido con todos sus atributos, y en ella brilla el espíritu del bien, que vivifica a la familia cual casta vestal o sacerdotisa encargada de dar culto a sus tiernos hijos con sabios consejos, para que por este medio lleguen a ser discretos, instruidos y modestos, y sepan inspirar un respeto profundo al par que aspiren a la gloria y bienestar de las futuras generaciones.

La grandeza no es sinónimo de felicidad, como se cree, cuando germina en la conciencia ese gusano roedor que, sin cesar, atormenta a los poderosos de la tierra.

¡Oh, dulces amigas mías! No envidiéis jamás el aterciopelado vestido, los collares de brillantes y diamantes, los numerosos criados, el suntuoso palacio edificado a costa de la sangre del obrero que gime bajo las cadenas de sus opresores.

¡No lo ambicionéis!, sino cuando al rendiros, vuestros esposos os digan con los más dulces halagos: he aquí el producto íntegro de mis ansias y desvelos.

No lo ambicionéis, porque empañan el alma; palabra demostrativa de un espíritu que siente las fuertes sacudidas de la materia, o sea el movimiento locomotor, impresionable y eterno.

No lo ambicionéis ni os dejéis seducir por apreciaciones y exterioridades engañosas, pues vuestro honor es preciada joya hasta extinguirse su brillo, pasando a ser escarnio y ludibrio de cuantos les rodean.

Ambicionad y sostened con verdadera fe y entusiasmo la importancia social de la mujer y la omnímoda influencia sobre las costumbres, sin que necesite salir de la órbita del hogar doméstico.

Ambicionad que renazca en nosotras la primavera de la vida cuando contemplamos con éxtasis los primeros rayos del sol que hacen germinar las flores, trocando en diamantes los helados témpanos que cubren las montañas ¡Cuantas veces, melancólicas y tristes, no habéis evocado el nombre de algún tierno amante, vosotras las que aun no habéis vestido el sayal del himeneo para consagrarse a la fecundación de su especie, don sacrosanto con que ha dotado a la mujer como complemento de la ley natural!

Sí, compañeras: Nuestra misión en la vida, ocupa un lugar sacratísimo en la humanidad, y no debe turbarlo el vértigo de una turbulenta pasión, sino las dulces emociones del casto y puro amor, que constituye la felicidad de la humanidad; y solo por este medio cuando al exhalar el último suspiro bajemos a la fosa eterna las generaciones venideras depositaran un recuerdo de laurel y siempreviva al bello sexo del siglo XIX.

(REVISTA SOCIAL, 3 de agosto de 1882)

31 de diciembre de 2013

Circular de Juan Jiménez Cuenca en 1856

Por el Gobierno Civil de la provincia de Guadalajara se han sucedido a lo largo de dos siglos alrededor de dos centenares de delegados del poder ejecutivo. Entre todos ellos, algunos merecen ser recordados con gratitud, otros sólo infundieron terror y la mayoría apenas hizo nada digno de ser tenido en cuenta en su breve paso por tierras alcarreñas. Es por eso, que hoy queremos rescatar una circular emitida en 1856, poco después de la caída del gobierno progresista del general Francisco Serrano, por el gobernador civil de entonces, Juan Jiménez Cuenca, en la que realiza un diagnóstico muy acertado sobre la realidad provincial y sobre las dificultades que lastraban el progreso de Guadalajara; un análisis, además, tan breve como certero. Lamentablemente, más de ciento cincuenta años después, el panorama no ha cambiado y los guadalajareños no han aprendido que la unión hace la fuerza, perdidas sus autoridades en localismos absurdos mientras critican la secesión de otros.
Tropas desfilando frente al Gobierno Civil de Guadalajara en la II República

Circular del gobernador civil Juan Jiménez Cuenca
He creído conveniente tomar la iniciativa en el asunto á que, sé refiere la siguiente comunicación que he dirigido á la Diputación Provincial: La cifra de cuatrocientos sesenta y ocho Ayuntamientos que hay existentes en esta provincia, no ha podido menos de llamar mi atención pues es imposible que los servicios públicos marchen con regularidad, ni que la administración esté bien montada con tanta multiplicidad de pequeños y por fuerza insignificantes centros.
Prescindo de los mayores trabajos que para toda clase de negocios tienen que afluir por fuerza a las dependencias generales de la provincia con este sistema, y del embarazo que esto produce para que la administración tenga el curso rápido que su naturaleza de activa exige. Mas no es posible dejar de estimar en toda su importancia la necesidad capital de que la administración sea buena, recta, ilustrada y económica, cual los pueblos tienen derecho a exigir de la solicitud del Gobierno de S.M. y de sus delegados en las provincias. Y esto sin embargo no es fácil conseguirlo, cuando como sucede en este país, la generalidad de los municipios son pequeños, en extremo pobres y sin medios por consecuencia de atender a sus necesidades.
Conozco que la división en todos los ramos facilita por punto general los servicios, y produce adelantos, prosperidad y progresos, pero la extrema subdivisión solo trae en pos de sí pobreza, abandono, y a veces hasta inmoralidad y embrutecimiento. No es posible una buena administración local donde el Secretario de Ayuntamiento, alma de estas corporaciones, solo tiene doscientos reales de sueldo. La actitud de un funcionario dé esta índole tiene que ser escasísima, sus conocimientos ningunos, sus trabajos detestables, estando además su moralidad muy expuesta.
Con presupuestos de mil reales, ni puede aspirarse á mejoras dé ninguna clase, ni en tener escuelas, ni aun siquiera facultativos que asistan al vecindario en sus enfermedades, como creo sucede por desgracia en muchos Ayuntamientos de esta provincia. Y cuando por falta de recursos las atenciones más apremiantes de un pueblo están desatendidas, es un absurdo sostener solo por un capricho o una vanidad Ayuntamientos que no tienen condiciones de vida, antes por el contrario, conviene suprimirlos y así puede y debe hacerse según lo dispuesto en el artículo 27 de la ley municipal vigente.
En su virtud, y considerando que aglomeradas varias poblaciones para formar un Ayuntamiento los servicios públicos podrán llenarse con más economía y decorosamente, he creído oportuno dirigirme a V.E. para que tenga la bondad de fijar su atención sobre este punto, contando desde luego para la reforma, en sentido de la reducción de Ayuntamientos, con mi concurso y acuerdo. Dios guarde a V.E. muchos años.
Guadalajara, 7 de octubre de 1856.
Juan Jiménez Cuenca.
(Boletín Oficial de la Provincia de Guadalajara, 8 de octubre de 1856).

Diferencias entre la CNT del interior y del exilio en 1945

Entre los días 1 y 12 de mayo de 1945, mientras Berlín caía en manos de los ejércitos aliados y el fascismo se desmoronaba en toda Europa, salvo en la Península Ibérica, se reunía en París, la ciudad a cuya liberación tanto habían contribuido, los delegados de la CNT en el exilio, convocados para un Congreso de Federaciones Locales, que recibió noticias y acuerdos del exilio mejicano y una delegación del interior. En ese comicio se pusieron de manifiesto las agudas diferencias entre la mayoría de los militantes del interior, que consideraban que las circunstancias excepcionales de la Guerra Civil no habían terminado, y que sostenían la necesidad de colaborar con los gobiernos republicanos en el exilio, y los afiliados del exilio, que opinaban que terminada el conflicto bélico fratricida, la CNT debía de volver a sus postulados clásicos de oposición a la acción parlamentaria y gubernamental que, además, en este caso se manifestaba inoperante. Más aún cuando los compañeros del exilio intuían, y tenían las primeras referencias, de lo que los gobiernos de unidad estaban representando en los países recién liberados del yugo fascista. Ya publicamos el acuerdo de la CNT en el exilio de septiembre de 1945 donde explicaba su postura, y ahora reproducimos los documentos que se cruzaron con motivo del Congreso y que prueban las profundas diferencias entre una y otra postura, que desembocaron en la ruptura del Movimiento Libertario español dentro y fuera de las fronteras hispanas.
Mitin de la CNT en Toulouse en 1947
 
De los compañeros de España, sin que hubiera tiempo de que ellos conocieran los acuerdos de la Plenaria extraordinaria, recibimos el cable que reproducimos:
Designados Horacio Prieto, José Leiva, representación Gobierno Giral. Rogamos transmitáis interesados siguientes instrucciones: Leiva antes de abandonar Francia ultimar gestiones delegación conjunta Alianza democrática cerca Junta Liberación, cerca Gobierno francés, confirmar extremos entrevista, delegación francesa recabar apoyo concreto Movimiento Resistencia española. Sobre instrucciones este Comité comunicar mediación Comité Francia, resultados próxima designación sustituto Leiva delegación conjunta Alianza común carecemos Leiva Prieto entrevista sobre instrucciones este Comité. Salida inmediata Prieto México. Salida Leiva tras gestiones delegación Alianza Francia. Siguen instrucciones escritas. Comité, Secretario. España, 3 de octubre" [de 1945].

Gestiones para localizar a los compañeros Leiva y al delegado del Comité Nacional de España: habíamos dirigido al Comité Regional de París este telegrama.
Texto: averiguar paradero París compañero Leiva y el otro delegado de España. Stop. Requeridles para que se personen en este Comité Nacional Francia urgente. Precisa conozcan instrucciones de España. Saludos. Comité Nacional. Francia. Secretario Esgleas. Toulouse. 6-10-45".

Al saber la presencia del compañero Leiva en Toulouse, se le mandó la carta que aquí reproducimos:
"Toulouse 4 de octubre de 1.945.
A los compañeros Leiva y delegado efectivo del Comité Nacional de España.
Estimados compañeros:
Con el fin de saber concretamente si uno de vosotros acompañara a los delegados de este Comité Nacional que irán a España dar cuenta de los acuerdos de nuestra reunión Plenaria extraordinaria del Comité Nacional, que os son conocidos, os requerimos para que con la máxima urgencia y antes de que se consuma el hecho de la posesión de los cargos de ministros en el Gobierno, os personéis en este Comité Nacional para celebrar una entrevista y concretar sobre este extremo.
Tenemos instrucciones de los compañeros de España que interesa que os demos a conocer y que lo haremos al mismo tiempo por lo que se hace más apremiante vuestra presencia.
Con un saludo fraternal, queda vuestro y de la causa libertaria. Por el Comité Nacional del M.L.E. en Francia el Secretario".

Al personarse en el domicilio del Comité Nacional el compañero Leiva; se le dio la carta cuya copia se reproduce y la copia del cable llegado de España últimamente, cuyo texto es el que consta aquí reproducida con anterioridad. El de la carta dice así:
"Toulouse 5 de octubre de 1.945.
Compañeros José Leiva y delegado efectivo del Comité Nacional de España. Estimados compañeros:
Os incluimos copia de un cable recibido de España, confirmándoos nuestros comunicados anteriores y reiterándoos subsisten acuerdos de la última Plenaria del Comité Nacional del Movimiento Libertario C.N.T. en Francia que ya os son conocidos.
Os saluda fraternalmente. Por el Comité Nacional del M.L.E.-C.N.T. en Francia el Secretario".

También se ha dado cuenta al compañero Horacio Prieto en los mismos términos.
A la lectura del cablegrama, el compañero José Leiva manifestó que no le cabía ninguna duda y que, simbólicamente, se consideraba ya integrado al Gobierno Giral.
Se le solicitó que diera una respuesta por escrito y reproducimos a continuación la carta de él recibida, que dice así:
“Toulouse, 11 de octubre de 1.945.
Al Comité Nacional del M.L.E. en Francia.
Estimados compañeros:
Acuso recibo del telegrama del Comité Nacional del Movimiento Libertario en España, pasando inmediatamente a cumplimentar cuantas instrucciones se consignan en el mismo. No puede caber ya la menor duda en cuanto a la posición contundente de España en lo que se refiere a la colaboración política, y el retardo en cumplimentar por vuestra parte las orientaciones del Interior causará hondísimo daño a nuestro Movimiento. Me atrevo a sugeriros que una dimisión vuestra, resignando en España la responsabilidad por las decisiones adoptadas evitaría el grave peligro de una escisión.
Esperando de vuestra indudable cordura decisiones que fortalezcan nuestro vigor orgánico, independientemente de que en su día examine nuestra conducta general, os saluda libertariamente.
Por la delegación del Comité Nacional de España en el Exterior. José E. Leiva”,

A esta carta el Comité Nacional del M.L.E.-C.N.T. en Francia, ha dado la siguiente respuesta:
“Toulouse, 12 de octubre de 1.945.
Al compañero José E. Leiva, Delegado del exterior del Comité Nacional de España.
Acusamos recibo de la tuya 11 del actual y sentimos profundamente que la cordura en ella invocada, no haya inspirado tu determinación. Conociendo debidamente los acuerdos de la Plenaria extraordinaria del Comité Nacional de Francia, no has esperado a que se consultara a los núcleos del exilio, ni siquiera que se consultara a la Organización de España, para que esta te diera instrucciones definitivas.
Aparte lo que recae sobre los compañeros de España al decidir participar en el Gobierno, la responsabilidad tuya personal al producir un hecho de tan grave consecuencias para el Movimiento, es inmensa. Nosotros, las declinamos todas para quien no ha sabido interpretar el espíritu responsable y conciliador de los acuerdos de la reunión Plenaria extraordinaria.
El M.L.E. y la C.N.T. están unificados siempre en lo que es básico y fundamental a través de los acuerdos de sus Congresos regulares. A ellos nos debemos todos los compañeros de España y los del exilio. Precisamente para intensificar la lucha contra Franco y Falange para conseguir y afianzar la libertad del pueblo español, el Movimiento Libertario Español C.N.T. en Francia ha reafirmado principios y tácticas.
De la unidad del Movimiento Libertario en Francia la más firme expresión está en los acuerdos en el Congreso de Federaciones locales de París, tomados por unanimidad, y es el respeto a los mismos lo que mejor la garantiza.
Es el Movimiento Libertario C.N.T. en Francia, el que ha fijado una posición por estimar que ella corresponde al interés supremo de la C.N.T. y del M.L.E. y al del pueblo español y la conducta de este Comité Nacional, estatuido de la confianza del M.L.E.-C.N.T. en Francia, a ella se ajusta fielmente.
Por estima, por respeto y consideración al propio Comité Nacional de España, al que te debes, creemos no debías haber tomado la determinación sin antes haberlo consultado. Esta consulta es la que hacemos nosotros y deseamos que por parte del Comité Nacional de España y de la Organización de allá sea correspondida.
El M.L.E.-C.N.T. en Francia y este Comité seguirán manteniendo la más estrecha relación con el Comité Nacional y la Organización de España, porque siempre se sentirán vinculados al Movimiento Libertario Español y a la C.N.T. y no regatearán esfuerzos para ayudar en todo lo que nos es común. Es así como entendemos se fortalece nuestra Organización y como este Comité Nacional cree cumplir con su deber.
Te saluda fraternalmente por el Comité Nacional del M.L.E.-C.N.T. en Francia.
El Secretario”.

Finalmente el Comité Nacional del M.L.E.-C.N.T. en Francia, juntamente con las actas y acuerdos de la reunión Plenaria extraordinaria y de la carta acompañadora, también envía al Comité Nacional de España la carta que reproducimos.
“Al Comité Nacional de España.
Estimados compañeros:
Acompañando a las actas de la reunión Plenaria extraordinaria y los acuerdos tomados, adjuntamos copia de algunos comunicados y cartas cruzadas y entre ellas la dirigida por el compañero José E. Leiva, Delegado del Comité Nacional de España en el exterior, a este Comité Nacional del Movimiento Libertario-C.N.T. en Francia y de nuestra respuesta.
Queremos creer que la carta del Compañero José E. Leiva, corresponde más a un criterio personal que al de ese Comité Nacional, que no ha sido consultado.
Una vez más os pedimos examinéis el problema planteado por vuestra decisión de nombrar ministros que representen a la Organización en el Gobierno con todo sentido de responsabilidad fijo el pensamiento en los intereses supremos del M.L.E. y de la C.N.T., en los del pueblo español, y que antes de decir vuestra palabra definitiva consultéis a los compañeros de la Organización de España y a los núcleos responsables del Movimiento Libertario en el Exilio.
Esperamos tendréis en cuenta que el M.L.E. en Francia tiene más de 35 mil afiliados en su mayoría también militantes de solera confederal y libertaria de reconocida solvencia y que dentro del Movimiento libertario Español organizado hoy en día en el mundo es representación mayoritaria. No podéis olvidar que el M.L.E.-C.N.T. en Francia ha discutido ampliamente y con toda libertad, en las asambleas de las Federaciones Locales lo que se refiere a la intervención del M.L.E. y de la C.N.T. en el Estado y en el Gobierno y que ha reafirmado unánimemente en el congreso de Federaciones Locales de París, los principios y las tácticas de la C.N.T. y del M.L.E.
No creemos que la presencia de la C.N.T., ni de la U.G.T. en el Gobierno Giral represente una garantía desde el punto de vista jurídico internacional para facilitar el reconocimiento de las potencias Democráticas, puesto que da el mismo Gobierno Giral una significación extraparlamentaria y que se sale del marco estricto de la constitución de la República Española. La caída de Franco y de Falange no puede precipitarla la presencia de la C.N.T. en el Gobierno Giral, sino la obra conspirativa activa en el interior, la presión diplomática y el boicot económico y moral internacional. La conquista positiva de posiciones únicamente pueden realizarla la C.N.T. y el M.L.E. alejados de todo compromiso de poder.
Sin desconsideración alguna para la Organización de España y sin negarle ninguna prerrogativa, nosotros pensamos que es una cuestión tan fundamental no puede determinarse ni decidirse en nombre de la C.N.T. y del M.L.E. sin consultar al conjunto del Movimiento.
Reiteramos una vez más que nuestro deseo es el de mantener la más estrecha relación con la Organización de España y con ese Comité Nacional y de ayudaros tanto como sea posible en todo lo que pueda hacerse en bien del Movimiento para derrocar a Franco y consolidar las libertades del pueblo español.
Con la confianza de que el sentir del M.L.E.-C.N.T. en Francia será recogida debidamente por parte del Comité Nacional y de la Organización de España y rectamente interpretado, con un saludo fraternal, queda vuestro, de la C.N.T. y de la causa libertaria.
Por el Comité Nacional del M.L.E.-C.N.T. en Francia.
El Secretario, Germinal Esgleas.
12 de octubre de 1.945”.