La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

24 de noviembre de 2010

La Pedagogía experimental, de Modesto Bargalló

Modesto Bargalló Ardevol, catalán de nacimiento pero alcarreño de adopción, fue uno de los principales impulsores de la renovación pedagógica en la España del primer tercio del siglo XX. A través de sus libros de texto (alguno redactado con Marcelino Martín González del Arco), de sus cuadernos de prácticas científicas, de su labor al frente de la Revista de Escuelas Normales (que también dirigió Rodolfo Llopis), de su colaboración en la reforma educativa de la Segunda República... no cabe duda que Modesto Bargalló fue uno de los pedagogos más interesantes de esa generación que sustituyó a los pioneros de la Institución Libre de Enseñanza en pos de una enseñanza laica, racional y científica. Trasterrado a México en 1939, allí realizó una tarea científica fundamental que fue reconocida por todos los mejicanos, mientras en su Guadalajara española se le olvidaba, se le ninguneaba y se le ocultaba. Presentamos aquí uno de sus primeros artículos pedagógicos, que fue publicado en 1918 en los Quaderns d'Estudi, una publicación mensual de la Dirección de Instrucción Pública de la Mancomunidad de Cataluña, y que hemos traducido para su reproducción.
Reseña de la conferencia de Bargalló a los exiliados que viajaban con él en el Sinaia, 1939
 
LA PEDAGOGÍA EXPERIMENTAL
La Pedagogía, olvidada durante muchos siglos, es hoy un estudio científico. Su historia nos muestra el estado mezquino en que permanecía: sus grandes representantes, o eran diletantes o eran un Locke, un Kant o un Fichter, que van a limitar su trabajo a algunas cuestiones de educación. A finales del siglo XVIII y principios del XIX, apuntó cierta tendencia a mejorar. Ya en Salzmann y Trapp, después en Pestalozzi y Fröebel, se encuentra una lucha para superar la mera pedagogía de las ideas, de los proyectos, de los planes y de las afirmaciones dogmáticas. La Pedagogía de Pestalozzi descansa ya en una psicología subjetiva de la “fuerza moral” y conoce la necesidad imprescindible de tratar científicamente la fundamentación de su metodología; y toda la vida de Pestalozzi es un continuo ensayo empírico para encontrar los mejores métodos de enseñanza, y una investigación de sus teorías en los fundamentos intuitivos de nuestro pensar.
Sin embargo, solamente Herbart da una exposición de las cuestiones de educación y de enseñanza que satisface las exigencias de una fundamentación científica, teniendo en cuenta el estado, en aquellos tiempos, de las ciencias auxiliares de la Pedagogía, principalmente la Psicología y la Ética. En muchos conceptos fundamentales, la Pedagogía se ha demostrado más vital en las ideas de Pestalozzi y de Fröebel que en las de Herbart, porque aquellos dos grandes hombres han tratado más que Herbart de la vida del niño y de la práctica de la educación y de la enseñanza.
La Pedagogía, para no estacionarse, se tiene que apoyar en las bases científicas de las disciplinas histórico-naturales, filosóficas y médicas. Y en lo que respecta a la relación entre la educación y la comunidad humana, tiene que buscar ayuda en las ciencias sociales de nuestros días. Y considerada como pedagogía individual, tiene que procurar, antes que nada, servirse de los métodos de investigación y auxiliares de la pedagogía experimental, de los resultados de esta ciencia y del estudio del niño (psicología, anatomía y fisiología, antropometría, patología y psicopatología del niño); y junto a todo esto, también tiene que servirse de los resultados de todas las otras disciplinas relacionadas con la Pedagogía, como la Lógica y Teoría del método, la Ética, la Estética y la psicología de la vida religiosa.
El papel que puede jugar la ciencia pedagógica, según esta tendencia experimental, es el que yo he tratado de desarrollar detalladamente en el texto: en él está el conjunto de todo lo que hasta ahora se ha considerado como estudio pedagógico empírico; término que, por las discusiones ocasionadas en los últimos años, es mejor cambiar por el de pedagogía como estudio empírico. Actualmente, ésta se reduce a una aplicación del método experimental y de otros análogos a los problemas pedagógicos. Desde el punto de vista metódico, la psicología experimental es, por consiguiente, la madre de la pedagogía estudiada empíricamente: esta no puede existir sin aquella. Desde el punto de vista material, nuestra investigación pedagógica debe sus resultados científicos a todas las ciencias antes citadas. Sin embargo, mientras que nosotros trabajamos en la nueva fundamentación de la Pedagogía, en ciencias que no pertenecen a su campo, no sería justo considerar a la Pedagogía como una simple aplicación de alguna de estas disciplinas. La Pedagogía no es ni psicología aplicada, ni ética aplicada, ni lógica ni nada parecido: es una ciencia sólida, de naturaleza propia: la ciencia de los hechos de la educación. No emplea solamente los resultados de la psicología general, de la patología, paidología, lógica, ética, estética, sino que mira todos estos resultados desde el punto de vista de su aplicación a la obra educativa.
La pedagogía experimental pretende obtener en primer lugar una nueva fundamentación de la pedagogía científica.
Considero a la Pedagogía experimental como una innovación teorética y científica; y las consecuencias prácticas que se deducen de las investigaciones las presento de tal manera que sólo los éxitos de los prácticos, en último término, pueden sentenciar.
La Pedagogía experimental, como su progenitora la Psicología experimental, se ha formado gradualmente, desarrollándose a partir de las ideas primigenias. Considerada históricamente, nace la Pedagogía experimental, en parte, como una consecuencia de los ensayos realizados para fundamentar científicamente la Pedagogía por los grandes pedagogos del pasado, principalmente Pestalozzi, Fröebel y alguno de los Filantropinum; en parte, como una influencia de la investigación pedagógica y de las otras ciencias empíricas que están en íntima relación con la Pedagogía.
El impulso más importante de una nueva investigación pedagógica está en la admisión de los métodos de investigación de la Psicología experimental.
La Pedagogía experimental tiene su origen primario en la aplicación de los métodos de la Psicología experimental a la vida espiritual del niño. Los grandes pedagogos del pasado nunca van a considerar al niño como objeto concreto de investigación: los métodos que aquellos grandes pedagogos cultivaban para conocer la naturaleza del niño, o eran realmente la observación ocasional o, como se nota de manera especial en Rousseau, una concepción fantástica exaltada de la vida del niño. Principalmente en Pestalozzi, pero también en Fröebel, Trapp, Schwarz, Niemeyer y Waitz y algunos herbartianos, encontramos algunos ensayos donde no sólo se observa al niño durante su trabajo escolar, sino que se trata también encontrar en la práctica de la enseñanza por medio de pruebas directas, las normas metódicas más convenientes. Pestalozzi, en especial, por sus procedimientos, por sus métodos pedagógicos, por sus experiencias en la práctica continua, no influida por la preocupación de establecer una teoría pedagógica, ha sido un precursor de la Pedagogía experimental de hoy.
Otro punto básico de la Pedagogía científica actual es la investigación especial del niño débil de espíritu, del maltratado y del anormal. En este campo, encontramos un precursor en Strümpell, de la Escuela de Herbart. En íntimo contacto con el estudio del niño anormal está la tendencia a establecer una higiene espiritual del alumno.
Yo quiero exponer en primer lugar el concepto y el campo de la Pedagogía experimental para contestar principalmente a la pregunta sobre la posición que la Pedagogía experimental ocupa en relación a la Pedagogía tradicional.
La Pedagogía tradicional tiene un carácter en parte conceptual, en parte de ciencia normal, o sea que cada uno de sus representantes científicos primero asienta los conceptos y los fines de la educación y la enseñanza, las distintas clases de actividades educadoras y docentes para desarrollar después las normas o reglas de la práctica de la enseñanza y de la educación. La Pedagogía, según el punto de vista tradicional, tiene casi siempre el carácter de introducción a la educación y la enseñanza, ya que las normas pedagógicas no pueden ser sino una guía para las prácticas.
Porque estas normas siguen siendo sólidas, sólo les falta una documentación científica y completa.
Las normas pedagógicas pueden ser consideradas según tres direcciones: como un modelo para la conducción del niño, como una guía para la actividad del maestro o como una norma de la Pedagogía práctica, esto es, del trabajo de la enseñanza y de la organización de la escuela. En todos estos casos, para lograr una fundamentación científica de las normas, tenemos que poseer un conocimiento previo de las relaciones entre los hechos a los que dichas normas han sido aplicadas. Hasta que no poseamos estas relaciones, las normas pedagógicas serán meras construcciones lógicas sin contacto con o con poco contacto con la práctica pedagógica, o serán arbitrarias o de carácter autoritario y, por lo tanto, no tenemos ninguna garantía de que sean reales y útiles. Así, por ejemplo, para obtener la norma de la enseñanza de la lectura, debemos primero investigar experimentalmente como adquiere el niño la capacidad de leer, por qué estados y procesos pasa en la adquisición de esta capacidad, cuáles son las condiciones naturales y de qué manera están relacionadas con las etapas de desarrollo del niño. Sólo cuando sepamos todo eso, tendremos la certeza que se ha calculado bien la norma para la enseñanza de la lectura, porque entonces podremos decir que esta norma, por estar basada en el proceso espiritual del niño, es científica. También hemos de considerar, tanto como la concordancia entre la didáctica y los periodos de la vida del niño, la conformidad entre la escuela, la ciudad y las comunidades humanas, y extraer de estas relaciones las conclusiones científicas que serán normas en este campo de la Pedagogía.
Podemos sintetizar diciendo que a la pedagogía tradicional le falta, junto a los conocimientos empíricos, las puras relaciones de los hechos sobre los que tienen que fundarse todas las normas pedagógicas.
Así que la importancia de la Pedagogía experimental no consiste en dar resultados positivos y normas detalladas para la práctica, sino que capacita al educador aislado para ver con claridad, en cada momento, el resultado de sus tácticas y recursos pedagógicos, cosa que no consigue la Pedagogía autoritaria. Una de nuestras consideraciones principales contra la Pedagogía de Herbart es que hay una dependencia de la práctica esclava a la teoría patrón; entre la Pedagogía práctica y las expresiones tales como “concentración y reflexión”, “multiplicación del interés equitativamente repartido” y otras similares.
La Pedagogía experimental quiere evitar este defecto de la Pedagogía tradicional: no quiere dictar normas hasta que ha investigado las relaciones entre los hechos, que son los que hacen posible enunciarlas. Por consiguiente, la Pedagogía experimental es investigación pedagógica; y como trata del estudio fundamentado sobre los hechos, es investigación pedagógica empírica. De donde se deduce que es más apropiado llamar a la nueva Pedagogía con el nombre de Pedagogía como investigación empírica que el de Pedagogía experimental.
Visto el carácter de la Pedagogía experimental como una ciencia, tenemos que averiguar de qué manera podemos hablar de observación pedagógica, de experimento y de estadística en la Pedagogía.
Toda investigación empírica descansa en primer lugar sobre la observación; y la observación, psicológicamente considerada, es una percepción metódica, ordenada, producto de una sólida atención. Toda ciencia empírica parte de la percepción, ya sea la percepción interna o externa. La observación es percepción atenta, percepción metódica.
El experimento pedagógico es, casi por completo, el experimento psicológico aplicado al alumno que crece y trabaja. Por ser paidológico el experimento pedagógico cae dentro de la misma posibilidad que el experimento psicológico, de manera que se puede preguntar de una manera general: ¿qué pertenece a un experimento y en qué sentido se puede experimentar en Psicología? Y aplicando esta misma consideración a la psicología del niño y al experimento pedagógico.
Del mismo modo que la observación es una percepción metódica, el experimento es una observación perfeccionada y aumentada, pues el experimento parte de la observación de fenómenos realizados bajo condiciones revisadas cuidadosamente. Las condiciones de todo experimento son: obtención arbitraria de los fenómenos, cambio de estos según convenga al experimentador; esta intervención en los fenómenos tiene que ser hecha teniendo en cuenta el objeto científico. Al experimento pertenecen, finalmente, la determinación cuantitativa o la medida de los fenómenos observados. Todo lo dicho hace referencia al experimento analítico, del que se puede diferenciar el experimento sintético: el primero descompone el fenómeno, el segundo lo compone de nuevo. La importancia de los experimentos sintéticos se basa en eso, que revisa analíticamente las partes, volviendo a dar el total. Así, por ejemplo, un prisma descompone la luz blanca del sol; los rayos descompuestos, atravesando una lente, se unen de nuevo y dan otra vez la luz blanca. El primer experimento es analítico; el segundo, que comprueba, es el sintético. Si solamente hacemos pasar cierto número de rayos por la lente y descubrimos que un par de ellos también dan luz blanca, nosotros completamos mediante una nueva síntesis los resultados del análisis precedente. Ahora se puede plantear la siguiente pregunta: estas condiciones del experimento mencionado, ¿se verifican en el experimento sicológico y especialmente en el paidológico?
En primer lugar, tenemos que, por tratarse de un fenómeno espiritual, no es posible investigar de manera arbitraria para conseguir el objetivo de nuestro experimento. Aunque sí pueden provocarse ciertos fenómenos de irritación. También lo pueden ser los sentimientos simples. Aplicando cierta dosis de quinina sobre el dorso de la lengua, se produce en el sujeto sometido al experimento una sensación desagradable a causa del gusto amargo de la quinina; con combinaciones de color, acordes, etc. se obtienen sensaciones de placer. También contamos con la influencia sobre el estado de ánimo; también la imaginación se deja influir por la fuerza de ciertas palabras. También los actos de la voluntad pueden ser investigados experimentalmente. A todas estas pruebas las llamamos pruebas de reacción: a una medida del tiempo de reacción añadimos un cambio de reacciones debido a la influencia de las condiciones en que se encuentra al sujeto sometido al ensayo y un análisis de las mismas por medio de la auto observación.
Hasta ahora sólo hemos hablado del experimento psicológico considerado como tal. El experimento pedagógico es, en parte, una aplicación del experimento psicológico al alumno. La cuestión es si esta aplicación produce nuevas consideraciones que sean contrarias a las del experimento paidológico. En efecto: en contra de la posibilidad de experimentar con el niño, se alzan dos importantes consideraciones; por una parte, es necesario que el testigo comprenda el propósito del experimentador con cierto discernimiento, cosa que es de todo punto imposible con los niños pequeños. La segunda consideración consiste en la extraordinaria capacidad de sugestión sobre el niño por parte del experimentador.
Tenemos que diferenciar el experimento paidológico del puramente pedagógico. El experimento pedagógico es aquel en el que nosotros determinamos mediante una prueba directa, bajo ciertas circunstancias bien controladas, el valor de los diversos métodos pedagógicos o el valor didáctico de determinado procedimiento educativo, para lo cual tomamos como norma los resultados de métodos particulares y su congruencia con el estado de desarrollo y las características individuales del niño. Contra esta determinación experimental no se puede alegar ninguna consideración teorética, por lo que tiene muchas aplicaciones prácticas.
Indicada esta característica formal de la Pedagogía experimental, nos falta hablar de la parte material, es decir, de los nuevos problemas que nos ha planteado la innovación metodológica de la Pedagogía. La Pedagogía tiene, en general, tres grandes campos de investigación: la educación del niño, la acción del maestro y los medios de enseñanza y la organización de la Escuela (incluyendo en este último apartado la relación de la escuela con el Estado y la sociedad).
Estos problemas constituyen el programa, todavía muy limitado, de nuestro trabajo; solamente indicaremos los puntos principales de la investigación pedagógica del niño.
1º El primer trabajo, el más fundamental de la Pedagogía experimental, es la investigación del desarrollo espiritual y corporal del niño durante el período escolar. Problema que comprende los fundamentos de toda la Pedagogía y que abarca estos otros:
a) Nosotros tenemos que señalar los períodos de este desarrollo, especialmente los períodos de progreso uniforme o discontinuo, o bien los períodos de cambios más lentos y acelerados, o sea, el llamado desarrollo oscilante.
b) Tenemos que mostrar las relaciones entre el desarrollo espiritual y corporal del niño, que de ninguna manera no son paralelos, y también contestar a la pregunta de si existe un paralelismo entre el crecimiento de los órganos y sus funciones y el de determinadas capacidades intelectuales.
c) Es de especial importancia asentar las diferencias características que por término medio muestra el niño en cada nivel de desarrollo, comparado con el adulto, y buscar la aproximación continua del niño a los hábitos intelectuales y corporales del adulto. Diferencias que la Pedagogía tradicional despreciaba.
d) También tenemos que estudiar las divergencias que todos los niños muestran en relación con el grado medio de desarrollo que le corresponde por su edad. De esta manera, formaremos un tipo medio o tipo normal de niño para cada edad. Conoceremos a los que están adelantados, a los superdotados y a los que se han retrasado más significativamente, a los débiles de espíritu y a los idiotas. Nuestro objetivo tiene que ser poder definir exactamente los niveles de desarrollo del niño.
2º El segundo problema más importante de la Pedagogía experimental, íntimamente ligado con el anterior, es hacer u seguimiento de las capacidades intelectuales del niño, como la memoria, la voluntad, etc.
3º Para conocer las diferencias entre los niños, tenemos que hacer un estudio individual de los niños, especialmente de las diferencias más marcadas que encontramos en los distintos períodos de desarrollo. Este trabajo tiene una importancia enorme de cara a la fundamentación psicológica de las cuestiones básicas de la educación y de la enseñanza.
4º De la investigación de las diferencias individuales surge en la actualidad, debido a su extensión e importancia, una rama especial: la investigación de las diferencias entre las aptitudes naturales, o sea, la teoría científica de la disposición intelectual, que engloba diversos problemas.
5º Como tenemos que estudiar no sólo al niño, sino al niño trabajando en la escuela, esto es, al alumno, también tenemos que investigar la actuación del niño en el trabajo escolar, que abarca también los siguientes trabajos:
a) El análisis del trabajo intelectual y corporal del niño en general y el estudio de aquellas condiciones favorables y no favorables, que se traducen, en lo que al niño se refiere, en una técnica y un método para el trabajo escolar, o en una técnica y en una economía del trabajo intelectual del niño
b) Todo trabajo tiene, además, una parte higiénica. Hay, por consiguiente, una higiene intelectual del trabajo escolar, que se refiere tanto al alumno como al profesor.
c) Por tanto, tenemos que explicar cómo se verifica el trabajo del niño en la escuela: el niño ¿trabaja mejor en la escuela, en la comunidad escolar o aislado en su casa?, ¿de qué manera se verifica su desarrollo a lo largo de los años y mediante qué trabajos escolares?
Nos encontramos ante el problema de las relaciones entre el trabajo de la escuela y el de casa, que también, desde hace unos cuantos años, se ha convertido en objeto de estudio de la Pedagogía experimental y que tiene, al mismo tiempo, una importancia social.
6º Y no sólo tenemos que analizar el trabajo del niño en general, sino también su trabajo en las disciplinas escolares. Aquí cabe analizar las diferentes metodologías y valorarlas: es la didáctica experimental.
7º Sigue a la tarea anterior el análisis de la actividad del maestro, o la conducta del maestro en la enseñanza de las disciplinas escolares.
Señalado el campo de la Pedagogía experimental, tenemos que señalar que no todas las cuestiones pedagógicas se pueden tratar experimentalmente, porque no todas ellas caen dentro del ámbito experimental. Queda fuera, por ejemplo, la determinación de los fines generales de la educación y los fines generales y específicos de la enseñanza, que siempre dependen, en buena medida, de factores materiales que debemos de aceptar tal como son. En este caso se encuentran: el Estado y la comunidad, los ideales educativos de la época, que no se pueden dilucidar por una mera deliberación psicológica, son por la práctica cotidiana. De manera que la mayor parte de los fines últimos de la educación y la enseñanza están alejados de la investigación pedagógica, y su determinación cae, en parte, dentro del campo de las ciencias sociales, la política, la ética, la economía y otras-
Por consiguiente, la Pedagogía experimental no es toda la Pedagogía, sino solamente su fundamentación empírica.
Modesto Bargalló

18 de noviembre de 2010

Primer Manifiesto de Solidaridad Obrera

El 1 de noviembre de 1910 se cerró en Barcelona un congreso obrero convocado por Solidaridad Obrera, una federación de sociedades obreras catalanas, al que se adhirieron y en el que participaron otras organizaciones proletarias de fuera de Cataluña. En ese comicio se decidió constituir una Confederación Nacional del Trabajo que nacía de la voluntad de diferentes sindicatos locales y regionales que querían integrarse y agruparse según el modelo de Solidaridad Obrera de Cataluña, una entidad que nacía en julio de 1907 como resultado de un congreso convocado por varias sociedades obreras de Barcelona a través del comunicado que reproducimos íntegramente, tal y como fue publicado por el periódico ácrata Tierra y Libertad en su número del 25 de julio de 1907. Es, por lo tanto, la primera piedra de lo que pocos años después será y es la CNT.
Primer número de Solidaridad Obrera, Barcelona, 19 de octubre de 1907
 
Vuestros compañeros de trabajo, delegados de las Sociedades abajo indicadas, os dirigen un llamamiento general, creyendo llegado el día en que los obreros reaccionemos en nuestras luchas homicidas dentro de este torrente de pasiones políticas. Tengamos un momento de reflexión, démonos cuenta de nuestro verdadero estado y observemos que, mientras nosotros abandonando la sociedad obrera nos dividimos en bandos políticos disputándonos por la forma en que hemos de ser gobernados, el capital unido en sus fines esenciales, destruye todas aquellas conquistas que un día supimos alcanzar la clase obrera de Barcelona.
En todos los oficios se observa la misma decadencia general; la clase patronal aumenta cada día más sus exigencias, comete más abusos personales; de nuestras condiciones de trabajo acostumbradas no se respeta ninguna; en cada fábrica, en cada taller o en cada casa, el patrón nos impone el reglamento que le da la gana; sabe que estamos aislado y aprovecha esta causa, además, para hacernos entrar en rivalidades dentro del trabajo, de lo que resulta el mayor perjuicio nuestro, porque damos un excesos de producción, forzando nuestro organismo, mientras un gran número de nuestros compañeros están parados y acosados por la miseria, no les queda otro recurso para vivir que darse a la competencia contra nosotros mismos, rebajando sus salarios o aceptando más bajas condiciones. Y dentro de ese estado de nada sirven nuestras quejas individuales; peor que el látigo de la esclavitud pasada, hoy el patrón tiene la pluma a la oreja dispuesto a reemplazarnos de un rasgo por otro más sufrido y lanzarnos al circo de los sin trabajo a los que osamos protestar.
Así compañeros, por poco que profundicemos nuestra situación general, debemos convencernos de la necesidad urgente de volver a nuestro camino; no lo dudéis, la asociación es el único medio, el más práctico y más posible de defensa que tenemos los trabajadores, y como consecuencia, la Solidaridad Obrera debe ser la base de nuestro mejoramiento económico y social.
Todo lo que nos apartemos de este sentido, es un desvío que la burguesía aprovecha siempre para inducirnos a ese laberinto de la política reformista, que ha venido a reemplazar las promesas celestiales de otro tiempo, mientras tanto se perpetúa nuestro estado de ignorancia y de explotación. Leyes de trabajo (que no se cumplen), reformas sociales (que no se realizan), sociedades protectoras, benéficas, de enseñanza, patronatos y otras mil formas con que las clases privilegiadas quieren proteger al obrero, no son más que vallas encubiertas para impedir nuestra marcha directa por el camino de nuestra emancipación social.
Es tiempo que esto sepamos y en un sentido digno de los proletarios barceloneses volvamos al seno de las sociedades obreras, reorganizamos nuestra antigua fuerza y frente a las arrogancias del capital levantemos la Solidaridad Obrera.
La lucha entre el capital y el trabajo es humanamente sensible, pero es fatal y necesaria; en todo caso no somos nosotros los que la hemos causado, sino los que nos niegan el derecho a la integridad y la vida. Digan lo que quieran los filósofos y sociólogos de la otra noche, los bueyes mansos de la burguesía y unos cuantos inconscientes, nuestra armonía con el capital es una quimera, es imposible. Por razones de historia, de naturaleza y por deducciones científicas, es una verdad absoluta que los desheredados, los oprimidos, los explotados no podemos tener una causa común con los que todo lo poseen, todo lo mandan y son nuestros explotadores, sino que por clara razón debemos agruparnos en defensa propia hasta llegar a la posesión de la fuerza que destruya las injusticias sociales que sufrimos.
Pues Solidaridad Obrera tiene por objeto convencer a todos los trabajadores de estas verdades y de la necesidad que tienen de asociarse en todos sus ramos de producción.  En esta labor hemos de poner grande empeño a que la mujer y el niño, que, sucumbiendo a las necesidades del hogar, tienen que dar sus carnes a la máquina reemplazando al hombre y que son objeto de una incalificable explotación, se agrupen también, se asocien y se organicen con nosotros para defenderlos de su condición, indigna de una sociedad civilizada.
Tampoco queremos excluir, al contrario, pedimos su concurso a los obreros llamados de profesiones intelectuales, que, como nosotros, también son explotados y cohibidos por el capital. A esos compañeros, que por la subsistencia diaria, tienen que prostituir la pluma, el lápiz, la nota, en fin, su inteligencia, y sus estudios para el recreo y la servitud de una clase de parásitos dominantes de la sociedad, también les esperamos en Solidaridad Obrera, si sienten realmente un ideal de amor y de justicia social.
Otro objeto nuestro también esencial es procurarnos la cultura y la instrucción entre los trabajadores mismos, en un sentido puramente racional y a nuestro modo de ser, así para adquirir conocimientos útiles a la vida que no hemos podido aprender en la escuela por falta de tiempo y sobra de rezos, como también para adquirir conciencia de nuestro valor social como hombres y como productores. Esta misma instrucción queremos darla con especial cuidado a nuestros hijos, y a cuyo objeto propondremos la fusión de todas las escuelas que hoy sostienen las sociedades obreras de la localidad para que pueda hacerse de todas una verdadera universidad obrera.
Y por fin, no menos conveniente es lo que se propone alcanzar nuestra solidaridad: queremos asociar el esfuerzo de las sociedades obreras que hoy viven raquíticamente en muchos locales, y llegar a obtener un edificio común con departamentos especiales para todos los oficios y profesiones, pero con grandes salas de reuniones, espectáculos, conferencias y escuelas para los obreros, donde con gran economía de las sociedades y menos esfuerzo de las juntas, poseeríamos un verdadero centro de expansión, de relación, de enseñanza y de cultura como requiere tenerlo la importancia de la clase obrera de Barcelona.
Como medio de lucha y de defensa no podemos precisar los que adaptaremos; éstos los indicarán las sociedades obreras según las circunstancias. Realizaremos nuestros actos, siempre según la voluntad de la mayoría de los trabajadores asociados y respetaremos la más posible autonomía de las sociedades; pero como base fundamental, Sociedad Obrera no seguirá ninguna tendencia política de partido, aunque respetamos la de todos los asociados. Como clase obrera sólo podemos tener un fin común: la defensa de nuestros intereses, y sólo un ideal puede unirnos, nuestra emancipación económica, que transforme el régimen capitalista actual, basado en la explotación del hombre por el hombre, por un régimen social fundado sobre la base racional del trabajo por la solidaridad humana.
Os hemos dicho nuestros propósitos y nuestras ideas; en vuestro interés está como en el nuestro el realizarlos. Recordemos que la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos; nosotros os enseñamos el camino, que es la asociación y la solidaridad obrera. Si logramos ser comprendidos y secundados por vuestro ánimo decidido, demostraremos que la clase obrera de Barcelona, siguiendo las aspiraciones del proletariado universal, quiere también redimirse, si no, los obreros conscientes consideraremos haber cumplido nuestra misión y os abandonaremos a vuestro destino, o sea a la ley natural, que nos enseña que cuando una especie o una clase oprimida no sabe asociarse y defenderse, se degenera y se destruye a sí misma o bien se debilita y decae en su resignación a todas las tiranías.
La Dependencia Mercantil, Panaderos La Espiga, Dependientes subasta de pescado, Peluqueros El Progreso, Unión P. de Curtidores, Unión del Ramo del agua, Confiteros y Pasteleros, Unión Metalúrgica, Canteros y Adoquineros, Unión del Ramo de ebanistería, Pintores La Nueva Semilla, Guarnicioneros y Guarnecedores de Carruajes, Basteros y Constructores de correas, Sociedad de Carreteros, Cerrajeros de Obras, Paragüeros y Bastoneros, Albañiles de Barcelona, Auxiliares de Farmacia, Nueva Sociedad de Peluqueros, Artística Culinaria, Aserradores Mecánicos, Constructores de carruajes, Herradores, Arte de Imprimir, Cocheros La Fraternal, Cerrajeros Mecánicos, Impresores Litógrafos, Constructores de pianos, Encuadernadores y Rayadores, Arte Fabril, Dependientes de carbonería, Asociación Tranviaria, Unión de Matarifes, Dependientes de Ultramarinos, Estampación Tipográfica, Carpinteros de Barcelona.

14 de noviembre de 2010

Elogio de la plebe española en 1808

La invasión napoleónica y la consiguiente sublevación del pueblo español, a partir del 2 de mayo de 1808, supusieron la irrupción decisiva de las clases populares en la vida política nacional; todos los intentos posteriores de la reacción absolutista no fueron capaces de sacar al pueblo de la escena social de España. En 1808 el médico Pedro Pascasio Fernández Sardinó editó en Badajoz El almacén patriótico, antecedente de su periódico más conocido: El Robespierre español. Ya desde su primer número hacía profesión de fe revolucionaria y popular; como lo demuestra la publicación del artículo que aquí reproducimos y que está firmado por IQ, firma bajo la que puede ocultarse el famoso poeta José (Iosef) Quintana, de familia extremeña y de temprana vocación liberal y patriótica. Sea cual sea su autor, en el texto se saluda a un pueblo que se ha puesto en pie, sin tutelas y en lucha por su libertad.

ELOGIO DE LA PLEBE ESPAÑOLA
Tú, respetable conjunto de hombres obscuros e ignorados, miembro el más útil de quantos componen la nacional y grande familia, tú eres el objeto de mi veneración, agradecimiento y asombro, desde que sacudiendo tu largo sueño, abriste los ojos para mirar las cadenas que ya amarraban tu cuerpo; y viéndolas te revolviste con furor, bramaste de cólera, y cayeron desbaratadas al primer impulso que hiciste para romperlas. ¡Gracias a ti, que has hecho que principie la época de las grandes cosas en la Nación!, quando ya había caído en un sepulcro de obscuridad eterna, del qual sólo la pujanza de tu brazo ha podido levantarla para ponerla en estado de obrar prodigios, superiores a los que ostentó en los siglos de su esplendor y grandeza.
Todo lo has hecho tu, Pueblo magnánimo y sublime, aunque obscurecido, aunque despreciado por tantos años de horrible opresión; todo lo has hecho tú. Las letras enmudecían, las armas se estaban quietas; tus Gefes, o vendidos labraban infamemente tu ruina y eran los primeros a perderte, o acobardados tardaban en decidirse; pocos ministros del altar, animados de un gran valor evangélico, osaron alzar el grito; todos los medios, en fin, donde podías esperar tu salud, te se habían negado, o se habían convertido en obstáculos.
La perdición de la Patria era una cosa segura, de que nadie dudaba. Pero tú lo ves y te propones salvarla. La traición de algunos, la tibieza de otros, eran los dos estorbos más fuertes para que empezases a obrar. Aunque benigno y enemigo de escenas sangrientas y revolucionarias, con dolor tuyo te viste precisado a acabar con los monstruos de falsedad y perfidia; esgrimiste el fin el puñal patriótico; cayeron ellos, y la Nación se levantó.
Se levantó, y con su frente hirió las estrellas. Tuya es la gloria de un suceso tan memorable. Desde entonces el universo te mira y te honra como su libertador; porque cuando el Coloso del poder y de la fuerza corría por la Tierra y la sugetaba, te has puesto delante de él para contrastarlo y destruirlo.
Semejante tú a un torrente inmenso, vencedor de los diques que le atajaban, te has derramado arrastrando contigo a las otras clases, a los otros Gefes, y a los mismos estorbos; y haciéndoles ir a donde quisiste, has caminado por ti solo, y por la fuerza de tu carácter a la alta empresa de la salvación de España.
Muchos creían imposible lo que te han visto hacer, han extrañado tu noble osadía y tu grito de independencia y libertad; pero yo, conociéndote bien, hubiera extrañado que doblando mudamente el cuello al infame yugo, hubieses aumentado el número de los esclavos del Déspota universal.
Hermoso, magnífico espectáculo es el de las virtudes que has presentado a las Naciones, Honrado, incorruptible, generoso, sencillo y valiente, prendas todas más brillantes que el solio y la magestad de los tiranos, son cada cual tu soberano atributo. Por ellas y por un rasgo de la nobleza de tu índole, después de haberte ensangrentado en los traidores, has recobrado sin violencia tu natural dulzura, tu antigua docilidad y sumisión a las nuevas y legítimas autoridades, que por un efecto de tu soberanía, has elegido tu mismo, y en las quales descansas con una confianza justa, y tanto más admirable, quanto era de temer todo lo contrario en circunstancias tan agitadas y turbulentas.
Sin instrucción y sin libros has mostrado más perspicacia y acierto que los sabios de primer orden; y reposando en la firme satisfacción de tus propias fuerzas, pudiste anticipadamente despreciar sus vanos cálculos y predicciones. Sin armas y sin experiencia militar has mostrado más poder que los exércitos del gran Guerrero; porque sólo has necesitado que se te acerquen para rendirlos.
Tales y tan asombrosas proezas has hecho hasta aquí; para saber lo que en adelante serás, basta una pequeña reflexión. Si un pueblo, a quien su gobierno procuró por tan largo tiempo embrutecer y degenerar, nada ha perdido de su antiguo heroísmo, ¿a qué grandeza no llegará baxo de un Gefe digno de su elevación, de sus virtudes,  y de su extraordinaria capacidad?
Conócete, penétrate, o Pueblo adorado, de tan eminentes prendas. Y empléalas siempre en tu mayor felicidad y engrandecimiento. Levanta más tu frente generosa, y corónate de la gloria que el universo te da: revístete de toda su potencia; marcha, sube al encumbrado Pirineo, y desde allí, en pie, con largo y poderoso brazo, rescata al Héroe Rey, cuya ausencia lloras; y con él a tu frente sigue dando al orbe atónito las sublimes lecciones de verdadero heroísmo que has dado ya, que nada te cuestan.
I.Q.