La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

6 de diciembre de 2012

Un balance de la CNT en el exilio

En diciembre de 1979 se celebró en la Casa de Campo de Madrid el primer Congreso de la CNT en el posfranquismo. Fue una cita esencial, pues se resumían más de cuarenta años de lucha clandestina, se certificaba el renacimiento anarcosindical y se sentaban las bases para el futuro de la Confederación. Muy pronto fue evidente que, ante el reflujo de las luchas sociales que se anunciaba, se proponían dos estrategias muy diferentes: los que optaban por mantener las esencias del anarcosindicalismo y los que proponían una renovación del ideario confederal que, como los hechos han demostrado, sólo era una renuncia a los principios para adaptarse a las exigencias del nuevo régimen democrático. Estos últimos, culpaban a una conspiración del exilio confederal y de la FAI las resistencias que encontraban para ganarse la confianza de los afiliados y contar con la mayoría de los delegados en el Congreso de 1979, lo que nunca consiguieron. Ante los ataques sufridos, la CNT en el exilio elaboró un documento, que ahora reproducimos, en el que ofrecía el haber de su constancia frente al debe de sus errores.
Exiliados republicanos en la frontera francesa, 1939 (Archivo La Alcarria Obrera)
 
Lo que ha sido y lo que ha hecho el Exilio confederal
Cuarenta años de propaganda franquista, de machacar siempre sobre los mismos eslóganes; cuarenta años de desinformación, de alejamiento, tenían que dar necesariamente algunos frutos. Si no han conseguido formar una juventud fascista, si precisamente la juventud ha reaccionado contra sus mayores, por lo menos han conseguido generar en ella dudas y hostilidades hacia los que han pasado tantos años fuera. ¿Qué saben de lo que ha sido el calvario y el esfuerzo para sobrevivir de medio millón de seres, lanzados al azar, zarandeados por todos los vientos, víctimas de todas las persecuciones, que después de vivir tres años de guerra, debieron soportar cuatro años de matanzas bajo los bombardeos, bajo las represiones, sin derecho alguno, convertidos en esclavos modernos, encuadrados en compañías de trabajadores, trabajando como siervos de los franceses en las fortificaciones de la línea Maginot y como siervos de los alemanes en el muro del Atlántico?
En lo que al exilio confederal se refiere, la C.N.T. y la F.A.I. han sido el chivo expiatorio de todas las fuerzas políticas. Todos los crímenes, todo cuanto de malo pudo hacerse, a ellas fueron atribuidos. El franquismo se lavó todo cuanto pudo de sus crímenes, de sus expoliaciones, de la venta de España al extranjero, pretextando que la culpa era de los anarquistas y comunistas que habían cometido todos los desmanes: de los vencidos en general que se habían llevado el oro de España.
En el terreno sindical, los cenetistas de entonces fueron acusados de haberse llevado las cajas de los sindicatos: de haber amontonado miles de joyas, centenares de cuadros... SI alguien se llevó algún saco de billetes, tuvo que quemarlos en la frontera, porque la moneda de la zona republicana no valió ni un chavo al franquear los Pirineos y dentro de la misma España, después del triunfo de los «nacionales».
Nadie ha escrito todavía, pero algún día deberá ser escrito, el martirologio de este exilio que vivió y murió durante años en los campos de concentración franceses, en los campos de la muerte en Alemania, en los campos de África, en las compañías de trabajadores, en las cárceles, en el maquis, muriendo por millares, dejando girones de carne en todas las tierras del mundo.
Los cuadros y las joyas de que se nos acusa la apropiación y el despilfarro habrá que buscados quizás en el tesoro del vapor “Vita”, confiado por Indalecio Prieto al gobierno mejicano. Jamás entre los confederales, que no tuvieron más destino que los campos de concentración y, los más afortunados, la emigración a diversos países americanos, donde vivieron todo su calvario, hasta lograr salir a flote y organizar sus vidas. Que cuenten lo que sufrieron los que fueron a parar a Santo Domingo, bajo la dictadura salvaje y sanguinaria de Trujlllo.
Lo admirable, lo extraordinario es que los supervivientes de esta tragedia humana inconmensurable, en el momento en que pudieron, y allí donde estuvieron, los anarcosindicalistas se organizaron en C.N.T. y en movimiento libertario.
De los Comités que salieron de España y los miembros desgajados de los cuales se constituyó el Consejo General del Movimiento Libertario, en 1942 ya no quedaba nada. Unos habían tenido que emigrar a América, otros estaban en el campo de Vernet y más tarde fueron enviados a los campos de África. Otros en la cárcel, condenados, a largos años de prisión militar.
La Organización que entonces se fue reconstituyendo, y es la que hoy existe todavía, no tenía ya nada que ver con la que había salido de España. Era la misma C.N.T. y el mismo Movimiento libertario, pero representaba algo original, propio, creado, en zona ocupada por los alemanes y en la llamada zona libre, en los maquis e incluso en los campos de exterminio de la Alemania hitleriana, por la voluntad indomable de una colectividad humana que llevaba la C.N.T. y el anarquismo en las propias venas.
Después de un proceso orgánico interno, en el que se discutieron el origen y la legitimidad de los diversos organismos que se creían con derecho a representar la masa confederal exiliada, al producirse la Liberación, un magno Congreso de Federaciones Locales, el Congreso de París del 1° de mayo y siguientes de 1945, cuando aún la Segunda Guerra Mundial no había terminado, dio vida y personalidad indiscutible a lo que había de ser C.N.T.-Movimiento libertario en Francia y más tarde, después de la Conferencia Internacional de 1947 y Congreso confederal del mismo año, a la C.N.T. de España en el Exilio.
Y durante más de treinta años, esta Organización ha ido manteniendo, contra viento y marea, una personalidad que ha eclipsado a todas las demás fuerzas políticas y sindicales exiliadas. Gracias a ella y a los acuerdos del Congreso de París, se cerró el ciclo de colaboración política. Cuando el Comité Nacional de la C.N.T. de España, en septiembre de 1945, aceptó el harakiri que representaba la disolución de la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas en el Interior y de la Junta Española de Liberación en el Exterior, nombrando a dos ministros para integrarse al gobierno Giral, fue la C.N.T. de España en el Exilio la que mantuvo enhiesta la bandera antipolítica, de acción revolucionaria y dando por definitivamente cancelado el período de colaboración gubernamental.
Varias veces el gobierno franquista, tan interesado en disolvernos como parecen estarlo ahora algunos jóvenes y menos jóvenes militantes de la actual C.N.T. de España, presionó al gobierno francés para que se nos disolviera y fuese suprimida nuestra prensa: “C.N.T”, en Toulouse, “Solidaridad Obrera”, en París. En 1960, Franco logró satisfacción a medias: no nos disolvieron, pero un decreto suprimió nuestros periódicos, que debieron reaparecer con otros nombres y bilingües, En 1951 se montó un gran proceso contra la C.N.T. de España en el Exilio, que estuvo a punto de ser disuelta como “asociación de malhechores”. Tampoco lo consiguieron. No se disolvió y continuó su obra.
Y, entretanto, decenas de compañeros del Exilio pasaron a España, yendo a morir en una lucha desigual y trágica. Nada saben los jóvenes compañeros de lo que ha sido el aporte de sangre del Exilio, luchando por la reestructuración orgánica, y en los combates contra la dictadura. En 1951 fueron fusilados, en el campo de la Bota, 16 compañeros, todos venidos de Francia a integrarse a la Organización del Interior, todos caídos y todos fusilados. Fusilados murieron el poeta Amador Franco y el guía Antonio López. Tragándose una pastilla de cianuro murió el guía Dionisio Catalá, al ser detenido. Asesinados murieron Raúl Carballeira, Francisco Martínez, Galdós en la frontera. Un grupo entero, el de los Maños, cayó bajo las balas de la policía de Franco. Asesinado murió José Sabater, el mayor de los hermanos Sabater, mientras moría fusilado en el campo de la Bota Manuel, el menor de los hermanos de esa trágica familia, extinguida en los hijos varones al ser asesinado por la guardia civil el mediano de los Sabater, el Quico, muerto en Bañolas. Y Joaquín Delgado y Francisco Granados, agarrotados en 1962.
Es imposible recordar los nombres de todos los que fueron cayendo, muertos por la policía o en cárceles y presidios. Zubizarreta, José Blanco murieron en los penales, junto a otros compañeros del Interior, caídos en las mismas razias.
En un tiempo en que aun buscándolos con un candil no se encontraban en España hombres dispuestos a formar Comités Nacionales, por los muchos que habían ido cayendo, el Exilio continuó aportando su contribución en medios y sobre todo en hombres a ese combate contra la dictadura. Mienten los comunistas cuando dicen que sólo ellos lo libraban. Ha habido más gente nuestra en cárceles y presidios que no los tuvo jamás el movimiento comunista, en todas sus ramas.
Y a la vez se sostenía la prensa, se editaban libros, folletos, revistas se desplegaba la más constante actividad propagandística que ha realizado movimiento alguno en exilio, y se ha ayudado a los propios movimientos autóctonos, tanto en Francia como en Méjico y otros países.
Gracias a todo esto, que no puede resumirse en unas líneas, que necesitaría un libro para ser contado, el nombre de la C.N.T. ha sido conocido a nivel internacional, se ha mantenido vivo en el recuerdo de los españoles y el anarquismo ha podido sostenerse y reflorecer. Porque cuando las voces de la C.N.T. y del Movimiento Libertario eran asfixiadas en España, los cenetistas y los libertarios del Exilio las hacían oír en mítines, en conferencias, en la prensa, en congresos internacionales y en jiras de propaganda en diversos países.
¡Cuántas cosas más podrían y deberían decirse para conocimiento de los que no saben y para recuerdo de los que hayan podido olvidarlas!
Quisiéramos, sin embargo, terminar con una afirmación: los anarquistas, los confederales del Interior de España deben sentirse solidarios y orgullosos de lo que han sabido crear, mantener, reivindicar, afirmar, defender, los anarquistas y los confederales del Exilio, que son su misma sangre, su misma carne, su mismo espíritu.
C.N.T. en el exilio

30 de noviembre de 2012

Manifiesto de apoyo al PSOE en 1982

El 28 de octubre de 1982 se celebraron unas elecciones legislativas en España que resultaron históricas, tanto porque parecían cerrar un período de oscurantismo gobernado por la derecha más reaccionaria heredera directa del franquismo, como porque se pensaba que anticipaban un nuevo tiempo en la historia de España: un tiempo de libertad, de igualdad y de progreso. Aún amenazados por el golpismo militar, alentado por sectores de una derecha franquista, y desorientados por el colapso del partido que sostenía al gobierno, la UCD de la que había salido Adolfo Suárez, los españoles votaron con entusiasmo y recibieron la victoria del PSOE con alegría esperanzadora. Se sacrificaron los demás partidos y candidaturas de izquierda, erosionadas por el voto útil, se diluyeron candidaturas progresistas de ámbito territorial, incluso algunas muy nacionalistas, y hasta los más tibios socialdemócratas buscaron y encontraron acomodo en el PSOE de 1982. Como ejemplo de esa ola de entusiasmo ciudadano que llevó al Partido Socialista hasta el gobierno y, por primera vez en su historia, a ganar unas elecciones legislativas con mayoría absoluta, reproducimos el breve manifiesto que fue publicado en vísperas electorales; la prestigiosa nómina de los firmantes, y la evolución posterior del Partido y de algunos destacados adherentes al presente manifiesto, permiten recorrer la larga historia de los últimos treinta años.
Pegatina del PSOE, octubre de 1982 (Archivo La Alcarria Obrera)
 
POR EL CAMBIO CULTURAL
En pasados y recientes momentos históricos se vieron corta­das y frustradas grandes expectativas de transformación que la sociedad española albergaba. Nuevamente hoy se presenta otra oportunidad histórica de realizar estas esperanzas de cambio, cuya magnitud sobrepasa las posibilidades de cual­quier partido que detente el poder político.
Es preciso, por ello, que todos los grupos sociales y en especial aquellos cuyo trabajo influye sobremanera en la conformación de conciencia de la sociedad, colaboren al cambio que España reclama.
De todas las opciones políticas que se presentan a las actuales elecciones, creemos que es la del PSOE la que mejor garantiza:
- La Consolidación y profundización de la democracia y la ex­tensión de las libertades.
- El ejercicio de los derechos a la educación, cultura, informa­ción y el fomento de la investigación.
- La defensa y desarrollo del patrimonio histórico, cultural y medioambiental de todos los pueblos de España.
- La recuperación de la capacidad de España para aportar su voz a las corrientes culturales del mundo.
Porque le creemos capaz de intentar acometer sinceramente la solución de los grandes problemas que preocupan a todos los españoles, porque ensancha nuestra capacidad crítica y por­que hace posible el ejercicio de la misma, que es, en definitiva, la garantía de nuestra independencia y libertad, damos nuestro apoyo al PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL.

Vicente Aleixandre (Premio Nobel de Literatura), José Luis L. Aranguren (Cat. de Ética), Antonio Tovar (Catedrático de Filología), Pedro Laín Entralgo (Ensayista y Cat.), Joaquín Ruiz Giménez (Cat. de Der. Pol.), Ignacio Sotelo (Cat. U. Libre de Berlín), Jorge Guillén (Poeta), José Gómez Caffarena (Filósofo), Gonzalo Torrente Ballester (Escritor), Antonio Gala (Escritor), Carlos Barral (Escritor), Peridis (Humorista), Forges (Humorista), Jaime Salinas (Editor), José María Martínez Mohedano (Abogado), José Luis Sampedro (Esc. y Catedrático), José Agustín Goytisolo (Escritor), Rafael Canogar (Pintor), José Antonio Maravall (Hist. y Cat.), Manuel Pérez Ledesma (Profesor de Historia), Nuria Espert (Actriz), José Caballero Bonald (Escritor), José Antonio Gurriarán (Periodista), Pedro Altares (Periodista), Xavier Ruber de Ventós (Filósofo), Víctor Márquez Reviriego (Periodista), Francisco Bustelo (Rector de la U. Complutense), Pablo Serrano (Escultor), Elías Díaz (Cat. de Filosofía del Derecho), José María Castellet (Escritor), José Luis Fajardo (Pintor), Carlos Bru (Notario), Ludolfo Paramio (Ensayista), Antonio Bonet Correa (Vice. U. Compl.), José Luis García Sánchez (Director Cine), Roberto Dorado (Consejero RTVE), Ramón Gómez Redondo (Consejero RTVE), José María Calviño (Consejero RTVE), Francisco Fernández Marugán (Consejero RTVE), José Antonio Gimbernat (Teólogo), Fernando Claudín (Escritor), Antonio Zarco (Pintor), Francisco Cruz de Castro (Pintor), Federico Abascal (Periodista), Eduardo Sotillos (Director Tribuna Vasca), Jaime Miralles (Abogado), Marcos Ricardo Barnatán (Escritor), José Noja (Escultor), Enrique Brinkman (Pintor), Enrique Gimbernat (Decano F. Derecho), Fernando Morán (Diplomático), Miguel Rubio (Crítico cine), Pilar Miró (Directora de cine), Roberto Mesa (Vice. U. Complutense), Raúl Guerra Garrido (Escritor), José María Vaz de Soto (Escritor), María Aurelia Capmany (Escritora), Ángel Dorestes (Pintor), Andrés Amorós (Ensayista), Pedro Martínez Montávez (Ex Rector Universidad Autónoma), Jaime de Siles (Poeta), Rodrigo Berkovitz (Prof. Universidad), Juan Bedoya (Periodista), Alfonso Álvarez Bolado (Teólogo), Leopoldo Azancot (Escritor), Antonio Ferres (Escritor), Alfonso Grosso (Escritor), Santiago Roldán (Cat. Estructura Econ.), Manuel Ortuño de Armas (Revista Leviatán), José Manuel Arija (Periodista), Rafael Ballesteros (Poeta), Ian Gibson (Historiador), José María Bernáldez (Escritor), Miguel Boyer (Economista), Eduardo Sanz (Pintor), Fermín Cabal (Autor/Director Teatro), Pedro Carvajal y Urquijo (Autor/Director), José Luis Rodríguez Puertolas (Periodista), Ignacio Álvarez Vara (Periodista), Miguel Ríos (Cantautor), Cristobal Halffter (Compositor), Máximo (Dibujante), Manuel Viola (Pintor), José Luis Abellán (Vice. U Complutense), José Luis Gómez (Director/Autor Teatro), Manuel Gutiérrez Aragón (Dir. Cine), Francisca Sauquillo (Abogada), Albert Rafols Casamada (Pintor), Modest Cuixart (Pintor), Andrés Sorel (Escritor), Enrique Llovet (Escritor), Amancio Prada (Cantautor), Domingo Miras (Autor teatral), Miguel Ángel Coria (Compositor), Santiago Amón (Crítico de Arte), Antonio Martínez Sarrión (Escritor), José María González Sinde (Director de Cine), Manuel Andújar (Escritor), Joaquín Arango (Sociólogo), Joaquín Sabina (Cantautor), Alberto Moncada (Sociólogo), Alberto Schommer (Fotógrafo), Fernando Quiñones (Escritor), Mónica Randall (Actriz), Luis Carandell (Periodista), José Martín (Actor), Ana Diosdado (Autora/Directora), Luis Antonio de Villena (Poeta), Ricardo Cid Cañaveral (Periodista), Carlota Bustelo, Rafael Martínez Alés (Asociación Libreros y Editores), Massiel (Cantautora), Juan Maestre (Sociólogo), Fernando de Aran (Escritor), José Lifante (Actor), Francisco Cruz de Castro (Pintor), José María Mainat (Grupo La Trinca), José Luis Martín Morales (Dibujante), Rosa María Sardá (Actriz), Santiago Varela (Profesor Derecho Constitucional), Lourdes Ortiz (Escritora), Antonio Hernández (Poeta), José Infante (Poeta), Pere Tapies (Cantautor), José Luis Cano (Ensayista), Enrique Morente (Cantautor), Elisa Serna (Cantautora), Fernando Guillén (Actor), Julián Mateos (Actor), Maribel Martín (Actriz), Julio Cebrián (Humorista), Colita (Fotógrafa), Eugenio Triana (Catedrático de Economía), José Luis García Alonso (Director Teatro), Emilio Martínez Lázaro (Director Cine), Concha Cuetos (Actriz), Lauro Olmo (Director Teatro), Pilar Enciso (Autora teatral), Enrique Moral Sandoval (Profesor), José Antonio González Casanova (Catedrático), Marisa Paredes (Actriz), Jesús Ayuso (Librero), Basilio Gassent (Periodista), Manuel Alcorlo (Pintor), Francisco Giner de los Ríos (Escritor), Gloria Cámara (Actriz), Pilar Bardem (Actriz), Emilio Chinarro (Arquitecto), Félix Grande (Poeta), Carmen Rico-Godoy (Periodista), Juan Miguel Lamet (Productor cine), José Esteban Lasala (Realizador Cine), Fernando Aznar (Ilustrador), Josep Montagnyes (Director Instituto del Teatro Cataluña), Luis Larroque (Director Fundación Ortega y Gasset), Carmen Laffont (Pintora), Sergi Schaaff (Realizador TV), José de la Peña (Director Archivo de Indias), Cesc (Dibujante), Juan Antonio Hormigón (Escritor), Ángel María de Lera (Escritor), Francisco García Pavón (Escritor), Fermín A. Solana (Escritor), Carlos Castilla del Pino (Profesor de Psiquiatría), José Ramón (Dibujante), Juan Ignacio Macua (A. Plásticas), José Antonio Gabriel y Galán (Escritor), María Paz Ballesteros (Actriz), Manuel Vicent (Escritor), Luis Eduardo Aute (Cantautor), Carlos Tena, Eduardo Mangada (Arquitecto), Rosa Chacel (Escritora), Clara Janés (Escritora), Eduardo Mendicutti (Escritor), Jorge A. Pujol (Galerista), Cecilia Bartolomé (Directora Cine), Sir Cámara (Dibujante), Miguel Gato (Director Teatro), Dionisio Hernández Gil (Arquitecto), Lucio Muñoz (Pintor), José Luis Verdes (Pintor), Antonio López (Pintor), José G. Maesso (Productor Cine), Francisco Domeño (Productor Cine), José Luis Pérez Arteaga (Compositor), Francisco Fernández Longoria (Arquitecto), Manuel Fernández Miranda (Arqueólogo), Alfredo Alonso (Autor/Director Teatro), José Luis Alonso de Santos (Autor/Director Teatro), Manuel Collado Álvarez (Dir. Teatro), Manuel Galiana (Actor), José Manuel Mata Castillón (Archivero), Juan Zozaya (Conservador Museos), Vicente Cuesta (Autor/Director), Domingo Miras (Autor/Director), Carlos Elorriaga (Compositor), Rosa María Pereda (Periodista), Julio Rodríguez  Puértolas (Escritor), Jesús Alonso Montero (Catedrático), Julio Vélez (Poeta), Silvia Martín (Rel. Púb. Espasa Calpe), Gustavo Domínguez (Editor), José Manuel Ripoll (Poeta), Madrigal (Humorista), Juan Ignacio Ferreras (Catedrático Literatura), Pilar Garrido (Maestra), Manuel Urbano (Escritor), Ramón Rivero (Actor), César Ballester (Periodista), Luis Martínez Rosa (Editor), Carlos Montero López (Arquitecto), Mónica Fainfack (Relaciones Públicas Argos Vergara), Concepción de Laín Entralgo (Jubilada), Rafael Fernández del Amo (Arquitecto), María Castillejo (Universidad Internacional Menéndez Pelayo), Jesús Moya (Editor), Manuel Martínez Azaña (Autor teatral), Alicia Cid (Escritora), José Ruibal (Autor teatral), Fernando G. Delgado (Escritor), Ignacio Fernández Castro (Ensayista), Jacinto Pico Hormeno (Arquitecto), Jorge Grau (Director Cine), Belén Aguirre (Soprano), Francisco Martín Díaz (Violinista), Cruz González (Periodista), Manuel Corchado (Promotor espectáculos), Juan Cobos (Cine), Adriana Bisquert (Arquitecto), César Antonio Molina (Periodista), Joaquín Barceló (Escritor), Félix Guisasola (Crítico de Arte), Aquiles Tuero (Promotor de Arte), Tina Alarcón (Escritora), Ricardo Olmos Romera (Arqueólogo), José Lucas Ruiz (Pintor), Rafael Seco (Pintor), José María Hernández (Librero), Merino de Cáceres (Arquitecto), Jesús Campos (Autor/Director Teatro), María Luisa Sanz Guitián (Bibliotecaria), Concha Gómez Conde (Actriz), Antonio Doblas (Abogado), Mario Muelas (Arquitecto), Jos Briz (Director Cine), Paco Ibáñez (Cantautor), Joan Manuel Serrat Cantautor), Mercedes Sampietro (Actriz), José María Carandell (Escritor), Guillermina Motta (Cantautora), José María Forn (Director de Cine), Chumy Chúmez (Dibujante), Adolfo Marsillach (Actor/Director), Rosa Montero (Escritora), José Miguel Ullán (Escritor), Roman Gubern (Escritor), Natacha Seseña (Ceramista), Carmen Casas Forinos (Documentalista), Pilar García Sacristán (Documentalista), Adela Areces (Filóloga), José Miguel Bernando (Matemático), Mercedes Lecea Machado (Música), Fermín del Pino (Antropólogo), Pilar Romero de Tejada (Directora de Museo), Emilio Muñiz Castro (vicepresidente Fundación Internacional de Traductores), Carlos Clemente Sanromán (Arquitecto), Dolores del Castillo (Bibliotecaria), José Antonio Fontanilla (Profesor), Luis de Usera Mata (Profesor), Gonzalo Vallejo (Ingeniero), Miguel Góngora (Ingeniero), Pedro Ramón Moliner (Catedrático), José Esteban Alenda (Productor Cine), Isaac Montero (Escritor), Miguel García Sánchez (Librería Machado), Jorge Marrone (Periodista), Antonio Benítez (Abogado), Miguel Cordero del Campillo (Decano Facultad Veterinaria de León), Antonio Gamoneda (Escritor), Manuel de las Casas (Arquitecto), José Manuel Rivera (Médico), Juan López Jaén (Arquitecto), Jacinto López Gorge (Escritor), José Luis Cabanas (Dibujante), Manuel Conde (Escritor), José Hernández (Pintor), José María Losada (Conserv. Museo), Juan Gomila (Pintor), Ángel Orcajo (Pintor), Sol Alameda (Periodista), Juan Miguel H. de León (Arquitecto), Manuel Ripoll (Realizador RTV), Soledad Prieto (Bióloga), José María Gomis Santander (Arquitecto), Leonardo García de la Mora (Profesor), Jorge Urrutia (Profesor), Agustín de Celis (Pintor), Fernando Huici (Crítico literario), Pedro Cerezo (Catedrático Filosofía), José G. Ladrón de Guevara (Escritor), Jerónimo Martínez González (Bibliotecario), Angustias Moreno López (Profesora Derecho Internacional), Juan José Ruiz Rico (Cated. de Derecho Político), Margarita Sainz de Aja (Profesora de Anatomía), José Cabrera Bazán (Cat. Dcho. Trabajo), José Vida Soria (Cat. Dcho. Trabajo), José Vallés Ferrer (Catedrático Política Económica), Ángel Manuel López (Cat. Dcho. Civil), Carlos Lasarte  (Cat. Dcho. Civil), Sebastián Álvarez Toledo (Profesor Universidad), Enrique Orejudo Alonso (Escultor), Antonio Marcos Collantes (Pintor), Juan Gallardo (Científico), Fernando Broncano (Profesor Filosofía), Fermín Bermejo Rodríguez (Prof. EGB), José Rodríguez Pimentel (Prof. Univ.), Juan José Loy Ferrer (Profesor), Julián Almarz (Profesor), Jorge Marsa Toos (Profesor), Valentín Cabero Diéguez (Profesor), Serafín M. Tabernero del Río (Profesor), Salvador Crespo Matellán (Profesor), José Mayor López (Profesor), José Basabe Barcala (Catedrático), Natividad Criado Miguel (Psicóloga), Alfredo Fierro Bardají (Profesor), Rafael Pérez Strada (Escritor), María Fernanda Serrano Carrasco (Agregada E. Universitaria), Pilar de la Puente Samaniego (Catedrática E. Universitaria), José Miguel Sánchez Estévez (Agregado E. Uni­versitaria), José Carlos Marcos Berrocal (Arquitecto), Enrique Clemente Cubillas (Profesor de Universidad), Joaquín Sierra Quino (Ex Pres. AFE), Ramoncín (Cantautor), Pablo Guerrero (Cantautor), Juan Peña El Lebrijano (Cantautor)

Y cientos de firmas más que, por falta de espacio, es imposible incluir. Tampoco se incluyen a otras personas, de las cuales nos consta su apoyo a este manifiesto, por imposibilidad de tener su confirmación expresa.

24 de noviembre de 2012

Joaquín Costa en Guadalajara

Joaquín Costa Martínez fue uno de los más destacados intelectuales españoles de los años que están a caballo de los siglos XIX y XX. La influencia de su pensamiento se extendió mucho más allá del movimiento político llamado Regeneracionismo y de las iniciativas sociales o culturales en las que participó personalmente. Su notable preparación académica, y su indudable intuición política para señalar los males de la España de su tiempo y, sobre todo, para apuntar los remedios más eficaces para la sacar al país de su postración, casi nunca se vieron acompañados por el éxito, ni profesional ni electoral. Por eso mismo, muchos aspectos de su ideario y hasta de su vida particular siguen siendo malinterpretados o, simplemente, olvidados. Así, por ejemplo, no suele hablarse mucho de su estancia en la ciudad de Guadalajara, unos meses de crisis personal para Costa pero de intensa actividad intelectual, de los que da resumida cuenta en sus Memorias. De ellas, recogemos los párrafos más significativos que nos hablan de su paso por la capital alcarreña.
Portada de Oligarquía y caciquismo, de 1901 (Archivo La Alcarria Obrera)
 
Guadalajara, 23 de noviembre de 1876
Cuando menos me lo esperaba, me encontré con la novedad de que me trasladaban a Guadalajara; hubo creación de plazas en la Asesoría, y auxiliares en las capitales de primer orden, y es candidato el de aquí; se acordó Garbayo de mí: es lo menos que han podido hacer,  cuando han llevado a la Asesoría a alguno que era oficial letrado hace cuarenta días, y a la Administración de la provincia de Madrid a algunos de los nuevos. Ya se ve, tenían padrinos, y yo no… ¡Y Cavero en el Ministerio de Hacienda! ¡Y Lasierra estuvo en Madrid hace un mes! ¡Ah, guapos!
[…]
Vine el 20 y tomé posesión. Hay mucho que hacer, y lo peor es que casi todo me es nuevo, y tengo que andar con pies de plomo, y con gran trabajo. Sin embargo, no puedo estar descontento del jefe (que es bastante ordenancista y nimio, lo opuesto de San Sebastián), pues en los tres días que llevo he despachado una porción de asuntos. Pero ¡me entristece tanto perder horas y horas, casi todo el día, en resolver expedientes! Si esto durara, o me abandonaría o me moriría de tedio. He encontrado en la oficina a uno de Barbastro (Blas Cuellar, jefe del negociado de Propiedades y Derechos del Estado); en San Sebastián había encontrado un antiguo discípulo antiguo mío del Ateneo Oscense, Pocino, oficial del peluquero en cuya casa estaba yo de huésped.
Luego he creído que estaría más barato que en San Sebastián, y estoy más caro. San Esteban, 6. Por fortuna estoy más solo y por tanto no mal acompañado como allá (Vigeriego, Mendieta, etc.), salvo la casa y patrona y criada, que no valen aquellas. La población, el polo opuesto de San Sebastián: ¿dónde está aquí aquella divina Concha, aquel horizonte y eterno verdor, aquella limpieza aristocrática? Siempre que cambio como ahora de horizonte, aire, casa, rostros, cuando ya me había ido aclimatando algún tanto velis nolis por fuerza del hábito, me parezco a un árbol trasplantado; me mustio y lloro, ¡y renacen los mal disimulados deseos de la familia y el dolor de la orfandad! ¡Cuándo tendré hogar propio y lo animará y me reanimará una mujer propia! ¡Cuándo acabará esta vida provisional, que es para mí como un naufragio que amenaza prolongarse hasta que me ahogue, sin hallar el puerto de salvación!
[…]

29 de noviembre de 1876
Hoy los empleados no han tenido oficina porque ha venido el rey a repartir los premios de la Exposición provincial; ayer pasaron por las oficinas una comunicación para que asistiéramos al Gobierno Civil hoy a la recepción; yo, como todos, firmé que quedaba enterado, pero frescos están si yo había de haber ido; ya podía haber andado solo el monigote de don Alfonso si no tenía otro que le acompañase. Me he estado en la oficina solo trabajando, y me he ido a la hora de costumbre a tomar el sol y a leer El Imparcial junto a la plaza de toros. Desde allí oía las campanas al vuelo, veía las esquinas llenas de gente, los balcones colgados. Hombres y mujeres de gala. Si lo hubieran hecho para solemnizar la Exposición, corriente, si hubieran engalanado las calles para el paso de los premiados, magnífico; pero, ¡por el reyezuelo!, ¡Mentecatos, idólatras! Cada vez que oía o veía alguna de esas manifestaciones, no podía evitarlo, decía: ¡Estúpidos!, ¡merecen ser regidos por un maniquí semidiós por nacimiento! Por cada día aborrezco más la monarquía, y el odio se va tornando terne; ¡y querían que yo fuera a formar parte del relleno, a escuchar embebido las chocantes palabras que se dignase pronunciar con su pico de oro el padre del pueblo, el fomentador de las artes…!, ¡a buena hora!; obligarme hubiera sido el medio de que fuera a explicar este año a la Institución Libre. Y luego creerse honrados los labradores con recibir del monigotillo del rey esos premios, ¡ellos, que tienen que pagarle treinta millones, amén de los de su madre, abuela, hermana, etc.!, ¡ellos, a quienes se niega el ejercicio de la magistratura más sencilla, la de elector, mientras a él, el diosecillo, menor de edad para todo, lo creen apto para la magistratura más alta y difícil! Esto es irresistible; ¡qué ganas tengo de ver arrastradas en polvo estas ruinas del pasado que hay empeño en hacer creer que son monumentos aún en pie y que desaparezcan de mi vista tantas mentiras, tantos artificios convencionales, tantas miserias que degradan a todos, incluso a mí mismo, que las escupo, porque al fin es España quien las aguanta y sostiene y yo soy español!
[…]

1 de abril de 1877
Al regreso de Madrid la otra vez, mudé de habitación; esta es mejor sobre todo bajo el punto de vista higiénico: aire sano, sol, etc.; en lo alto de la población, carretera, campo y horizonte frente (Amparo, 23); pero no he mejorado de familia. No vivo en familia. ¡Otra vez se han removido y con más fuerzas las no apagadas cenizas del fuego interior! ¡Cuánto sufrimiento moral para no poder pasar una tan liviana barrera, cuando he asaltado otras que parecían harto más difíciles, y venciéndolas!
[…]

Huesca, 20 de julio de 1877
¡En Huesca otra vez! Al cabo de diez años he vuelto; ¡a pesar de Rubio! Ya nadie se acuerda de él; ¡y todos se acuerdan aún de mí!
Me resolví por pedir esta plaza de oficial letrado; me fui a Madrid el 6 de junio, me firmaron el nombramiento el 12.