La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

25 de julio de 2012

Federación católico-obrera, de José Rogerio Sánchez

El día 26 mayo de 1906 se celebraba en la ciudad de Palencia la primera sesión de la Asamblea Regional del Norte de las Corporaciones católico-obreras, es decir el comicio del catolicismo social asociado más poderoso del país: el que se asentaba en la Castilla agraria y en la industrializada Cornisa Cantábrica, donde contaba con una amplia base de campesinos leales en la Meseta y con el poso católico de los vascos. A esa Asamblea asistió como delegado de la entonces provincia de Santander el profesor José Rogerio Sánchez, que en ese año vivía en tierras cántabras, que dictó una de las principales conferencias. Muy pocos meses después, José Rogerio Sánchez se trasladó a vivir a Guadalajara y aquí intentó, sin mucho éxito, atraerse a los alcarreños a los postulados de la llamada Doctrina Social de la Iglesia. No consiguió ser elegido concejal y sólo pudo abrir un Círculo Católico Obrero que tenía demasiado de católico pero que estaba huérfano de obreros. Reproducimos ahora la ponencia que presentó en la citada Asamblea de Palencia; basta leerla para entender porque el catolicismo social no se ganó el corazón de los trabajadores castellanos, en particular, ni de los españoles, en general.
Caricatura de José Rogerio Sánchez publicada en Flores y Abejas
 
MEMORIA leída por Don José Rogerio Sánchez de Santander “Sobre la organización de las Asociaciones católico-obreras”
Pobre entre los más modestos que se reúnen en esta Asamblea Regional de las Corporaciones católico-obreras del Norte de España, he, no obstante, de aportar á esta labor de cristiana regeneración social unas ideas que en lo que ellas tengan de acertadas y provechosas no me pertenecen, pues aquí sólo soy portador de las aspiraciones é ideales de mi querida Asociación católica de escuelas y Círculos de obreros de Santander, dignísima y honrosamente representada en este Congreso por el celosísimo e infatigable Director espiritual y el benemérito socio fundador D. Manuel Canales.
Mucho hemos pensado allí sobre el que ahora es asunto ó tema segundo de este cuestionario. Algo se ha hecho también en Santander en busca de la Federación, siquiera regional -que nosotros no podíamos aspirar á otra cosa- y en la colección del Boletín del obrero se muestra patentemente cuán convencidos nos hallamos en Santander de la necesidad, importancia y urgencia de federar las Corporaciones católico-obreras, si algo definitivo y pronto queremos emprender.
“La unión es fuerza” han invocado no pocas veces cuantos intentaron la propaganda de una doctrina y el establecimiento de un estado social que de ella derivase. Los católicos, que poseemos la evidencia de la verdad y bondad de la nuestra, hemos, sin embargo, tan a menudo olvidado aquellas palabras -cuyo profundo sentido práctico es incuestionable- acaso por juzgar que la misma virtud de nuestra causa habíala de hacer triunfadora, que hemos llegado á parar en un desconocimiento de nuestras fuerzas, de nuestro poder, de nuestros recursos, y á movernos, cada cual en su esfera, con una independencia rayana en la insubordinación; con un abandono de los que afanosamente trabajan, cercano ya al egoísmo.
De ahí las escasas iniciativas que las Corporaciones obreras católicas en España han tenido hasta poco tiempo hace -en que el Consejo Nacional ha tenido a bien motu proprio, llevar nuestra representación- en la vida social y española, cuando había, no obstante, fundados motivos para esperar que agrupaciones de antiguo muy importantes como las del Norte, Cataluña y Valencia, aspirarán a hacer valer sus derechos, e influir con su prestigio en las múltiples relaciones del Estado con la clase obrera. Y es muy evidente que, constituidas, como hasta aquí lo han estado las diversas Asociaciones católico obreras -aparte la no completa unidad que el Consejo Nacional y los esfuerzos siempre fecundos del insigne P. Vicent, ha logrado darles- era punto menos que imposible levantar una voz que algo significase para elevar un ruego ó reclamar un derecho. Y, sin embargo, si nuestra misión es de defensa y organización social, claro está que, por su misma naturaleza, no puede ser una labor aislada la que traemos entre manos, y que urge la Federación para conseguir mayor cohesión y fraternidad en nuestras relaciones y más eficacia en los fines que nos proponemos.
Ahora bien: esa Federación, ¿cómo debe de realizarse? Aquí aparecen dos criterios igualmente respetables los dos, y entre los cuales podrá escogerse lo más apropiado. Parece ser que estando nuestras Asociaciones obreras no pocas veces formadas por socios de muy distintas profesiones, y residiendo ya en grandes ciudades, donde es más fácil la homogeneidad de oficios y profesiones, ya las otras en ciudades ó pueblos donde la vida agrícola y fabril se desenvuelven, ora por fin no pocas Asociaciones de labradores establecidas casi exclusivamente en los pequeños centros agrícolas, sería más conveniente que pensar en Federaciones regionales por razones históricas ó geográficas, intentar una alianza basada sobre intereses comunales. Esto traería la ventaja y fuerza de una amplia y fortísima agremiación nacional que estudiaría por si misma las cuestiones que pudieran interesarle, y cada una de esas partes constituyentes de la gran agremiación o Federación propondría a un Consejo general-agrícola, fabril ó industrial, sin olvidar nunca las necesarias relaciones patronales, lo que éste, en definitiva, había de realizar, y la fuerza expositiva de ese Consejo tendría en su apoyo la que significaba esa gran federación gremial –por llamarla de algún modo- a la cual prestaba su apoyo toda Asociación obrera donde existían individuos ó grupos de esa liga. La comunidad de intereses y problemas que preocupan á los diversos oficios y profesiones uniría indefiniblemente a éstos entre sí, y las ventajas se experimentarían muy pronto.
Otra forma de alianza, y acaso la más viable, sería la exclusivamente regional, adoptando como elementos de ella los que en una misma región geográfica fuesen entre sí más análogos, ora por comunidad de costumbres, carácter y trabajos, ya agrícolas, ya industriales. Difícil es en este punto establecer cosa definitiva en las agrupaciones, que han de tener algo de convencional. Una muy ordenada sería, a no dudarlo, la de las provincias eclesiásticas; mas no se ocultan las dificultades de una Federación que así establecida no está basada sobre las condiciones arriba examinadas.
De un modo ó de otro estatuida la Federación, debe estar cimentada primeramente en la liga provincial -como es ya un hecho en Santander- regida por un Consejo diocesano; de los diversos Consejos de la región se constituirá el regional, formado por dos representantes de cada uno de los diocesanos y establecido en la capital que se designe en la región. Los Consejos diocesanos ó provinciales se formarían con la Junta del Centro católico de la capital y los presidentes de las Asociaciones obreras de la provincia. Los Consejos ó Juntas regionales se constituirán presididos por uno cualquiera de los delegados provinciales, á elección, y de estos delegados uno debe ser obrero, La conveniencia de que el obrero tome parte directa en todo lo que significa su vida moral y social, es por demás patente; nuestra aspiración ha de ser la de educarle, para que pueda llegar un día en que, por sí mismos, se muevan libres de las asechanzas de utópicas teorías y subversivas doctrinas.
Y esto es además urgente, porque encomendada en la mayor parte de las Asociaciones católicas la dirección de las mismas á la clase media, por ser ésta la depositaria de mayor cultura intelectual y dotada de más medios sociales de defensa, es innegable que no está lejano el día en que las necesidades apremiantes ya en esa misma clase en la que hoy se viene notando claramente el mal estado social, haga que se preocupen de misma con mayor empeño, y para entonces es imprescindible que nuestros obreros se hallen convenientemente organizados y dirigidos y en vías de la cristiana regeneración que anhelamos.
No es este lugar adecuado para señalar las relaciones que en lo religioso han de tener entre sí estas Asociaciones federadas, pero creemos que, por lo que se refiere á los Consejos provinciales, deben de estar en lo religioso, bajo la única é inmediata autoridad del prelado respectivo, y como delegado suyo el director espiritual del Centro católico de la capital. La muestra patente del espíritu federativo debe revelarse en una completa unión para cuanto se refiera á sus fines sociales y económicos, iniciados por' cualquiera de los elementos de la Federación debidamente representado en los Consejos provinciales y regionales, pero teniendo muy en cuenta que es imprescindible la más amplia autonomía local, tanto en el orden religioso como en el económico. Para dar unidad á estas Federaciones regionales, es evidente que allí, donde en último término han de resolverse cuantas cuestiones de orden social puedan interesamos, existe un Consejo ó, mejor acaso, Junta Central ejecutiva que llevará la representación oficial de las regiones ante los Poderes públicos, y servirá de lazo de unión, y en casos determinados de conciliadora y árbitra entre todas.
Esto puede decirse que existe ya en el Consejo Nacional de las Corporaciones obreras; mas téngase en cuenta que en él, para que pueda ser justa y legalmente un mandatario y representante de las regiones, falta, en rigor de verdad, un vocal designado oficial y solemnemente por cada una de ellas, el cual mandatario habría de residir precisamente en Madrid. De esta manera la constitución del Consejo Nacional respondería a su carácter consultivo y ejecutivo que debe ostentar y sus individuos unirían a los grandes méritos contraídos en su benemérita existencia una misión más en armonía con las relaciones que el Consejo puede establecer con Asociaciones nacidas antes que él ó que no procedan de su iniciación.
La designación de estos vocales del Consejo Nacional, delegados de las regiones, deberá hacerse en cuanto sea posible; una vez realizada la Federación regional. Para llevar ésta a cabo con la prontitud conveniente, los Rvmos. Prelados se servirán decretarla en sus respectivas diócesis como obligatoria todas las Asociaciones católico-obreras, de cualquier clase y condición que sean, existentes en su jurisdicción.
Para que ni un momento pueda quedar esta empresa de la Federación desamparada, y entretanto se llega a la definitiva constitución del Consejo Nacional, tendrá éste las mismas atribuciones expresadas anteriormente en sus relaciones con las Asociaciones regionales.
Este avance, de lo que entendemos nosotros que puede ser un plan de Federación, es aplicable lo mismo al proyecto por agremiación que al de liga por regiones, mas nos inclinamos á juzgar esta última forma de la federación más fácil de realizarse y más accesible también a las relaciones que la Federación exige.
En conformidad con esta opinión podrían en la región N y O de España determinarse tres regiones, Así, primera región; Valladolid, Burgos, Soria, Palencia, León, Zamora y Salamanca. Segunda: las Vascongadas, Santander y Asturias. Tercera: las cuatro provincias gallegas.
Estas son las ideas que sobre el tema segundo ocurre presentar en esta Asamblea, a fin de que si merecen ser examinadas, pueda hablarse sobre ellas, y para su más clara exposición se resumen de este modo:
BASES PARA LA FEDERACIÓN
1. La Federación es urgente para todas las Asociaciones católico-obreras, y debe fomentarse para todo cuanto sea referente a fines sociales y económicos.
2. Toda Asociación conservará su más amplia autonomía, tanto en el orden religioso -siempre bajo la autoridad del propio prelado y del director espiritual por éste designado- como en el aspecto económico.
3. Las Asociaciones existentes en una provincia formarán el Consejo diocesano, que residirá en la capital de la Diócesis, Este Consejo estará compuesto por la Junta directiva del Círculo central -o con elementos de más Juntas si hubiese más de un Centro- y los presidentes de las Asociaciones católico-obreras de la provincia.
4. Los Consejos regionales se constituirán con dos delegados de cada Consejo provincial. La presidencia será electiva, las reuniones trimestrales, y á ser posible en las distintas capitales federadas. Los Consejos, tanto provinciales como regionales, se renovarán todos los años después de renovadas las Juntas directivas de los Centros federados.
5. Pasado un plazo prudencial, que esta Asamblea puede señalar, los Consejos regionales elegirán, por sufragio, una Junta central, compuesta de un número de vocales igual al de regiones formadas en España y que tenga su residencia en Madrid. Esta Junta deberá unirse al Consejo Nacional y formar de él parte.
6. Se establecen en el N y O de España tres regiones: vasco-cántabro-asturiana, castellana y gallega.
7. Para llevar a cabo con toda prontitud esta Federación, los Rvmos. Prelados se dignarán decretarla en sus diócesis.

22 de julio de 2012

Autopista R2: crónica de un fracaso anunciado

La crisis económica que hoy sufrimos los españoles, y que por voluntad de las élites dirigentes se ha convertido también en una crisis política y social, parece no tener responsables y se nos quiere convencer que ha sido producida por un accidente imprevisto o por culpa de los ciudadanos. Sin embargo, sobran pruebas de que esta crisis tiene unos responsables y que no somos nosotros. A los alcarreños y madrileños se les informa que la Autopista R2, que une Madrid con Guadalajara, es deficitaria y que el Estado tiene que acudir en apoyo de las empresas concesionarias. Nada se dice de que esta vía de peaje ya había sido prevista en 1979 y en 1995, y que ya entonces se alzaron voces, minoritarias y silenciadas, que anunciaban su fracaso y denunciaban sus peores consecuencias. Reproducimos el Manifiesto que la Coordinadora contra las Autopistas, en la que estaba DALMA por Guadalajara, hizo público en junio de 1979 para pedir el apoyo de los recién estrenados Ayuntamientos democráticos a las alegaciones que se habían presentado contra su construcción y el documento de la CNT de Guadalajara que hizo público en febrero de 1996 intentando abrir un debate que no se produjo por incomparecencia de los mismos que entonces defendían la Autopista y hoy nos dicen que es deficitaria.
Pegatina AEDENAT de Madrid (Archivo La Alcarria Obrera)
 
MANIFIESTO DE LA COORDINADORA CONTRA LAS AUTOPISTAS DE MADRID
Ante la proximidad de la fecha del 30 de mayo en que expira el plazo de presentación de ofertas por parte de los posibles grupos concesionarios para la construcción de las autopistas de Peaje A-II y A-IV (Madrid-Barcelona y Madrid-Toledo), esta Coordinadora quiere hacer patente su más firme rechazo de este proyecto elaborado por el MOPU (Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo), no sólo porque creemos que la construcción de las mencionadas autopistas no van a solucionar los problemas de transporte de las zonas afectadas, sino, asimismo, por la forma en que se ha llevado a cabo el planeamiento de dichas infraestructuras, sin ninguna participación vecinal y sin tener en cuenta los gravísimos problemas de todo tipo que hoy día tienen planteados estas áreas periféricas.
Esta Coordinadora, que se creó en Noviembre del año pasado, ha denunciado repetidas veces que la construcción de las autopistas A-II y A-IV no solucionará los problemas de transporte actualmente planteados, ya que su construcción:
-potenciará el crecimiento de dichas zonas, al trascurrir sus trazados por terrenos rústicos, lo que no hará sino agravar los problemas presentes. En este sentido, los únicos interesados en estos proyectos serían, además de los futuros concesionarios por el fabuloso negocio existentes tras este tipo de concesiones que ya ha sido ampliamente denunciado en multitud de publicaciones, las grandes actuaciones urbanísticas que se podrán desarrollar en las zonas adyacentes a estas autopistas.
-implicará un alto coste de construcción y un alto consumo de espacio, así como un elevado consumo energético. Este último punto adquiere aún mayor relevancia ante la gravedad de la crisis energética que atravesamos.
-supondrá un fuerte impacto medio ambiental: ruido, contaminación atmosférica…
-incrementará los niveles de congestión existentes, al potenciar el transporte privado en detrimento del público, siendo el transporte privado el menos eficiente para las relaciones centro-periferia.
-supondrá, debido a su característica de utilización de peaje, el que la población residente en estas áreas, que en su mayoría posee unos niveles de ingreso muy reducidos, se vea imposibilitada de usar para sus desplazamientos cotidianos esta infraestructura.
Por esta serie de razones, la Coordinadora se opone a la realización de esos proyectos y propugna una alternativa cuyas líneas generales ya ha desarrollado en distintos documentos, y que se podría concretar, en forma resumida, en los siguientes puntos:
-frenar el crecimiento de estas áreas, que no hace sino agravar los problemas existentes.
-potenciar el equilibrio de población-empleo y población-equipamiento de estas áreas, con el fin de reducir al máximo las necesidades de transporte.
-favorecer el transporte colectivo en relación al privado para solucionar los problemas de transporte que actualmente se plantean: -mejorando y potenciando el servicio ferroviario subterráneo y –mejorando y potenciando el servicio de las actuales líneas de autobuses.
-ordenar el tráfico de los núcleos afectados (semáforos, pasos de cebra, señalización…), priorizando al máximo el transporte peatonal.
-congelar los niveles de las tarifas existentes, así como que se considere el tiempo de transporte como tiempo de trabajo.
Así pues, esta Coordinadora ante la proximidad de la fecha de finalización del concurso, y ante la nueva coyuntura creada por la celebración de las Elecciones Municipales, quiere emplazar a los Ayuntamientos afectados por el trazado de esta autopista, en su gran mayoría controlados por fuerzas de la izquierda que en su día (y en concreto durante el período electoral) se pronunciaron en contra de estos proyectos, para que se definan en contra de la construcción de estas autopistas, y vean si asumen la alternativa elaborada por esta Coordinadora y, en especial, este Manifiesto.
En este sentido, la Coordinadora convocará a finales de este mes de Mayo a los Alcaldes de las zonas afectadas con el fin de realizar un acto público de oposición al concurso para la construcción de las autopistas de peaje A-II y A-IV.
Asociaciones de Vecinos San Fermín, Villaverde Bajo, San Cristóbal, La Unión de Almendrales, Usera, Orcasur, Poblado Dirigido de Orcasitas, Villaverde Alto, Juan de la Cierva y Alhóndiga de Getafe, Cervantes y Universidad de Alcalá de Henares, La Elipa, Pinto y Canillejas.
Grupos ecologistas AEPDEN, GATO, Grupo Ecologista de Alcalá de Henares, DALMA de Guadalajara, Grupo de Transporte del Sur y Colectivo La Arroba.
Madrid, 10 de mayo de 1979.

LA AUTOPISTA MADRID-GUADALAJARA Y EL DESARROLLO PROVINCIAL
La posible construcción de una Autopista entre Madrid y Guadalajara, primer tramo de un proyecto más ambicioso para unir la capital y el valle del Ebro, parece haber despertado últimamente el interés de nuestras autoridades y de nuestros representantes políticos.
Una extraña unanimidad en torno a este proyecto se refleja en los medios de comunicación de la provincia; da la impresión de que aquí todos queremos autopista y que, además, la quere­mos pronto.
No tiene nada de extraño, pues parece que el desarrollo de nuestra tierra y el progreso de su gente dependen de la construcción de obras públicas faraónicas; y sin embargo la experiencia nos demuestra que ni las centrales nucleares, ni el trasvase Tajo-Segura (y sus compensaciones), ni las presas y embalses han permitido el despegue económico de Guadalajara. Por ello queremos abrir un debate que consideramos necesario.
Desde CNT, pensamos que el bienestar de los alcarreños no sólo no va a aumentar si profundizamos el actual modelo de desarrollo económico, sino que, por el contrario, nuestra calidad de vida sólo podrá mejorar si cambiamos el vigente sistema económico y social.
Por eso mismo nos oponemos a la construcción de la Autopista Madrid-Guadalajara. En primer lugar porque con su puesta en marcha optamos por potenciar el transporte individual frente al colectivo, que es más barato, más limpio y puede, y debe, ser más cómodo. En segundo lugar, porque las autopistas aumentan las diferencias sociales en un sector, los transportes, que debe ser considerado un servicio público: habrá viajes de primera (por la autopista) y de segunda (por la autovía). Y, en tercer lugar, porque las autopistas suponen una agresión al territorio que modifica brutalmente el medio natural afectado.
Pero incluso quienes defienden su construcción atendiendo a criterios capitalistas o regionalistas tienen, según nuestro punto de vista, sobradas razones para oponerse a la autopista. Ante todo, porque este proyecto es un evidente despilfarro del dinero público y una dudosa inversión para el capital privado. La Autovía de Aragón satisface ampliamente las necesidades de comunicación en el Corredor del Henares y los problemas que aparecen ocasionalmente (atascos en horas punta, algunos accesos) están a punto de resolverse con el ensanche a tres carri­les del tramo Alcalá-Torrejón y otras obras en proyecto o ya adjudicadas. Es mejor dedicar las inversiones a mejorar la actual Autovía que a construir una nueva vía de gran capacidad.
Por no hablar de las mejoras, más que necesarias imprescindibles, que con ese dinero se podrían realizar en la red provincial de carreteras. Las autopistas acortan las largas distancias pero dificultan los desplazamientos cortos en las localidades que atraviesan.
Debemos recordar, por último, que este proyecto de hacer una autopista entre Madrid y Guadalajara no es nuevo, y por lo tanto tampoco es urgente. Hace casi veinte años se elaboró una propuesta similar que, finalmente, fue rechazada como inviable por el propio Ministerio de Obras Públicas; entre otras cosas, porque preveía una población residente en el Corredor del Henares de 800.000 habitantes, cifra que ni ha habido, ni hay ni parece probable que haya a corto plazo.
Las autopistas intentan solucionar, a nuestro juicio equivocadamente, el problema del transporte de una población y aquí se quiere resolver un inexistente problema de transporte para atraer a una futura población. Eso es como poner el carro antes que los bueyes.
Federación Local de Guadalajara-CNT
Guadalajara, febrero de 1996

20 de julio de 2012

Guadalajara y Sigüenza en las crónicas del diario CNT

El golpe de Estado que el 17 de julio de 1936 prendió en Melilla y después se fue extendiendo al resto del país, provocó el pronunciamiento de la mayoría de la guarnición militar de Guadalajara el día 21 de julio. Por unas horas, los rebeldes se hicieron con el control de la ciudad, pero a la mañana siguiente una columna que mandaba el coronel Ildefonso Puigdendola, y que estaba formada principalmente por Guardias de Asalto y milicianos del Sindicato de la Construcción de la CNT de Madrid encabezados por Cipriano Mera, tomó la ciudad tras dura y sangrienta lucha y, desde allí, marchó a Sigüenza. Traemos a La Alcarria Obrera dos crónicas apresuradas de dos corresponsales del periódico CNT: la de la capital firmada por Lucía Sánchez Saornil y la de Sigüenza escrita por Mauro Bajatierra. A pesar de algunos errores menores, fruto de las circunstancias, nos ofrecen dos imágenes nítidas de esos últimos días de julio de 1936 en tierras alcarreñas.
Dos milicianas después del asalto a Guadalajara de las fuerzas leales
 
LA CNT Y LA FAI EN GUADALAJARA
A las cuatro de la mañana del miércoles salían de Alcalá con dirección a Guadalajara las milicias civiles y un Regimiento de Artillería.
A dos kilómetros de la capital, el fuego de las ametralladoras colocadas en las terreras de las márgenes del río, barrían la carretera del tal modo que se hacía imposible el avance.
Entonces, el mando concertó un plan de ataque simultáneo. A seis kilómetros de la población, Milicias civiles, Guardias de Asalto y Caballería de Seguridad cruzaron el río a nado para sorprender por detrás a los insurrectos, mientras ellos atendían a la defensa del puente.
A las cinco de la mañana, dos aeroplanos leales comenzaron el bombardeo del cuartel; pero hasta las once no se comenzó el ataque a fondo. Las primeras horas se invirtieron en distribuís las fuerzas y demás posiciones.
La Artillería se emplazó en un montículo a la izquierda de la carretera, para proteger el avance de las tropas.
Al comenzar el ataque apareció un aeroplano enemigo, que lanzó nueve bombas a nuestra retaguardia, causando una víctima, compañero de la CNT, por cierto.
La ametralladora de la Peña de la Horca
La ametralladora colocada en la Peña de la Horca, situada a la derecha del puente, era manejada por el propio coronel Ortiz de Zárate, que defendió la entrada durante dos horas a pecho descubierto. Podríamos tener una inclinación de respeto para su valentía si no nos hubieran contado de él cosas de un sadismo repugnante, detalles que le excluyen de entre los valientes para colocarle entre los matones.
La dureza de la lucha es indescriptible. Las referencias fragmentarias que hemos recogido no bastan a dar una idea clara del conjunto; son detalles aislados, intervenciones personales que nos imposibilitan una coordinación de la totalidad.
Muerte de Zárate y desmoralización de los insurrectos
A las dos horas de resistencia, Ortiz de Zárate se rindió. Cuando avanzaba a parlamentar con nuestra gente, una bala surgida de no se sabe qué fusil, dio con él en tierra, de la que no se levantó más.
Rápidamente comenzó la desmoralización en el campo fascista.
El teniente Galindo, uno de los sublevados, mató a Olivier, de la misma graduación, por expresar éste su opinión de retirarse; igualmente cayeron infinidad de soldados bajo las pistolas de los oficiales. Pero ante la desmoralización general, no tuvieron éstos otro remedio que retirarse a los cuarteles, abandonando a los soldados.
Más de dos horas aún resistieron en el Cuartel y en el Colegio de Huérfanos de la Guerra, hasta que ambos fueron tomados por asalto.
Se restablece la normalidad
A las siete de la tarde la insurrección estaba totalmente dominada.
El pueblo, al fin, después de más de treinta horas de mortal angustia, abría las puertas. Todas las caras tenían el mismo aire de terror, todos los ojos el mismo espanto. Después de cuatro días aún he podido ver timidez en las sonrisas y estremecimientos involuntarios al recuerdo de aquellas horas.
Justicia obligada
Como anarquistas, tenemos el deber de justicia ante todo. Y este deber de justicia nos manda citar aquí a la Séptima Compañía de Asalto, que en defensa de la libertad ha actuado desde el primer momento con arrojo y valentía.
La casualidad ha querido que esta Compañía haya luchado en conjunto con los grupos anarquistas en la rendición del Cuartel de la Montaña y en la toma de Guadalajara.
Hemos oído con qué encendido fervor el cabo Rondeño nos hacía el elogio de los bravos “faístas”, y con qué conmovida atención escuchaba la exposición de nuestras doctrinas hechas por un elocuente camarada.
Pequeños detalles que definen la moral de los insurrectos
He recogido de labios de los soldados que tomaron parte en la insurrección los siguientes detalles: los fascistas compraron campesinos combatientes a cinco duros por cabeza.
Los soldados enfermos en el Hospital fueron obligados a ponerse en pie y enviados a las primeras filas. Basta.
Lucía Sánchez

LA MAÑANA EN SIGÜENZA
Antes del amanecer, nuestro coche nos lleva a Sigüenza. Tomamos la carretera de Zaragoza adelante.
¡Zaragoza! Cómo ella nos emociona y enardece. Corriendo por esos caminos se nos hace de día. Devoramos kilómetros. Marchamos vertiginosamente. A medida que pasamos por los lugares que fueron de lucha: Alcalá, Guadalajara, la emoción henchía nuestros corazones.
Las humildes gentes de esos pueblos nos saludan, desde los grandes a los más pequeños, con los brazos en alto, apretando bien los puños y frunciendo reciamente el ceño.
Vamos repartiendo nuestro número de ayer. Y estas gentes leen CNT con ansiedad. Hay veces que no podemos avanzar, porque, en corro, formando un cerco irrompible, nos arrebatan nuestra prensa.
Ya metidos, carretera avante, en los campos de la meseta, los segadores y braceros nos asaltan pidiéndonos CNT y gritándonos “¡Viva la Anarquía!”.
Llegamos a Sigüenza que es nuestro objetivo. Queremos conocer ese frente, tan importante para la reconquista de Castilla. De Castilla y Aragón.
Sigüenza está copada por amigos armados. Infinidad de camiones y de taxis con letreros de las organizaciones obreras y revolucionarias. Vemos inscripciones como esta: “¡Hasta el fin!”.
-Más fuerza teníamos ayer –nos dicen los combatientes de la libertad-. Coches de la CNT y de la FAI con unos doscientos luchadores, se marcharon de aquí.
-Por cierto -agregan- que esos compañeros han realizado una labor formidable de limpieza interior de reaccionarios. Gracias a ellos, esto está bien.
Alrededor de Sigüenza están Atienza, Salinas, Paredes, Medina, Barahona, Mandayona, etc. En Arcos de Jalón los fascistas han asesinado a un grupo de ferroviarios.
Nos interesamos de cómo fue tomada Sigüenza, y he aquí lo que nos dicen:
-Una columna de choque ferroviaria, por vía, ha sido la primera que ha entrado en esta población. Después, en estos días, las fuerzas de ocupación han ido multiplicándose.
El monte de Sigüenza forma un reducto preciosísimo. El túnel constituye una cúspide de grandes pendientes que favorecen formidablemente la defensa y el ataque. Las vertientes de sus aguas representan una inmensa ventaja.
Nos interesamos del por qué de la situación en que suelen encontrarse las milicias destacadas en Sigüenza.
-El Ayuntamiento da toda clase de facilidades –nos afirman-. Pero el comandante que manda la fuerza no puede proporcionar nada más que alojamiento sin manutención.
Extrañamos este estado de cosas. Mas, gracias a nuestro compañero Benito, de Madrid, nos enteramos de que el abastecimiento marcha mejor de lo que nos figurábamos.
Estamos normalizando –nos manifiesta- la producción, que estaba completamente abandonada en un caos. La fábrica de harinas de Mandayona da ya un rendimiento pleno, Produce 9.000 kilos de harina buena. La gasolina también la tenemos controlada, siendo perfecta su organización y distribución. Una fábrica de papel también la tenemos viento en popa. Estas incautaciones están hechas por la CNT y la UGT ondeando en sus puertas las dos banderas revolucionarias.
Al momento de venirnos, vemos pegar por las paredes un bando. Helo aquí, desde luego, extractado:
“A nadie se le facilitarán artículos de ninguna clase en el comercio, a no ser que lleve un vale del jefe de la columna del Sindicato Nacional Ferroviario.  (Firmado por el alcalde).
El trabajo de Redacción nos está llamando a voces. Es muy tarde. Iniciamos la vuelta. A lo largo de la carretera de Zaragoza, a estas horas, está muy concurrida por fuerzas armadas obreras y militares.
Mauro Bajatierra