La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

26 de octubre de 2012

La CSUT en las elecciones sindicales de 1978

En el año 1978 se celebraron las primeras Elecciones Sindicales del postfranquismo. Aunque la CNT se oponía rotundamente al sistema de representación sindical y la UGT prefería la libre actuación de las Secciones Sindicales en las empresas, CCOO consiguió sacar adelante su postura, que llevaba al ámbito laboral el parlamentarismo y el electoralismo que habían estado vigentes desde la Dictadura de Primo de Rivera a través de los Jurados Mixtos, los Comités Paritarios y los Enlaces Sindicales del Sindicato Vertical franquista. Se actualizaron las campañas de afiliación, se elaboraron programas electorales y se abrió un proceso que distrajo a los trabajadores de las consecuencias de la crisis con un enfrentamiento sindical muy agudo en las formas, pero muy homogéneo en el fondo. Reproducimos el folleto que la Confederación de Sindicatos Unitarios de Trabajadores (CSUT), la central obrera bajo la influencia del maoísta Partido del Trabajo de España, publicó ese año 1978 en la empresa textil Induyco, cuyas trabajadores fueron protagonista de una de las huelgas más significativas de la Transición.
 
Pegatina de la CSUT (Archivo La Alcarria Obrera)
 
LA CSUT ANTE LAS ELECCIONES SINDICALES
Por primera vez después del hundimiento del Sindicato Vertical, van a tener lugar unas elecciones generales sindicales en las que se van a elegir a los representantes de los trabajadores en el seno de las empresas, los cuales constituirían los Comités de Empresa o Consejos de Delegados de Personal que canalicen las relaciones con la empresa en re presentación de todos los trabajadores de la misma.
Estas elecciones se van a dar en un momento en que la democracia recién estrenada, cuenta todavía con importantes restricciones. En realidad, lo que hoy existe, es un marco de amplia tolerancia, pero donde todavía no están reconocidas por derecho todas las libertades democráticas y sindicales. Prueba de ello es que el mismo decreto-ley regulador de las elecciones, tiene importantes restricciones a la libertad sindical, que demuestran que no hemos conseguido las libertades sindicales que necesitamos los trabajadores.
No obstante, y a pesar de las restricciones a la democracia sindical que tiene el Decreto-Ley regulador de las elecciones, éstas tienen una enorme trascendencia, porque nos ventilamos en ellas tener unos representantes que defiendan nuestros intereses, o por el contrario se opongan a ellos, defendiendo intereses que no son los nuestros, los de los trabajadores.
La CSUT pide vuestro voto para sus candidaturas porqué nos comprometemos a que los Comités de Empresa o Delegados de Personal donde estemos los compañeros de la  CSUT sirvan para:
- Defender los intereses de los compañeros.
- Rechazar el Pacto de la Moncloa.
- Avanzar en una solución justa y viable a la crisis económica que beneficie a los trabajadores.
- Avanzar en la conquista de los derechos sindicales.
- Conquistar un Convenio justo y digno para Induyco.
- Mejorar las condiciones de vida y de trabajo de todos los compañeros de nuestro sector.
- Avanzar en la unidad de la clase obrera con todos los perjudicados por la política económica del gran capital y que hoy se concreta en el Pacto de la Moncloa.
POR UNOS COMITÉS CON PLENA CAPACIDAD DE NEGOCIACIÓN EN LA EMPRESA Y CON GARANTÍAS DE LIBERTAD PARA CUMPLIR SU COMETIDO.
Para resolver los graves problemas que tenemos planteados los trabajadores es preciso que los Comités de Empresa tengan plena capacidad para negociar con los empresarios, pero también capacidad para rechazar cualquier pacto que suscrito por arriba perjudique a los trabajadores.
El gobierno para imponer su plan económico quiere privar a los trabajadores de los medios que nos permitan defendernos de la política económica del Pacto de la Moncloa, así pretende restringir la libertad sindical; pretende limitar el reconocimiento de las secciones sindicales de empresa a aquellas centrales sindicales que acepten a p
ies juntillas su programa económico; quiere evitar el derecho a convocar la huelga a aquellas secciones sindicales que se ve obligado a reconocer; pretende legislar unos Comités de Empresa que no tengan capacidad más que para abordar los problemas pequeños y marginales y que sean instrumentos dóciles sin capacidad para luchar contra su política económica.
Si los Comité que vamos a elegir no tienen capacidad para rechazar Pactos como el de la Moncloa, su capacidad de negociación es burlada. De aplicarse dichas medidas, los Comités solamente podrán negociar cuestiones menores, pero no los salarios cuyo tope de aumento ya está establecido.
La CSUT propugna unos Comités con atribuciones suficientes para cumplir su cometido como son: capacidad para convocar asambleas, capacidad para convocar la huelga, libertad para informar a los compañeros, tiempo libre para dedicarse a las tareas que se desprenden de su responsabilidad, locales del Comité dentro de la empresa y en suma todos aquellos derechos y libertades que permitan a los representantes de los compañeros cumplir con su misión.
Por ello votar a los candidatos de la CSUT en las próximas elecciones es la única garantía para salvaguardar la libertad y la plena capacidad de negociación en la empresa, al tiempo que garantizar un programa de soluciones generales y el instrumento para llevarlo a la práctica: una organización de clase surgida del corazón mismo de la clase obrera que jamás se vende.
VOTAR A LOS CANDIDATOS DE LA CSUT ES VOTAR A COMPAÑEROS QUE SE OPONEN AL PACTO DE LA MONCLOA
Hoy toda la política de salarios y de precios, empleo y despido de nuestro país está sujeta a los acuerdos tomados en el ya famoso Pacto de la Moncloa.
La CSUT nos oponemos a este Pacto y lo consideramos extraordinariamente perjudicial para los intereses de los trabajadores y la inmensa mayoría de la población.
Nos oponemos al Pacto de la Moncloa porque:
a) Es injusto en la distribución del peso de la crisis económica.
b) Es inviable económicamente, irrealizable, pudiendo llevar a nuestro país a una situación peor de lo que hoy estamos padeciendo.
c) Es antidemocrático porque para poder cumplirse, el gobierno restringirá la libertad y reprimirá a todo lo que se oponga a él.
Afirmamos rotundamente que somos los trabajadores, los campesinos, los jóvenes y la pequeña y mediana empresa, los que soportamos el 100% de la crisis económica, mientras que los grandes empresarios no sólo no pagan nada, sino que aumentan sus beneficios. Todo ello se demuestra con medidas del Pacto como son:
- La congelación salarial y el robo del 10% de nuestro salario, al aumentarse los salarios solo en un 20% cuando la vida ha subido en el 77 un 30%.
- El crecimiento sin control de los precios, como lo demuestra el escandalosos y vergonzoso aumento del transporte, que se eleva a un 33%, siendo éste aumento un artículo de primera necesidad que usamos millones de personas en Madrid. Significando que vendrán próximos aumentos, también en artículos de primera necesidad.
- La ridícula dotación que se da para el paro y
la implantación del despido libre y la eventualidad como norma.
- La ruina de la pequeña y mediana empresa al restringirle los créditos, llevando a ésta a la ruina, lo que supone millones de familias sin trabajo. Porque además de favorecer el paro no existe medida alguna que favorezca la creación de puestos de trabajo.
- La ruina de nuestra agricultura, con el hundimiento de los pequeños y medianos campesinos, a los que no se les concede ayuda técnica y no se les facilitan créditos fáciles y a largo plazo.
Y por si fuera poco, se le concede al empresario gracia de despedir al 5% de la plantilla, caso de superarse en la empresa el 20% de congelación salarial.
Aunque se examine con lupa el Pacto de la Moncloa, y se le intente mirar con buenos ojos, la conclusión que se saca es que es beneficioso para los grandes capitalistas y completamente perjudicial para el resto de la población española.
Es una política irrealizable porqué deja la recuperación económica en manos de factores externos a nuestras posibilidades. La lógica del plan económico del gobierno es la siguiente:
Rebajamos los salarios de los trabajadores, esto disminuye su capacidad de comprar. Reducimos también la capacidad adquisitiva de la pequeña y mediana empresa y por supuesto de los campesinos también. Al tiempo los grandes empresarios no reducen la producción, como quieren obtener más beneficios constantemente, no pueden reducir la producción. Pero esto supone una contradicción, gran parte de lo producido, no puede ser comprado en nuestro país, puesto que se ha reducido la capacidad adquisitiva de la mayoría del pueblo. Para resolver esta contradicción, el gran capital ha optado por convertir la exportación, es decir la venta de gran mayoría de los productos españoles en el extranjero, como la manera de salir de la crisis y es aquí donde el plan se convierte en irrealizable.
¿Cómo vamos a vender en el exterior, cuando existe una enorme crisis en el mundo capitalista? Efectivamente, dado la gran crisis que padece el mundo occidental, los países optan por:
- Proteger sus mercados, evitando competencias.
- Reducir las importaciones, es decir la compra de productos de otros países.
Y estas medidas lógicas en momentos de crisis, unido a la poca competitividad de los productos españoles, hacen imposible que la exportación sea el motivo de la recuperación económica. Y que el plan del gobierno sea técnicamente irrealizable y nos lleve a una crisis aún más profunda de la que padecemos, lo que va a significar, si no lo impedimos, que nuestras condiciones de vida y de trabajo van a empeorar extraordinariamente.
Es un Pacto que para aplicarse necesita que el gobierno restrinja la democracia.
Está claramente demostrado que éste Pacto es injusto y que beneficia únicamente a los grandes capitalistas.
Pues bien, al ser un plan tan injusto, tan perjudicial para la mayoría del pueblo, tiene que provocar luchas y enfrentamientos contra el Pacto. Luchas que primero tratan de evitar los sindicatos y partidos políticos que se han manchado las manos firmando el Pacto de la Moncloa; éstos sindicatos tratan de convencer a los trabajadores de que deben tragar con el robo descarado del 10% de sus salarios, también con las subidas
escandalosas de precios y un sin número de cosas negativas, y lo tratan de hacer utilizando su influencia. La política de convencer que debemos comulgar con ruedas de molino, por parte de éstas centrales, suele tener poco éxito, y los trabajadores cas
i siempre deciden luchar. Es aquí cuando el gobierno utiliza métodos antidemocráticos. El Gobierno reprime y machaca a los que a pesar de todo se oponen al Pacto, y lo hace como en tiempos de la dictadura.
Para comprobar lo que decimos, ahí van ejemplos:
- Huelga del Transporte en Zaragoza, encabezada por la CSUT. Actuación del gobierno: prohibir las asambleas, reprimir con las fuerzas antidisturbios, clausurar los locales de la CSUT. 
- Huelga en el campo gallego. Manifestación de tractores en las carreteras; la Guardia Civil reprime a tiros la manifestación.
- Huelga reciente en los hospitales de Espa, después de que CCOO y UGT firmasen un ridículo aumento de salario para los trabajadores de la sanidad, la policía prohíbe las asambleas y el gobierno militariza varios hospitales, amenazando con militarizar todos los hospitales en huelga.
Estos son ejemplos de los muchos que podríamos poner.
No sólo es que nuestro país no tenga reconocidos derechos sindicales y laborales fundamentales, pues estamos viviendo en la tolerancia, no en la democracia; sino que el Pacto para ser aplicado lleva al gobierno a saltarse la democracia pequeña que tenemos, y usar métodos fascistas contra el pueblo.
Por todo lo dicho, la CSUT rechaza rotundamente el Pacto de la Moncloa, y lo considera contrario a la inmensa mayoría del pueblo trabajador.
VOTAR LAS CANDIDATURAS DE LA CSUT ES PONER EN LOS COMITÉS DE EMPRESA A COMPAÑEROS QUE TIENEN UNA ALTERNATIVA A LA CRISIS FAVORABLE A LOS INTERESES DEL PUEBLO TRABAJADOR
La CSUT no seríamos un sindicato responsable, ni mereceríamos apoyo si nos contentásemos con decir no al Pacto de la Moncloa.
La CSUT tenemos una alternativa a la crisis económica anterior incluso al Pacto de la Moncloa. Nuestra alternativa es una solución global a la crisis que hoy padecemos. No podemos limitarnos a decir que deben de aumentarse los salarios y otra sería pedir justas reivindicaciones, sino decimos de dónde se sacará el dinero y si no decimos cómo solucionar toda la economía del país en este momento.
La CSUT tiene una salida a la crisis, que soluciona los problemas actuales porque es una alternativa global a una crisis global.
¿Cuál es el fundamento de la alternativa de la CSUT?
1.- Para sacar al país de la crisis es necesario usar al máximo nuestros recursos económicos, financieros, técnicos y humanos.
2. - La recuperación económica no podemos dejarla en manos de la iniciativa de los grandes monopolios que persiguen el máximo beneficio para ellos, aunque eso suponga la ruina del resto del pueblo. Por ello estamos porque sea el Estado el que intervenga democticamente en la economía, que sea él, quien invierta en las zonas más pobres del país, quién crea puestos de trabajo, salve a la pequeña y mediana empresa, el campo, etc.
3.- Por supuesto, para que el estado pueda intervenir democráticamente en la economía necesita fondos, ¿de dónde se sacarían?
Primero: a través de una reforma fiscal, que le sacase el dinero a quién lo tiene. Con esa reforma, obtendríamos un buen fondo para el Estado.
En segundo lugar, obligando a la banca (poseedora de muchos fondos) y a las Cajas de Ahorro a invertir obligatoriamente con una parte de sus fondos, que el estado fijaría, en aquellas ramas de la economía y en aquellas zonas del país más pobres y que más ayuda necesiten.
Todo ello aportará al Estado los suficientes fondos para cubrir los objetivos de nuestro plan.
¿Qué objetivos se cubrirían con los fondos obtenidos?
1.- Mantener el nivel adquisitivo del pueblo.
Hablan de mantener nuestro salario y no aumentarlo, lo que significa ya un gran sacrificio.
2.- Acabar con el paro, al crearse puestos de trabajo invirtiendo en aquellos sectores que más mano de obra requieren.
3.- Salvar a la pequeña y mediana empresa.
4.- Salvar al campo español.
5.- Meter a nuestra economía en a de recuperación.
Nuestra alternativa económica es:
a) Justa en la distribución de la crisis económica, nos sacrificamos los trabajadores manteniendo nuestro salario como está, se sacrifican los capitalistas reduciendo beneficios.
b) Es viable económicamente.
No depende nuestra alternativa del mercado exterior, sino que se basa en nuestras propias fuerzas.
c) Es democrática.
Y es así porqué sienta las bases de la justicia, los trabajadores se beneficiarán del plan, lo defenderán y los derechos democráticos se consolidarán.
Votar a nuestras candidaturas es votar esta solución beneficiosa para todo el pueblo.
PROGRAMA GENERAL DE LA CSUT
- 25.000 Pts. salario mínimo.
- A igual trabajo, igual salario sin discriminación de sexo o edad.
- Subsidio de desempleo para todos los parados
- Pensiones mínimas equivalentes al salario mínimo interprofesional.
- Participación de las centrales sindicales en el INE (Instituto Nacional de Estadística) y en la Junta Superior de Precios para controlar el aumento real del coste de la vida.
- Plan de inversiones hacia los sectores y zonas más deprimidas a fin de crear puestos de trabajo y absorber el paro.
- Reforma fiscal que permita obtener fondos para la inversión de las grandes rentas y beneficios del gran capital.
- Créditos a bajo interés y largo plazo a la pequeña
y mediana empresa para evitar los expedientes de crisis y el consiguiente aumento del paro.
- Reducción de las cuotas de la Seguridad Social al pequeño y mediano empresario a fin de que pueda pagar salarios dignos a los trabajadores.
- Ayuda técnica y crediticia al pequeño y mediano empresario.
- Precios más justos para los productos del campo y
renta asegurada de los mismos.
- Equiparación en derechos laborales, salariales, sindicales y servicios asistenciales y sociales de los trabajadores del campo, la mar y los servicios.
- Poner en manos de los jornaleros y los campesinos pobres las tierras sin cultivar o mal cultivadas.
- Amnistía laboral y derogación de todas las leyes que dieron lugar a despidos por razones sindicales.
- Derecho de reunión, huelga y manifestación.
- Derogación de la legislación vigente y nueva regulación de la contratación colectiva.
- Plenos derechos sindicales para todos los sindicatos dentro y fuera de la empresa.
- Devolución del patrimonio sindical a los trabajadores.
- Reforma y control por las centrales sindicales de la Seguridad Social.
PROGRAMA SINDICAL DE LA CSUT
La CSUT defiende una regulación democrática de los derechos y deberes de los trabajadores que se recogen en el Estatuto del Trabajador.
1.- La Amnistía Laboral para todos los despedidos por motivos políticos, laborales o derivados de la jurisdicción laboral fascista que contempla el derecho a optar por el puesto de trabajo e indemnizaciones por los daños y perjuicios sufridos a causa de los despidos y el reconocimiento de los derechos que hubiesen podido gozar si no hubiesen sido despedidos y de los cuales hayan sido privados: accidente, enfermedad y jubilación.
2.- La anulación de todas las leyes restrictivas de la legislación laboral fascista y, de forma prioritaria y urgente, de la ley del 4 de marzo de 1977 sobre el despido libre.
3.- El reconocimiento de la actuación de los Sindicatos Democráticos a todos los niveles, incluido el de la empresa.
4.- El reconocimiento del libre ejercicio de los derechos sindicales por los trabajadores en todos los ámbitos: reunión, asociación, expresión, huelga y manifestación.
5.- La participación de los sindicatos en todos organismos de la Administración que sean de interés sindical, incluidos el Instituto Nacional de Estadística y la Junta Superior de Precios.
6.- Plena capacidad de negociación y convocatoria de la actuación sindical en el seno de la empresa para los Comités de Empresa elegidos por los trabajadores. Como ya explicamos, en el programa sindical del gobierno se plantean restricciones a la libertad sindical de los trabajadores. Llegando hasta la imposibilidad total de utilización de algunos derechos sindicales. Por ello destacamos, importante resaltar en nuestro programa sindical la defensa de éstos puntos concretos sobre la libertad sindical que el gobierno desea anular, por considerarlos necesarios para la defensa de los trabajadores y por ser su anulación un ataque a los derechos democráticos.
Estos son:
7.- Reconocimiento de la capacidad de los Comités de Empresa para ratificar o rechazar cualquier acuerdo o disposición que se haya tomado en la empresa o fuera de ella a cualquier nivel y que afecte a los trabajadores, en la cual el Comité de Empresa no haya participado, facultándosele para que en caso de ser rechazado éste acuerdo o disposición, no tensa efecto sobre los trabajadores de dicha empresa.
8.- Reconocimiento del derecho de los sindicatos de actuación sindical en la empresa, incluida la convocatoria de asamblea y huelga.
9.- Reconocimiento del derecho de asociación de los trabajadores y a formar secciones sindicales en la empresa sin límite de afiliación para poder ejercer los derechos sindicales en ella.
La CSUT es el instrumento para hacer realidad este programa.
Compañero, vota a la CSUT.

23 de octubre de 2012

Retraimiento electoral de los progresistas

El reinado de Isabel II se vio constantemente sacudido por la encarnizada lucha fratricida que agitó al liberalismo dinástico, como si el trono no estuviese suficientemente amenazado por el absolutismo carlista. La fracción más moderada del partido liberal gozó del apoyo tanto de la Reina Regente, María Cristina de Borbón, como de la propia monarca, Isabel II, de tal modo que los progresistas sólo pudieron hacerse con el gobierno de la nación mediante revueltas populares y pronunciamientos armados por tener cegado el triunfo electoral a causa de las corruptas prácticas antidemocráticas de los moderados, que falseaban la voluntad del electorado, cuando no recurrían también al levantamiento militar. Por eso mismo, en repetidas ocasiones, los progresistas se negaron a participar en la farsa electoral y se decidieron por el retraimiento en los comicios, es decir, por no presentar candidatos ni acudir a votar a quienes se presentasen a ellos. Ofrecemos tres manifiestos electorales de año 1863 firmados por los progresistas de Molina de Aragón y por dos políticos muy vinculados a Guadalajara durante el Sexenio: Juan de la Cruz Martínez, que fue gobernador civil de la provincia en dos ocasiones, y Manuel Pasarón Lastra, hermano de Ramón, que fue diputado por la provincia alcarreña, y tío de Benito Pasarón Lima, que fue gobernador civil de Guadalajara en el mismo período. Fueron Publicados en La Iberia el 3 de octubre de 1863.
Retrato de Juan de la Cruz Martínez, gobernador civil de Guadalajara
 
Molina de Aragón, 19 de setiembre de 1863
Señores del Comité central progresista.
Muy señores nuestros y simpáticos correligionarios políticos: Habiendo hecho pública en el periódico La Iberia, número 2.831, nuestra firme adhesión á las deliberaciones acordadas en casa del Excmo. señor don Joaquín Aguirre respecto de la circular del actual señor ministro de la Gobernación, en la cual tanto se refleja la tendencia á cohibir y cercenar la acción de todo buen liberal en el acto más solemne de la vida pública, derecho que ha sido respetado por ministros apegados al retroceso en política, ¿cómo no hacer nuestro hoy ese pensamiento eminentemente salvador del régimen constitucional, que ha venido á enriquecer la historia del partido progresista español con sus levantados instintos de consecuencia, de ardiente fe, de amor social a ciudadanos de todas condiciones, ennobleciendo nuestra patria ante el orbe entero? ¿Cómo negarnos en las tristes circunstancias y amarguras porque está pasando nuestro partido á acoger ese testimonio de honra política, de esas verdades arrancadas del gran libro de la experiencia, de esos consejos dados por hombres que tanto han hecho en bien de las instituciones que tan caras cuestan a nuestra comunión, que tanto han padecido en diferentes épocas por verlas firmemente planteadas en este país desgraciado? ¿Cómo dejar de aplaudir ese manifiesto del 8 del actual, elaborado por hombres eminentes en la morada del ilustre Olózaga, honra de España, lumbrera de la tribuna nacional y de nuestro partido, admiración del mundo político y objeto de nuestro profundo respeto? Si tenemos publicado nuestro propósito de no reunimos para tratar de elecciones, ¿cómo no hemos de publicar asimismo nuestro pensamiento de apartarnos de las urnas en la próxima contienda electoral, como electores que somos, nosotros, que hace mucho tiempo nos hemos retraído, por figurar en este distrito tanto cunero y explotador político?
Los señores que firman el manifiesto, tan solemne en las circunstancias actuales, y tan respetable y glorioso en la historia, son para nosotros, objetos de veneración y respeto por sus virtudes cívicas reconocidas de todos, por su patriotismo, por esa inquebrantable insistencia en aclimatar en nuestra amada patria el sacrosanto principio de la libertad, del derecho y de la ley fundamental del Estado. Y ya que de tan leales personajes tratamos, imposible nos es relegar al olvido la gran figura política que ha desaparecido en breves instantes, el gran obrero de la reconstitución política española, el honrado progresista don Pedro Calvo Asensio (Q. E. P. D.), sobre cuya tumba derramamos hoy una lágrima después de las muchas que hemos vertido como amigos políticos y personales suyos, en el terrible fin de sus padecimientos físicos.
Ofrecen á Vds. su consideración, cariño y admiración, sus consecuentes correligionarios políticos Q. B. S. M.
Pascual B. Hergueta y Vicente María Peyró.

Villacarrillo, 26 de Setiembre 26 de 1863.
Señor don Práxedes Mateo Sagasta:
Mi dignísimo amigo y correligionario. Hoy decimos á nuestros electores de este distrito lo que sigue:
A los electores progresistas del Distrito de Villacarrillo
Compañeros: Hace mucho tiempo que se hallaba en el sentimiento de la gran mayoría de nuestro partido, el retraimiento absoluto para no tomar parte en las elecciones de diputados á Cortes, ínterin estén apoderados del Gobierno de esta nación magnánima los corruptores de la libertad de pensar, y los falseadores de la opinión pública. Hoy aquel sentimiento se ha convertido en un hecho dignísimo, majestuosamente aceptado por unanimidad pasmosa, primero por nuestros correligionarios de Madrid, é inmediatamente por los de toda la Península.
Los que suscriben se hallan adheridos con las veras de su corazón al retraimiento acordado, y esperan que, sin la menor vacilación, lo estarán todos los progresistas, cuya resolución nos tomamos la libertad de interpretar. Sea patente y pública nuestra disciplina, como es manifiesto y tenaz el desheredamiento acordado allá en los decretos del fuero interno de nuestros enemigos (que lo son los da nuestras libertades), para que jamás nos alcancen los bienes que estas proporcionan.
Villacarrillo, 26 de setiembre de 1863.
Juan de la Cruz Martínez, Miguel Orozco, Pedro Serrano y Joaquín Bueno.

Circular:
Mi muy estimado amigo:
La resolución tomada por los Comités electorales de esta corte, de acuerdo con la mayoría de los de provincia, señala de una manera inequívoca la línea de conducta que el partido liberal en masa debe seguir en las próximas elecciones para diputados á Cortes.
Por mi parte, no solo estoy dispuesto á secundar el gran pensamiento emitido en el manifiesto de 8 del actual, sino que me atrevo á suplicar á Vd. y demás amigos y correligionarios presten su leal apoyo á esta idea, absteniéndose por esta vez de toda gestión en el juego electoral que se prepara.
Por fortuna, se encuentra siempre en el corazón humano un sentimiento irresistible de justicia, y el país, que tantas veces ha oído en la prensa y en la tribuna la voz sonora de la minoría progresista, y que ha visto también el incansable celo con que este partido político viene promoviendo y sosteniendo los adelantos y mejoras en los diferentes ramos de la administración del Estado, podrá juzgar fría y desapasionadamente si hay razón para que á los hombres de esta comunión se les obstruya el paso para entrar á tomar parte en las sesiones del Congreso.
La influencia oficial se erigió en sistema como medio de cohibir el libre sufragio, y de aquí la deplorable perturbación que cundió como la plaga de Egipto en casi todos los distritos de España. Hoy se ha creído que este recurso no era bastante para contener las justas aspiraciones de un partido legal, y se ha procurado humillarle hasta el punto de negarle el derecho consuetudinario de reunirse y concertarse para proponer y acordar pacíficamente aquello que se creyese más útil al partido y á los intereses generales de la nación.
Si pues nuestra presencia en el Congreso ha de servir de estorbo á nuestros adversarios, ahí les queda el campo libre: ellos solos serán los responsables del bien o del mal que sobrevenga.
Quedando profundamente reconocido por el interés que Vd. y sus amigos han tomado en mi elección, le ruego se sirva dispensarme este pequeño desahogo en obsequio á la fina y distinguida amistad que le profesa su apasionado amigo.
Q. B. S. M.
Manuel Pasaron y Lastra.
Madrid 26 de setiembre de 1863

19 de octubre de 2012

El Partido Carlista frente a ETA

Para nadie es un secreto que, en sus orígenes, hubo contactos entre los militantes del Partido Carlista y los miembros de ETA, como los tuvieron unos y otros con el resto de organizaciones clandestinas antifranquistas; con más incidencia en este caso por la fuerte presencia carlista en Euskal Herria y por la voluntad común de realizar acciones armadas contra la dictadura sanguinaria, en el caso del carlismo a través de los Grupos de Acción Carlista (GAC). La profunda tarea de actualización ideológica de los carlistas en los años 70 del siglo pasado, que les llevó a un compromiso renovado con las clase populares, hizo que algunos acuñasen para ellos el término despectivo de “ekarras”, mientras desde una izquierda edulcorada se insistía en presentar a ETA como la continuadora del carlismo levantisco decimonónico. Sin embargo, pocas organizaciones pueden mostrar una crítica más justa y una valoración más negativa de las acciones de ETA en el postfranquismo que el Partido Carlista, que en los primeros años 80 hizo público el documento que ahora reproducimos, en el que se opone a la acción armada de unos y otros desde la fidelidad al socialismo autogestionario y la defensa intransigente de la clase trabajadora.
 
Pegatina de Euskadiko Karlista Alderdia (EKA), 1979 (Archivo La Alcarria Obrera)

ANÁLISIS SOBRE EL TERRORISMO DESDE LA PERSPECTIVA DE LA CLASE TRABAJADORA
Durante los cuarenta años de dictadura fascista en el Estado Español, el Movimiento Obrero ha combatido en primera línea por las libertades que le habían sido arrebatadas y cuya ausencia permitía una explotación más cómoda y más intensa. El Movimiento Obrero ha sido el eje de la lucha de los pueblos de España contra el fascismo, a través de importantes movimientos de masas que se ampliaron sucesivamente e hicieron imposible, al final, la continuidad del sistema político del fascismo. Pero las propias condiciones políticas impuestas por el franquismo para la lucha, impidieron a la clase trabajadora y a los restantes sectores populares acumular la fuerza suficiente para también el cambio del sistema económico. Nunca se ha producido el paso de una dictadura fascista a un sistema socialista de forma directa, y esto no se debe a una casualidad. La clase trabajadora y el pueblo han sido capaces de conquistar las libertades democráticas, pero el sistema económico permanece. La burguesía sigue siendo la clase dominante; la que administra esas libertades y controla el aparato del Estado, pero ahora sabe que sólo puede actuar en un marco definido, unos límites que garantizan a los trabajadores y al pueblo -aunque no de manera completamente satisfactoria, por supuesto- el ejercicio de las libertades y derechos fundamentales conquistados.
Existe un equilibrio de fuerzas, como en cualquier otra situación y social. La clase dominante no puede ir más allá del límite, contra los oprimidos, porque atentaría contra sus propios intereses. Los trabajadores
y el pueblo carecen de fuerza para imponerse en mayor medida sobre la oligarquía. Es esta relación de fuerzas enfrentadas lo que el Movimiento Obrero debe aspirar a modificar para conseguir cambios y para conseguirlos de modo eficaz y seguro.
ETA fue protagonista durante los últimos años de la dictadura de una parte importante y eficaz de la lucha por las libertades; desgastando al sistema, golpeándolo en puntos claves, suscitando grandes movimientos de solidaridad. La prolongación y agudización de la presencia activa de ETA cuando han sido reconocidas las libertades arrancadas costosamente por los trabajadores -aunque sea en nivel insuficiente- plantea tres problemas diferentes, que deben constituirse en centro de nuestro análisis:
-Si es útil o no a la causa de los trabajadores en las circunstancias actuales.
-Si es válida la organización que mantiene necesariamente para el desarrollo de la lucha armada.
-Si es aceptable el tipo de sociedad que esta organización prefigura.
Creemos que estos son los verdaderos problemas que suscita la actuación de ETA, y que es necesario dejar a un lado -por costoso que parezca- las consideraciones de tipo sentimental o moralista, acerca de si son buenos o malos, peores o mejores, los militantes de ETA o sus víctimas. Este tipo de consideraciones desvía y oculta de manera lamentable la verdadera finalidad de cualquier análisis político y social, y mucho más si pretende ser revolucionario.
El objetivo de este análisis no es en ningún caso establecer la bondad o la buena voluntad de las personas, sean quienes sean, sino determinar la incidencia real y las consecuencias de actuaciones concretas en la realidad social.
LA LUCHA ARMADA ¿ES ÚTIL A LA CAUSA DE LOS TRABAJADORES EN LAS CIRCUNSTANCIAS ACTUALES?
Es necesario partir de los objetivos que hoy se marca ETA a sí misma. Según los documentos de la rama militar más recientes, se trataría de obligar al Gobierno a negociar la alternativa de la KAS, que abriría el paso a una democracia avanzada en Euskalherria. ETA reconoce que no existen condiciones para imponer su programa máximo. Su objetivo inmediato no es derrotar frontalmente al Estado y a la clase dominante, sino hacerles retroceder más dé lo que ya se han visto obligados a hacerlo. Pero, desde el mismo momento en que tal objetivo se plantea a través de la lucha armada, se convierte en pura y simple ilusión. No puede concebirse que la clase dominante llegue a estar dispuesta a la negociación con ETA, o con sus representaciones políticas porque ello supondría renunciar de un plumazo a su hegemonía política y militar cuando aún existen.
Las libertades conquistadas por los trabajadores y el pueblo han sido un inmenso paso adelante, pero con las fuerzas de que disponía el Movimiento Obrero y el pueblo en la dictadura, esas libertades sólo eran posibles como salida al fascismo en la medida en que el sistema económico y social quedaba sustancialmente intacto en un primer paso. Así lo entendieron siempre los trabajadores que combatieron en la clandestinidad, a quienes nunca se les ocurrió pensar que después de Franco podía alcanzarse el socialismo. Después de cuarenta años de lucha, hemos conquistado una transformación radical de los procedimientos políticos de la dominación oligárquica, lo cual constituye por sí sólo un paso de inmensa importancia porque permite la organización masiva de los trabajadores y el pueblo para ir modificando la correlación de fuerzas y las condiciones de todo tipo. Pero si lo que se plantea; como hace ETA es obligar a esa clase dominante a negociar una modificación inmediata y sustancial de la estructura económica y social, esa clase dominante, -¡qué aún tiene el poder, aunque de forma más limitada y menos arbitraria!- ofrecerá como respuesta la regresión y la limitación cada vez mayor de las libertades, si no su eliminación pura y simple.
¿Cómo proceder a esa limitación o eliminación de unas libertades de las que decimos que son conquistadas?
Precisamente, utilizando a ETA como coartada. De momento, la lucha armada de ETA ha servido para que antes de que se aprobara la Constitución entrara en vigor una Ley Antiterrorista cuya utilización puede orientarse contra grupos revolucionarios, aunque no usen las armas o la violencia. ¿Qué ha hecho posible esta Ley, sin oposición masiva entre los trabajadores y el pueblo? La presencia de ETA y su actuación. Precisamente. Existe en toda Europa una tendencia a limitar los derechos y libertades reconocidos constitucionalmente, por medio de leyes similares a la española, pero en ningún país se ha conseguido imponerla con mayor facilidad y ante una mayor indiferencia de las fuerzas populares.
Los MÉTODOS DE ETA: ¿SON ACEPTABLES?, ¿SON LOS ADECUADOS?
El más habitual de estos métodos en los últimos meses consiste en la eliminación física, pura y simple, de quienes consideran enemigos. Cuando los trabajadores hemos luchado ampliamente por la eliminación de la pena de muerte -y hemos terminado por conseguirla- ETA se atribuye a sí misma, gratuitamente, la facultad de ejecutar por su cuenta a quienes previamente han sentenciado, sin juicio alguno, sin cargos ni acusaciones previamente conocidos, sin posibilidad de defensa. Este procedimiento de elección y "juicio" de las víctimas resulta aún más peligroso que el del franquismo, porque nunca se sabrá de qué acusa realmente a quién cae acribillado a balazos. El aislamiento progresivo de la lucha armada y la ausencia de perspectivas serias y realistas obliga, por otra parte, a precipitarse por una pendiente de arbitrariedades cada vez mayores, asesinando a personas recién llegadas a Euskalherria o a simples familiares de guardias civiles. No se trata de un error, sino de una trayectoria precisa, "explicada y razonada" en los comunicados posteriores y comprensibles cuando no existe freno alguno a la visión particular y privada de quienes emplean las armas.
Es necesario preguntarse también quiénes son los supuestos enemigos. Peones del aparato del Estado, los eslabones más bajos -en la inmensa mayoría de los casos- del sistema que garantiza la explotación capitalista. Dejamos a un lado el caso de familiares o de quienes reciben genéricamente la acusación de "chivatos", que puede encubrir todo tipo de errores y apreciaciones falsas. No es absurdo señalar que los miembros de la Guardia Civil o de la Policía Armada proceden de áreas del Estado superexplotadas, donde el trabajo escasea y la dominación ideológica empuja, junto a la necesidad, a buscar la subsistencia en las fuerzas armadas. Tampoco puede olvidarse que la totalidad de los miembros de las fuerzas armadas no son, ni han sido, torturadores. El asesinato sistemático de estas personas, por el mero hecho de pertenecer a los aparatos del Estado, podría extenderse mañana a los empleados de una empresa como Iberduero -por ejemplo- en la medida que estos no renuncian a su trabajo en un complejo supercapitalista que impone y legalmente una central nuclear a corta distancia del mayor núcleo de población del País Vasco.
En relación con el problema de los procedimientos, resulta esclarecedor el interés de ETA por golpear al Ejército y en algunos casos a la magistratura judicial, precisamente dos aparatos del Estado con capacidad para imponer una involución política o por lo menos para ayudar a empujarla. Aparatos del Estado, además, donde existen numerosos miembros que no aceptan de muy buen grado la nueva situación democrática, aunque la acaten. Este hecho, por sí sólo, basta para indicar que ETA busca la provocación conscientemente. Y no lo oculta. Según afirma ETA en documentos públicos, nada ha cambiado realmente. Sobre la base de este análisis tristemente idealista y ajeno a la realidad -tal como es y tal como lo percibe el pueblo- ETA no concede ninguna importancia aparente a la posibilidad de una involución. En todo caso, no la considera como algo negativo y no se siente responsable de nada en caso de que se produzca. Si nada ha cambiado, ¿cómo vamos a preocuparnos de la posibilidad, de una vuelta atrás?
Obsesionada por conseguir una negociación ilusoria, ETA parece dispuesta a provocar con todas sus fuerzas la reacción de los sectores del aparato del Estado que pueden imponer por la fuerza una vuelta al fascismo. En el fondo, esta estrategia no debe estar muy alejada de la certeza de que para la inmensa mayoría han cambiado muchas cosas. La involución, la vuelta atrás, es la forma de convencerles de su “error"; pero si esta involución ha sido consciente y machaconamente provocada, ¿de quién es el error?
LA ORGANIZACIÓN QUE EXIGE LA LUCHA ARMADA Y EL TIPO DE SOCIEDAD QUE PREFIGURA, ¿SON VALIDOS PARA LOS TRABAJADORES?
Con la pretensión de convertirse en "ejército popular", ETA mantiene en estos momentos una organización armada que enarbola ciertas reivindicaciones populares y que cuenta con el apoyo relativo de un sector de nuestro pueblo. Pero es necesario aprender de la historia que ninguna organización armada -fuertemente jerarquizada y disciplinada- ha renunciado al poder absoluto cuando ha logrado imponerse. No es casual. O las revoluciones las hacen las masas y toma el poder la inmensa mayoría de forma consciente, o las hacen grupos minoritarios poseídos de la iluminación de "la vanguardia". En el caso segundo, la toma del poder sólo puede hacerse por la fuerza o por la manipulación de las masas. La sociedad resultante será una proyección del procedimiento empleado y de los valores cultivados en el grupo dirigente. Una revolución ganada por la lucha armada y por los procedimientos terroristas que ejerce ETA no podría dar como resultado más que una sociedad elitista, rígida, jerarquizada y, sobre todo, sin participación democrática de la inmensa mayoría de los trabajadores y pueblo, que no participan para nada en las actuales condiciones de un proceso como el que pretenden impulsar ETA.
El vanguardismo termina siempre por conseguir resultados contrarios a los que dice pretender. Las reivindicaciones obreras y populares, colocadas por ETA como pretexte, no se consolidan en la conciencia de las masas, sino que pierden valor e influencia. Todos los trabajadores y cada uno de ellos en particular, pierden el protagonismo de la lucha social a manos de una organización que se ha designado a misma representante mesiánica del pueblo y de sus aspiraciones. La actuación de un grupo como ETA, objetivamente, se enfrenta al movimiento de masas, que salió con fuerzas acumuladas del franquismo y que desde entonces no ha hecho otra cosa que diluirse y debilitarse, contemplando el espectáculo desde fuera limitándose a reivindicaciones inmediatas, condenando a los trabajadores a estrategias puramente defensivas. De esta forma, la actuación de ETA, además de poner en peligro objetivamente conquistas del Movimiento Obrero que han costado tremendos sufrimientos, sustituye -o pretende sustituir- al verdadero protagonista de la lucha social, colocando allí donde debe estar la clase obrera, la inmensa mayoría de los trabajadores con un grado de conciencia cada vez más avanzado, comandos anónimos y armados que atentan contra la vida de las personas pensando beneficiar así al pueblo, mientras le reducen al papel pasivo de recibir el supuesto beneficio.
En el enfrentamiento entre los grupos armados y los aparatos de seguridad del Estado, la oligarquía y las fuerzas de derecha desearían convencernos a los trabajadores de que únicamente existen dos opciones, y es necesario entregarse a una u otra atados de pies y manos. No es nueva la pretensión de que quienes no comparten, ni creen aceptables, los procedimientos terroristas y provocadores, apoyen ciegamente a los encargados de enfrentarse oficialmente con la lucha armada. Bajo esta pretensión se alimenta en muchas ocasiones el intento de desarrollar una guerra particular, con los mismos procedimientos y con las mismas armas que los terroristas. Quien no lo acepte así corre el peligro de verse acusado como colaborador de procedimientos violentos. Sin embargo, de la misma manera que el Movimiento Obrero debe rechazar el asesinato de supuestos enemigos, puesto que la abolición de la pena de muerte no la hemos pedido para nosotros sino para todos, la reivindicación de un trato justo para todas las personas no puede excluir a quienes practican la lucha armada, por muy en desacuerdo que estemos con ellos. El rechazo del terrorismo no puede llevar a aceptar el terrorismo de Estado, los procedimientos arbitrarios, el uso incontrolado de la fuerza y la violencia por las fuerzas de seguridad... Precisamente porque se trata de fuerzas de seguridad se puede exigir, y se debe exigir, un escrupuloso respeto de su parte a los derechos ciudadanos y, por supuesto, a la vida de quienes practican la lucha armada. Criticar en profundidad el terrorismo no supone abandonar la denuncia de las arbitrariedades represivas del Estado, sino todo lo contrario: defender enérgicamente el derecho a la vida y a la integridad física de todos los seres humanos, y el respeto de todas las libertades y de todos los derechos ciudadanos.
La sociedad que queremos se caracteriza por dos rasgos fundamentales: eliminar la explotación, la opresión en todas sus formas, la violencia... y convertir a cada persona en trabajador y, como tal trabajador, en protagonista de las decisiones que le afectan directamente y de las que afectan a la sociedad en que vivimos. Para conseguirlo hay que derrotar a las clases dominantes hoy por hoy y eliminar la violencia estructural. Es cierto. Y sólo podrá hacerse dando pasos hacia adelante y no hacia atrás, hacia una nueva forma de fascismo. Pensar de forma contraria traduce un desprecio olímpico por los trabajadores y una abrumadora falta de fe en su capacidad de multiplicar su conciencia de explotados y de liberarse progresivamente de todas las ataduras. No se puede cambiar nada despreciando a los beneficiarios del cambio y arrebatándoles el papel protagonista de su propia liberación. La violencia del Estado capitalista, en el terreno individual y colectivo, sufrida como clase y como pueblo, no puede ser eliminada ya con el mero enfrentamiento físico de otra violencia similar. Ya no es posible, pero tampoco sería positivo.
Todos los medios de presión que se utilicen para avanzar hacia una sociedad socialista, y más si se trata de dar pasos definitivos, deben ir precedidos por la hegemonía ideológica del Movimiento Obrero en el terreno de que se trate. Esa hegemonía consiste en el dominio de los trabajadores sobre el conjunto de la sociedad, por medios democráticos, en el campo de las ideas políticas, económicas, sociales y culturales. Dicho de otra manera, un cambio revolucionario requiere primero, antes de conquistar el poder la mayoría, -la conquista inicial no se va a conseguir exclusivamente por medio de la discusión y la lucha ideológica- que los trabajadores aprendamos también en la práctica y profundicemos nuestra conciencia de clase en las luchas concretas. A través de esas luchas concretas, de la incorporación a su desarrollo de la inmensa mayoría de los trabajadores, la clase obrera debe conquistar la hegemonía ideológica y arrebatársela a las oligarquías. Y es entonces, sólo entonces, cuando tiene sentido llevar la presión -frente a las maniobras antidemocráticas de la clase dominante- hasta donde se haga necesario y hasta donde esté dispuesta a asumirla y a hacerla suya la mayoría consciente.
No es el lugar de desarrollar ampliamente nuestra perspectiva socialista autogestionaria. Pero no podemos olvidarla, ni convertirla en una frase vacía de contenido. Desde esa perspectiva se deduce que el único camino es el de la conciencia y la participación en la lucha concreta de las más amplia mayorías.
Se trata de tejer constante y pacientemente un entramado de solidaridad de clase y voluntad de lucha que acabe por envolver los aparatos represivos
y neutralizarlos, porque en el fondo siempre se basan para actuar en el engaño; y la manipulación de los trabajadores y el pueblo. Este camino de cada día requiere el coraje de entender que no está la victoria a la vuelta de la esquina. Pero es el que puede llevarnos a los trabajadores a la sociedad que deseamos.
El otro camino parece mostrar el triunfo rápido, al alcance de la mano, pero el objetivo se desvanece cuando pretendemos acercarnos porque es un espejismo. Los trabajadores vamos a ganar la sociedad socialista y autogestionaria si a los viejos procedimientos de dominación y explotación, a la violencia como el poder de unos hombres sobre otros, sabemos oponer la fuerza de nuestra voluntad incansable, nuestra organización de masas y nuestra unidad. Eso sí es invencible.