La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

1 de febrero de 2008

Durruti habla ante el micrófono

Entierro de Durruti, La Vanguardia, Barcelona, 24 de noviembre de 1936 (Archivo La Alcarria Obrera)

La trágica muerte de Buenaventura Durruti sirvió para forjar un mito, allí donde siempre hubo un anarquista consciente, coherente y combatiente. Después de su fallecimiento, crecieron hasta la nausea sus pretendidos albaceas testamentarios, aquellos que decían interpretar mejor que nadie sus palabras y que se adueñaban hasta de sus gestos. Comunistas que siempre le atacaron, y que le utilizaron como ariete contra la CNT que decían estaba a punto de abandonar, pescadores en el río revuelto de la Revolución que se proclamaban sus Amigos y utilizaban su figura para erigirse en portavoces de la nada y censores de todo... Por eso, nada mejor que transcribir su testimonio y dejar hablar al compañero. Estas fueron sus palabras en una alocución radiofónica en la noche del 4 de noviembre de 1936, cuando Madrid parecía estar a punto de caer, arrastrando en su caída a la República, y la CNT estaba a punto de entrar en un gobierno que parecía ser el último.

Trabajadores de Cataluña: me dirijo al pueblo catalán, a ese pueblo generoso que hace cuatro meses logró deshacer la barrera de los militarotes que querían someterle bajo su bota. Os traigo un saludo de los hermanos y compañeros que luchan en el frente de Aragón, a unos kilómetros de Zaragoza, y que están viendo las torres de la Pilarica.
A pesar de la amenaza que se cierne sobre Madrid, hay que tener presente que hay un pueblo en pie, y por nada del mundo se le hará retroceder.
Resistiremos en el Frente de Aragón ante las hordas fascistas aragonesas y nos dirigimos a los hermanos de Madrid para decirles que resistan, pues los milicianos de Cataluña sabrán cumplir con su deber, como cuando se lanzaron a las calles de Barcelona para aplastar al fascismo.
No han de olvidar las organizaciones obreras cual debe ser el deber imperioso en los momentos presentes.
En el frente, como en las trincheras, hay un pensamiento, sólo un objetivo. Se mira fijo, se mira adelante con el solo propósito de aplastar al fascismo.
Pedimos al pueblo de Cataluña que se terminen las intrigas, las luchas intestinas; que os pongáis a la altura de las circunstancias; dejad las rencillas y la política y pensad en la guerra. El pueblo de Cataluña tiene el deber de corresponder a los esfuerzos de los que luchan en el frente. No tendrá más remedio que movilizarse todo el mundo; y que no crean que se han de movilizar siempre los mismos. Si los trabajadores de Cataluña han de asumir la responsabilidad de estar en el frente, ha llegado el momento de exigir al pueblo catalán el sacrificio también de los que viven en las ciudades. Es necesaria una movilización efectiva de todos los trabajadores de la retaguardia, porque los que ya estamos en el frente queremos saber con qué hombres contamos detrás de nosotros.
Y que no piense nadie ahora en aumentos de salarios y en reducciones de horas de trabajo.
El deber de todos los trabajadores, especialmente los de la CNT, es el de sacrificarse, el de trabajar lo que haga falta.
Me dirijo a las organizaciones y les pido que se dejen de rencillas y de zancadillas. Los del frente pedimos sinceridad, sobre todo a la CNT y FAI. Pedimos a los dirigentes que sean sinceros. No es suficiente con que nos envíen cartas al frente alentándonos y con que nos envíen ropa, comida, cartuchos y fusiles. Es necesario también darse cuenta de las circunstancias, prever el avenir. Esta guerra tiene todos los agravantes de la guerra moderna y está costando mucho a Cataluña. Se tienen que dar cuenta los dirigentes de que si esta guerra se prolonga mucho, hay que empezar por organizar la economía de Cataluña, hay que establecer un Código en el orden económico.
Si es verdad que se lucha por algo superior, os lo demostrarán los milicianos, que se sonrojan cuando ven en la prensa esas suscripciones a favor suyo, cuando ven esos pasquines pidiendo socorro para ellos. Se sonrojan porque cuando vuelan los aviones fascistas les lanzan periódicos facciosos, en los que se leen suscripciones y consejos idénticos.
Si queréis atajar el peligro, se debe formar un bloque de granito.
Ha llegado el momento de invitar a las organizaciones sindicales y a los partidos políticos para que esto termine de una vez. En la retaguardia se ha de saber administrar. Los que estamos en el frente queremos detrás una responsabilidad y una garantía y exigimos que sean las organizaciones las que velen por nuestras mujeres y por nuestros hijos.
Si esa militarización decretada por la Generalidad es para meternos miedo y para imponernos una disciplina de hierro, se han equivocado, e invitamos a los que han confeccionado el Decreto a que vayan al frente a ver nuestra moral y nuestra disciplina y luego vendremos nosotros a comparar aquella con la moral y la disciplina de la retaguardia.
Estad tranquilos. En el frente no hay ningún caos, ninguna indisciplina. Todos somos responsables y conocemos el tesoro que nos habéis confiado. Dormid tranquilos. Pero nosotros hemos salido de Cataluña confiándoos la Economía. Responsabilizaos, disciplinaos. No provoquemos con nuestra incompetencia, después de esta guerra, otra guerra civil entre nosotros.
Si cada cual piensa en que su partido sea el más potente para imponer su política, está equivocado, porque frente a la tiranía fascista sólo debemos oponer una fuerza, sólo debe existir una organización, con una disciplina única.
Por nada del mundo aquellos tiranos fascistas pasarán por donde estamos. Esta es la consigna del frente. A ellos les decimos: “¡No pasaréis!” A vosotros: “¡No pasarán!”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Salud compañeros, enhorabuena por el blog


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