Folleto del MC, 1976 (Archivo La Alcarria Obrera)
El Movimiento Comunista fue uno de los grupos más activos de la izquierda revolucionaria durante los años del tardo franquismo y de la Transición. Hundía sus raíces en una de las primeras rupturas de ETA, la corriente conocida como ETA berri, y en Euskal Herria tuvo siempre su base principal, partiendo del nacionalismo revolucionario evolucionó hacia el maoísmo, aunque muy pronto elaboró una línea ideológica comunista y revolucionaria de perfiles poco definidos y al margen de etiquetas, lo que le permitió adaptarse a los cambio sociales y sobrevivir hasta la última década del siglo XX y convertirse al finalizar la Transición en uno de los principales referentes de la izquierda extraparlamentaria. Aquí presentamos el texto Nuestros objetivos, publicado como folleto en el año 1976 y en el que resume su historia y sus propuestas para el futuro en esos trascendentales momentos.
Presentación
El Movimiento Comunista, en tanto que tal, nace en enero de 1972.
Esta constitución es el fruto del desarrollo organizativo político e ideológico del núcleo inicial, localizado en las provincias vascas, que recibía el nombre de Movimiento Comunista Vasco. En octubre de 1971 se concluye un acuerdo de fusión entre este y la Organización Comunista de Zaragoza.
En los años inmediatamente posteriores a su constitución, el partido conoce un amplio desarrollo, tanto por la entrada en él d nuevos militantes, como por la unión con otras organizaciones. Así, en el mismo año 1972 tiene lugar la unión con la organización valenciana Unificación Comunista, unión que convirtió al MCE en uno de los partidos de mayor presencia entre el pueblo del País Valencia; más tarde se produjo la unión al MCE de la Federación de Comunistas, que dio al Partido una cierta implantación en Madrid y otros puntos de Castilla y en Galicia; más posterior fue la entrada de un grupo de comunistas asturianos independientes y muy reciente la incorporación del MC del Grup de Formación Marxista-Leninista de Mallorca.
EL MCE celebró su primer Congreso en el verano de 1975. El Congreso, reunido en la clandestinidad y con participación de representantes de las organizaciones de las diferentes nacionalidades y regiones, así como de la emigración, aprobó la Línea Política e Ideológica del Partido, definió la táctica general a seguir, precisó los estatutos y eligió al comité Central.
El Comité Central elegido en el Congreso ha celebrado hasta hoy cuatro Sesiones Plenarias. En la segunda de ellas, en enero de 1976, entre otras medidas, decidió el cambio de nombre del Partido, que a partir de esa fecha se llama Movimiento Comunista (anteriormente Movimiento Comunista de España), incorporando en cada nacionalidad el nombre de ésta, Así MC de Catalunya, de Euskadi, de Galicia, del País Valencia, de les Illes.
En la actualidad integran el MC hombres y mujeres de todas las nacionalidades y regiones del Estado español, con la única excepción de las Islas Canarias. Su fuerza principal se sitúa en las siguientes zonas: Euskadi, Galicia, Aragón, Madrid, País Valencia, Catalunya y Asturias. De entre sus miembros, el 60% son trabajadores, en su mayoría obreros industriales, y el 40% restante lo componen estudiantes y profesionales: profesores, médicos, abogados, etc. Del total de su miembros un tercio, aproximadamente, son mujeres.
El MC mantiene una decidida voluntad de abrir sus puertas a todos los hombres y mujeres del pueblo trabajador que simpaticen con su política y quieran marchar con nuestro Partido a la conquista de la Libertad y el Socialismo. En su IIIª Sesión Plenaria, el Comité central estableció que -además de los militantes que participan en su organización regular- pueden formar parte del Partido, en calidad de miembros adherentes, todos aquellos hombres y mujeres del pueblo que estén dispuestos a defender su política, desplegar una actividad bajo la orientación y el control de una de sus organizaciones y cotizar regularmente, sin la exigencia de una militancia en la organización regular del Partido.
Sensible a la creciente incorporación de la juventud a la acción política y al potencial revolucionario que en ella hay, el MC ha impulsado la formación de diferentes organizaciones políticas de jóvenes, en las diversas zonas del país, a las que apoya en su desarrollo y orienta políticamente. En Madrid lo hace con el Movimiento de Juventudes Comunistas (MJC).
El órgano central del MC es la publicación quincenal Servir al Pueblo. En la actualidad su tirada rebasa los 50.000 ejemplares.
Además de Servir al Pueblo, es editan otras publicaciones del Partido en las diferentes nacionalidades y regiones. Así, el MC de Catalunya edita La Veu dels Traballadors, edición doble en catalán y castellano. El MC del País Valencia, La Causa del Poble. El MC de Galicia, Galicia en loita. EL MC de Euskadi, Zer Egin? (¿Qué hacer?) y la revista Komunistak. La organización de Aragón edita el periódico Aragón obrero y campesino; la de Asturias, Octubre; la de Madrid, Madrid en pie, y la de Burgos, La causa del pueblo burgalés. El volumen de cada una de estas publicaciones es variable, según las nacionalidades y regiones.
Para el MC el trabajo entre la clase obrera ocupa el puesto de primera importancia. El MC se considera un partido obrero, de clase, entendiendo por tal que los intereses que representa y defiende no son otros que los de la clase obrera y los de las masas trabajadoras del campo y la ciudad, en general; al mismo tiempo considera que la clase obrera constituye la fuerza principal y más combativa en la lucha por la Libertad y el Socialismo. Por todo ello dedica sus mayores esfuerzos a la labor entre las masas trabajadoras.
Políticamente, el MC se esfuerza por difundir entre las masas trabajadoras las ideas revolucionarias que defiende y por orientar de una manera firme y consecuente su lucha por la Libertad y el Socialismo, por sacudirse el grupo de la explotación capitalista. En el terreno sindical, nuestro Partido desarrolla un trabajo constante a favor de la unidad sindical, de un Sindicato Obrero, Democrático y unitario, en el que todos los trabajadores participen de forma activa y directa; todos los militantes obreros del MC son miembros de CCOO, contribuyendo a su desarrollo y sosteniendo en todos los organismos de esta organización en que están presentes –desde las comisiones de fábrica hasta el Secretariado estatal- la defensa de las posturas favorables a la unidad sindical.
Asimismo, el MC constituye una fuerza de peso dentro de la lucha ciudadana de los habitantes de los barrios populares, en las Asociaciones de Vecinos y demás organizaciones de masas del movimiento ciudadano. En la lucha por la democratización de la vida municipal, para poner fin a la especulación del suelo y, en general, por un mejoramiento a fondo de las condiciones de vida, sanidad, educación... en los pueblos y barrios populares, nuestro Partido ocupa un puesto destacado.
El MC pone todo su empeño en hacer mayor su presencia política y organizativa –hoy reducida aún, salvo en Aragón- entre los trabajadores del campo que han de constituir, junto con la clase obrera, una de las principales fuerzas en la lucha por el socialismo.
Por último, el MC despliega una importante labor entre los estudiantes universitarios, difundiendo las ideas revolucionarias y organizando su lucha contra el régimen franquista y por la democratización de la enseñanza, esforzándose por unir su lucha con las de las masas trabajadoras. Entre los profesionales la labor es más reciente y aún escasa, aunque en ciertos sectores ha cobrado ya una importancia.
En la actual fase de lucha por la libertad, la lucha por acabar con el régimen franquista, en que nos encontramos, el MC entiende que es necesario aplicar una amplia política de alianzas, abierta a todas las fuerzas de la oposición democrática, con el objetivo de aislar a los enemigos de la libertad y con la decisión de apoyarse firmemente en la movilización de masas de todos los sectores democráticos para acelerar el derrumbamiento de la dictadura y conquistar un régimen de plenas libertades democráticas.
Fiel a esta idea, nuestro Partido es miembro de Coordinación Democrática, organismo en cuya fundación tomó parte junto con otras fuerzas políticas y sindicales. Asimismo participa en todas las Coordinaciones Democráticas de ámbito regional existentes en la actualidad.
Desde junio de 1974 el MC pertenece a la Assemblea de Catalunya, y es miembro de pleno derecho de su Comisión Permanente. Participó desde su fundación en el Consell Democrátic del País Valenciá y en la Taula de Forces Politiques del País Valenciá, organismo resultante de la unión entre el anterior y la Junta Democrática del País Valenciá. Asimismo está integrado en el Consello de Forces Políticas Galegas. Por último, ha participado activamente en la reciente formación de la Assemblea Democrática de Mallorca.
En todos los organismos, el MC trata de estrechar lazos con todas las organizaciones pertenecientes a los mismos que mantienen unas posturas firmes y consecuentes en la defensa de sus programas políticos, que apoyan sin reservas la movilización popular y la consideran el factor principal en la lucha por la libertad y que defienden sin reservas la necesaria unidad entre todos los organismos de la oposición, como instrumento necesario para acelerar la caída del régimen franquista.
Objetivos generales. La lucha por el socialismo
El MC tiene como objetivo la conquista del socialismo, como medio para la formación de una nuevo tipo de sociedad en que desaparezcan la existencia de clases y la dominación de unos hombres por otros.
Para alcanzar esa meta, el MC se esfuerza por levantar un gran partido de izquierda revolucionaria, unido como uña y carne al pueblo trabajador y capaz de dar respuesta adecuada a los problemas del momento, favoreciendo constantemente la marcha hacia la evolución socialista. El MC recoge y hace suyos los principios y experiencias del marxismo-leninismo, como guía para llevar a cabo tal tarea.
La sociedad socialista por la que lucha nuestro Partido será la obra de los hombres y mujeres de todos los pueblos del Estado español, que habrán de participar activamente en su construcción haciéndola avanzar de acuerdo con sus necesidades sociales y culturales de nuestro país. Una sociedad que recoja las tradiciones positivas y las aspiraciones más sentidas de nuestro pueblo trabajador.
En el orden económico, el socialismo será un sistema en el que los medios de producción pasen de ser propiedad privada de unos pocos a ser propiedad colectiva de las clases trabajadoras. Esto hará posible la supresión de la explotación de los trabajadores a manos de los capitalistas y la orientación de la actividad económica hacia la satisfacción de las necesidades populares y la fraterna colaboración entre los pueblos, y no hacia la obtención de mayores beneficios para unos pocos bolsillos.
A diferencia de lo que ha hecho el capitalismo español, el socialismo prestará atención a un desarrollo económico planificado y equilibrado, manteniendo unas proporciones adecuadas entre la producción y el consumo, entre el campo y las ciudades y entre las diferentes nacionalidades y regiones.
La construcción del socialismo pasa primero porque el pueblo trabajador conquiste el poder político
En las sociedades capitalistas el poder pertenece a la burguesía.
En las sociedades capitalistas el poder pertenece a la burguesía que, bajo formas terroristas o bajo formas parlamentarias, ejerce su dictadura sobre las demás clases sociales.
Para terminar con el capitalismo, con la explotación del hombre por el hombre, para edificar el socialismo, es necesario arrebatar el poder a la burguesía y crear un nuevo poder de los trabajadores. Esto es, hay que desmontar el Estado burgués, poner en pie un nuevo Estado que permita el ejercicio real del poder por parte de las clases trabajadoras y llevar a cabo una política de expropiación de la burguesía y de lucha contra los enemigos del socialismo.
A este nuevo Estado, el marxismo le ha dado el nombre de Dictadura del Proletariado. Con este término se trata de indicar que para acabar con la dictadura de la burguesía hay que pasar por un período basado en una nueva legitimidad revolucionaria, en un poder de los trabajadores que mantenga una actitud resueltamente anticapitalista y actúe con firmeza contra los intentos de restauración del régimen burgués.
Para la inmensa mayoría de la población, el socialismo supondrá un gran desarrollo de las libertades democráticas. En el socialismo los trabajadores han de tener una intensa participación en la designación, el control y la destitución, siempre que sea conveniente, de sus representantes en los órganos de poder. En las sociedades capitalistas con formas parlamentarias la participación del pueblo trabajador en la vida política se limita a dar su voto en las elecciones que se celebran cada equis años; bajo el socialismo el pueblo no sólo tendrá derecho al voto sino que, como acabamos de decir, se crearan normas de participación popular directa y permanente en el poder, de manera que se edifique una auténtica democracia de los trabajadores, una democracia de la inmensa mayoría de la población.
La eliminación de la propiedad privada de los medios de producción, al privar así a los explotadores del enorme poder económico que les permite controlar la vida política en los regímenes burguesas –incluso en los más democráticos de ellos-, permitirá abrir paso a una democracia plena, en la que no existirán las desigualdades y las arbitrariedades que la propiedad capitalista produce.
Esta es la sociedad por la que luchamos. Los comunistas no somos amantes de la violencia. El Movimiento Comunista desearía que nuestros pueblos pudieran llegar a la sociedad socialista sin derramar una sola gota de sangre; sin embargo, la historia entera –tanto la española como la universal- nos muestran que las clases explotadoras no vacilan en desencadenar la violencia cuando la marcha pacífica de la historia les es desfavorable y anuncia el hundimiento de su dominio. La España de 1936 y el Chile reciente están en la memoria de todos. Sabiendo esto, nuestro partido no regateará esfuerzos en preparar al pueblo para hacer frente, llegado el momento, a la violencia reaccionaria que pueda desencadenar la burguesía para frenar la marcha de los trabajadores hacia la conquista del poder.
Aparte de socializar la banca y las industrias y las redes comerciales de la gran burguesía y establecer un sistema de poder popular, el nuevo régimen socialista deberá dar solución a los demás problemas urgentes y graves que tiene hoy nuestro país:
-Se llevará a cabo una profunda reforma agraria que permita a los que viven y trabajan en el campo llevar una existencia digna, libres del caciquismo y la miseria. Se expropiarán las tierras de los latifundistas y se entregarán a los campesinos para su cultivo.
-Se practicará una política exterior de completa independencia nacional, manteniéndose el nuevo régimen socialista al margen de los actuales bloques militares y con una política internacional de neutralismo activo.
-Habrá una completa separación entre la Iglesia y el Estado. El Estado asignará la libertad de conciencia y de culto.
-Los pueblos vasco, gallego, catalán, valenciano y balear podrán decidir libremente sobre su propio destino, acabando así con la odiosa desigualdad de derechos que esos pueblos tienen hoy. La personalidad de las regiones, tales como Aragón, Canarias, Asturias, Andalucía…, será reforzada y atendidas sus reivindicaciones.
-La España socialista habrá de favorecer muy activamente la liberación de la mujer, hoy escandalosamente discriminada.
Estos son los objetivos más importantes y las tareas principales a las que en un primer momento habrá de dar solución el régimen socialista por el que luchamos los comunistas.
Conquistar la libertad
Para el MC este es el principal objetivo político en la España de hoy, el más inmediato y el que posibilita movilizar toda la energía revolucionaria de las masas populares del país. Es el objetivo que persiguen millones de españoles, los millones de hombres y mujeres que sufren desde hace cuarenta años las consecuencias de un régimen despótico y antipopular, edificado sobre la sangre de tantos miles de demócratas.
Los actuales son momentos en que la lucha por la libertad, por la democracia, incorpora a cientos de miles de personas de todos los pueblos de España, un movimiento que es el reflejo de una sociedad que marcha de forma incontenible a poner fin a la dictadura franquista. Son momentos también en que el Régimen, consciente de que no puede poner freno por siempre a esta presión popular, trata de ganar tiempo, de hacer pasar gato por liebre, buscando cambiar ciertas cosas para conservar el control del poder político.
La democracia y el Régimen franquista son dos cosas incompatibles, porque el segundo es precisamente la negación de la primera. La libertad no va a venir, no puede venir de la mano de aquellos que precisamente la han combatido y pisoteado durante estos cuarenta años. Durante estos años han respondido a las exigencias de libertad con la represión más brutal; hoy la siguen empleando pero ante la evidencia de que ya no pueden frenar así a un pueblo en marcha, utilizan al mismo tiempo las promesas de unos cambios políticos que no solo son raquíticos, sino que además nunca llegan.
Los comunistas entendemos –y junto a nosotros, todos aquellos que desde posiciones ideológicas diferentes defienden con firmeza la lucha por la libertad- que esta sólo se alcanzará de una manera completa, sin recortes sin discriminaciones, acabando con el régimen franquista, con sus leyes y con sus instituciones, con su aparato represivo. Sólo así será posible una auténtica libertad.
Frente a la política reformista del poder, que persigue únicamente retrasar lo inevitable, la tarea más importante del momento consiste en poner en pie un amplio movimiento de masas tras las exigencias democráticas, que pongan fin a la dictadura y establezca un poder democrático encargado de llevar a cabo la transformación del país; un movimiento de masas que haga realidad la ruptura democrática.
Para el Movimiento Comunista, conquistar la libertad, acabar con el fascismo, supone, pues, el establecimiento de ese nuevo poder democrático encargado de llevar a cabo las medidas democráticas elementales que enumeramos a continuación:
1º) Formación de un Gobierno Provisional, que represente a las diferentes corrientes políticas democráticas y a los Gobiernos provisionales que habrán de formarse al mismo en las nacionalidades y regiones que lo deseen.
2º) Este Gobierno decretará de forma inmediata una Amnistía Total, que ponga a todos los presos políticos demócratas, sin excepción, en la calle y que permita el libre retorno de los exiliados políticos. Al mismo tiempo, el Gobierno anulará todas las leyes represivas del Régimen franquista y reconocerá sin reservas las libertades políticas y sindicales.
3º) Todas las instituciones heredadas del franquismo (Cortes, Consejo del Reino, Consejo Nacional, etc.) han de ser suprimidas automáticamente, abriéndose un proceso Constituyente que se cerrará con la redacción de una Constitución por una Asamblea Constituyente elegida por sufragio universal y en la que las diferentes corrientes políticas habrán de estar representadas en forma proporcional al número de votos obtenidos en las elecciones. Dentro de este proceso constituyente, el pueblo decidirá sobre la forma de Estado y de Gobierno, no pudiendo ser aceptada, sin una decisión libre del pueblo, la actual Monarquía impuesta antidemocráticamente por Franco. Llegado el momento de decidir, el Movimiento Comunista defenderá la alternativa de República federal y democrática.
4º) En las nacionalidades y en las regiones cuyas fuerzas democráticas así lo reivindiquen, se establecerán, inmediatamente, regímenes provisionales de autonomía. El Gobierno democrático habrá de reconocer sin reservas el derecho al autogobierno y a la autodeterminación de los pueblos. Las lenguas minoritarias se declararán cooficiales en sus áreas respectivas.
5º) Se disolverán inmediatamente las policías políticas y se separarán de los cuerpos armados y de la administración de la justicia a todos aquellos elementos enemigos declarados de la democracia y a los que durante estos cuarenta años se han destacado en la represión y la persecución del pueblo. Se suprimirán los tribunales políticos especiales, tanto civiles como militares. Se destruirán los archivos de las policías políticas. Se formará una comisión democrática de investigación de las actividades policíacas, instruyéndose públicamente los oportunos sumarios que habrán de dar lugar a los correspondientes juicios públicos.
6º) Se han de anular todos los acuerdos internacionales que ponen a nuestro país en una situación de dependencia con respecto a cualquier potencia extranjera. Eliminación de las bases americanas que existen sobre nuestro suelo, por ser una amenaza para la paz y para la seguridad de nuestro pueblo y porque suponen una pérdida de nuestra independencia nacional. Separación de la Iglesia y el Estado.
7º) Levantamiento de los topes salariales. Atención a las justas reivindicaciones de los trabajadores de la ciudad y del campo. Medidas urgentes contra el paro, para frenar la inflación y para controlar los precios.
En defensa de esta plataforma democrática el Movimiento Comunista llama a todos los trabajadores, campesinos, estudiantes, intelectuales… a todos los que luchan por la libertad. Los llama a participar activamente en las movilizaciones de masas que pongan fin al fascismo y abran para España un futuro libre y democrático.
¡Por la libertad!
¡Por el Socialismo!