La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

31 de mayo de 2013

Gobernadores civiles de Guadalajara

Decía Joaquín Costa que los tres elementos del sistema caciquil que gobernó Guadalajara y España durante la Restauración eran: “Los oligarcas, los llamados primates, prohombres o notables de cada bando que forman su plana mayor, residentes ordinariamente en el centro; los caciques, de primero, segundo o ulterior grado, diseminados por el territorio; y el gobernador civil, que les sirve de órgano de comunicación y de instrumento”. Sin embargo, los gobernadores civiles han sido poco conocidos y estudiados por los historiadores: temidos en su tiempo, omnipotentes y omnipresentes cuando gobernaban y olvidados cuando perdían su cargo. Como ya hicimos en La Alcarria Obrera rescatando los nombres de todos los diputados y senadores de la provincia y de la nómina completa de los alcaldes de la capital, recordamos ahora la relación de gobernadores civiles de Guadalajara desde la Revolución Gloriosa de 1868, que cambió sus atribuciones, hasta el final de la Guerra Civil.

GOBERNADORES CIVILES DE GUADALAJARA
José Domingo de Udaeta Ferro, octubre 1868 / septiembre 1869
José Benito Amado Boullosa, septiembre 1869 / marzo 1871
Hermenegildo Estévez Hernández, marzo / noviembre 1871
Joaquín Sancho Garrido, noviembre 1871 / febrero 1872
Juan de la Cruz Martínez Ruiz, febrero / junio 1872
Benito Pasarón Lima, junio 1872/ marzo 1873
Antonio Altadill Teixidó, marzo / junio 1873
José Lorenzo Prades, julio 1873 / enero 1874
Juan Felipe Sendín García-Hidalgo, febrero / mayo 1874
Juan de la Cruz Martínez Ruiz, mayo / noviembre 1874
Sixto Primo de Rivera Sobremonte, noviembre 1874 / enero 1875
Vicente Rico Sánchez-Tirado, enero / julio 1875
Augusto José de Casanova, julio / septiembre 1875
Francisco Saúco Brieba, septiembre / octubre 1875
Antonio Alcalá-Galiano, octubre 1875 / julio 1878
Carlos de Ochoa Medrano, agosto 1878 / marzo 1879
Francisco Saúco Brieba, marzo / septiembre 1879
Antonio Senarega Luchardi, septiembre 1879 / abril 1880
Aquilino Herce y Coumes-Gay, abril / mayo 1880
Manuel Stárico Ruiz, mayo / diciembre 1880
Federico Terrer Gálvez, enero / febrero 1881
Miguel Fernández Balmaseda, febrero / octubre 1881
Santiago Herráiz Figueroa, octubre 1881 / noviembre 1883
Juan Crisóstomo Gómez, noviembre 1883 / febrero 1884
Tomás de Melgar Quintano, febrero / noviembre 1884
Juan del Nido Segalerva, noviembre 1884 / diciembre 1885
Rafael Martos, diciembre 1885 / julio 1886
Santiago Herráiz Figueroa, julio 1886 / marzo 1887
Gregorio de Mijares Sobrino, marzo 1887 / agosto 1888
José Gabriel Balcázar Rodríguez, agosto / noviembre 1888
José Escrig Font, enero 1889 / julio 1890
Manuel Camacho Fernández, julio 1890 / marzo 1891
Cándido Soldevila Sanmartí, abril 1891 / agosto 1892
Juan Antonio Martín Sánchez, agosto / diciembre 1892
Francisco Rivas Moreno, diciembre 1892 / abril 1893
Salustiano Fernández de la Vega, abril 1893 / marzo 1895
Mariano Ripollés Baranda, marzo / noviembre 1895
Javier Betegón Aparici, noviembre 1895 / junio 1897
José del Hierro Alarcón,  junio / octubre 1897
Miguel Mathet Coloma, octubre 1897 / abril 1898
Juan Sánchez Lozano, abril 1898 / marzo 1899
José Díaz de la Pedraja, marzo / julio 1899
Enrique Corcuera Menéndez, julio 1899 / enero 1900
Laureano Irazazábal Echevarría, enero 1900 / marzo 1901
Juan Sánchez Lozano, marzo / agosto 1901
Narciso Ribot March, agosto 1901 / febrero 1902
José Carreño de la Cuadra, febrero / julio 1902
Carlos Moreno González del Campillo, julio / diciembre 1902
Juan Menéndez Pidal, diciembre 1902 / diciembre 1903
José Coello Pérez del Pulgar, enero / octubre 1904
Luis de la Torre Villanueva, noviembre 1904 / febrero 1905
Sixto Morán Arroyo, febrero / junio 1905
Luis de Fuentes Mallafré, julio 1905 / julio 1906
Eduardo Ortiz Casado, julio 1906 / enero 1907
José Álvarez Pérez, febrero 1907 / febrero 1909
Antonio Villamil Marracci, febrero / octubre 1909
Joaquín Tenorio Vega, octubre / febrero 1910
Pedro Sainz de Baranda, marzo 1910 / diciembre 1911
Patricio López González de Canales, diciembre 1911 / julio 1913
Victoriano Ballesteros Rubio, julio / octubre 1913
Antonio Villamil Marracci, noviembre 1913 / mayo 1915
Pedro Martínez Calvo, junio / diciembre 1915
Patricio López González de Canales, diciembre 1915 / junio 1917
Pedro Martínez Calvo, junio / octubre 1917
Mariano Agrela, octubre / noviembre 1917
Diego Trevilla Paniza, diciembre 1917 / abril 1919
Alfonso Rodríguez Rodríguez, mayo / agosto 1919
Luis Mazzantini Eguía, agosto / diciembre 1919
Luis Maraver Serrano, diciembre 1919 / junio 1920
Eladio Santander Gallardo, julio / octubre 1920
Antonio Mazorra Ortiz, octubre 1920 / agosto 1921
José Gutiérrez Díaz, septiembre 1921 / marzo 1922
Justo Sarabia, marqués de Hazas, marzo / diciembre 1922
Melchor Ruiz del Árbol, diciembre 1922 / septiembre 1923
Hilarión Martínez Santos, septiembre 1923 / abril 1924
José García-Cernuda, abril / noviembre 1924
José Gil de Angulo, noviembre 1924 / febrero 1927
Luis María Cabello Lapiedra, febrero 1927 / agosto 1930
Benito Torres Torres, febrero / agosto 1930
Ramiro Goyanes Crespo, agosto 1930 / abril 1931
Gabriel González Taltabull, abril / mayo 1931
José León Trejo, mayo / octubre 1931
Juan Lafora García, octubre 1931
Ceferino Palencia Álvarez-Tubau, octubre 1931 / octubre 1932
Miguel Benavides Shelly, noviembre 1932 / septiembre 1933
Pompeyo Gimeno Alfonso, septiembre / octubre 1933
Rafael Terol Soriano, octubre / diciembre 1933
Pompeyo Gimeno Alfonso, diciembre 1933 / diciembre 1935
José Antonio Plaza Ayllón, diciembre 1935 / enero 1936
Antonio Suárez-Inclán Prendes, enero 1936
Miguel Risueño García, enero / febrero 1936
Miguel Benavides Shelly, febrero / diciembre 1936
Francisco Rodríguez Rodríguez, diciembre 1936 / julio 1937
Ernesto Vega de la Iglesia Manteca, julio 1937 / mayo 1938
José Cazorla Maure, mayo 1938 / marzo 1939
Manuel González Molina, marzo 1939

16 de mayo de 2013

Sindicalistas y cooperadores, de Rivas Moreno

Dedicatoria de Francisco Rivas Moreno en uno de sus libros (Archivo La Alcarria Obrera)

Francisco Rivas Moreno fue un intelectual francotirador, es decir, que iba por libre y no seguía la corriente mayoritaria de su entorno. Nacido en el pueblo ciudadrealeño de Miguelturra fue regionalista en una Castilla que se veía más como esencia de España que como uno más de los territorios que la componían. Ajeno también a esa defensa a ultranza de la propiedad privada que la burguesía mesetaria usaba como arma arrojadiza, pero sin ser nunca un colectivista convicto, fue un agrarista que defendía la vía intermedia de las cooperativas campesinas. Político liberal, integrado en un sistema oligárquico y caciquil en el que no se sentía cómodo. Periodista prolífico, que fundó, dirigió o colaboró con una larga lista de publicaciones de Ciudad Real, de Madrid y del resto de España. Es, sin embargo, un gran desconocido, a pesar de haber sacado de la imprenta varias docenas de libros. Hoy reproducimos el último capítulo de su obra Parcelación de latifundios y cooperación integral, publicado en 1919. Durante unos meses fue gobernador civil de Guadalajara.

Sindicalistas y cooperadores
El abolengo del Sindicalismo se encuentra en los antiguos gremios y en las cooperativas de producción.
La idea capital que informa las orientaciones sindicalistas es la asociación obrera por oficios, y esto de antiguo lo viene practicando el Socialismo en todos los países.
No hay, por tanto, en el programa sindicalista novedades que puedan sorprender a los que siguen atentamente el proceso social de las reivindicaciones obreras, pues su enemiga al sistema parlamentario, su amor a los procedimientos de violencia, a la dictadura y al deseo de que se socialicen la tierra y las industrias son particulares de rancia historia, pobremente cimentados y que fácilmente se refutan.
Si el sindicalismo estudiara sin apasionamientos sectarios el desenvolvimiento de las actividades cooperativistas, vería que en este sector de la vida social están sus aspiraciones atendidas dentro de lo que la justicia y la realidad permiten.
La organización de los obreros por gremios es condición precisa para llegar a establecer las cooperativas de producción.
Esta es la primera y más importante coincidencia que debemos señalar entre los procedimientos que recomiendan los sindicalistas y las normas de la cooperación.
Nosotros deseamos que cada gremio trabaje por su cuenta los elementos Industriales que constituyen su especialidad; y a este respecto buscamos una perfecta armonía entre los técnicos y los manuales para que aúnen sus esfuerzos en las nuevas organizaciones, como socios industriales y capitalistas que unos y otros han de ser.
Nos lleva este camino directamente a la supresión del patrono en la forma que ahora interviene en la producción; pero sus derechos todos serán respetados y a este efecto se le indemnizará en forma equitativa el importe de los inmuebles y elementos de trabajo que entregue a los gremios.
Como se ve, para nosotros el derecho de propiedad es tan sagrado cuando hay que ampararle en los patronos como al cuidarnos de formar el patrimonio de la familia obrera con los beneficios alcanzados por los esfuerzos de los asalariados.
Las enseñanzas recientes recogidas en Rusia y Austria evidencian que la socialización de la tierra y de las fábricas tiene como corolario obligado el desamor de los obreros al trabajo y el desastre de las fuentes de producción.
Sin los fuertes estímulos del interés individual nunca se hizo ni jamás llegará a hacerse una labor penosa. Pretender que un minero sacrifique su vida pasando las horas del día respirando el aire malsano de una galería y agotando sus energías físicas con esfuerzos de extraordinaria violencia, sin que al final de estas faenas vea para él y los suyos justo premio, es soñar con el mayor de los delirios.
En el campo, al socializarse la tierra, los que la cultivasen quedarían en una situación de dependencia respecto del Estado que, lejos de mejorar el presente, le empeoraría, pues el nuevo patrono acomodaría sus acuerdos a las bastardías de pandillaje político; y campesino que no se sometiera incondicionalmente a los caprichos y conveniencias de los directores de los asuntos públicos, sería sustituido por algún doméstico de los santones imperantes.
De modo muy distinto sucederán las cosas si los latifundios se entregan a las instituciones obreras para que los cultiven con arreglo a las disciplinas de la cooperación integral pues en estos organismos jamás se reflejarán las luchas entre el capital y el trabajo; y el problema de las horas de labor y el de los salarios, que tantos conflictos han originado en el campo y en los centros fabriles, jamás provocarán la más pequeña disensión entre los miembros de las cooperativas integrales toda vez que no existen explotadores ni explotados.
¿Cómo respetando el derecho de propiedad pueden los sindicatos encargarse de los latifundios y de las fábricas si sus disponibilidades no les permiten saldar las deudas ni atender a los gastos de explotación?
En Rumania la propiedad territorial estaba en muy pocas manos, y los campesinos trabajan hoy en terrenos que les pertenecen, porque una ley dispuso que los latifundios fueran parcelados con objeto de que la familia agrícola se adueñase de la porción de terreno que precisaba para vivir modestamente con sus rentas. El Estado garantizó el pago de la gran propiedad parcelada y a su favor quedaron hipotecadas las tierras de los campesinos con las mejoras que en ellas se fueron acumulando.
Las cooperativas fabriles de producción pueden contar con los fondos de reserva de las de consumo, con las economías de los obreros y con los cientos de millones que destinan el Ahorro postal y las instituciones análogas a comprar papel del Estado.
Insisto en la idea de que estos caudales debían servir para fundar Bancos populares. Estas instituciones serían un valioso auxiliar para el desarrollo de todas las actividades. De las enormes sumas que hay improductivas en las cuentas corrientes de los Bancos, la acción oficial puede y debe tomar disposiciones para que tengan una inversión útil, excusando de este modo serios perjuicios a la economía nacional.
Aquí viene como anillo al dedo la frase de Waldeck-Rousseau, de que el capital debe trabajar, y el trabajo poseer. Los patronos, al entregar sus fábricas, estipularían las condiciones de pago y el interés anual que debía fijarse al capital. Este nunca excedería del 5 por 100. El sistema propuesto en Francia de emitir acciones para los obreros y los patronos me parece poco práctico.
Para afianzar el buen éxito de estas empresas sólo hace falta que por la educación y la cultura se consiga formar fuertes hábitos de ciudadanía y que las disciplinas de la Ética actúen con igual eficacia sobre todas las clases sociales. El porvenir presenta amplios horizontes para los técnicos. Ellos pueden formarse con hombres de todas las capas sociales.
La evolución lleva por caminos fáciles al logro de las justas aspiraciones de la familia obrera, y como no se siembran odios, no hay que cosechar luchas de clases. Lo contrario precisamente que sucede cuando los asalariados confían el logro de sus anhelos a la revolución.
Del parlamentarismo que en España tenemos pueden contarse con los dedos de la mano los hombres de recto sentido que no desean su inmediata desaparición. Las elecciones, hechas en todo tiempo por procedimientos que falsean la verdad del sufragio, han llegado a convencer a la opinión de que vivimos fuera de un régimen de democracia y que los Gobiernos excusarían al país gastos y molestias publicando en la Gaceta los nombres de los representantes de las provincias en la Asamblea nacional. Esto, al menos, tendría la recomendación de estar informado por los cánones de la sinceridad.
El sindicalismo no podrá prescindir de un cuerpo deliberante organizado con las representaciones de todas las entidades legalmente acreditadas. Poco importa que a esta Asamblea se la llame Sindicato único o Comité de obreros y soldados: lo esencial es las prerrogativas de que esté revestido este organismo.
Los cooperadores abogamos por que la representación parlamentaria se haga exclusivamente por los sindicatos, debiendo recaer la elección precisamente en un miembro de los que integren dichas asociaciones. Esta es la única manera de que todas las actividades hagan oír sus aspiraciones a la hora de legislar.
La opinión sana del país protesta con sobrada razón contra el absurdo de que los comicios sólo den sus sufragios a los abogados. Las divagaciones parlamentarias son corolario obligado de dicha conducta, y el descrédito en que ha caído el sistema representativo impone como remedio urgente y único la elección por gremios. Esto dará garantías de competencia y extirpará las malas artes que hoy tienen prostituido el Cuerpo electoral.
Los que defendemos los ideales democráticos con los arrestos y entusiasmos propios de arraigados convencimientos, es lógico que abominemos de esa dictadura sindicalista, que sería el mayor baldón que podría caer sobre una generación que a todas horas alardea de progresiva.

1 de mayo de 2013

Informe del Sindicato de Enseñanza de CNT en 1977

Plenario del V Congreso de la CNT, Madrid, diciembre de 1979

La reconstrucción de la CNT en los últimos meses del franquismo pivotó sobre los grupos clandestinos de antiguos afiliados, que se habían emboscado después de la durísima represión posterior a la Segunda Guerra Mundial, y sobre los núcleos de jóvenes, muchos de ellos aún estudiantes, que se iniciaron en la lucha social al calor de Mayo del 68 y las nuevas propuestas autogestionarias. Tras la muerte del general Franco, y en muy pocos meses, la CNT se mostró como una fuerza insoslayable en el panorama sindical del momento, pero su enorme capacidad de atracción tenía, como contrapartida, la pluralidad de ideas, tendencias, aspiraciones y tradiciones del aluvión de afiliados que llenaron sus filas, y que estallaron desde muy pronto en el seno de los sindicatos confederales hasta traducirse en episodios tan lamentables como el caso Scala o las escisiones de diciembre de 1979 y marzo de 1984. Problemas y dificultades que se recogen y exponen con acierto en el presente informe, elaborado en junio de 1977 por el Sindicato de Enseñanza de Madrid, que agrupaba a trabajadores de la enseñanza y, sobre todo, a cientos de jóvenes estudiantes universitarios que tuvieron un evidente protagonismo en las luchas de PNNs y alumnos en aquellos años. Con este documento podemos comprobar la evolución de la CNT en esos doce meses que transcurren entre junio de 1976 (fecha de redacción de la propuesta teórica que publicamos en la entrada anterior) y junio de 1977 (cuando de elabora el presente documento).

EL SINDICATO DE ENSEÑANZA ANTE EL PRESENTE CURSO
I.- EXPERIENCIAS DEL CURSO 1976-77
El Sindicato de la Enseñanza de la CNT se formó en torno a los siguientes ejes:
-Eje Sindical: Luchas por los problemas laborales y sociales de los trabajadores y los estudiantes.
-Eje Pedagógico: Ir desarrollando uno alternativa libertaria teórica y prácticamente al aparato educativo autoritario.
La forma de organizarse de acuerdo con estos objetivos fue en dos secciones: la Sección de Media y Básica y la Sección de Universidad.
-Sección de Media y Básica: Está a su vez formada por las zonas geográficas: Norte, Sur, Este y Oeste. En cada una de ellas se mezclan maestros de E.G.B., profesores de Instituto, trabajadores de guarderías, colegios privados, academias, formación profesional y alumnos de Enseñanza Media y especiales.
-Sección de Universidad: Se compone de unos doce grupos de PNN y estudiantes de las diversas Facultades y Escuelas Técnicas.
Se puede decir que ha fracasado esta forma de organización, y por tanto algunos de los análisis en que está basada, llevándose al Sindicato a una situación caótica por las siguientes razones:
I-1º.- La mayoría de miembros del Sindicato no están interesados por ninguno de los dos ejes básicos del mismo: la lucha y problemática sindical de los trabajadores de la Enseñanza y la Revolución pedagógica que planteamos.
Este es el caso de la mayoría de los estudiantes (podríamos hacer la excepción de los estudiantes de Magisterio y algunos más).
Si una persona está estudiando una carrera o el bachillerato, lo normal es que le interese aquello que estudia: la Veterinaria o la Ingeniería, por ejemplo, y que la cuestión pedagógica le interese bastante poco, pero todavía le interesan menos los problemas laborales de los trabajadores de la Enseñanza.
I-2º.- Por consiguiente, en líneas generales, el estudiante que se afilia a la CNT, lo hace por identificación puramente ideológica con el anarquismo, similar en este sentido al estudiante que se afilia a un partido político, y no porque le preocupen especialmente los problemas de la Enseñanza. A consecuencia de esto, la tendencia que impondrá en el Sindicato, será la de una actuación de tipo agitatorio a niveles abstractos, en cierto modo similar a la de un partido político de izquierda (esta es la explicación de que de determinados sectores del Sindicato de Enseñanza hayan partido constantemente en este curso iniciativas de todo tipo de campañas y manifestaciones en el Aniversario de Puig Antich, pro-presos…).
I-3º.- El hecho de estar juntos subsectores que no tienen en común casi nada, como ocurre en la Sección de Media y Básica, imposibilita la intervención de la CNT en las luchas que surjan en dichos subsectores, así ha ocurrido en la huelga de PNN de Institutos, en las huelgas de maestros interinos, en el no intento de Boicot a las oposiciones, en la crisis de las academias de COU…
I-4º.- Sección de Universidad: sólo tenemos un número significado de PNN afiliados al Sindicato en la Facultad de Económicas-Complutense. En el grupo de Somosaguas, por tanto, se ha seguido y se ha participado con fuerza en la huelga de PNN (lo cual ha posibilitado que ésta sea casi la única Facultad donde los PNN no han examinado en Junio, a diferencia del ridículo que han hecho en todas las demás, participando en el ceremonial sado-masoquista).
El resto de los PNN del Sindicato (3 o 4 más) se han visto aislados en sus centros y no han podido participar en la lucha sino a niveles personales, a causa de la ausencia de una sección de PNN de Universidad.
La otra cara de la moneda, en esas Facultades de Somosaguas, ha sido que los estudiantes se han visto "avasallados" por la dedicación casi exclusiva del grupo a los problemas de los PNN y no se abordaba la dinámica de las asambleas y luchas de los estudiantes.
I-5º.- Problemas de desmadre en cuanto a la militancia (al reparto de carnets confederales; éste se ha entregado en muchos casos a la primera persona que aparecía en una reunión y luego no se le volvía a ver el pelo. A consecuencia de ello falta de recogida de cotizaciones).
Todo esto ha repercutido negativamente en la imagen pública de la Confederación y en su prestigio.
II.- EL SINDICATO COMO ARMA DE LUCHA EN UNA SOCIEDAD CLASISTA
Los Sindicatos de la CNT, en general, pretenden la unión de todos los trabajadores asalariados y por cuenta propia que no exploten a nadie.
La CNT es por tanto una Central Sindical de Clase. Sus objetivos son la defensa de nuestros intereses a todos los niveles, lo cual conduce en última instancia a la destrucción del capitalismo y la instauración de una sociedad sin clases de ningún tipo. En el sector de la Enseñanza este doble filo reivindicativo y revolucionario se concreta en los dos ejes principales de lucha:
-El eje pedagógico
-El eje sindical
En cuanto al primero de los ejes citados, hemos de tener en cuenta su enorme importancia. Es aquí donde hay que atacar al sistema en uno de los mecanismos básicos que utiliza para su reproducción: el aparato Educativo. EI proceso de lucha contra él no culminará totalmente, si no es dentro del marco global del Comunismo Libertario, pero las bases para un aprendizaje libre hay que irlas sentando desde ahora. La CNT y el Movimiento Libertario, tienen que ofrecer una alternativa pedagógica real, como opción ante lo escuela privada de la derecha y la escuela pública de la "izquierda"; construir esta alternativa no puede físicamente ser tarea única de los Sindicatos de Enseñanza, hemos de contar con el concurso (especialmente necesario en la financiación) de toda la CNT, como rama más consolidada del M.L. Pero sí pueden y deben ser los Sindicatos de Enseñanza los primeros en intentar potenciar un movimiento de Escuelas Populares, racionalistas, de tiempo libre, con unas características libertarias. Esto -a su vez- implica el que los Sindicatos de Enseñanza estén mucho más consolidados de lo que lo están en la actualidad, lo cual sólo se puede conseguir reforzando ahora el aspecto sindical, organizándonos de una forma más lógica, que nos permita coger mucha más fuerza entre los enseñantes.
La organización que proponemos es a partir de los centros concretos cuando sea posible, o en su defecto, de Secciones de trabajadores de los diversos subsectores, desde Guarderías, Universidad… Además el Sindicato quedaría complementado con comisiones de trabajo para aspectos particulares, en donde habría cabida para la colaboración de aquellos que no siendo militantes estén interesados en nuestras actividades.
No obstante lo anterior, tanto las líneas teóricas del Sindicato, como sus concreciones orgánicas ha de ser obra de todos los militantes del mismo y hemos de debatirlo en profundidad en el próximo futuro.
Por otra parte, el Eje Sindical, siempre tendrá que estar muy presente, hasta la victoria final (Revolución Social), puesto que constantemente afluirán nuevas hornadas de trabajadores de la Enseñanza que sentirán la necesidad primaria de organizarse para su defensa y a los que nunca podemos olvidar, para dedicarnos exclusivamente a otras actividades. Aún en el caso de que se consiguiera un fuerte movimiento de Escuelas Populares funcionando paralelamente a les otras escuelas, deberíamos seguir incidiendo en el movimiento obrero de la enseñanza, so riesgo de que este caiga en manos de los sectores autoritarios.
III.- EL EJE SINDICAL
Los trabajadores anarcosindicalistas de la enseñanza no podemos continuar más tiempo sin alternativa a corto plazo para el problema que se nos presenta a nosotros y a nuestros compañeros de trabajo. Este Sindicato renace de la necesidad que como trabajadores tenemos de agruparnos de acuerdo con nuestros principios. ¿Qué pasa con las oposiciones en la Estatal? ¿Qué pasa con los expedientes de crisis en la privada si el MEC corta las subvenciones? ¿Cuántos padres de familia van a quedar sin trabajo?
O nos reorganizamos a tiempo, o llegaremos tarde para resolver estos problemas, como llegamos tarde a otros problemas que se nos plantearon en el pasado. Además, estamos seguros, que nuestros problemas solo los vamos a solucionar nosotros que somos los que de verdad los sentimos día a día en nuestra carne con la incertidumbre actual. Los demás sólo podrán mostrar una solidaridad, que inevitablemente siempre será externa a los problemas, si es que se llega a dar.
IV.- LOS ESTUDIANTES Y EL SINDICATO
La organización conjunta de personas con problemas concretos y dinámicas de lucha muy distintas ha conducido a una parálisis general. La explicación es que nos hemos organizado no según la problemática existente en el capitalismo, sino según nos gustaría que fuera el Aprendizaje en el Comunismo Libertario. ¡Y ni siquiera hemos sido consecuentes con nuestras ideas hasta el final, lo cual hubiese implicado que no existiese la sección de Universidad, puesto que aspiramos a destruirla!
Por tanto, se ha mal interpretado el principio de que la organización de los revolucionarios ha de prefigurar la sociedad a la que se intenta llegar. Puesto que no es que esta organización sea exactamente igual a la sociedad anarquista, sino que el espíritu es el que debe estar presente en las formas organizativas de que nos dotamos; un espíritu anti-jerárquico, solidario, igualitario, fraterno, antiautoritario…
La superación de la relación enseñante-enseñado hay que efectuarla en los Centros educativos, no donde no de da: en el Sindicato.
Tiene muy poco sentido que un profesor esté organizado en el mismo grupo sindical con un estudiante al que no da clase, como ocurre actualmente. Es en el mismo proceso de reproducción de la sociedad burguesa (o sea en el horario de clase) donde se debe efectuar un trabajo común y una crítica constante.
La situación actual impide precisamente que se lleve a cabo un proceso de concienciación masiva tanto entre los enseñantes como entre los enseñados.
Una de las principales conclusiones que puede sacar quien haya vivido de cerca el movimiento estudiantil durante estos años es el carácter no institucionalizable en una organización de todo movimiento estudiantil. Los estudiantes no tienen problemas concretos de importancia permanente, a diferencia de lo que le ocurre al asalariado frente al patrón: por tanto imposible un sindicalismo (caracterizado por su estabilidad) entre los estudiantes.
En cuanto a la idea de que cualquier interesado en el aprendizaje (aunque trabaje en otra rama industrial) puede pertenecer al Sindicato de Enseñanza, como se puede deducir de todo lo anterior, es convertir a lo que debería ser un Sindicato de trabajadores en el colmo de la mezcla heterogénea e inoperante.
VI.- POSIBILIDADES A LOS ESTUDIANTES ANARCOSINDICALISTAS
En el caso de que todos estuviéramos de acuerdo en que no puede existir un sindicalismo de Estudiantes, pensamos que los compañeros estudiantes tendrían varias opciones organizativas:
a.- Juventudes Libertarias. Aprovechando toda experiencia que los compañeros hubieran ido adquiriendo, podrían intentar reforzar la FIJL, entre cuyas actividades podrían ser tanto la de barrios (Ateneos), como la E.M. y Superior combinando el tiempo según las necesidades y oportunidades en cada uno de los sectores.
b.- Crear una Federación Anarquista de Estudiantes dedicada a subvertir las instituciones educativas.
c.- Integrarse activamente en los Ateneos de Barrio, Escuelas Populares…
d.- En caso de que no interesen las actividades anteriores, se puede colaborar con CNT en sus múltiples actividades: consejo de redacción de la prensa confederal, aparato de propaganda, despachos de abogados laboralistas, grupos de estudios económicos, servicio de documentación… o bien colaborar con el Sindicato de Enseñanza en situación de adherido a sus comisiones de trabajo (tal ocurre en Barcelona).

ANEXO DE LA ZONA ESTE
Ante la cuestión de la doble militancia, la Zona Este del Sindicato de Enseñanza de la Federación Local de Madrid de la CNT, hemos acordado por unanimidad (25 asistentes a la reunión) el rechazarlo, basándonos en los siguientes planteamientos:
1) La radical contradicción entre los principios activos de la CNT (acción directa, federalismo, autogestión, antiparlamentarismo…) y los de cualquier organización política que se plantee la toma del poder y la dirección de las luchas.
Por ejemplo: la pertenencia de militantes del PSC (Partido Socialista de Cataluña) a la Confederación Regional de Cataluña (más del 60% de los militantes de la Federación Local de Lérida), supone, ante las próximas elecciones, una contradicción difícilmente solucionable tanto a nivel individual como colectivo (condicionamiento de las luchas cotidianas, boicot de la acción directa para "no-desestabilizar"…).
2) La quiebra de la dinámica interna de la organización al vetársele a unos militantes el ejercicio de los cargos coordinativos (¿o es que son algo más?) y al aparecer peligrosas posibilidades de luchas internas (creación de FAI's, de grupos "sindicalistas"…).
Pensamos que el hecho de las infiltraciones siempre estará presente y que su solución radica en el mantenimiento a ultranza de las formas federativas y autogestionarias de organización.
Por ejemplo: en Barcelona ha habido que expulsar a la gente del PORE, lanzada a una política de "toma de comités". Algunos grupos trotskistas (PORE, LC) se plantean el control de la CNT ("eliminando a la camarilla anarquista") y otros (LCR) el introducir "submarinos" (¿para ir preparando el terreno?).
3) El no aceptar la "doble militancia" no es transformar la CNT en una “organización específica" (sólo de anarquistas) sino en la organización de todos los trabajadores que actúan de acuerdo con esos mínimos principios de acción antes expuestos, lo que hace de ella una organización libertaria amplia.
Creemos que a pesar de la proliferación de grupos políticos y de la manipulación que éstos y los medios de "comunicación" de masas hacen de las luchas, la mayor parte de los trabajadores no militan ni simpatizan con estas organizaciones y, por el contrario, tienen una experiencia de 40 años de combate autónomo (Euzkadi, Ford, Iberia, Roca, Vitoria, San Andrés…) en la línea de acción directa y autogestión de las luchas, y es por ello por lo que hoy más que nunca debe quedar claro quién es quién en cuanto a organizaciones. El actual número de militantes de la CNT (40.000) a poco más de un año de su "resurrección", quita cualquier duda respecto de lo que acabamos de decir y respecto al futuro numérico que a algunos preocupa tanto.
4) La unidad de acción con la base de las demás organizaciones en los aspectos en que se coincida hay que potenciarla. Esto salva la verdadera fuerza unitaria que en realidad exista y evita los problemas y manipulaciones donde no. En definitiva: hace innecesaria la "doble militancia" de marras.
5) La existencia de anteriores acuerdos de la Federación Local en contra de la "doble militancia" está en contradicción con la decisión de aceptarla por parte de algunos sindicatos, poniendo, en todo caso, en duda, los niveles de federación de la misma.
Es por todo esto por lo que vemos la necesidad urgente de realizar un pleno de la Federación Local y proponemos que sea lo más pronto posible (antes de mediados de Junio) y que se intente en él llegar a una decisión por unanimidad (con todas las matizaciones al caso).
ZONA ESTE