La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.
El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.
En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.
28 de diciembre de 2010
¡Dios, Patria, Rey!: un manifiesto de 1869
27 de diciembre de 2010
El plan absolutista del cura de Tamajón
Este plan solo deberá saberlo S. M., el serenísimo señor infante D. Carlos, el excelentísimo señor duque del Infantado, y el marqués de Castelar. El secreto y el silencio son el alma de las grandes empresas.
La noche que se ha de verificar este plan hará llamar S. M. á los ministros, al capitán general y al Consejo de Estado, y estando ya prevenida, entrará una partida de Guardias de Corps, dirigida por el señor infante D. Carlos, haciendo que salga S. M. de la pieza en que estén todos reunidos, en la que quedarán custodiados. En seguida pasará al cuartel de Guardias el mismo señor infante, y mandará arrestar a los Guardias poco afectos al rey. El duque del Infantado debe ir aquella misma noche á Leganés, á ponerse al frente del batallón de Guardias que hay allí, llevando en su compañía á uno de los jefes de dicho cuerpo. A la hora de las doce de la noche, deberá salir de allí aquel batallón, y á las dos, poco más, deberá entrar en esta Corte. El regimiento del Príncipe, cuyo coronel debe estar en buen sentido, se pondrá de acuerdo con el duque del Infantado, y a las tres de la mañana saldrán tropas á ocupar las puertas principales de la Corte.
A las cinco y media deberán empezar la tropa y el pueblo a gritar: viva la Religión, viva el Rey y la Patria, y muera la Constitución. Aquel día deberá arrancarse la lapida, y se pondrá una gran guardia para defenderla, con el objeto de que no se mueva algún tumulto al arrastrarla. En seguida saldrán el mismo ayuntamiento constitucional y la diputación provincial en procesión, y llevará la Constitución para que en este acto público sea quemada por manos del verdugo. Se cerrarán las puertas de Madrid, excepto las de Atocha y Fuencarral, para que no salga nadie, aunque se dejará entrar á los que vengan. Se deberá tener formada una lista de los sujetos que se haga ánimo de prender, y los dueños de las casas donde estén deberán salir responsables. Luego que esto se verifique, deberán salir las tropas á las provincias con un manifiesto para que obren de acuerdo con ellas. Se mandará que todas las armas de los cívicos las lleven á las casas de ayuntamiento, y se prohibirá la reunión de muchos hombres en un punto. Estarán nombradas las autoridades para que empiecen á obrar inmediatamente, y los presos de consideración serán conducidos, por de pronto, al castillo de Villaviciosa con una escolta respetable.
Ventajas de este plan.
1 La sencillez y poca complicación de él.
2 Que únicamente lo deberán saber cuatro o cinco personas á lo más.
3 Mayor proporción para el secreto y el sigilo, que es lo que ha faltado hasta ahora, y por esto no han tenido efecto las tentativas hechas hasta aquí.
4 El que se puede nombrar para la ejecución de este plan las personas más adictas al rey y á la buena cansa.
5 Que S. M. hará ver que tiene espíritu para arrostrar los peligros.
6 No quedará el rey obligado á muchas personas, estando en plena libertad para obrar como le parezca.
7 Dar un testimonio á toda la nación y á la Europa entera, de que la dinastía de los Borbones es digna de empuñar el cetro.
8 Impedir que los enemigos traten tal vez de realizar el plan de acabar con la familia real y con todos los demás que sostienen sus derechos.
Inconvenientes de este plan.
1 El temor que es consiguiente á una empresa como esta, de que peligre la vida de Su Majestad y demás personas que han de realizarlo;
2 La poca gente con que se cuenta al efecto y luego la desconfianza en algunos sujetos.
A lo primero digo, que en circunstancias extraordinarias, consta en las historias haberlas tomado varios emperadores y generales. Por otra parte, el peligro de perder la vida tomando las medidas indicadas, es muy remoto, y el perecer a manos de los constitucionales es casi cierto.
Además, de que ocupados los puestos principales por las tropas con que contamos para la empresa, las demás de la guarnición se estarán en sus cuarteles y quedarán puramente pasivas, pues también temerán muchos de los oficiales el salir con ellas y contra todo el pueblo.
El tercer inconveniente, que consiste en que este plan se descubra antes de tiempo, es el menor, porque contándose para él con pocas personas, no hay que recelar que los enemigos lo sepan y tomen precauciones para impedirlo; por fin, las preciosas vidas de S. M. y del señor Infante don Carlos peligran, como también la del Infantado; así, pues, no queda otro arbitrio que arrostrar los peligros y llevarlo á efecto, poniendo nuestra confianza en Dios, porque el remedio de estos males con el auxilio de tropas extranjeras, es muy aventurado.
Medidas que deberían tomarse luego que se verifique.
1 Se volverán las cosas al ser y estado que tenían el 6 de marzo de este año;
2 Convendrá indicar en la proclama que se haga, que además de la celebración de Cortes por estamentos, debe también celebrarse un concilio nacional, para .que así como en las primeras se han de arreglar los asuntos gubernativos, económicos y políticos, se arreglaran los eclesiásticos por el segundo;
3 Todos los empleos deberán proveerse interinamente, para dejar lugar á premiar con ellos á los que se averigüe después que son adictos á la buena causa;
4 Convendrá dar la orden para que los cabildos corran con la administración del noveno y escusado;
5 Se circulará una orden á todos los arzobispos y obispos para que en tres días festivos se den gracias á Dios por el éxito dichoso de esta empresa
6 Se harán rogativas públicas para desagraviar á Jesucristo por tantos sacrilegios como se han cometido en este tiempo;
7 Se encargará á los obispos y párrocos que velen sobre la sana moral, y que tomen las medidas convenientes para que no se propaguen los malos principios;
8 Se rebajará desde luego por punto general la tercera parte de la contribución general por ahora;
9 Convendrá que las personas que estén encargadas de cooperar á este plan, estén alerta algunas noches;
10 Se nombrarán las personas convenientes que se encarguen de dirigir la opinión pública por medio de un periódico;
11 Se concederá un escudo de honor á todas las tropas que concurran para tan gloriosa empresa con el premio correspondiente, y se ofrecerá además licenciarlas para el tiempo que parezca conveniente;
12 Se mandará que los estudiantes gocen de los fueros que han gozado antes de ahora, y se les había quitado por la facción democrática;
13 Convendrá mandar que todos los que no estén empleados en la corte salgan de ella y se vele mucho su conducta donde quiera que fijen su residencia;
14 Siendo muy interesante que en Mallorca haya un obispo de toda confianza, será menester ver si convendrá que vuelva allí el actual;
15 También se deberá disponer, por los medios que parezcan convenientes, que el señor arzobispo de Toledo nombre otro auxiliar en lugar del actual, y lo mismo deberá hacerse con el vicario eclesiástico y demás de su dependencia;
16 Los canónigos actuales de San Isidro deberán quedar despojados como se supone;
17 Todos los que han dado pruebas de su exaltación de ideas, deberán quedar sin empleos;
18 Debe aconsejarse á Su Majestad que en orden á los criados de su servicio, se renueve la mayor parte, y lo mismo puede aconsejarse á los señores Infantes.
19 Todos los que se hayan alistado en concepto de cívicos, continuarán sirviendo por ocho años en la milicia, y el que quiera libertarse de este servicio satisfará 20.000 reales;
20 Para evitar gastos, se procurará, que las fiestas é iluminaciones que se hagan por este suceso, tanto en las provincias como en la corte, sean muy moderadas, pues ni la nación ni los particulares están para gastos;
21 Se tomarán todas las medidas convenientes para que no salgan de la nación los liberales, de los cuales se harán tres clases; los de la primera deberán sufrir la pena capital corno reos de lesa majestad; los de la segunda serán desterrados ó condenados á castillos y conventos, y los de la tercera serán indultados para mezclar la justicia can la indulgencia y clemencia;
22 Será muy conveniente que el obispo de Ceuta forme una memoria que sirva como de apéndice á la «Apología del altar y del trono» y es de todo punto necesario que se ponga en las universidades un estudio de derecho natural y político, para lo que podría bastar por ahora la obra, intitulada Voz de la naturaleza. Con esto se podrían fijar las ideas equivocadas del día en esta materia, y se evitaría que este estudio se hiciese por libros extranjeros que abundan de falsas máximas. Convendría también que por cuenta de la nación se impriman á la mayor brevedad las obras siguientes: Voz de la naturaleza,- Apología del altar y del trono, las Cartas del P. Rancio, y la Pastoral de Mallorca. Que se nombre en esta corte una persona que tenga el encargo de rever los informes que vengan de las respectivas provincias, y ninguna pretensión podrá ser despachada sin que el memorial pase á esta persona y ponga un signo que está ya convenido para graduar el mérito de los pretendientes.
Son incalculables las ventajas de este plan; S. M. asegura por este medio su conciencia, y los nombramientos no pueden recaer sino en personas fieles. Los políticos atribuyen al acierto que tuvo Felipe II en escoger buenos ministros y empleados la prosperidad de su reinado.
Puesto que el ilustrísimo señor obispo auxiliar, acompañado del ayuntamiento de esta corte, condujo la Constitución como en triunfo público, deberá el mismo, con los mismos que componían el ayuntamiento, sacar la Constitución de la casa consistorial, y conducirla a la plaza pública para que sea quemada por mano del verdugo, y la lápida será hecha pedazos por el mismo.
Puesto que los comerciantes han sido los principales en promover las ideas de la facción democrática, se les podrá obligar á que entreguen algunos millones por vía de impuesto forzoso, para emplearlos en el socorro de los pobres y otros objetos de beneficencia. Lo mismo deberá hacerse con los impresores y libreros por las ganancias extraordinarias que han tenido en este tiempo.
Igual medida se tomará con los grandes que han mostrado su adhesión al sistema constitucional.
Se mandará que los monjes vuelvan á sus monasterios, y las justicias les entregarán los efectos y bienes que les pertenecen.
Todos los oficiales del ejército, de quienes no se tenga confianza, se licenciarán y enviarán á pueblos pequeños, permitiendo á los que tengan familia y hacienda se vayan á sus casas, pero obligando á todos que aprendan la religión.
Se continuarán las obras de la plaza de Oriente, ya por ornato necesario á la inmediación de palacio, como para dar ocupación á los jornaleros de esta Corte; y en el sitio destinado para teatro se levantará una iglesia con la advocación de la Concepción, y se construirán casas á su rededor para habitación del señor patriarca y de los capellanes de honor.
Sería muy conveniente que se hiciese venir á esta corte al señor obispo de Ceuta.
NOTA. Con los afrancesados se tomarán las providencias correspondientes.