La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

18 de octubre de 2010

Por un divorcio progresista

Panfleto convocando al acto, Guadalajara, 1979

Cuando a veces se pone en cuestión el carácter tímidamente reformista de la Transición española y el control que sobre ella tuvieron las fuerzas conservadoras, los defensores del vigente régimen de monarquía constitucional replican señalando la enorme distancia que hay entre la España de ayer y la España de hoy. Pero se olvidan muy mucho de mostrar las diferencias, mucho más grandes y significativas, que había entre las propuestas de la izquierda de ayer y la realidad de la legislación de hoy. Uno de los casos más paradigmáticos fue el divorcio; la resistencia de los sectores católicos dio la impresión que la Ley entonces aprobada, por iniciativa del ministro Fernández Ordoñez, era un avance progresista, pero basta recordar las propuestas que entonces asumía la izquierda para comprobar lo lejos que estaba aquella ley y lo lejos que aún estamos de aquellos postulados que la izquierda consideraba tan básicos como irrenunciables. Ofrecemos la convocatoria conjunta del movimiento feminista de Guadalajara, organizado en la Asociación Independiente de Mujeres Alcarreñas (AIMA), y de la izquierda alcarreña en el mes de octubre de 1979.

POR UN DIVORCIO PROGRESISTA
Actualmente sólo un 3% de la población mundial está privada del derecho al divorcio y los españoles estamos incluidos en ese 3%.
La legalización del divorcio es un paso en la transformación de las relaciones entre las personas, en el reconocimiento de los derechos y de la libertad de los hombres y mujeres. La familia que carece de las necesarias bases afectivas es una institución perjudicial para la convivencia de los cónyuges y la formación de los hijos, y por tanto perjudicial para toda la sociedad.
El nuevo orden constitucional español ha permitido discutir en el Parlamento dos proposiciones de ley de divorcio presentadas por los grupos parlamentarios socialistas y comunistas, respectivamente. El Gobierno de UCD está preparando su proyecto que en breve llevará a discusión al Parlamento. Las organizaciones feministas han elaborado otros proyectos.
Consideramos por ello que es un momento histórico y fundamental en la vida política del país. Sin embargo, el Gobierno no está facilitando datos ni información suficientes para que el pueblo conozca qué es lo que intenta que apruebe el Parlamento.
A pesar del silencio oficial, parece ser que el divorcio que nos quieren imponer tendría, entre otras, las siguientes características:
-No sería gratuito
-Tendría que haber necesariamente un culpable
-Sería de larga tramitación
-Se concedería después de un largo período de años de separación de los cónyuges.
-Se exigiría en este periodo “buena conducta” y probablemente daría lugar a que nos convirtiéramos en jueces unos de otros.
¿Así es como el Gobierno entiende las reformas que hay que hacer a favor de unas relaciones libres y equilibradas entre los ciudadanos?
Las fuerzas firmantes entendemos que la ley de divorcio, que afecta a toda la sociedad, debe estar fundamentada en los principios de IGUALDAD, JUSTICIA y LIBERTAD para ambos cónyuges, respondiendo a las auténticas necesidades y no, como puede suceder con el proyecto de UCD, siendo origen de nuevos e interminables conflictos.
Consideramos que una ley de divorcio progresista partiría de los siguientes puntos fundamentales:
1º Que el divorcio se tramite por mutuo acuerdo o a petición de cualquiera de los cónyuges.
2º Que sea rápido y gratuito, entendido como un trámite administrativo que no conlleve cargas económicas para que esté al alcance de las clases populares.
3º Que se acabe con la dependencia económica de las mujeres respecto de sus maridos.
4º Respecto a los hijos, en caso de no existir acuerdo entre los padres, proponemos que una instancia legal adecuada decida sobre el tema, hasta tanto los propios hijos tengan capacidad de decisión.
AIMA - PSOE – PCE – OCE (Bandera Roja) y Partido Carlista
Te convocan el día 30, a las 7,30 horas de la tarde, a una mesa-coloquio en el Salón de actos de la AISS (Antiguo Sindicato)

13 de octubre de 2010

La cuestión nacional y el PTE

Número de Hacia el Socialismo en el que se incluye el informe de J. Badía, 1976 (Archivo La Alcarria Obrera)

En el mes de enero de 1976 se reunió el VI Pleno del Comité Central (ampliado) del Partido del Trabajo de España (PTE), uno de los grupos más numerosos de la constelación de partidos y organizaciones maoístas de la España del momento. Además de un amplio informe de su Secretario General, Ramón Lobato (seudónimo de Eladio García Castro) en el que analizaba la situación política y social, tan tensa como cuajada de esperanzas, se presentó un informe sobre la cuestión nacional que fue elaborado por Joaquín Badía (seudónimo de Manuel Gracia), que aquí reproducimos íntegramente por su interés. No deja de ser sorprendente que en las elecciones legislativas de 1977 el PTE, aún ilegal, se alió con la Esquerra Republicana de Catalunya, obteniendo un escaño por Barcelona, que fue ocupado por el nacionalista catalán Heribert Barrera.

INFORME PRESENTADO POR JOAQUÍN BADÍA
EL PARTIDO DEL PROLETARIADO Y LA CUESTIÓN NACIONAL EN ESPAÑA
El problema, sus causas y circunstancias
Desde hace algún tiempo se viene planteando un problema político por parte de algunos camaradas de nuestro partido en Catalunya, e insistían para que fuese estudiada su solución por parte del Comité Central. Aprovechamos pues la celebración de este Pleno Ampliado del Comité Central para abordarlo y darle una solución al mismo.
En síntesis el problema es el siguiente. Estos camaradas mantienen que es necesario estudiar si procede y conviene la formación de partidos comunistas en todas las naciones del Estado y que éstos se unan mediante un pacto federativo (o algo por el estilo), en lugar de la actual estructura organizativa que mantenemos, basada en la existencia de un Partido único para todo el Estado, apoyándonos en la existencia de Comités Nacionales y Regionales, dependiendo todos ellos de un único Comité Central.
¿En qué situación política se produce este problema? Tal como se indica en el informa presentado por el camarada Ramón Lobato, el evolucionismo se ha hecho con el poder mediante un compromiso en torno al cual se han agrupado todos los sectores de la burguesía, desde los ultras hasta los considerados anteriormente en la oposición, para realizar toda una serie de reformas que les permitan adecuar su forma de dominación política a las nuevas circunstancias económicas, sociales y políticas que atraviesa el país, tratando de cortar el avance de la revolución.
Frente a todas estas maniobras, nuestro Partido se ha atrevido a combatir, a movilizar a las masas y las ha lanzado sin miedo a la lucha política. Los resultados están bien a la vista: elevación de la moral combativa de las masas, así como el desarrollo de sus organizaciones por un lado y por el otro, desconcierto y temor por parte de la burguesía ante el futuro tan incierto que les espera, pues ya no dudan de que no sólo ladramos, sino que damos fuertes dentelladas.
¿Por qué este problema político se plantea precisamente en Catalunya? Son varias las razones que lo motivan y quiero reflejar las más importantes:
a) Existencia de una burguesía más emprendedora, con más iniciativa en todos los aspectos (y por tanto también en lo político) que en las otras naciones oprimidas de España. Esto se demuestra en su considerable capacidad para organizarse políticamente ante la nueva situación planteada, su desprecio total a las asociaciones políticas del Régimen y la formación de nuevos bloques políticos que les garanticen la hegemonía ante el futuro que se avecina. Ejemplo de esto lo tenemos en la formación del Consell Coordinador de Forces Politiques de Catalunya (CCFPC).
b) Esta burguesía (a cuya cabeza está el bloque de la Convergencia Democrática de Catalunya) ve en nuestro Partido un peligro para sus intereses de clase, pues se dan cuenta de que nosotros no tenemos precio, que no nos vendemos a sus intereses y que practicamos una política independiente, defendiendo los intereses del proletariado y del pueblo catalán. Por lo tanto, valiéndose de numerosos recursos han lanzado una fuerte ofensiva contra nuestro Partido en Catalunya, intentando minar y romper la unidad ideológica y política que existe en el mismo a fin de salvar el único obstáculo que les queda para atraerse a las masas populares de Catalunya hacia la defensa de sus intereses de clase.
c) Esta ofensiva ocasiona problemas debido esencialmente a las deficiencias y debilidades en el estudio y comprensión del marxismo-leninismo, por parte de numerosos cuadros de nuestro Partido y sobre todo esto se ve agudizado en Catalunya, donde la actividad política es más intensa y compleja que en otras zonas de España.
Esta falta de estudio y de capacitación teórica se evidencia en las propias reuniones a los distintos niveles del Partido, ya que en dichos comités pocas veces se suscitan discusiones sobre temas fundamentales del marxismo-leninismo, sobre la Revolución Socialista en España, etc., sino que normalmente sólo se abordan los problemas del momento. Si bien este problema ha surgido en Catalunya, debido a lo que hemos expuesto, es necesario comprender que lo mismo puede ocurrir tanto en Euskadi como en Galicia en cualquier momento, pues en potencia existen similares circunstancias que en Catalunya. Por otra parte está bien que aparezcan estos problemas puesto que esto significa que avanzamos como un organismo vivo y potente. Sólo en base a la aparición de ideas contrapuestas puede eument.az nuestra capacidad política, pues esto nos obliga a estudiar más profundamente el marxismo-leninismo para bordar con éxito las tareas que la Revolución Socialista nos exige en España y nos obliga a combatir en el terreno teórico.
El problema de fondo y los argumentos que se barajan
¿Partido único para todo el Estado, o bien la creación de Partidos nacionales y regionales para luego federar los? Esta es la cuestión que aquí está en debate. Por lo tanto lo primero que se debe dilucidar es si este problema tiene un alcance, una importancia estratégica o simplemente táctica. En principio y sobre esto no hay divergencias, pues para todos los camaradas está claro que esto no es una cuestión meramente formal sino que entraña importantísimas repercusiones estratégicas. Entonces, ¿por qué es importante plantear esto si todos estamos de acuerdo? Muy sencillo, toda decisión de alcance estratégico en el contexto de la Revolución Socialista, ha de elaborarse en base a presupuestos estratégicos, a argumentos estratégicos. Si tomásemos acuerdos de gran trascendencia para el futuro de la Revolución basándonos sólo en valoraciones del momento, caeríamos a buen seguro en posiciones oportunistas, caeríamos en el revisionismo.
Son tres los argumentos básicos que los camaradas de Catalunya esgrimen al hacer su propuesta de estudiar la posible conveniencia de crear un Partido para cada nación; estos son:
a) Mayores posibilidades de incorporarse al C.C.F.P. de Catalunya.
b) Si crease el Partit del Treball de Catalunya, despertaría una mayor simpatía en numerosos sectores del pueblo catalán.
c) La formación en España de Partidos comunistas nacionales en tiempos de José Díaz.
Veamos estos argumentos:
a) ¿Qué es el C.C.F.P. de Catalunya? ¿Quién ha impulsado la creación de ese organismo? ¿Quién lo dirige y con qué fines?
El C.C.F.P. de Catalunya en un organismo montado por la burguesía “liberal” catalana, agrupada en torno a la Convergencia. Democrática de Catalunya (bloque político que integra a .Jordi Pujol, Roca Junyent, Antón Cañellas, etc. que se autodefinen como centro-izquierda) y que tras este liderazgo marchan todo un cúmulo de grupos nacionalistas catalanes, además de les distintos grupos social-demócratas, más el Partit Socialista Unificat de Catalunya. Es un organismo que pretende representar a todas las tendencias políticas de la oposición catalana, excluidos los extremismos y los "españolistas", cuyo objetivo real consiste en presionar al gobierno central de cara a que éste imprima una mayor velocidad y amplitud en la realización de la maniobra evolucionista, con vistas a obtener por parte de burguesía catalana privilegios para sus intereses de clase. Si añadimos que este, organismo ha sido montado sin contar con la Assemblea de Catalunya y excluyendo a nuestro Partido con la excusa de que es una sucursal dependiente directamente del Partido del Trabajo de España, tendremos claro que quién lo dirige tiene la intención de bloquear a la Assemblea de Catalunya, aislar a nuestro Partido (excluyendo con ello al proletariado revolucionario) así como a otras fuerzas y personalidades democráticas catalanas, para crear un organismo que agrupe al máximo de siglas y que tenga como misión la negociación con el evolucionismo en el poder, para ofrecerle su apoyo a cambio de determinados favores y beneficios. La burguesía catalana es astuta pata los negocios y nunca suele hacer inversiones gratuitas. Respecto a nosotros, esta burguesía quisiera que renunciásemos a nuestros principios (y la creación del Partit del Treball de Catalunya sería el primer paso en ese sentido) a cambio de concedernos unas migajas: nuestra entrada en el Consell. En este chantaje jamás podemos caer.
Pese a esto, nuestro Partido ha de trabajar por realizar el máximo de acuerdos y compromisos con todas las fuerzas políticas que se manifiesten partidarias de conquistar las libertades democráticas y los derechos nacionales para Catalunya. En consecuencia, vemos necesario el dar todos los pasos pertinentes para que nuestro partido ingrese en el C.F.P. de Catalunya y para lo cual deberíamos hacer una propuesta en este sentido a dicho organismo demandándole a su vez el que se defina explícitamente respecto a la consecución del derecho a la autodeterminación como punto programático inalienable e irrenunciable de la democracia política y como punto de partida para conseguir los plenos derechos nacionales para Catalunya y las otras naciones oprimidas de España. Consecuentemente con esto es necesario que dicho organismo se defina explícitamente contra la Monarquía neofascista de Juan Carlos, así como por un Gobierno Provisional de amplia coalición, que garantice las libertades democráticas y el pleno ejercicio del derecho a la autodeterminación, donde libremente el pueblo catalán y todos los pueblos de España puedan decidir su propio futuro.
Nuestra política de Frente Antifascista en Catalunya la hemos intentado materializar a través de la Assemblea de Catalunya y en estos momentos debemos de continuar volcando nuestros esfuerzos en este organismo. Lo único que le falta a la Assemblea de Catalunya (aparte de su programa tan vago respecto a la cuestión nacional) es que en ella están representadas de verdad las masas .e través de sus respectivas y genuinas organizaciones. La responsabilidad de organizar a las masas, de realizar esta labor tan trascendental, recae exclusivamente sobre nuestro Partido. Esta es, ha sido y será una tarea política cardinal para nosotros. Si olvidamos esto, estamos equivocando el camino y siempre marcháremos dando tumbos, bailando al son que nos vaya marcando la burguesía.
b) Otro argumento que esgrimen los camaradas catalanes es que la creación del Partit del Treball de Catalunya despertaría gran entusiasmo entre numerosos sectores del pueblo catalán
Nosotros les preguntamos a estos camaradas ¿entre qué sectores?, ¿entre el proletariado revolucionario que tiene una ideología socialista y unos sentimientos internacionalistas, o bien entre los sectores pequeño burgueses que anteponen su ideología nacionalista a la unidad solidaria de clase con el proletariado y el pueblo del resto de las naciones de España?, ¿inundar el Partido de nacionalistas pequeñoburgueses o abrirlo al proletariado revolucionario que es por naturaleza internacionalista?, ¿educar al proletariado y al pueblo de todas las naciones de España en la unidad de intereses, o bien iniciar la separación orgánica del partido del proletariado, como primer paso hacia la disgregación ideológica y política?, ¿debemos adecuar el socialismo al nacionalismo o bien defender los intereses del proletariado y del pueblo de las naciones oprimidas, como parte integrante de la Revolución Socialista, de la Dictadura del Proletariado en España? Estas son preguntas, clave a las cuales hay que darles una respuesta clara y rotunda.
La lucha por los principios cardinales de la democracia política (y entre ellos está el derecho a la autodeterminación), es parte inseparable de la Revolución Socialista y de la Dictadura del Proletariado. Por lo tanto nosotros, los comunistas, no estamos por la construcción de un Partido populista, sino por el Partido que la Revolución Socialista en España nos reclama y éste ha de ser un Partido marxista-leninista que defienda los intereses históricos de una clase: el proletariado, y que para conseguirlos nos tenemos que enfrentar y aplastar a la burguesía unida de todas las naciones de España.
e) En cuanto al tercer argumento, nos ha sido imposible recopilar los materiales necesarios para su estudio dado el poco tiempo que hemos tenido para redactar estos puntos y por lo tanto no podemos analizar de forma científica las razones por las cuales en aquellos momentos concretos se formaron Partidos Comunistas nacionales en España. Más adelante tendremos tiempo de investigar sobre este tema, pero ahora, pese a desconocer esta cuestión no la considero un factor determinante a la hora de tomar una decisión a este respecto. Considero que los factores esenciales a tener en cuenta consisten en el dominio de los principios del marxismo-leninismo, de la Revolución Socialista y de la Dictadura del Proletariado, así como la cuestión nacional y la lucha por la democracia política, todo esto aplicado en estos momentos históricos a España.
En resumen podemos ver que ninguno de los argumentos concretos de los camaradas de Catalunya se basan en fundamentos estratégicos, sino en supuestas conveniencias tácticas del momento, con lo cual es fácil caer en posiciones nacionalistas burguesas. En los siguientes apartados, trataremos de demostrar esta afirmación.
Partir de los principios estratégicos para tomar decisiones trascendentales
Aunque a primera vista, el problema tenga un planteamiento organizativo está originado por razones esencialmente políticas. Esto se debe a que existen posiciones políticas erróneas, que se contraponen con el marxismo-leninismo. Trataremos pues, en primer lugar, el problema político.
En nuestro Congreso de Constitución, después de analizar la sociedad española actual, se definió la contradicción entre burguesía y proletariado como la principal, con lo cual establecíamos claramente nuestro objetivo estratégico que consistía en realizar la revolución proletaria e instaurar el Estado de Dictadura del Proletariado, bajo cualquiera de sus formas. Sólo mediante la Dictadura del Proletariado es posible la construcción del Socialismo como paso previo y de transición a la sociedad comunista.
“La Revolución Socialista -dice Lenin- no es un acto único, ni una batalla en un frente aislado, sino toda una época de agudos conflictos de clases, una larga serie de batallas en todos los frentes, es decir, en todos los problemas de la economía y de la política, batallas que sólo pueden culminar con la expropiación de la burguesía".
Antes ya he afirmado que la lucha por las libertades democráticas en España y por el derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas, es parte integrante de la Revolución Socialista, y por tanto de la Dictadura del Proletariado.
Si bien en las épocas de las revoluciones burguesas había una contradicción antagónica entre las burguesías nacionales oprimidas y al Estado centralista y absolutista feudal, esto hace muchos años que se acabó en España con la entrada en escena de una nueva clase consecuentemente revolucionaria, el proletariado. Las burguesías de las naciones oprimidas en España abandonaron la lucha por la separación y formación de un Estado independiente, para pasar a defender el Estado central que las garantizaba sus privilegios de clase, frente a su propio proletariado. Por tanto, en la actual época histórica no existe burguesía revolucionaria en ninguna nación de España, pues han abandonado sus intereses estrechos nacionales, para integrarse en el Estado centralista, para valerse de él, a fin de disponer de todo el mercado que supone España.
En cuanto a los partidos nacionalistas pequeño burgueses que existen, la inmensa mayoría de ellos están bajo la influencia directa de su propia burguesía nacional, cuando no financiados y sostenidos totalmente por ella.
En realidad, las amplias masas pequeñoburguesas están totalmente desorganizadas. Que estos sectores dispongan de sus propias organizaciones políticas es una cuestión de importancia para facilitar que el proletariado pueda contar con potentes aliados en el proceso de la Revolución Socialista.
Pero el que la pequeña burguesía no esté organizada, no quiere decir que debamos de adecuar nuestro Partido a su ideología sino que tenemos que ayudarles a que se organicen políticamente de acuerdo con sus intereses de clase, al margen de nuestro Partido, para garantizar nuestra independencia política, ideológica y organizativa. Por ejemplo, todos sabemos quién está tras el Front Nacional de Catalunya, el Partit Socialista d'Alliberament Nacional o el Partit Popular Catalá así como su escasa influencia de masas. Entonces ¿por qué nos preocupa que no se unan a nuestras posiciones para combatir juntos por los derechos democráticos y nacionales? Ni son, ni representan a la pequeña burguesía catalana, con lo cual creemos demostrar lo que arriba hemos expuesto respecto a la desorganización de esta clase.
No podemos, tener miedo de quedarnos “solos”, en realidad es que no tenemos otra alternativa, mejor dicho, nos quedan las masas y a éstas las tenemos que organizar nosotros. En realidad es la burguesía catalana la que está sola, por muchas siglas que de momento haya unido a su alrededor, pues su causa reaccionaria está condenada al fracaso total.
Para atraer a la pequeña burguesía a nuestro lado, no podemos difuminar los intereses de clase de nuestro Partido ni encubrir nuestras intenciones con respecto a la Revolución Socialista y a la cuestión nacional, sino todo lo contrario, demostrándoles en la práctica que sólo el proletariado es capaz de luchar y de solucionar de verdad la cuestión nacional, que sólo el proletariado es la única clase consecuentemente democrática y que no se vende, ni traiciona la lucha por los derechos del pueblo catalán y de los demás pueblos oprimidos. El proletariado es la clase que tiene como misión histórica el acabar con la explotación del hombre por el hombre, con la explotación y opresión de unas naciones por otras. Al proletariado no le mueven intereses egoístas, sino que quiere llegar a la igualdad completa y total de todas las naciones.
Ningún pueblo de ninguna nación oprimida de España puede por sí mismo conquistar el derecho a autodeterminarse, a separarse políticamente, sin contar con la más firme alianza de los pueblos de las otras naciones de España. Y sólo el proletariado es capaz de educar a todas las masas trabajadoras en los sentimientos de solidaridad y de confianza mutua, acabando con las corrientes ideológicas reaccionarias que la burguesía de las distintas naciones ha propagado entre el proletariado y el pueblo. Sólo el proletariado puede educar al pueblo castellano en contra del chovinismo de gran nación, en contra de los privilegios para su nación (en realidad para las clases dominantes) y por el derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas; sólo el proletariado puede educar al pueblo catalán, vasco y gallego en contra del chovinismo localista, para que no se haga extensivo, su odio a las clases dominantes castellanas con el pueblo castellano, para que comprendan que su propia burguesía "nacional", está estrechamente unida con el poder central; para que comprendan todos los pueblos de España que la solución a sus problemas sólo puede lograrse mediante el derrocamiento del Estado de las clases dominantes y para eso es necesaria la más estrecha unidad de todos.
En estos momentos, la piedra de toque para diferenciar a los verdaderos demócratas de los falsos, respecto a la cuestión nacional, consiste en defender resueltamente el derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas, es decir, el derecho que éstas tienen a la libre separación política de la nación que las mantiene oprimidas. Y hoy apoyar de hecho y no de palabra el derecho a la autodeterminación, consiste en oponerse a la maniobra evolucionista, luchar por aplastar a la monarquía Juancarlista y formar un Gobierno Provisional que garantice el libre ejercicio de los derechos democráticos así como la autodeterminación para las naciones oprimidas. Todo lo demás son palabras vacías y sin otro sentido que hacer demagogia de la cuestión nacional.
Pero ¿cómo se puede garantizar el derecho a la autodeterminación?, ¿quién lo va a garantizar?
El camarada Ramón Lobato explica en su informe que sólo puede haber dirección política del proletariado cuando el pueblo se levante en armas contra la monarquía, sin insurrección armada difícilmente puede haber dirección política del proletariado sobre el proceso revolucionario, y si el proletariado es la única clase que puede garantizar el derecho a la autodeterminación, sacamos como conclusión que sólo el levantamiento insurreccional de las masas, dirigidas por el proletariado, puede aplastar, a la monarquía Juancarlista y formar entonces un Gobierno Provisional Revolucionario que garantizará el libre ejercicio del derecho a la autodeterminación, que garantizará el que todos los pueblos de España decidan su propio futuro. De aquí se desprende que los militantes de nuestro Partido no pueden vivir de ilusiones parlamentarias, sino que han de estar preparados para en su momento organizar y dirigir la insurrección armada de las masas contra la monarquía Juancarlista.
Por otra parte, el derecho a la autodeterminación, no presupone el que nosotros apoyemos la separación de las naciones oprimidas, para que formen nuevos Estados independientes, por el contrario, nosotros estamos por la más estrecha unidad del proletariado y los pueblos de todas las nacionalidades de España. Pero esta unidad la entendemos nosotros de forma radicalmente distinta a como la entiende la burguesía, esta unidad está basada en un acuerdo libre y voluntario, de todos los pueblos de España y sobre la base de la plena igualdad de todas las naciones.
Esto sólo será posible realizarlo con el triunfo de la República Democrática que nosotros proponemos, cuyo carácter de clase y significado político ya fueron definidos en nuestra Primera Conferencia y que el camarada Ramón Lobato en su informe ante este Pleno ampliado del Comité Central se encarga de explicar con más detalle.
El Partido que el proletariado español necesita.
Antes hemos visto cual es la época histórica que estamos viviendo, así como la enorme responsabilidad de las tareas que el proletariado como clase dirigente debe asumir.
Debido a la aguda y enconada lucha de clases, debido a la necesidad objetiva de avanzar a pasos agigantados hacia el Socialismo, la existencia de un Partido marxista-leninista como organización suprema de clase del proletariado, como su destacamento de vanguardia, se ha convertido en una necesidad histórica ineludible.
El Partido Político del proletariado, cuya base teórica e ideológica que guía su pensamiento es el marxismo-Ieninismo, tiene como misión histórica el conducir a las masas hacia la Revolución Proletaria, hacia el derrocamiento de la burguesía, la instauración de la Dictadura del Proletariado y la construcción del Socialismo, como paso necesario de transición a la sociedad comunista. Los militantes que ingresan en el Partido tienen toda una serie de deberes y de derechos y tienen unas normas de funcionamiento que cumplir, pero ante todo, al ingresar en el Partido juran consagrar toda su vida a la causa proletaria, a la consecución del Comunismo.
Después de dejar esto claro vayamos al grano.
Para realizar estas tareas históricas que hemos venido definiendo, los camaradas de Catalunya proponen estudiar la posibilidad de creación de Partidos nacionales. Nosotros, basándonos en todo lo anteriormente expuesto, afirmamos lo contrario: es necesario un Partido único para todo el Estado y que funcione en base a los principios organizativos del centralismo democrático, lo cual no excluye, sino todo lo contrario, la existencia de Comités Nacionales y Regionales que disponen de amplia autonomía para realizar allí sus tareas políticas, materializando las directrices generales del Partido que emanan de un Centro único para toda España.
Como este punto es muy importante quiero trascribir algunos párrafos de varias obras y artículos de Lenin y Stalin dedicada a combatir precisamente el mismo problema que ahora plantean los camaradas de Catalunya. Sólo que entonces la batalla era en contra del Bund (Partido Socialdemócrata judío).
En "El marxismo y la cuestión nacional" dice Stalin:
"No es casual que la autonomía nacional y la federación en materia de organización se den la mano. La cosa es lógica. Tanto una como otra exigen el deslindamiento por nacionalidades. Tanto una como otra presuponen la organización por nacionalidades. La analogía es indudable. La única diferencia es que allí se separa a la población en general, y aquí a los obreros socialdemócratas.
Sabemos a qué conduce la separación de los obreros por nacionalidades. La desintegración de un Partido obrero único, la división de los sindicatos por nacionalidades, la exacerbación de los rozamientos nacionales, rompehuelgas nacionales, completa desmoralización dentro de las filas de la socialdemocracia: he ahí los frutos del federalismo en la organización. La historia de la socialdemocracia en Austria y la actuación del Bund en Rusia lo atestiguan elocuentemente.
El único medio contra esto es la organización sobre los principios del internacionalismo.
La cohesión de los obreros de todas las nacionalidades de Rusia en colectividades únicas e integras en la base y la cohesión de estas colectividades en un Partido único: he ahí el objetivo.
De suyo se comprende que esta organización del Partido no excluye, sino que presupone una amplia autonomía de las regiones dentro del todo único del Partido".
Sobre esta misma cuestión en el "Informe sobre el problema nacional" ante la Conferencia de abril del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia celebrada en 1917, José Stalin, en uno de los puntos que defendían sus tesis como base de las resoluciones para dicha Conferencia, se refiere a esto cuando dice:
"Aún nos queda por resolver el problema de cómo organizar al proletariado de las diferentes naciones en un sólo Partido común. Existe un plan que propone la organización de los obreros por nacionalidades: tantos partidos como naciones. Este plan ha sido rechazado por la socialdemocracia. La experiencia ha demostrado que la organización del proletariado de un determinado Estado por nacionalidades conduce únicamente a la liquidación de la idea de la solidaridad de clase. Todos los proletarios de todas las naciones del Estado de que se trate, han de organizarse en una sola colectividad proletaria indivisible”.
Esto lo daba Stalin como valido a escala universal, y no sólo para Rusia. Veamos brevemente el resumen de sus tesis:
"Así pues, nuestro punto de vista sobre el problema nacional se reduce a las tesis siguientes:
a) Para los pueblos: reconocimiento del derecho a la separación,
b) Para los pueblos que permanecen dentro de los límites del Estado de que se trate: autonomía regional.
c) Para las minorías nacionales: leyes especiales que garanticen un libre desarrollo.
d) Para los proletarios de todas las nacionalidades del Estado de que se trate: una colectividad proletaria única e indivisible, un partido único".
Igualmente Lenin machacó en varios escritos y documentos estas posiciones burguesas respecto a la cuestión nacional y a la organización del Partido, queremos transcribir dos párrafos significativos. El primero es de un artículo escrito en 1912 y que se titula: "Los problemas espinosos de nuestro Partido", con un subtítulo aclaratorio: "El problema liquidacionista y el nacional".
"Que todos los socialdemócratas conscientes se planteen y examinen también el problema nacional. ¿Federación o unidad?, ¿federación para las nacionalidades, con centros diferentes y sin un centro distinto para los rusos o unidad completa?, ¿unidad nominal con escisión (o desprendimiento) de hecho del Bund en las organizaciones locales o unidad real de abajo a arriba?"
Más adelante sigue diciendo:
"¿En qué dirección?, ¿hacia la federación austriaca?, ¿o bien hacia la renuncia completa a la federación, o sea, a la unidad real? Nosotros optamos por lo segundo. Somos enemigos de acomodar el socialismo al nacionalismo"
Y en sus "Tesis sobre el problema nacional" escritas en junio de 1913, en el apartado Q se refiere en concreto a este problema con su clásica y contundente claridad:
"El proletariado no puede luchar por el socialismo y defender sus intereses económicos cotidianos sin la unidad más estrecha y completa de los obreros de todas las naciones en todas las organizaciones obreras sin excepción.
El proletariado únicamente podrá alcanzar la libertad mediante la lucha revolucionaria por derrocar la monarquía zarista y por sustituirla con una República Democrática. La monarquía zarista excluye la libertad y la igualdad de derechos de las nacionalidades y es, además, el baluarte principal de la barbarie y del salvajismo y de la reacción tanto en Europa como en Asia. Y a esa monarquía sólo podrá derrocarla el proletariado unido de todas las naciones de Rusia, que arrastra tras de sí a los elementos de las masas trabajadoras de todas las naciones consecuentemente democráticas y capaces de librar la lucha revolucionaria.
Por eso, el obrero que coloca la unidad política con la burguesía de su nación por encima de la unidad total con los proletarios de todas las naciones, procede en contra de sus intereses, en contra de los intereses del socialismo y de los intereses de la democracia".
Han pasado muchos años desde entonces, la situación de la revolución en España es distinta que la de Rusia en aquellos momentos, pero el contenido político de estos párrafos refleja con entera claridad lo que nosotros queremos expresar para nuestro propio Partido, para nuestra Revolución.
La experiencia no sólo de Rusia sino de todas las revoluciones verdaderas demuestran con palmaria claridad que estos principios resultan no sólo válidos sino imprescindibles para asegurar el triunfo, la victoria del proletariado sobre la burguesía. La tesis: una nación, un partido, dentro de un Estado multinacional, como es el caso de España, es perniciosa para los intereses del proletariado y por lo tanto para el triunfo de la revolución, al institucionalizar la separación organizativa formal del Partido, dejando la puerta abierta a las corrientes ideológicas nacionalistas-burguesas, a los chovinismos y a los enfrentamientos entre el proletariado de todas las naciones del Estado, que es lo que desde siempre han perseguido todas las burguesías nacionales.
Está claro pues, que el camino que proponen estudiar los camaradas de Catalunya conduce necesariamente al desmembramiento ideológico y político del proletariado, marchando en cada nación tras su propia burguesía. Por el contrario, sólo la unidad más estrecha del proletariado en un único Partido para todo el Estado, puede conducir a la victoria del proletariado sobre todas las burguesías de España, es decir, al Socialismo.
En el documento "Proposición acerca de la línea general del movimiento comunista internacional" del Comité Central del Partido Comunista Chino en su punto número nueve dice:
“La concepción del mundo del partido proletario en relación con el problema nacional es el internacionalismo, y no el nacionalismo. En la lucha revolucionaria, el partido proletario apoya al nacionalismo progresista y se opone al nacionalismo reaccionario. Debe siempre deslindar los campos con el nacionalismo burgués, y jamás debe dejarse cultivar por éste".
¿A qué se deben estas desviaciones nacionalistas burguesas en el seno del Partido en Catalunya? Yo creo que se deben a una falta de investigación y de comprensión del marxismo-leninismo, con lo cual se pierden en los recovecos del camino desviándose del objetivo estratégico, Los dirigentes políticos proletarios deben saber remontarse, como las águilas, por encima de los problemas del momento, para saber si el camino que van a tomar se aparta o por el contrario conduce a la meta que nos hemos trazado.
En el mismo documento que arriba hemos citado, el Comité Central del Partido Comunista Chino sintetizando el pensamiento de Lenin, que tanto había machacado a este respecto, el punto diez dice:
"Los comunistas de los países capitalistas, al dirigir activamente las luchas actuales deben vincularlas con la lucha por los intereses de largo alcance y de la causa en su conjunto, educar a las masas en el espíritu revolucionario del marxismo-leninismo, elevar sin cesar su conciencia política y tomar sobre sí la tarea histórica de la revolución proletaria. Proceder de otra manera, considerar que el movimiento actual lo es todo, determinar el comportamiento de un caso para otro, adaptarse a los acontecimientos del día y sacrificar los intereses fundamentales del proletariado, eso es pura socialdemocracia".
Yo creo que este ha sido el punto débil, el origen de las posiciones erróneas y vacilantes que sobre este problema mantienen nuestros camaradas de Catalunya. Si nuestra ideología se mantiene fiel al marxismo-leninismo y empleamos éste como guía para la acción política práctica, todos los intentos que realice la burguesía para romper nuestro Partido fracasarán.
Como punto final a esta cuestión, queremos resaltar algo que compite no sólo a los camaradas de Catalunya, Euskadi o de Galicia, sino a los de toda España.
Nuestro Partido ha de llevar a cabo una fuerte lucha política e ideológica para sacudirnos todo tipo de chovinismo, venga de donde venga, de lo contrario nos desviaremos de nuestro camino revolucionario.
Los camaradas castellanos suelen menospreciar la cuestión de la opresión nacional, quitándole importancia a la misma y de hecho pueden caer en posiciones chovinistas de gran nación.
Los camaradas de las naciones oprimidas corren el peligro de caer en el lado opuesto, es decir, en el chovinismo localista, si se dejan contagiar por la ideología de su burguesía nacional.
Ambas concepciones son contrarias al marxismo-leninismo y se oponen al avance de la Revolución Proletaria, al impedir en la práctica el acercamiento más estrecho entre el proletariado y los pueblos de todas las naciones de España, para acabar con el enemigo común.
En Rusia, tras el triunfo de la Revolución de Octubre y de la Guerra Civil Revolucionaria, el poder de los Soviets se encontró con numerosos problemas de este tipo, porque incluso algunos cuadros del propio Partido bolchevique no comprendían el problema de la opresión nacional, ni por tanto su tratamiento correcto para utilizarlo como factor positivo, para avanzar en la construcción del Socialismo. Stalin aborda en varias de sus obras, en informes, este problema (era comisario del pueblo para los Asuntos nacionales) y por su importancia para el problema que aquí estoy abordando, quiero reproducir un párrafo de sus "Tesis para el X Congreso del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia", aprobadas por el Comité Central del Partido en 1921, cuyo título es "Sobre las tareas inmediatas del Partido respecto al problema nacional":
"El desarrollo de las organizaciones comunistas en la periferia se desliza dentro de unas condiciones en cierto modo específicas que frenan el crecimiento normal del Partido en estas regiones. Por un lado, no es raro que los comunistas grandes rusos que trabajan en la periferia y que se han formado en las condiciones de existencia de una nación 'dominante' y desconocían la opresión nacional, disminuyan la importancia de las particularidades nacionales en el trabajo del Partido o bien las desprecien por completo, no tienen en cuenta en su trabajo las particularidades de la estructura de clase, de la cultura, de las condiciones de vida, de la historia del pueblo de que se trate, envileciendo de este modo y tergiversando la política del Partido respecto a la cuestión nacional. Esta circunstancia lleva a desviarse del comunismo hacia el espíritu de gran potencia, hacia el espíritu de colonización y de chovinismo gran ruso. Por otra parte, los comunistas naturales del país, que han atravesado el duro período de opresión nacional y que todavía no se han liberado totalmente de esta pesadilla, exageran con frecuencia la importancia de las particularidades nacionales en el trabajo del Partido, dejando en la penumbra los intereses de clase de los trabajadores; o bien, confunden simplemente los intereses de los trabajadores de la nación de que se trate con los intereses comunes a toda la nación, no sabiendo desligar los primeros de los segundos y cimentar sobre aquellos la labor del Partido. Esta circunstancia lleva a su vez, a desviarse del comunismo hacia el nacionalismo democrático-burgués, que reviste a veces la forma de panislamismo o el panturquismo (en Oriente)".
He aquí las dos posiciones erróneas reflejadas con entera nitidez por José Stalin. Y camaradas, si esto se daba en las condiciones de un Estado de Dictadura del Proletariado, si esto se producía en el seno del propio Partido bolchevique, ¿cómo podemos pensar que nosotros estamos libres de estos problemas?
Aquí hemos estado criticando las posiciones del nacionalismo democrático-burgués, sin embargo debemos prevenirnos de las corrientes del chovinismo centralista que pueden anidar en la mente de los camaradas castellanos. ¿Poner el parche antes de que salga el grano? No, lo que ocurre es que sin apenas percibirlo, por la fuerza de la costumbre, es muy fácil que los camaradas castellanos caigan en posiciones chovinistas de gran nación, con lo cual se exacerba el fuego nacionalista-burgués en los camaradas de las naciones oprimidas.
Nosotros los comunistas no tememos a los problemas políticos, sino todo lo contrario, el Partido avanza y se fortalece gracias a la lucha por resolverlos. No tener problemas políticos en estos momentos, significaría que nuestro Partido se habría transformado en un organismo muerto. Sin embargo, nos ocurre todo lo contrario. Al crecer la influencia política entre el proletariado y el pueblo, nos estamos convirtiendo en un fenómeno social, en un factor político cuyo protagonismo es cada vez mayor, y por lo tanto es lógico que nos encontremos con nuevas situaciones, con problemas cuya magnitud nos era desconocida hasta ahora. La solución de estos problemas sólo la podemos encontrar en el estudio del marxismo-leninismo y que estos conocimientos teóricos los utilicemos como guía para la actuación política práctica.
Estudiar para llevar a cabo una práctica revolucionaria; volver a investigar y a estudiar para rectificar los errores cometidos o reafirmarnos en el camino que seguimos, y así sucesivamente hasta que alcancemos la victoria definitiva.

10 de octubre de 2010

La Semana Trágica, de Ossorio y Gallardo

Procesión del Corpus saliendo de la catedral, Barcelona, 1904

Ángel Ossorio y Gallardo fue una rara avis en la derecha española de la primera mitad del siglo XX. Católico y monárquico, en la Europa más desarrollada se habría sentido cómodo en los partidos liberales y de centro, pero entre los conservadores españoles, los más cerriles de la Europa Occidental, se sintió cada vez más fuera de juego: defendió una profunda reforma social, apoyó la Segunda República, se mantuvo leal al gobierno en julio de 1936, nunca reconoció de forma vergonzante al franquismo... En julio de 1909, durante la Semana Trágica, era gobernador civil de Barcelona por designio del gabinete conservador de Antonio Maura; al ser destituido escribió sus impresiones y reflexiones sobre aquellos días en un librito imprescindible: Barcelona, Julio de 1909. Declaración de un testigo. De él entresacamos su primer capítulo, en el que destaca el papel desestabilizador del lerrouxismo, consentido por el gobierno, y el carácter espontáneo de la insurrección.

El estado político de Barcelona.
No es posible explicarse los sucesos ocurridos en Barcelona al finalizar el mes de Julio, sin reflexionar acerca del estado mental y moral de aquella sociedad.
En un examen severamente lógico de las responsabilidades históricas, fuerza es adjudicar al Estado la primera de las culpas. O, aun con más exactitud, á una situación de conciencia social, procreadora y consentidora de todas las corruptelas del poder público.
No he de razonar esto. Conformes en la censura los más eminentes pensadores españoles de todas las escuelas y de todos los campos, el aludir á sus juicios me excusa de emitir el mío; mas después de leer sus severas y rotundas flagelaciones contra todos los órganos de nuestra Administración, hay que preguntarse: ¿qué fuerza moral ha sido la del Estado sobre los ciudadanos en el curso del siglo XIX? ¿Cómo extrañar que con tutor disoluto salga el pupilo indómito?
Tal relajamiento del Estado, gravitando sobre pueblos pobres y anémicos, origina el indiferentismo y el aplanamiento; cayendo sobre pueblos ricos y vigorosos, determina la protesta y el odio.
Y aquí aparece la responsabilidad segunda, en la gradación cronológica: la del catalanismo. Su actuación, tanto en el orden artístico, que es el más peligroso, como en el orden político, que es el más fecundo y menos temible, no fue encaminada á la crítica, que, aun enojada, colabora á la acción del Poder, le laxa y le ennoblece, sino al ataque despiadado, irreflexivo, ponzoñoso, sin propósito de remediar, con resuelto empeño de deprimir. Y así, cuando el catalanismo vio flaquezas de un juez, se esforzó por borrar de la mente ciudadana el concepto de la Magistratura; y cuando reparó en miserias policíacas, eliminó la noción de la Autoridad gubernativa; y cuando sufrió la irreflexiva agresión de unos oficiales mal aconsejados, tachó la idea del Ejército; y en el curso de su obra demoledora, se enorgulleció en destruir en el cuerpo popular la sensación del Estado, sin reparar en que con ello rompía todas las disciplinas sociales y educaba á los hombres en la obsesión de un individualismo suicida.
Esto ocurría en aquel período que el Sr. Cambó, con ingeniosa veracidad, llamaba de las estridencias. Ya pasó (aunque facilísimamente puede resurgir); y hoy, los mismos que le dieron vida están empeñados, con nobleza que pocos advierten y todos debiéramos agradecer, en rectificar su propia obra, cerniendo la cosecha y sacando de ella lo provechoso para desechar lo nocivo. Mas ¡ay!, que sembraron á voleo y ahora han de seleccionar con pinzas. De buena fe quieren hacer obra constructiva y no demoledora. A ello debemos todos contribuir, sin resquemores. Pero forzosamente habrá de reconocerse que el estado de conciencia creado al calor de aquellas propagandas, no puede destruirse en un día ni evolucionar al compás que marquen los más discretos.
Para combatir esa fiebre no se pensó en poner al enfermo en contacto con la realidad-panacea única para traer á supuración las quimeras, ni en revestir al médico de las dotes morales necesarias para que se escuchase con respeto sus prescripciones. Creyóse mejor echarse en brazos de un curandero y se buscó al Sr. Lerroux, encargándole la nada sencilla tarea de ¡hacer patria!
Y, en efecto; de entonces acá, entre los gritos de ¡viva España! y bajo el lema de la intangibilidad de la nación única, unas turbas de inconscientes, manejadas por capitostes despabilados, han perturbado la tranquilidad de la vida barcelonesa, atropellado todos los respetos y ensangrentado las calles.
Cuarto factor. La acometividad en el hablar y el escribir de los santones lerrouxistas atrajo hacia ellos la simpatía tumultuosa de las multitudes sin paladar; y como el catalanismo no había de ver con indiferencia este alejamiento, destacó una parte de su hueste intelectual para emular a aquéllos. Cierto que esto no debe atribuirse al catalanismo director, sino al suburbio catalanista. Pero discernidas las responsabilidades, el hecho queda igual. A los exabruptos del diario lerrouxista El Progreso corresponden las enormidades de los diarios solidarios El Diluvio y La Tribuna. A las procacidades de La Tralla y Metralla catalanistas, responden los desvaríos de El Descamisado y La Rebeldía, lerrouxistas. Y así, entre unos y otros, van formando la conciencia de un pueblo en el desenfreno de todas las perversidades.
No hay que añadir que los oradores de los meetings suelen hacer juego con los redactores de aquellas publicaciones; que las proclamas, carteles y convocatorias abundan en los mismos conceptos, y que reflejándose todo ello en la conversación privada, deja en unos cuantos millares de hombres el sedimento de una constante tendencia a la pelea. De aquí que en Barcelona, donde apenas hay alcoholismo, ni pendencias tabernarias, ni crímenes pasionales (tristes patrimonios madrileños), hay una propensión congénita a la perturbación del orden público, y aun al crimen individual, por la exaltación de las contiendas políticas.
Para completar el cuadro, resta aludir al anarquismo. El individualismo sin organización, intransigente en sus principios económicos, evolutivo en sus procedimientos. Al no existir tal partido, el obrero ha pro pendido fatalmente al anarquismo, y éste cuenta hoy con una falange considerable y entraña un conjunto de gravísimos problemas. Los que empaparon sus pañuelos en la sangre de Pallás al momento de ser fusilado; los que en 1891, 92 y 93 planteaban el problema obrero colocando bombas y petardos en las fábricas; los que en los atentados del Liceo y de Cambios Nuevos atacaron, valiéndose de tan brutales asesinatos, los conceptos de riqueza y poder; los que quizás han puesto sus conocimientos químicos al servicio de las obcecaciones políticas; los propagandistas dedicados al envenenamiento moral de la juventud; los doctrinarios de Tierra y Libertad, El Rebelde y otros periódicos semejantes; los vividores que hacen de sus conocimientos y de sus simulaciones materia de confidencias más ó menos verídicas; los dilletanti de la anarquía que, faltos de valor para el crimen, se dedican á la confección de pasquines alarmistas y anónimos amenazadores... todos estos y otros mil ejemplares de la misma fauna completan el cuadro de la perturbación barcelonesa.
Con tales peones en el tablero, ¿qué juego se ha de hacer sino el que presenciamos? El Estado con sus responsabilidades históricas; el catalanismo, ciego en sus arremetidas; el lerrouxismo, disfrutando de una patente de corso; el carlismo (ya me olvidaba de este elemento), animando la escena de vez en cuando con levantamientos de menor cuantía; el anarquismo, laborando por todas partes y con todas armas; el capitalismo, estancado en sus intransigencias egoístas, sin comprender que o se eleva sobre ellas o ellas han de ahogarle; los partidos históricos, inhibidos de la lucha, añorando los tiempos en que la política era un simple barajeo de dones y mercedes; la prensa (salvo excepciones), avivando la hoguera con pensamientos de burdel y lenguaje de taberna; los derechos políticos, convertidos en instrumento de sistemática perturbación ... ¡Ah! Bien puede enorgullecerse de su vitalidad el pueblo barcelonés cuando a todo esto sobrevive y sobre todo esto logra destacar sus virtudes y su esplendor.
Las consecuencias de semejante estado mental son bien notorias, aunque no tan recordadas como fuera menester. Conviene refrescar unos cuantos sucesos salientes de los últimos años.
En 1890, huelga general; paralización absoluta de la vida ciudadana; barricadas; escaramuzas contra la fuerza pública; bomba en el Fomento del Trabajo Nacional; nueva huelga en la comarca manresana; bombas en las calles de Caspe, BIasco de Garay y pasaje de la Merced.
En 1891, choque de manifestantes y fuerza pública, con motivo de la llegada de Salmerón; cartuchos de dinamita ante el Gobierno civil y el convento de los jesuitas; bomba en la calle de Auxias March; detención de varios sujetos, portadores de once bombas; explosión o hallazgo de otras seis bombas en un mismo día; hallazgo de otras seis, pocos días después; nueva bomba en la fábrica de Salvá.
En 1892, huelgas numerosas y colisiones frecuentes; bombas en la plaza Real, en el mercado de San José, en la calle de Jaime Giralt y en la del Marqués del Duero; asalto, por huelguistas, de la casa del abogado Sr. Mascaró.
En 1893, tumultos estudiantiles; choques contra la fuerza pública; bomba en la calle Baja de San Pedro; muerte del anarquista Momo y consiguiente descubrimiento de su laboratorio para la fabricación de explosivos; petardo en la iglesia de San Justo; reclamación de una dictadura por numerosos elementos; atentado de Pallás contra Martínez Campos; hallazgo de otra bomba junto al Palacio de Bellas Artes, y de otras varias en Gracia y en la montaña de Montjuich; terrible atentado del Liceo; nuevas bombas en el Círculo liberal y en Villanueva y Geltrú; creación de una Policía particular; encuentro de nuevas bombas; descubrimiento de un importante laboratorio para su fabricación.
En 1894, atentado contra el gobernador civil señor Larroca.
En 1895, constantes motines estudiantiles, con pedreas al palacio del Obispo, en la Universidad y en las calles.
En 1896, bomba contra la procesión de Santa María del Mar, en la calle de Cambios Nuevos.
En 1897, atentado de Ramón Sempau contra el teniente Portas; manifestaciones catalanistas, por haber prohibido el Gobierno la publicación de La Renaixensa; hallazgo de dos bombas Orsini, cargadas, en una montaña próxima á Barcelona, y de otra de mecha, también cargada, junto al apeadero del tranvía de Badalona.
En 1898, campañas contra los supuestos tormentos de Montjuich; manifestaciones contra los Estados Unidos; colisiones en las calles; absolución de Sempau; meetings revisionistas del proceso de Montjuich; tumulto, á la salida de uno de ellos, en el Buen Retiro; resistencia al pago de los tributos; desórdenes consiguientes; manifestaciones antiespañolas en presencia de la escuadra francesa; pedrea de la casa del Alcalde; imponente manifestación popular en honor de Sol y Ortega.
En 1900, agitación revisionista por parte de los radicales y en defensa del concierto económico por los catalanistas; asesinato del significado fusionista señor García Victory, absolución del matador y ovación popular al absuelto; coacciones en 1º de Mayo; manifestaciones agresivas contra el ministro de la Gobernación Sr. Dato; pedreas diarias contra los tranvías y la Guardia civil.
En 1901, meetings anticlericales, con frecuentes desórdenes en la vía pública; huelga casi general; pedreas á La Publicidad, a los faroles, a los tranvías y a la fuerza pública; fiesta de los Juegos florales, con cargas de Caballería; elecciones municipales, con muertos y heridos; cierre de la Universidad.
En 1902, huelga general, que dura una semana con diez y siete muertos y numerosos heridos; tumultos á la llegada del Sr. Canalejas; nuevos intentos de huelga; revueltas frecuentes; desórdenes estudiantiles.
En 1903, otra tentativa de huelga general; realización de graves huelgas parciales; hallazgo a un sujeto, de un cartucho de dinamita; manifestación en honor de Blasco Ibáñez y explosión de un petardo en la línea del ferrocarril de Sarriá; bomba en casa del policía Tressols.
En 1904, atentado contra D. Antonio Maura; bombas en la redacción de Las Noticias, en el colegio de los jesuitas, en la Gran Vía diagonal, en el Palacio de Justicia, en el Orfelinato de San José, en los almacenes de El Siglo, en la calle de Fernando, en la rambla de las Flores; numerosos petardos en el Ensanche.
En 1905, grave tumulto a la salida de un meeting anarquista en el Palacio de Bellas Artes; petardo junto á la antigua estación de Mataró; bomba en la rambla de las Flores; descubrimiento del depósito de bombas del Coll; atentado contra el cardenal Casañas; ataque, por oficiales del Ejército a las redacciones de ¡Cu-cut! y La Veu de Catatunya.
En 1906, hallazgo, en el Llano de la Boquería, de explosivos; bombas y petardos en la rambla de las Flores.
En 1907, 1908 y 1909, numerosas bombas y petardos en la rambla de las Flores, calles del Hospital, San Pablo, Peu de la Creu, Call, Carders, San Ramón, Boquería, Marqués del Duero, Cortes, Salón de San Juan, tinglados del muelle; tiroteo á los católicos a la salida del meeting de las Arenas; tiroteo a los carlistas en Mataró; tiroteo a los catalanistas en un meeting del teatro Condal; manifestación, frustrada por la fuerza pública, en honor de Ferrer, a su regreso de Madrid, después de absuelto; huelga general en San Feliú de Codinas; numerosas huelgas parciales.
Yo no sé cómo se harán las revoluciones, cuando se hagan, en Zamora, Orense o Lérida. Presumo que se reunirán unos hombres terribles en alguna rebotica misteriosa; que irán reclutando adeptos con gran sigilo; que los iniciados se comunicarán entre sí valiéndose de frases misteriosas y un tanto extrañas; que disfrazarán medrosamente sus ideas y hasta sus personas; y, en casos tales, será explicable discutir hasta la saciedad si la Autoridad pudo o no pudo descubrir a los conjurados o si los conjurados fueron más listos que la Autoridad.
¡Pero en Barcelona! El que hable de que una Autoridad fue poco perspicaz para descubrir una revolución que se preparaba, o no sabe lo que dice, ó habla con absoluta ausencia de buena fe. En Barcelona, la revolución no se prepara, por la sencilla razón de que está preparada siempre. Asoma á la calle todos los días: si no hay ambiente para su desarrollo, retrocede; si hay ambiente, cuaja. Hacía mucho tiempo que la revolución no disponía de aire respirable; encontró el de la protesta contra la campaña del Riff y respiró á sus anchas.
El motín se fragua a la luz del día, a presencia de Gobernadores y Jueces. No hay que conspirar ni que confabularse. Para destruir en España a un pueblo, moral y materialmente, basta con la hábil utilización de la ley de Imprenta, la de Asociación y la de Reuniones públicas.
Por eso sostengo que en los tristes sucesos de Julio hay que distinguir dos cosas: la huelga general, cosa preparada y conocida, y el movimiento anárquico-revolucionario, de carácter político, cosa que surgió sin preparación.
Quizás yo me equivoque, y lealmente confesaré mi yerro el día que me sea demostrado. Pero los hechos me van aferrando á mi idea. Los procesos se han fallado por centenares. Los jueces han actuado por docenas. Se han encontrado pruebas de inducción histórica, como las que, entre otras muchas, pesaban sobre Ferrer, y cargos de intervención material en la sedición.
Pero de conjura, de plan, de concierto previo, de recluta de gentes, de distribución de papeles, de pago de revoltosos, de suministro de armas, de instrucciones concretas, todo ello con fecha anterior al 26 de Julio, no he oído hablar una palabra.
Es inocente y deplorable á la vez que, cuando problemas tan terribles como los apuntados gravitan tradicionalmente sobre Barcelona, enrareciendo su ambiente y acumulándose en el polvorín por el concurso suicida de tantos hombres y de tantas ideas, haya quien se empeñe en achacar las culpas á un Ministerio ó un Gobernador.
¡Espíritus amplios!