La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.
El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.
En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.
31 de marzo de 2012
Informe sobre la Quinta Columna en Guadalajara
INFORME POLÍTICO DE LA 5ª COLUMNA
Antecedentes políticos de enemigos de la causa antifascista en Guadalajara.
Comisaría de Vigilancia Joaquín García, Comisario de Vigilancia de Guadalajara; llegó a esta capital después del 14 de abril de 1936; venía conceptuado como reaccionario; el día 21 de julio de la sublevación fascista, aquí; fue detenido el primer momento como todas las autoridades de la República; y después de dominada la sublevación, se incorporó a su destino, manifestando que había podido fugarse e irse al campo para esconderse por unos trigales, donde había permanecido hasta la sofocación del movimiento subversivo; lo cierto es, que nadie lo ha visto, cosa inexplicable en una población pequeña como Guadalajara y que efectivamente le sacaron a las dos horas de haberle detenido del calabozo de globos donde estaba con los leales al régimen “para informes Federico Tejero, de Hacienda, Riaza veterinario, y el capitán Rubio, de la Guardia Nacional”; y por tanto se cree que es una patraña para justificar el que los fascistas le hayan puesto en libertad, al comprobar que era uno del fascio y complicado; por el mes de Agosto intervino en Taracena en una comida que se celebró con la oficialidad de la columna; y parece ser que se embriagó e hizo manifestaciones sospechosas. Estando de Gobernador interino Cañadas Antonio fue detenido, y por su crisis de excitación luego puesto en libertad; esto con motivo de haberle acusado en su declaración un agente de policía detenido como complicado en la cárcel Militar “desaparecido en el bombardeo”.
Hospital Militar de Guadalajara. Pedro Sanz Vázquez, Médico de la Beneficencia Provincial, antiguo Director del Hospital Civil Provincial, hoy transformado en Hospital Militar de Sanidad; afiliado y organizador de la Hermandad de San Cosme y San Damián, en Guadalajara en el año 1935, en colaboración con el médico Castán “ya desaparecido”, organización de tipo fascista y rama de Acción Popular; Sanz Vázquez desempeña actualmente el cargo de Jefe del 2º Equipo Quirúrgico del citado Hospital, sin pertenecer a Sanidad Militar; votó siempre a las derechas reaccionarias en 1.931, 1.933 y en 1.936 el 16 de febrero; es yerno de Boyxareu, sujeto residente en esta capital complicado en el movimiento subversivo porque facilitó su automóvil al Gobernador fascista Valenzuela, y que actualmente utiliza el Comité Provincial del Frente Popular; y tenía un ayudante directivo de Falange Española, el practicante Roberto González “desaparecido”; en el Hospital hizo alardes fascistas delante e algunos enfermos, difamando a la República, “preguntar a la compañera de V. Relaño, camarada Isabel, de cuando estuvo enferma en el citado Hospital; organizó en el casino de Guadalajara un banquete en 1.935 en honor de los directivos de la Hermandad de San Cosme y San Damián, con asistencia de Bermejillo, Subsecretario de Sanidad de la CEDA, y hasta de un diputado canónigo que bendijo la mesa, a raíz de una conferencia que pronunció en el citado Hospital el Catedrático Enríquez de Salamanca de la CEDA.
Isidoro Martínez. Médico agregado al citado Hospital; fue sancionado por el Ayuntamiento de esta capital por desafecto al régimen, destituyéndole de la plaza de Tocólogo municipal; perteneció a la Hermandad mencionada y es de ideología fascista.
Luis Sánchez López, médico de la Beneficencia provincial, de la Sala de Medicina General del citado Hospital; perteneció a la citada Hermandad; propagandista del fascio en sus conversaciones y propagador de bulos; y algo morfinómano.
Propuesta de sanciones: En este Hospital de Sanidad Militar existe un probable foco de espionaje [que] interesa desarticularlo. Primera medida, proceder a la expulsión de estos tres médicos civiles del citado Hospital; Pedro Sanz Vázquez Médico de la B[eneficencia] Provincial, ejerce de Jefe del 2º Grupo Quirúrgico; Luis Sánchez López, Médico de la B[eneficencia] Provincial, de la Sala de Medicina General; Isidoro Martínez, Médico Civil agregado a los servicios del citado Hospital. La cesantía de los dos primeros debe acordarla el Consejo Provincial del Frente Popular, que preside el Gobernador Civil, y también procede procurar la sustitución de Sanz Vázquez, trasladando a este Hospital a un nuevo Médico Cirujano Militar o Militarizado de Madrid o Valencia “de varios que hay con motivo de la reorganización del escalafón de Sanidad Militar”, para Jefe del 2º Grupo Quirúrgico del Hospital. De la actual actuación de Sanz Vázquez, se quejan de malas curas los de la Brigada Internacional y algunos milicianos nuestros, que después de dados de alta y quejándose de dolores, al verles a los Rayos X se les ha encontrado trozos de metralla. Estos tres médicos deben ser destinados y por necesidades de servicio por disposición gubernativa con el fin de alejarles de la capital.
Servicio de Maternidad. Manuel Pardo, fue siempre un cacique sanitario de la provincia, al servicio del romanonismo; es Médico-Director de la Maternidad de Guadalajara; procede de Fuentelahiguera; cuando la Dictadura ejerció el cargo de Alcalde de esta capital, es de filiación monárquica; votó a las derechas reaccionarias en 1931, 1933 y en el 16 de febrero de 1936. Se le instruyó un expediente en el año de 1932 por la Gestora republicano-socialista por sus inmoralidades de gestión, haciéndole responsable de muchas defunciones de niños en la Inclusa por abandono de asistencia facultativa, con suspensión de empleo y sueldo; pero vinieron las derechas reaccionarias en 1933 y le dieron carpetazo al citado expediente, que quedó sin sancionar. Ejerció la presidencia del Colegio de Médicos durante 11 años, hasta el 18 de julio en que fue destituido por el Gobernador Civil, y donde ejerció un caciquismo sanitario al servicio del romanonismo y últimamente de la CEDA.
Propuesta de sanciones: Interesa su destitución del cargo de Director de Maternidad de esta capital por el Consejo Provincial del Frente Popular y nombrar para sustituirle un médico de izquierdas. Y después mandarle a un pueblo de la retaguardia como médico titular en sustitución de alguno incorporado al ramo de Guerra y por disposición gubernativa y además de las sanciones a que se estimen oportunas para la seguridad del régimen. De este modo se logra desarticular un probable foco de espionaje.
Servicios de la Cruz Roja. Dispensario. Ha sido sustituido el Comité de la Cruz Roja anterior al 18 de julio y que presidía Antonio Rojas, Inspector del Timbre. Se ha nombrado un nuevo Comité de control del Frente Popular en diciembre de 1936. Al rendir cuentas de su gestión el antiguo Comité, presentó una factura de fecha del día de la sublevación fascista en Guadalajara, y por tanto de haberse celebrado el triunfo de F.E., con gasto de cervezas, gaseosas, champán y bocadillos de jamón, en cuyo agasajo participaron Luis Suárez de Puga, Inspector Provincial de Sanidad, Luis Aguado, médico de la Beneficencia Municipal y otros más de la Beneficencia.
Interesa desarticular este probable foco de espionaje porque en las habitaciones destinadas para los médicos de guardia, situadas en el primer piso (donde habita un inquilino que es oficial retirado del Ejército y que ha cedido espontáneamente) entran sujetos extraños al personal facultativo y además allí se juega, y con este pretexto se comenta la marcha de la guerra y se forjan y propagan bulos desfavorables para nuestra causa; por tanto procede prohibir la entrada de personas extrañas al servicio en el citado Dispensario y además nombrar con carácter gubernativo un médico de izquierdas [como] Jefe de los servicios técnicos para que vigile al personal facultativo.
Instituto Provincial de Higiene. Luis Suárez de Puga, Inspector Provincial de Sanidad de Guadalajara; cacique reaccionario sanitario de los médicos del citado Instituto y de la Cruz Roja de esta capital. Está emparentado con familia reaccionaria y adinerada de la capital; votó siempre a las derechas reaccionarias en 1931, en 1933 y en febrero de 1936; no ha tenido nunca la alegoría de la República en su despacho; intervino en el agasajo de la Cruz Roja como elemento destacado el día de la sublevación fascista de Guadalajara.
Y como este centro constituye un probable foco de espionaje, interesa el traslado de este funcionario para otra provincia por el Ministerio de Sanidad a fin de desarticularle.
Delegación de Hacienda. Antonio Rojas, Inspector del Timbre, muy reaccionario, votó también siempre a las derechas reaccionarias. Fue el anterior presidente del Comité de la Cruz Roja que intervino e intimó con Suárez de Puga en [el] agasajo de la Cruz Roja el día de la sublevación fascista de Guadalajara. Interesa la destitución de este funcionario por el Ministerio de Hacienda.
J. Rego, funcionario de Hacienda de esta Delegación, fue del Partido Radical lerrouxista y el delegado gubernativo que empleó el Bienio Negro y el gobernador Pompeyo Gimeno para atropellar los pocos Ayuntamientos izquierdistas de la provincia, votando siempre en todas las elecciones a las derechas reaccionarias. Interesa la destitución de este funcionario para desarticular el espionaje.
19 de marzo de 2012
La educación de la mujer de Miguel Mayoral
Es tan grande la emoción que agita mi alma al encontrarme en esta cátedra donde siempre se han dejado oír acentos más elocuentes que los míos, al contemplar desde ella ese claustro venerable, ese auditorio escogido que, silencioso, espera broten de mis labios frases que le conmuevan, al veros reunidos para solemnizar este acto científico, vacilo pueda expresar con la palabra las ideas que se agolpan á mi mente, los afectos que arden en mi corazón. No esperéis sea capaz de llamar vuestra atención por la solidez del raciocinio, la originalidad de ideas, la profundidad de pensamientos engalanados con los atavíos del lenguaje, no, mis fuerzas son débiles, no confió en ellas, pero sí en vuestra indulgencia, que nunca ha sido negada á los que, como yo la imploran, y á los que como yo la necesitan.
¿Cuál es la educación física y moral de la mujer, más conforme a los grandes destinos que la ha confiado la Providencia?
Bien conocéis el campo que descubre esta proposición; en él existen flores y espinas, no os extrañará elija las primeras, y deje las últimas; el aroma de las unas, convida á aspirarle; el peligro de que las otras hieran, conduce instintivamente á evitarle; así que á grandes rasgos, me ocuparé de la primera parte del tema, para detenerme en la segunda, que conceptúo mas á propósito para estos momentos, en los que cumplo con lo prescrito en el reglamento; pero aunque cortos, no basta mi suficiencia para dilucidar aquella como debiera, y solo me concretaré á hacer algunas indicaciones. Para ello, necesario es manifestar, siquiera ligeramente, el origen de la creación de la mujer.
Bella es la rosa que esparce su fragancia y ostenta su hermosura en vergel delicioso; expresiva, la música armoniosa que acompaña la oración del católico; poderoso, el navío que surca los mares y enlaza el interés, el sentimiento, y la dicha de la humanidad; mas ¿qué sería de la rosa sin el rocío y los rayos del crepúsculo? no luciera entonces sus purismos colores; ¿qué de la música, sin la inspiración? el silencio; ¿qué del navío, sin timón, ni la mano del piloto? su pérdida en las embravecidas olas.
El hombre se halla al crearse el Universo siendo su rey; sin embargo, en la soledad, encuentra un vacío que no sabe explicar, pero que siente; todo en su derredor le halaga, le obedece, y aunque ha lucido para él la aurora de un hermoso día, ¿qué pensamiento le ocupa? el oriente de su porvenir.
Cuantos seres le circundan, los ve rodeados de una familia, de un compañero, al menos de su especie; él domina, sí, pero atormentado, porque carece de la gota del rocío, que es la vida de la rosa, de la inspiración, que es el alma de la música, el timón y piloto que constituye la fuerza del navío: esto es, lo que forma ese deseo del hombre que no ve satisfecho.
Al murmullo de la brisa que vagaba suave, inquieta, y juguetona, al susurro de las sonoras fuentes que desprendían perlas cristalinas, durmióse Adán. “No es bueno que el hombre esté solo” dijo el Omnipotente, y le prepara, para cuando despierte, un consuelo inefable á su amargura, un lenitivo á su pesar. La mujer fue formada: ella salió de la materia del primer hombre pura, encantadora; los céfiros, las aves, enmudecieron para admirarla, algunas posaronse en su regazo en el que hallaron caricias y amor, y así se formó entre estos seres el pacto que asocia sus inocentes esfuerzos, para hacernos grato el árido camino de la vida.
El Creador, al dividir el género humano en dos sexos, estableció entre ellos una diferencia que sostuviese el equilibrio social, impuso una ley que gravó en el organismo de ambos, la de la necesidad; ley imperiosa y que no puede excusarse: unió con este vínculo indestructible y uniforme las dos individualidades. De aquí que la mujer no es igual al hombre, el uno como el otro llevan en su físico señales indelebles de la misión que cada cual desempeña en la tierra. El uno, fue destinado al trabajo, y al ejercicio del pensamiento, el otro á las ocupaciones sedentarias, y al ejercicio de las afecciones del corazón; en el primer caso, necesarias eran la fuerza y robustez; en el segundo, una blanda flexibilidad; para lo uno, debía preponderar la fuerte musculatura, para lo otro, el sistema nervioso.
El hombre posee con preferencia aquella, la mujer el último, y como de la variedad de organización resulta la diferencia de afectos é inclinaciones morales, el hombre se sometió al trabajo y la vida activa, y la mujer aceptó el cuidado de la familia y la economía doméstica. El sistema nervioso domina en la mujer, de donde nace su exquisita sensibilidad, que con respecto á ella, es el origen de males y placeres; con respecto al hombro, el de su felicidad; de este modo hermanó dos naturalezas con la dignidad del espíritu y la abyección de la materia. Desde entonces, el hombre y la mujer dirigense a un mismo objeto por diferentes rumbos; la fuerza y la gracia, el valor y la prudencia, la justicia y la misericordia, son el resultado de todo lo bueno que puede existir sobre la tierra: sin la gracia, la fuerza nos identificaría al bruto; sin la prudencia, sería una temeridad el valor; sin la misericordia, jamás la nobleza de la justicia ostentara su origen.
Hemos indicado que la organización de la mujer se halla constituida por tejidos, órganos y sistemas caracterizados por su flexibilidad, unos; por su especialidad funcional, otros; por su sensibilidad extremada, todos; puede decirse que tiene una Anatomía, una Fisiología particular, cuyo conocimiento exacto al médico interesa, no solo por servirle de norte para la curación de las enfermedades que con frecuencia aquella sufre, sino porque sus atribuciones tienen una esfera más trascendental, más noble.
Las fases de la existencia del bello sexo conspiran á un fin elevado que le plugo al Supremo Hacedor destinarle.
El higienista, dispone de infinitos medios, todos necesarios y naturales, que puede emplearlos con inmensa ventaja para la consecución del objeto que proponerse deba ¿cuál es éste? la educación física de la mujer, que no se refiera únicamente á un período de la vida, sino á todos; que la contemple, no en lo que es, sino en lo que sea; que no se encierre en el presente, sino en el porvenir.
La ciencia nos enseña, que el sistema nervioso encargado de desempeñar las funciones de nutrición, conservación de la especie y relación, mientras permanece en equilibrio por la simultaneidad de acción con los demás sistemas de la economía, da por resultado la vida con sus admirables fenómenos; pero si cualquiera de ellos disminuye, exalta, pervierte ó extingue sus actos, sabido es que la enfermedad se determina por falta de armonía. Ahora bien, si la sensibilidad en la mujer es de suyo poderosa y móvil, preciso es oponer un obstáculo a su fuerza que sea capaz de contrarrestar la influencia que ejerce, tan benéfica bien dirigida, como perniciosa si se la abandona. La práctica diariamente nos muestra multiplicadas afecciones, la mayor parte nerviosas, que la mujer padece, algunas de las que la educación pudiera precaver.
En la infancia, cuando el organismo con sus maravillosos resortes da impulso á la elaboración de los materiales que han de servir para perfeccionar el edificio más bello de la naturaleza, el médico debe aconsejar la alimentación y cuantas circunstancias son convenientes para dar firmeza a los tejidos, solidez á los órganos, energía á las funciones; entonces, secundadas sus miras por los solícitos cuidados de la madre, podrá conducir á ese ángel de la tierra a la época inmediata en que se nos presenta como un tipo nuevo, admirable, en el que su físico, muestra la perfección de las formas en consonancia con su porvenir.
El ejercicio, el cambio de régimen, el uso de vestidos que no dificulten la circulación y respiración, funciones que tienen importancia suma en este período, harán que la mujer se robustezca, que su temperamento se modifique, que su constitución sea refractaria en cierto modo á los agentes patogénicos; que los sistemas sanguíneo y linfático repriman con su tonicidad la susceptibilidad nerviosa; en una palabra, contando con disposiciones favorables, la sinergia orgánica, colocará á la mujer en aptitud de llenar cumplidamente el deber físico que se la impusiera.
Considerémosla bajo el prisma social: veamos los destinos que ejerce en la humanidad; la virgen, la esposa, la madre; y no podremos menos de pronunciar con ternura el nombre de María; de ese dulce emblema de maternal pureza; de aquel poético símbolo de constante amor; de Lido, Penélope y Artemisa, inimitable ejemplo de conyugal virtud; de Eudoxia, representación eterna de caridad filial.
En sí misma atesora la mujer el instinto de la virtud, el germen de la religiosidad, el sentimiento de la caridad; la cooperación de estas cualidades es indispensable; cultivadas con la educación, son la esencia de su moral perfecta, por lo que dijo un escritor “educar á un hombre, es formar un individuo que no deja nada tras de sí; educar á una mujer, es formar las generaciones que están por venir”.
Oigamos lo que dice el ilustre Lamenais acerca de los títulos que la mujer reúne para ser acreedora á nuestro respeto y veneración: “La mujer merece una atención particular cuando estudiando á la humanidad se trata de investigar las leyes, de apreciar el estado, y de comprender los destinos sobre los cuales ejerce una influencia mucho más grande que la que afecta creer el ciego orgullo del hombre. Altivo éste, por las fuerzas del cuerpo, del pensamiento, del genio, de la razón, y en el ascendiente que ésta le da, créese superior á su compañera, porque él es otro, y porque á unas cualidades que son las suyas está unido el dominio, al menos en la apariencia. Y digo en la apariencia, porque en realidad más obedece que gobierna. La insinuación, la dulzura, la gracia, el atractivo de la bondad, y el encanto de la debilidad misma, triunfan por lo regular de ese soberbio dominador. La mujer reina de hecho, y cediendo, reina hasta gobernar, ¿Qué sería sin ella la vida humana? una lucha desesperada, un sangriento combate del hombre contra la naturaleza, y aun de los hombres entre sí. Ella le prodiga un néctar que adormece sus males, ablanda su feroz dureza, modera sus rudas pasiones, calma su cólera, y le connaturaliza con los trabajos, y hasta con los sufrimientos mismos por medio de su compasiva ternura, de su inagotable afecto, y la continua efusión de un amor que, cual una inefable alegría, renace de sí mismo, sin que jamás llegue á extinguirse. Cuando joven, sincera y pura, ¿qué hay más seductor que la mujer? ¿Y cuando tierna madre, rodeada de sus inocentes hijos, qué más augusto ni más santo? No hay mal que la mujer no sepa curar, o alivie al menos, y en cuyo fondo no llegue á depositar una esperanza. Cuando la tempestad amontona las nubes y las lanza, mezcla y desgarra en mil partes, sucede á veces que un rayo de sol atravesando aquel caos, serena la atmósfera y disipa el denso velo que encapota la celeste techumbre. Pues bien; la mujer es ese rayo vivificante y consolador, luego que la tempestad de las rudas pasiones llega á agitar al hombre, y atormenta su alma. Ella es la providencia del achacoso, del pobre; seguidla hasta el oscuro rincón en que se alberga el indigente, á la cabecera del enfermo desvalido, ó al humilde lecho en que yace el decrépito anciano, nada es capaz de alejarla de allí. Se la acusa de debilidad, de superstición, de fanatismo: y no sabe el hombre, que, en el fondo, el objeto de su superstición es el mismo Dios oculto bajo los símbolos que le revelan, que su fanatismo es la inmutable verdad adoptada por el corazón, y que su debilidad es la fuerza innata, ese poder soberano de la naturaleza misma”.
Ved como el célebre Abate comprendió al bello sexo en toda su filosofía.
“En donde no hay mujer suspira el hombre en la indigencia”, dice Dios por el Eclesiástés. Donde las mujeres reinan, exclama Maigon, las divinidades están contentas, donde se hallan despreciadas, inútil es orar.
Por lo dicho se infiere que la educación moral de la mujer es más importante que la física, porque se dirige á la cultura del espíritu, la perfección de las facultades intelectuales, y de las afecciones del alma.
Corazón, inteligencia: he aquí los centros que dan origen á su moral; virtud, ilustración, los poderosos móviles que deben ponerla en actividad.
En la primavera de la vida, en la época de las ilusiones, de la belleza, cuando la joven busca ansiosa una alma que comprenda el misterio de la suya, un objeto á quien consagrar su amor; solo una conciencia esclarecida puede lograr el triunfo de la inexperiencia, impresionabilidad, seducciones, y halagos que pudieran extraviarla; la virtud consigue este lauro.
Por eso Napoleón primero decía, que, una mujer hermosa, agrada á los ojos, una mujer buena, agrada al corazón; la primera, es un dije, la segunda, es un tesoro.
El matrimonio asocia al hombre y la mujer constituyendo este nuevo estado, la familia, base de la sociedad; y la mujer, parte integrante de ella, esposa discreta y cariñosa, engendra la paz doméstica, que es la paz del alma; el hombre á su vez se dedica á amarla, á defenderla, y a guiarla.
La buena esposa, después será ¡madre!... hasta entonces los afectos que la dominaban eran inspirados por la dicha, ¡el amor materno nace del sufrimiento!, ¡cuán desinteresado!, ¡cuán entrañable es este sentimiento! El corazón de la madre se diviniza, hay en él un fuego inextinguible que no tiene nada de humano; él fue quien hizo decir a Cornelia, al hablar de sus hijos “estos son mis más bellos adornos”. En el claustro materno, el hombre recibe el primer soplo de vida; a expensas de la madre se desarrolla, produciéndola sinsabores que sufre con placer; ella en fin, en la cuna, dirige nuestros sentidos; nuestro entendimiento, en la juventud; sostiene nuestra razón en la virilidad; manda en nuestro corazón siempre.
Por último, Excmo. Sr., la mujer para los altos fines a que está llamada ¿qué instrucción merecerá? No puede significarse de una manera más elocuente, más explícita, mas verídica, ni tampoco más bella, que como lo ha hecho el dignísimo Doctor y Catedrático de esta Universidad D. Severo Catalina, en los apuntes que publicó de la mujer; conforme con su opinión no puedo menos de terminar con las mismas palabras de tan eminente profesor, pues bien merecen que su eco se repita, cuando pensamientos tan morales como sublimes encierran:
“La instrucción de la mujer debe ser, ni tan pretenciosa que raye en el orgullo de las letras, ni tan humilde que toque en la ignorancia, basta para llenar sobre la tierra su noble misión de hija sumisa, esposa fiel y madre cariñosa. La gran instrucción suele no hacer felices a las mujeres, la buena educación las guía a la felicidad. La gran instrucción mal dirigida, puede arrastrarlas al desvanecimiento y la duda; la buena educación las enseña á ser humildes y creer. La gran instrucción extraviada, puede ocasionarle hastío y tristeza: la buena educación las enseña á resignarse y esperar. La gran instrucción profana puede precipitarlas en el egoísmo y la desconfianza; la buena educación las enseña á ser tolerantes, y á amar. Creer, esperar, y amar, tres virtudes sin las que no se concibe la educación. Una mujer que no cree, es muy difícil que sea buena esposa, es casi imposible que sea buena madre. Una mujer que no espera, es una planta seca en medio de la humanidad. Una mujer que no ama, que no se compadece, que no siente, no debe reputarse como mujer, es el baldón de su sexo. No preguntéis si es feliz á la que no puede ser buena madre y buena esposa. No pidamos belleza y aroma a la planta seca y sombría. No busquemos dicha donde reside el baldón. La buena educación dulcifica las horas de la mujer en todas las edades de su vida. Cuando niña, mata el germen de la vanidad, cuando joven resalta en ella la modestia y el pudor, cuando amante enseña la honestidad y pureza del cariño, cuando esposa enseña la fidelidad inalterable y la obediencia discrepa; en las alegrías, enseña la moderación; en los infortunios, la conformidad; en la opulencia, el desprendimiento noble; en la pobreza, la resignación para los superiores, el respeto para los inferiores, el agrado para los amigos, la constancia; para los enemigos, el perdón; para todos, la caridad”.
La mujer virtuosa é inteligente ceñirá una corona eterna. He concluido.
11 de marzo de 2012
Programa municipal del PSOE de Guadalajara en 1983
*un frontón.
municipales.