La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

22 de julio de 2012

Autopista R2: crónica de un fracaso anunciado

La crisis económica que hoy sufrimos los españoles, y que por voluntad de las élites dirigentes se ha convertido también en una crisis política y social, parece no tener responsables y se nos quiere convencer que ha sido producida por un accidente imprevisto o por culpa de los ciudadanos. Sin embargo, sobran pruebas de que esta crisis tiene unos responsables y que no somos nosotros. A los alcarreños y madrileños se les informa que la Autopista R2, que une Madrid con Guadalajara, es deficitaria y que el Estado tiene que acudir en apoyo de las empresas concesionarias. Nada se dice de que esta vía de peaje ya había sido prevista en 1979 y en 1995, y que ya entonces se alzaron voces, minoritarias y silenciadas, que anunciaban su fracaso y denunciaban sus peores consecuencias. Reproducimos el Manifiesto que la Coordinadora contra las Autopistas, en la que estaba DALMA por Guadalajara, hizo público en junio de 1979 para pedir el apoyo de los recién estrenados Ayuntamientos democráticos a las alegaciones que se habían presentado contra su construcción y el documento de la CNT de Guadalajara que hizo público en febrero de 1996 intentando abrir un debate que no se produjo por incomparecencia de los mismos que entonces defendían la Autopista y hoy nos dicen que es deficitaria.
Pegatina AEDENAT de Madrid (Archivo La Alcarria Obrera)
 
MANIFIESTO DE LA COORDINADORA CONTRA LAS AUTOPISTAS DE MADRID
Ante la proximidad de la fecha del 30 de mayo en que expira el plazo de presentación de ofertas por parte de los posibles grupos concesionarios para la construcción de las autopistas de Peaje A-II y A-IV (Madrid-Barcelona y Madrid-Toledo), esta Coordinadora quiere hacer patente su más firme rechazo de este proyecto elaborado por el MOPU (Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo), no sólo porque creemos que la construcción de las mencionadas autopistas no van a solucionar los problemas de transporte de las zonas afectadas, sino, asimismo, por la forma en que se ha llevado a cabo el planeamiento de dichas infraestructuras, sin ninguna participación vecinal y sin tener en cuenta los gravísimos problemas de todo tipo que hoy día tienen planteados estas áreas periféricas.
Esta Coordinadora, que se creó en Noviembre del año pasado, ha denunciado repetidas veces que la construcción de las autopistas A-II y A-IV no solucionará los problemas de transporte actualmente planteados, ya que su construcción:
-potenciará el crecimiento de dichas zonas, al trascurrir sus trazados por terrenos rústicos, lo que no hará sino agravar los problemas presentes. En este sentido, los únicos interesados en estos proyectos serían, además de los futuros concesionarios por el fabuloso negocio existentes tras este tipo de concesiones que ya ha sido ampliamente denunciado en multitud de publicaciones, las grandes actuaciones urbanísticas que se podrán desarrollar en las zonas adyacentes a estas autopistas.
-implicará un alto coste de construcción y un alto consumo de espacio, así como un elevado consumo energético. Este último punto adquiere aún mayor relevancia ante la gravedad de la crisis energética que atravesamos.
-supondrá un fuerte impacto medio ambiental: ruido, contaminación atmosférica…
-incrementará los niveles de congestión existentes, al potenciar el transporte privado en detrimento del público, siendo el transporte privado el menos eficiente para las relaciones centro-periferia.
-supondrá, debido a su característica de utilización de peaje, el que la población residente en estas áreas, que en su mayoría posee unos niveles de ingreso muy reducidos, se vea imposibilitada de usar para sus desplazamientos cotidianos esta infraestructura.
Por esta serie de razones, la Coordinadora se opone a la realización de esos proyectos y propugna una alternativa cuyas líneas generales ya ha desarrollado en distintos documentos, y que se podría concretar, en forma resumida, en los siguientes puntos:
-frenar el crecimiento de estas áreas, que no hace sino agravar los problemas existentes.
-potenciar el equilibrio de población-empleo y población-equipamiento de estas áreas, con el fin de reducir al máximo las necesidades de transporte.
-favorecer el transporte colectivo en relación al privado para solucionar los problemas de transporte que actualmente se plantean: -mejorando y potenciando el servicio ferroviario subterráneo y –mejorando y potenciando el servicio de las actuales líneas de autobuses.
-ordenar el tráfico de los núcleos afectados (semáforos, pasos de cebra, señalización…), priorizando al máximo el transporte peatonal.
-congelar los niveles de las tarifas existentes, así como que se considere el tiempo de transporte como tiempo de trabajo.
Así pues, esta Coordinadora ante la proximidad de la fecha de finalización del concurso, y ante la nueva coyuntura creada por la celebración de las Elecciones Municipales, quiere emplazar a los Ayuntamientos afectados por el trazado de esta autopista, en su gran mayoría controlados por fuerzas de la izquierda que en su día (y en concreto durante el período electoral) se pronunciaron en contra de estos proyectos, para que se definan en contra de la construcción de estas autopistas, y vean si asumen la alternativa elaborada por esta Coordinadora y, en especial, este Manifiesto.
En este sentido, la Coordinadora convocará a finales de este mes de Mayo a los Alcaldes de las zonas afectadas con el fin de realizar un acto público de oposición al concurso para la construcción de las autopistas de peaje A-II y A-IV.
Asociaciones de Vecinos San Fermín, Villaverde Bajo, San Cristóbal, La Unión de Almendrales, Usera, Orcasur, Poblado Dirigido de Orcasitas, Villaverde Alto, Juan de la Cierva y Alhóndiga de Getafe, Cervantes y Universidad de Alcalá de Henares, La Elipa, Pinto y Canillejas.
Grupos ecologistas AEPDEN, GATO, Grupo Ecologista de Alcalá de Henares, DALMA de Guadalajara, Grupo de Transporte del Sur y Colectivo La Arroba.
Madrid, 10 de mayo de 1979.

LA AUTOPISTA MADRID-GUADALAJARA Y EL DESARROLLO PROVINCIAL
La posible construcción de una Autopista entre Madrid y Guadalajara, primer tramo de un proyecto más ambicioso para unir la capital y el valle del Ebro, parece haber despertado últimamente el interés de nuestras autoridades y de nuestros representantes políticos.
Una extraña unanimidad en torno a este proyecto se refleja en los medios de comunicación de la provincia; da la impresión de que aquí todos queremos autopista y que, además, la quere­mos pronto.
No tiene nada de extraño, pues parece que el desarrollo de nuestra tierra y el progreso de su gente dependen de la construcción de obras públicas faraónicas; y sin embargo la experiencia nos demuestra que ni las centrales nucleares, ni el trasvase Tajo-Segura (y sus compensaciones), ni las presas y embalses han permitido el despegue económico de Guadalajara. Por ello queremos abrir un debate que consideramos necesario.
Desde CNT, pensamos que el bienestar de los alcarreños no sólo no va a aumentar si profundizamos el actual modelo de desarrollo económico, sino que, por el contrario, nuestra calidad de vida sólo podrá mejorar si cambiamos el vigente sistema económico y social.
Por eso mismo nos oponemos a la construcción de la Autopista Madrid-Guadalajara. En primer lugar porque con su puesta en marcha optamos por potenciar el transporte individual frente al colectivo, que es más barato, más limpio y puede, y debe, ser más cómodo. En segundo lugar, porque las autopistas aumentan las diferencias sociales en un sector, los transportes, que debe ser considerado un servicio público: habrá viajes de primera (por la autopista) y de segunda (por la autovía). Y, en tercer lugar, porque las autopistas suponen una agresión al territorio que modifica brutalmente el medio natural afectado.
Pero incluso quienes defienden su construcción atendiendo a criterios capitalistas o regionalistas tienen, según nuestro punto de vista, sobradas razones para oponerse a la autopista. Ante todo, porque este proyecto es un evidente despilfarro del dinero público y una dudosa inversión para el capital privado. La Autovía de Aragón satisface ampliamente las necesidades de comunicación en el Corredor del Henares y los problemas que aparecen ocasionalmente (atascos en horas punta, algunos accesos) están a punto de resolverse con el ensanche a tres carri­les del tramo Alcalá-Torrejón y otras obras en proyecto o ya adjudicadas. Es mejor dedicar las inversiones a mejorar la actual Autovía que a construir una nueva vía de gran capacidad.
Por no hablar de las mejoras, más que necesarias imprescindibles, que con ese dinero se podrían realizar en la red provincial de carreteras. Las autopistas acortan las largas distancias pero dificultan los desplazamientos cortos en las localidades que atraviesan.
Debemos recordar, por último, que este proyecto de hacer una autopista entre Madrid y Guadalajara no es nuevo, y por lo tanto tampoco es urgente. Hace casi veinte años se elaboró una propuesta similar que, finalmente, fue rechazada como inviable por el propio Ministerio de Obras Públicas; entre otras cosas, porque preveía una población residente en el Corredor del Henares de 800.000 habitantes, cifra que ni ha habido, ni hay ni parece probable que haya a corto plazo.
Las autopistas intentan solucionar, a nuestro juicio equivocadamente, el problema del transporte de una población y aquí se quiere resolver un inexistente problema de transporte para atraer a una futura población. Eso es como poner el carro antes que los bueyes.
Federación Local de Guadalajara-CNT
Guadalajara, febrero de 1996

20 de julio de 2012

Guadalajara y Sigüenza en las crónicas del diario CNT

El golpe de Estado que el 17 de julio de 1936 prendió en Melilla y después se fue extendiendo al resto del país, provocó el pronunciamiento de la mayoría de la guarnición militar de Guadalajara el día 21 de julio. Por unas horas, los rebeldes se hicieron con el control de la ciudad, pero a la mañana siguiente una columna que mandaba el coronel Ildefonso Puigdendola, y que estaba formada principalmente por Guardias de Asalto y milicianos del Sindicato de la Construcción de la CNT de Madrid encabezados por Cipriano Mera, tomó la ciudad tras dura y sangrienta lucha y, desde allí, marchó a Sigüenza. Traemos a La Alcarria Obrera dos crónicas apresuradas de dos corresponsales del periódico CNT: la de la capital firmada por Lucía Sánchez Saornil y la de Sigüenza escrita por Mauro Bajatierra. A pesar de algunos errores menores, fruto de las circunstancias, nos ofrecen dos imágenes nítidas de esos últimos días de julio de 1936 en tierras alcarreñas.
Dos milicianas después del asalto a Guadalajara de las fuerzas leales
 
LA CNT Y LA FAI EN GUADALAJARA
A las cuatro de la mañana del miércoles salían de Alcalá con dirección a Guadalajara las milicias civiles y un Regimiento de Artillería.
A dos kilómetros de la capital, el fuego de las ametralladoras colocadas en las terreras de las márgenes del río, barrían la carretera del tal modo que se hacía imposible el avance.
Entonces, el mando concertó un plan de ataque simultáneo. A seis kilómetros de la población, Milicias civiles, Guardias de Asalto y Caballería de Seguridad cruzaron el río a nado para sorprender por detrás a los insurrectos, mientras ellos atendían a la defensa del puente.
A las cinco de la mañana, dos aeroplanos leales comenzaron el bombardeo del cuartel; pero hasta las once no se comenzó el ataque a fondo. Las primeras horas se invirtieron en distribuís las fuerzas y demás posiciones.
La Artillería se emplazó en un montículo a la izquierda de la carretera, para proteger el avance de las tropas.
Al comenzar el ataque apareció un aeroplano enemigo, que lanzó nueve bombas a nuestra retaguardia, causando una víctima, compañero de la CNT, por cierto.
La ametralladora de la Peña de la Horca
La ametralladora colocada en la Peña de la Horca, situada a la derecha del puente, era manejada por el propio coronel Ortiz de Zárate, que defendió la entrada durante dos horas a pecho descubierto. Podríamos tener una inclinación de respeto para su valentía si no nos hubieran contado de él cosas de un sadismo repugnante, detalles que le excluyen de entre los valientes para colocarle entre los matones.
La dureza de la lucha es indescriptible. Las referencias fragmentarias que hemos recogido no bastan a dar una idea clara del conjunto; son detalles aislados, intervenciones personales que nos imposibilitan una coordinación de la totalidad.
Muerte de Zárate y desmoralización de los insurrectos
A las dos horas de resistencia, Ortiz de Zárate se rindió. Cuando avanzaba a parlamentar con nuestra gente, una bala surgida de no se sabe qué fusil, dio con él en tierra, de la que no se levantó más.
Rápidamente comenzó la desmoralización en el campo fascista.
El teniente Galindo, uno de los sublevados, mató a Olivier, de la misma graduación, por expresar éste su opinión de retirarse; igualmente cayeron infinidad de soldados bajo las pistolas de los oficiales. Pero ante la desmoralización general, no tuvieron éstos otro remedio que retirarse a los cuarteles, abandonando a los soldados.
Más de dos horas aún resistieron en el Cuartel y en el Colegio de Huérfanos de la Guerra, hasta que ambos fueron tomados por asalto.
Se restablece la normalidad
A las siete de la tarde la insurrección estaba totalmente dominada.
El pueblo, al fin, después de más de treinta horas de mortal angustia, abría las puertas. Todas las caras tenían el mismo aire de terror, todos los ojos el mismo espanto. Después de cuatro días aún he podido ver timidez en las sonrisas y estremecimientos involuntarios al recuerdo de aquellas horas.
Justicia obligada
Como anarquistas, tenemos el deber de justicia ante todo. Y este deber de justicia nos manda citar aquí a la Séptima Compañía de Asalto, que en defensa de la libertad ha actuado desde el primer momento con arrojo y valentía.
La casualidad ha querido que esta Compañía haya luchado en conjunto con los grupos anarquistas en la rendición del Cuartel de la Montaña y en la toma de Guadalajara.
Hemos oído con qué encendido fervor el cabo Rondeño nos hacía el elogio de los bravos “faístas”, y con qué conmovida atención escuchaba la exposición de nuestras doctrinas hechas por un elocuente camarada.
Pequeños detalles que definen la moral de los insurrectos
He recogido de labios de los soldados que tomaron parte en la insurrección los siguientes detalles: los fascistas compraron campesinos combatientes a cinco duros por cabeza.
Los soldados enfermos en el Hospital fueron obligados a ponerse en pie y enviados a las primeras filas. Basta.
Lucía Sánchez

LA MAÑANA EN SIGÜENZA
Antes del amanecer, nuestro coche nos lleva a Sigüenza. Tomamos la carretera de Zaragoza adelante.
¡Zaragoza! Cómo ella nos emociona y enardece. Corriendo por esos caminos se nos hace de día. Devoramos kilómetros. Marchamos vertiginosamente. A medida que pasamos por los lugares que fueron de lucha: Alcalá, Guadalajara, la emoción henchía nuestros corazones.
Las humildes gentes de esos pueblos nos saludan, desde los grandes a los más pequeños, con los brazos en alto, apretando bien los puños y frunciendo reciamente el ceño.
Vamos repartiendo nuestro número de ayer. Y estas gentes leen CNT con ansiedad. Hay veces que no podemos avanzar, porque, en corro, formando un cerco irrompible, nos arrebatan nuestra prensa.
Ya metidos, carretera avante, en los campos de la meseta, los segadores y braceros nos asaltan pidiéndonos CNT y gritándonos “¡Viva la Anarquía!”.
Llegamos a Sigüenza que es nuestro objetivo. Queremos conocer ese frente, tan importante para la reconquista de Castilla. De Castilla y Aragón.
Sigüenza está copada por amigos armados. Infinidad de camiones y de taxis con letreros de las organizaciones obreras y revolucionarias. Vemos inscripciones como esta: “¡Hasta el fin!”.
-Más fuerza teníamos ayer –nos dicen los combatientes de la libertad-. Coches de la CNT y de la FAI con unos doscientos luchadores, se marcharon de aquí.
-Por cierto -agregan- que esos compañeros han realizado una labor formidable de limpieza interior de reaccionarios. Gracias a ellos, esto está bien.
Alrededor de Sigüenza están Atienza, Salinas, Paredes, Medina, Barahona, Mandayona, etc. En Arcos de Jalón los fascistas han asesinado a un grupo de ferroviarios.
Nos interesamos de cómo fue tomada Sigüenza, y he aquí lo que nos dicen:
-Una columna de choque ferroviaria, por vía, ha sido la primera que ha entrado en esta población. Después, en estos días, las fuerzas de ocupación han ido multiplicándose.
El monte de Sigüenza forma un reducto preciosísimo. El túnel constituye una cúspide de grandes pendientes que favorecen formidablemente la defensa y el ataque. Las vertientes de sus aguas representan una inmensa ventaja.
Nos interesamos del por qué de la situación en que suelen encontrarse las milicias destacadas en Sigüenza.
-El Ayuntamiento da toda clase de facilidades –nos afirman-. Pero el comandante que manda la fuerza no puede proporcionar nada más que alojamiento sin manutención.
Extrañamos este estado de cosas. Mas, gracias a nuestro compañero Benito, de Madrid, nos enteramos de que el abastecimiento marcha mejor de lo que nos figurábamos.
Estamos normalizando –nos manifiesta- la producción, que estaba completamente abandonada en un caos. La fábrica de harinas de Mandayona da ya un rendimiento pleno, Produce 9.000 kilos de harina buena. La gasolina también la tenemos controlada, siendo perfecta su organización y distribución. Una fábrica de papel también la tenemos viento en popa. Estas incautaciones están hechas por la CNT y la UGT ondeando en sus puertas las dos banderas revolucionarias.
Al momento de venirnos, vemos pegar por las paredes un bando. Helo aquí, desde luego, extractado:
“A nadie se le facilitarán artículos de ninguna clase en el comercio, a no ser que lleve un vale del jefe de la columna del Sindicato Nacional Ferroviario.  (Firmado por el alcalde).
El trabajo de Redacción nos está llamando a voces. Es muy tarde. Iniciamos la vuelta. A lo largo de la carretera de Zaragoza, a estas horas, está muy concurrida por fuerzas armadas obreras y militares.
Mauro Bajatierra

17 de julio de 2012

Benavides Shelly narra el 21 de julio de 1936

Miguel Benavides Shelly era el gobernador civil de la provincia de Guadalajara desde el triunfo del Frente Popular, un puesto que ya había ocupado desde noviembre de 1932 hasta las elecciones de noviembre del año siguiente. Burgués, funcionario de Hacienda, masón, republicano… representaba a esa república reformista y bienpensante de la que Manuel Azaña era su mejor ejemplo. Los acontecimientos del mes de julio de 1936 le desbordaron: ni supo anticipar la gravedad del pronunciamiento militar, ni fue capaz de descubrir la doblez de los militares perjuros, ni tomó las medidas eficaces para defender la legalidad republicana. La imagen, que el mismo nos relata, de media docena de voluntarios en una azotea resistiendo frente a la guarnición militar y de la Guardia Civil mientras era traicionado por los policías bajo su mando, es la mejor muestra de su incapacidad para entender lo que estaba pasando delante de sus narices. Derrotada la sublevación en Guadalajara, se juzgó a los responsables del frustrado golpe militar, y en el juicio declaró Benavides con el relato que ahora reproducimos tomado literalmente de las actas del juicio.
El comandante Ortiz de Zárate muerto junto al puente sobre el Henares el 22 de julio de 1936

Declaración de Miguel Benavides Shelly, gobernador civil de Guadalajara en julio de 1936:
Desde hace cinco meses conocía la desafección al régimen de varios Jefes y Oficiales de guarnición en la localidad y por ello el 20 de abril de 1936 comunico al Ministerio de la Gobernación la conveniencia de trasladarlos. El Capitán [José] Rubio [García] practicó una información confidencial que llevó en propia mano a Gobernación y que debe constar en la Dirección General de Seguridad, pues José Alonso, que era el Director General, comunicó haber recibido el informe.
Desde el 13 de julio del corriente año se cursaron una serie de telegramas entre el Ministerio y el Gobierno Civil referentes a la subversión. El día 17 dirigió orden reservada al comisario de Vigilancia y cree que también al Teniente Coronel de la Guardia Civil Ricardo Ferrari para que extremara la protección de lugares públicos y la vigilancia de elementos fascistas.
El 19, ocurrida ya la sublevación en Madrid, recibió aviso telefónico de Gobernación diciendo que fuerzas facciosas trataban de avanzar sobre Madrid por la carretera de Zaragoza. Que tuvo una conversación con Ferrari y con el Coronel de Aerostación Delgado quienes manifestaron que eran leales a la República y éste aquel mismo día 19 dijo que iba a enviar una avanzadilla por si venía la columna facciosa. En un auto salieron los Capitanes Pacios y Arroyo y, más tarde, el Teniente Robles, con unos soldados; el pueblo les aplaudió a la salida. Robles volvió a las pocas horas diciendo que no había novedad, pero los Capitanes, que no tenían autorización más que para llegar a Paredes [de Sigüenza], se internaron en la provincia de Soria y fueron detenidos en Almazán y conducidos a Soria. Al Gobernador de Soria, [Benito] Artigas Arpón, le dieron cuenta de lo ocurrido; intervino el Coronel Delgado quien manifestó que le extrañaba lo ocurrido y pidió la libertad de los Capitanes; volvieron éstos a Guadalajara y el declarante les recriminó.
En la mañana del lunes 20 los elementos del Frente Popular fueron a ver al Coronel Delgado porque tenían confidencias de que iban a sublevarse y éste manifestó su adhesión al Frente Popular, en cuya representación cree que fueron a celebrar la entrevista [Gregorio] Tobajas, Marcelino Martín y [Raimundo] Serrano. En la noche del 20 se recibieron telegramas de Madrid referentes al avance de columnas facciosas y cursó uno en el que manifestaba en forma cifrada que el Regimiento de Aerostación pensaba sublevarse y solicitó el envío de refuerzos, pues a pesar de la adhesión del Coronel a la República, el pueblo dudaba de ello y seguía a la expectativa. En la noche del veinte requirió al Teniente Coronel Ferrari para que, en caso de ataque al Gobierno Civil, organizase la defensa. A las siete de la mañana del día 21, martes, se fueron a descansar las fuerzas que custodiaban el Gobierno y el declarante dijo a Ferrari, que había estado allí toda la noche, y al Teniente de la Guardia Civil Mochales que volvieran pronto, a lo que contestó Ferrari que no pasaba nada, que se iba a comer y que volvería pronto.
La mañana del 21 transcurrió sin novedad, y sobre las trece se presentó un camión con elementos del Frente Popular procedentes de Alcalá [de Henares] y que venían a buscar víveres. Al cabo de un rato, llegaron al Gobierno Civil elementos del Frente Popular de Alcalá [de Henares] que dijeron que había sublevación, entonces llamó al Cuartel de la Guardia Civil y no contestó nadie y llegó el Capitán Rubio, que se le ofreció al declarante. Recogió a su familia en las habitaciones interiores del Gobierno y, al poco rato, empezó el tiroteo. Momentos antes, había en la planta baja policías y Guardias de Seguridad, de los cuales no subió ninguno al comenzar el ataque. En el piso primero del Gobierno acompañaban al que declara el Capitán Rubio, el Secretario de la UGT Tobajas y Mariscal y en las buhardillas había colocado Rubio para defender el edificio a seis o siete defensores de la República, entre los que se encontraba Pedro Maestro. Los atacantes dispararon y el guardia Riera, que resistió defendiendo el edificio, resultó herido.
En un edificio inmediato al Gobierno, que es la Escuela de Trabajo, había una Compañía de la Guardia Civil al mando del Capitán Espinel, que tenía como misión la defensa del edificio. Y que cree que si hubieran defendido al Gobierno, los atacantes hubieran tenido que retroceder. Quienes guardaban el Gobierno no pudieron apenas resistir porque estaban [en minoría] y supone que alguien del piso de abajo debió franquear la entrada a los facciosos y cree que fue un policía sin que lo pueda afirmar. Sobre las catorce treinta del día veintiuno el Teniente Coronel Ortiz de Zárate y los Comandantes retirados Bastos y Palanca subieron escaleras arriba del Gobierno Civil y saltaron la cerradura del piso principal. Ortiz, pistola en mano, le dijo “¿Dónde está Benavides porque ya no es Gobernador?” y dirigiéndose al Capitán Rubio le dijo: “Vd. es un traidor y quítese la guerrera”. Detrás iba Bastos, pistola en mano, y les acompañaban dos guardias civiles y dos de Seguridad; uno de éstos llamado Celso Cotarelo le dijo a la vez que le metía el fusil por la barriga: “¡Qué ganas tenía de meterme con Vd.!”. Entonces recluyeron a Rubio y al dicente en el despacho oficial y se les sometió a un interrogatorio por Bastos y Palanca, le registraron el despacho y amenazaron con fusilarles, y fueron conducidos a pie entre una lluvia de proyectiles y paqueo, pasando por las calles frente a un grupo de falangistas, que insultaban a los detenidos y daban gritos de “¡Arriba el Fascio!”.
Le llevaron al Cuartel de San Carlos. Toda la tarde y la noche del 21 fueron los sublevados dueños de la población y el día 22, en las primeras horas de la mañana, empezó el bombardeo de los aeroplanos y la artillería leal contra la población, y especialmente contra el Cuartel de San Carlos, donde se alojaban los de Aerostación y había también fascistas y requetés de la capital y provincia. El ataque de la columna leal, mandada por Puigdendola, continuó toda la mañana y los rebeldes repelieron el ataque desde el mismo Cuartel con ametralladoras, fusiles y bombas de mano, combatiendo de este modo contra las fuerzas del Gobierno. El dirigente de la sublevación parecía ser Ortiz de Zárate, al que luego le siguió el Coronel de Aerostación, que también se entregó al movimiento, y los Jefes y Oficiales, sin que pueda precisar que alguno de ellos se opuso a la sublevación ni puede facilitar datos respecto a la actuación particular de los Jefes y Oficiales en aquellos momentos.
Llevaron también detenidos, con posterioridad al declarante, al Delegado de Hacienda, Sr. [Maximino] Miñano [Grifol], y al Oficial de Hacienda, Sr. [Saturnino] Recio. Vio en el Cuartel, de conversación con el Coronel, al Arcipreste Mariño y supone que también tomó parte en el movimiento. Al entrar detenido en unión de Rubio al Cuartel, los recibieron los facciosos al grito de “¡Abajo los traidores!” y recuerda que el Capitán Robles se distinguía en sus gritos.
A última hora de la lucha oyó a un Oficial que decía: “La resistencia es inútil, hay en la carretera seis o siete mil hombres”, e inmediatamente oyó un pistoletazo y cree que le debieron matar. Otra vez oyó que decían “Traer una caja de dinamita”.
El centinela que estaba en el cuarto de la planta baja del Cuartel, en que estaba detenido el que dice, la abrió y dijo “Callar, que os salvaremos”. Al poco rato se volvió a abrir la puerta y apareció el Capitán Navas quien, pistola en mano, dijo “Síganme”. Le siguió hasta el pasillo, pero después pudo desprenderse de su vigilancia y llegó al botiquín, donde un Comandante Médico, que se portó muy bien, le dijo que quedara escondido detrás de la puerta. Llegó una pareja de civiles a buscar a los prisioneros de parte del Coronel, pero pudo librarse de ellos y pasar al Colegio de Huérfanos, donde estuvo hasta que los leales entraron el Cuartel, que lo confundieron, además, tomándolos por elementos fascistas por estar de paisano y le querían fusilar hasta que se dio a conocer como Gobernador de la República.